LA REFORMA FISCAL: ACTORES Y ESCENARIOS, 2ª PARTE. 1.- LOS LEGISLADORES.

La primera parte de este seguimiento sistematiza 36 comentarios relacionados con las negociaciones entre los legisladores, principalmente PRI-PRD y PAN PRD, dependiendo de las iniciativas. A reserva de volver al punto en partes subsiguientes, el protagonismo del PRI comienza a hacerse presente desde el principio, dada la posición asumida por el PRD. Cabe señalar que los columnistas no se ponen de acuerdo en las alianzas, por ejemplo en relación a la Contribución Empresarial de Tasa Única (CETU). Asimismo, mostramos una parte de la negociación que desde el principio comandó el PRI: la reforma fiscal a cambio de la reforma electoral.

De nuevo, la disputa partidista en torno a la reforma fiscal resalta un problema de fondo. Las principales batallas no se están librando en torno a cómo construir un sistema político -y económico- más representativo y más eficaz, sino en cómo mantener el control de feudos y partidas y prerrogativas y privilegios. El gobierno quiere recaudar más, pero se muestra renuente a explicar para qué y en nombre de quién. El PRI quiere aumentar el flujo de recursos para sus gobernadores, pero no está dispuesto a enjuiciarlos cuando han incendiado sus estados, o permitido la protección de pederastas en sus confines. Los partidos políticos quieren la reforma del Estado, pero siempre y cuando no incluya la reelección como mecanismo indispensable de rendición de cuentas a su actuación. AMLO quiere "la cuarta transformación de México", pero rechaza que tanto el PRD como el Frente Amplio Progresista participen en negociaciones legislativas para empezar a promoverla. Todos se posicionan para lucrar políticamente, sin mirar a la ciudadanía que paga el precio de ese afán.
Denisse Dresser, Reforma, 2 de julio.

Se acumulan las voces en favor de que el tema de una verdadera reforma hacendaria sea mantenido en los trabajos de la reforma del Estado. En esa línea se empeña el grupo de trabajo que conduce Porfirio Muñoz Ledo, quien mantiene comunicación con el Congreso, especialmente con el Senado. Muñoz Ledo ha encontrado eco en este reclamo durante las audiencias que se desarrollan en diversas plazas del país. La contraparte parece hallarse en la Cámara de Diputados, desde donde el gobierno parece fijar su apuesta en las habilidades de cabildeo de Emilio Gamboa, en la tarea de sumar firmas para la reforma fiscal que impulsa la Secretaría de Hacienda, que encabeza Agustín Carstens
“Bajo reserva”, El Universal, 4 de julio.

Y es que en los primeros encuentros que han sostenido legisladores de los tres principales partidos políticos, el llamado Grupo de los Tres, “G-3”, tanto el PRI como el PRD han encontrado buena disposición por parte del PAN a sus reclamos, a sus contrapropuestas y a cambios fundamentales, como el de incluir en la reforma un nuevo esquema fiscal y de propiedad de Pemex. Lo más interesante del asunto se localiza precisamente en lo relativo al destino de la paraestatal petrolera mexicana, en donde PRD y PRI han trabado en un esquema novedoso —para algunos hasta delirante—, que no implica la privatización de Pemex, que podría ofrecer una salida a su descapitalización y, sobre todo, garantizaría la propiedad social de la petrolera
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 5 de julio.

En los hechos se ha establecido una sólida alianza entre PRI y PRD en el Congreso, que busca impedir que el gobierno de Felipe Calderón se lleve las palmas sobre la reforma, que modificaría la reforma en aspectos sustanciales, y que le permitiría a los opositores aparecer como los grandes artífices de esa reforma. A su vez, en el gobierno federal y en su partido, más que reclamar la paternidad “del chamaco”, el interés está centrado en dos aspectos fundamentales; el técnico financiero y el político. Es decir, en contar con un instrumento de finanzas públicas que permita mayor margen de maniobra presupuestal, por un lado, y lograr lo imposible; sacar un acuerdo fundamental con el partido que niega la legitimidad del gobierno de Calderón
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 5 de julio.

AYER EN Los Pinos sirvieron pato y no fue para alusiones personales.
DICEN QUE nadie se hizo pato en la reunión que sostuvo el presidente Felipe Calderón con los dirigentes de los partidos políticos para revisar la iniciativa de reforma fiscal.
NO SE ANDUVIERON con rodeos y Agustín Carstens les presentó el proyecto con todos sus detalles, ante lo que surgieron algunas inquietudes de los representantes del PRI, Alternativa, el PVEM, Nueva Alianza y el PAN.
EN CONCRETO se planteó encadenar a la reforma fiscal, la modificación al régimen fiscal de Pemex. También se pidió a Carstens aclarar cuál será el impacto real de la reforma sobre el empleo.
Y SE CRITICÓ la insuficiencia de la iniciativa para combatir la economía informal con el impuesto del 2 por ciento. FINALMENTE se avanzó un poquito en eso de ir construyendo el consenso.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 5 de julio.

En las siguientes semanas se espera que cada uno de los grupos parlamentarios en ambas cámaras concluya el proceso de revisión de los impactos que tendrá en la CETU con todos aquellos sectores comerciales, industriales o de servicios que advierten problemáticas específicas para aplicar el nuevo gravamen.
Pero les anticipo que la intención es buscar que se establezcan periodos de transición para facilitar que se asimile el impuesto, pero no existe ninguna intención de darle marcha atrás a la propuesta que presentó el presidente Felipe Calderón, toda vez que hay conciencia clara de los legisladores, sobre todo del PAN y del PRI, de que el impuesto de tasa única amplía la base gravable, porque elimina toda opción de planeación fiscal y asegura que efectivamente paguen impuestos los que hoy dicen que están pagando.
De ahí que usted puede entender el cambio de actitud declarativa que ha estado mostrando el sector privado en la última semana.
Alicia Salgado, “La chequera”, El Financiero, 6 de julio.

Humberto Aguilar Coronado, vicecoordinador de la banca panista en el Senado y una carta importante en las elecciones internas de su partido cuando cambie a su Comité Nacional, dice que es excelente que el perredismo demuestre su compromiso con el país y que presente propuestas en materia hacendaria.
El poblano Aguilar Coronado dice que el “dilema de los perredistas es sentarse o no a discutir la reforma” y ello evidenciaba las contradicciones internas del perredismo; se da una ambigüedad y no se ve un rumbo muy claro. Pero el sábado un numeroso grupo de legisladores del sol azteca se pronunció en contra de la propuesta de López Obrador de cerrarse a una negociación. El resultado fue que el tabasqueño perdió.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 10 de julio.

Cuatro atentados contra Pemex, en cinco días.
¿Justo cuando la reforma fiscal está parada porque PRD y PRI piden incluir el régimen fiscal de la paraestatal?
¿No es mucha casualidad?
¿Y que el EPR “descubra” que Calderón es ilegítimo, como dice López Obrador?
¿El EPR y López ya son uno, eso quieren decir?
Si no hay respuestas, todo será sospechosismo puro.
Pepe Grillo, Crónica, 11 de julio.

Entonces, los términos estrictamente económicos de la reforma parecen estar bastante acotados. El problema mayor son los políticos. Y ello reside, sobre todo, en los legisladores. De la misma manera en que los gobernadores están más que interesados en que salgan las reformas, en el Congreso existe mayor reticencia, porque se quieren aumentar los costos de la negociación, ampliándola a otros temas que poco o nada tienen que ver con el objetivo central. El tema pasa, prioritariamente, por el priismo, que una vez más debe definir su perfil y decidir a qué va a apostar. Puede, y lo está haciendo, estirar la liga, pero si la rompe pagará costos muy altos. En estos momentos tiene capacidad de maniobra por la automarginación del perredismo, pero pareciera que está llegando a ese límite: si deja las reformas para el periodo ordinario, comenzará a pagar costos que se pueden acrecentar con el paso de los días y el inicio de una nueva parálisis legislativa. Con todo, parece que existe conciencia en el priismo de hasta dónde se puede llegar. El problema es que el frente interno y las diferencias entre gobernadores y legisladores tienen, también, un perfil demasiado futurista
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 13 de julio.

A usted, lector, en su calidad de contribuyente, ¿no se le va el sueño cada vez que algún grupo de políticos, de izquierda o derecha (insisto: un común denominador de los gobernantes, sean de izquierda, centro o derecha, es su poco respeto por la propiedad), se pone a elucubrar qué impuestos cobrar, a qué tasa hacerlo, y a quiénes imponérselos? Porque lo que están haciendo, al final de cuentas, es decidir con qué porcentaje de SUS ingresos, SUS utilidades, SU patrimonio puede usted quedarse. ¿Y todo por qué? Porque en México la discrecionalidad del gobierno, a la hora de decidir tales cosas, es total. ¿No hay legisladores capaces de corregir tales excesos y defectos?
Arturo Damm Arnal, “Pesos y contrapesos”, Crónica, 18 de julio.

Buena estrategia de vendedor: primero enseñar la maqueta, hacer soñar con habitar en un país donde —entre otras cosas— se construyan trenes suburbanos en la zona metropolitana de la capital, se modernicen 22 puertos, se construyan 13 muelles, y no uno, sino ¡tres aeropuertos nuevos y se amplíen 31! Un país donde se tenga —ojo con el “chantaje”, dicen los perredistas— dinero para invertir en el drenaje de la capital del país, se amplíe la red de agua potable y se hagan más proyectos con aguas residuales. Donde 50 mil viviendas de difícil acceso tengan electricidad y haya dinero para explorar y explotar petróleo en aguas profundas además de ampliar el área de refinación gas y petroquímica.
Bueno pues todo eso sólo será posible si y solo si las cámaras aceptan el proyecto de reforma fiscal que mandó el Presidente. En una de esas también la reforma laboral y la energética…
Y ahora, ¿qué harán los legisladores?
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 20 de julio.

En la Cámara de Diputados tendrán una semana movidita. Continuará la pasarela y la discusión sobre la reforma fiscal. La agenda de trabajo prevé que su análisis se extenderá hasta el 7 de agosto. Por ahora, no se ve por dónde puedan salir muestras de apoyo para la Contribución Empresarial de Tasa Única (CETU), columna del proyecto calderonista
“Frentes Políticos”, Excélsior, 22 de julio.

Algunos de los temas incluidos en el paquete fiscal han arrancado carcajadas a los legisladores, sobre todo cuando académicos o empresarios han condenado ciertos puntos. Por ejemplo, cuando se tocó el caso de aplicar un impuesto a las pinturas de aerosol para evitar los graffiti. "Si esas son las reformas estructurales que requiere México, mejor dejemos las cosas como están", se dijo por ahí
“Frentes Políticos”, Excélsior, 22 de julio.

Lamentablemente los partidos políticos están comenzando a dar signos de perderse en la discusión. Por un lado está la posición de los perredistas, que los tienen atrapados entre negarse a la propuesta del gobierno o convertirse en la voz de los empresarios.
Por otro están los priistas que, en voz de Jorge Estefan, han comenzado el chantaje en contra del gobierno, con absurdos como decir que si Calderón no cambia su propuesta, podrían apoyar la del PRD. La iniciativa que mandó el Presidente es documento de trabajo que debe ser modificado por los legisladores.
Y bueno, por ahí también andan los panistas, como Héctor Larios, quienes inexplicablemente dicen que los diputados de ese partido le fueron a preguntar a los empresarios de sus distritos qué opinaban de la CETU. Primero, ellos no sólo deben representar al sector empresarial, sino a todos los mexicanos.
David Páramo, “Personajes de renombre”, Excélsior, 23 de julio.

A despecho de las grandes esperanzas cifradas por el gobierno federal en la reforma hacendaria, que significaría una providencial bocanada de oxígeno para las finanzas nacionales, hay indicios que llevan a suponer que esta iniciativa, combatida desde todos los frentes y tomada de rehén incluso por el partido oficial, quedó ya lamentablemente empantanada en el Poder Legislativo.
Y existen también señales en el sentido de que, si por fin dicho proyecto armado por Agustín Carstens saliera adelante en el periodo ordinario de sesiones que iniciará en septiembre próximo, al final de una serie de tremores cataclísmicos los mexicanos veremos salir del monte un ratón insignificante.
Aurelio Ramos Méndez, “Contraluz”, Crónica, 28 de julio.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Hacienda del Senado de la República, Gustavo Madero, del mismo partido político del presidente Calderón, pareció corregirle la plana al presidente cuando declaró: "La tasa del 12 por ciento (de la CETU que piden los "cupuleros"), yo la descarto; creo que se fueron hasta la cocina los empresarios cuando plantearon este número... la quieren gorda, que pese poco y peladita y a la boca", remató, pero no vamos a dárselas, advirtió. ¿A quién creerle entonces?
Los observadores políticos objetivos e imparciales sugieren al presidente Calderón, al senador Madero, a los funcionarios que promueven la aprobación de la reforma, que les digan a los "cupuleros": si insisten en sus amenazas, vamos a considerar algunas de las propuestas de la reforma que presentaron los legisladores del PRD hace 15 días, entre las que destacan:
1) Gravar los verdaderos ingresos de los grandes contribuyentes que utilizan esquemas de "planeación fiscal agresiva" para eludir el pago de sus impuestos.
2) Auditar a los grandes contribuyentes para evitar esos actos de elusión en materia de ISR y eliminar del impuesto las lagunas y ambigüedades que dan lugar a esas prácticas.
3) Eliminar el régimen de consolidación establecido (artículos 64 a 78 de la LISR), por cuanto favorece a los grandes consorcios empresariales, permitiéndoles diferir indefinidamente el pago de esta importante contribución federal.
4) Gravar las ganancias de personas físicas por enajenación de acciones en bolsas de valores.
5) Eliminar la deducción del costo de adquisición de los terrenos. Se propone eliminar la deducción del costo de adquisición de los terrenos (Art. 225 LISR).
6) Eliminar la deducción inmediata de bienes nuevos de activo fijo. ¡A ver cómo la sienten los dueños del gran capital!
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 30 de julio.

Legisladores de todos los partidos políticos que decidirán el futuro de la Reforma Hacendaria, deberían de considerar que al menos durante los últimos 36 años, los que "menos tienen", o sea los fregados, han tenido que sacrificarse para rellenarle los bolsillos a los dueños del gran capital, quienes son los principales opositores a algunas iniciativas de la mentada reforma, en especial la que se refiere a la ya famosa CETU.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 31 de julio.

Que este martes habrá un encuentro clave para el futuro de la reforma hacendaria, cuando los diputados federales del PRI, encabezados por Emilio Gamboa, reciban en el Palacio de San Lázaro al gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz. Ortiz ofrecerá sus puntos de vista sobre el proyecto fiscal a los legisladores priistas, que esta misma semana tienen cita con el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, para entregarle su contrapropuesta tributaria.
“Trascendió”, Milenio, 31 de julio.

Desairada por los presidentes de los organismos empresariales una primera cita con legisladores para airear sus objeciones a la propuesta fiscal del gobierno, a la segunda llamada enviaron a representantes de segundo nivel, en afán de tirar la piedra y esconder la mano.
Se diría que, más papistas que el Papa, los cúpulos no quieren contrariar al poder en turno, pero tampoco enfrentar la ira de las bases. No, pues, pero sí.
Ahora que, a querer o no, la comparecencia de la semana pasada ante la Comisión de Hacienda del Senado se volvió algo así como un encuentro con el Muro de Lamentaciones, si bien cada cual jaló agua para su molino
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 1º de agosto.

Como usted lo llame, el CETU por ser el impuesto o la CETU por su nombre completo de Contribución Empresarial a Tasa Única, como sea es un gravamen que va a sufrir transformaciones. Es un hecho.
El impuesto insignia de la actual reforma fiscal tendrá cambios. Incluso Emilio Gamboa, el líder de la bancada priista en la Cámara de Diputados, tranquilizó a los legisladores panistas al mencionarles que el PRI sí va por la reforma fiscal, pero con modificaciones en la CETU.
El impuesto estandarte de la presente reforma fiscal va a ser modificado. Y al sufrir cambios va a quedar como un complemento del ISR. No más allá.
José Yuste, “Activo Empresarial”, Excélsior, 1º de agosto.

El PRI dejó de coquetear, y aliado al PAN, sacará la reforma fiscal de Felipe Calderón.
El PRD se quedará como el chinito, chiflando en la loma.
Los aliados bajarían la CETU de 19 a 16 como mínimo, y no al 12 que pide la IP, porque entonces ya no servirá de mucho.
Y en dos años quitarían el ISR.
Y la alianza PAN-PRI, aunque sea descalificada por el PRD, sigue siendo la solución
Pepe Grillo, Crónica, 2 de agosto.

Terminó la etapa del cabildeo de Agustín Carstens y sus pupilos, y empieza la hora de la verdad, pues ya quedará en manos del Congreso modificar la propuesta de reforma fiscal que el Ejecutivo envió hace un mes. Es altamente seguro que la polémica Contribución Empresarial a Tasa Única (CETU), sea modificada, como lo han venido exigiendo los representantes de la iniciativa privada. Habrá que ver si en lugar de 16% como lo planteó originalmente el Ejecutivo se baja a 12% como lo piden los empresarios. Lo que sí se ve cuesta arriba es que se escale de 16 a 19%, como lo plasmó en la propuesta original la SHCP. Pero en todo caso, la última palabra la tendrán los diputados y senadores del PRI y PRD, que están más alineados a que no termine siendo una propuesta fiscal que se haga a costillas de los sectores que de por sí ya aportan al fisco. La próxima semana la discusión empezará a tomar forma en San Lázaro
Darío Celis, “Tiempo de negocios”, Excélsior, 2 de agosto.

En todo caso, tres cosas son ciertas: el que defina el contenido final de los cambios fiscales será el PRI, el plazo para aprobar la reforma puede alargarse hasta octubre, para ser aprobada junto con el paquete económico de 2008, aunque todos saben que sería más fácil hacerlo antes del 8 de septiembre, y la última certeza es que aún cuando el gobierno quiere que salga su propuesta, si se la cambian a tal grado que no le dé los montos de recaudación que busca, prefiere quedarse sin reforma fiscal
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 6 de agosto.

Los operadores de la reforma fiscal colocaron “teléfonos rojos” en las oficinas del secretario de Hacienda, Agustín Carstens, y el senador priísta Manlio Fabio Beltrones. Sin intermediarios, ambos negocian el contenido de la iniciativa presidencial y la propuesta de un nuevo esquema fiscal para Petróleos Mexicanos, una bandera del PRI y los partidos del Frente Amplio Progresista, nos comentan. Si hay un acuerdo satisfactorio de estos dos temas entre don Agustín y el sonorense, crecerán las posibilidades de un periodo extraordinario de sesiones en el Congreso de la Unión, el que tanto anhelan los legisladores panistas, antes de que arranque el ordinario el primero de septiembre, nos explican
“Bajo reserva”, El Universal, 8 de agosto.

La jugada fue armada por Manlio Fabio Beltrones y la pactó bien con el PRD: si el PAN y el gobierno de Felipe Calderón quieren un periodo extraordinario para discutir su reforma fiscal, tienen que aceptar que en la misma agenda de sesiones se discuta y se vote la reforma electoral.
La condición es tajante. Sin el tema electoral, priístas y perredistas simplemente no apoyarían la convocatoria al extraordinario y llevarían la propuesta fiscal para discutirla a partir del 1 de septiembre, en el periodo ordinario, con la enorme presión de que tuviera que ser aprobada antes del 8 de septiembre, fecha en que el presidente Calderón debe presentar a los diputados el paquete económico federal del 2008
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 8 de agosto.

La reforma fiscal es, como casi todo en el escenario político de hoy, una simple coartada. El PRD se está tomando el pulso a sí mismo (entre otras razones para saber si aún está con vida), de la misma manera que se lo están tomando al gobierno y vislumbran, con una mezcla de envidia y sorpresa, cómo el PRI termina resultando el mayor beneficiario de los desaciertos perredistas y ha colocado a un nivel altísimo el costo de sus negociaciones con el régimen. Mientras el PRI gana posiciones, en el PRD aún discuten si son o no de izquierda, si deben participar o no en el debate sobre la reforma fiscal, si impedirán o no el Informe del primero de septiembre. Es una mezcla de infantilismo con ausencia de sentido común. Claro, López Obrador no se plantea nada parecido, lo suyo es crear un movimiento en torno a su figura que busque, a como dé lugar, el poder. Al diablo con el partido
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 8 de agosto.

El cardenal Norberto Rivera Carrera se vio medio bisoño en su homilía del domingo, cuando pidió a los legisladores que analizan la "reforma hacendaria por los que menos tienen", que no sólo se dejen llevar por el billete, sino que "consideren otros factores, como la dignidad humana" a la hora de aprobar la reforma. "Sería frustrante si sólo se llegara a una reforma más recaudatoria o una reforma de mejores equilibrios para cuidar los económicos", dijo el cardenal. Agregó que los legisladores deberán tener claro el anhelo de muchos mexicanos, que es tener una mejor infraestructura, para multiplicar las fuentes de trabajo, así como remunerar mejor a los trabajadores. ¡Por favor cardenal! ¿usted cree que los legisladores realmente piensan en México y en los mexicanos?
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 7 de agosto.

El cabildeo para la aprobación de la reforma fiscal no para. El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, se reúne hoy con senadores del PRI para tratar el tema y el impacto de la iniciativa en el sector rural. La invitación al encargado de las finanzas nacionales provino del llamado Frente Nacional de Legisladores del Sector Rural. Desde luego, acudirán senadores, y diputados federales y locales
“Bajo reserva”, El Universal, 10 de agosto.

De alguna forma, la coyuntura actual opera en favor de los esfuerzos del titular de Hacienda para negociar con los legisladores, y todo indica que al final PRI y PAN podrían limar sus diferencias para empujar una reforma fiscal que busca eleva la recaudación de 10 a 13 por ciento del PIB.
Y es que, pese a los parches que se puedan dar a la operación de la CETU, no se concibe una reforma fiscal sin que se obtengan al menos 3 puntos del PIB, ya que de otra forma sería sólo una macromiscelánea fiscal que no dejaría contento a nadie.
Rogelio Varela, “Corporativo”, El Financiero, 13 de agosto.

En encerronas se definirán las jugadas de cara al I Informe de Felipe Calderón. Hoy y mañana, en San Juan del Río, Querétaro, el PRI afina su postura sobre reforma fiscal y agenda legislativa y revisa si, en el tema electoral (amarrado a la reforma hacendaria), hay clima para sacarlo en periodo extraordinario. Los perredistas se van a Morelia viernes y sábado, para programar y reiterar su rechazo a ese periodo. Los panistas se quedan en el DF a revisar lo que pactaron con el PRI
“Frentes Políticos”, Excélsior, 20 de agosto.

Por fin las bancadas representadas en San Lázaro coinciden en la reforma fiscal, la cual podría aprobarse antes del 8 de septiembre, que es la fecha límite para la presentación del Presupuesto 2008. Los legisladores de la Comisión de Hacienda han propuesto que el impuesto denominado Contribución Empresarial de Tasa Única (CETU) será sometido a un análisis en uno o dos años para compararlo con el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y los diputados determinarán cuál de los dos impuestos desaparece. Es decir, la CETU o el ISR, pero no los dos.
Yazmín Alessandrini, “Circo Político”, Crónica, 22 de agosto.

Claro: la decisión del Partido Revolucionario Institucional de ajustar y, en esa medida, apoyar la reforma fiscal promovida por el gobierno panista es saludable. / Esa reforma quedó lejos de su pretensión luego que, curiosamente, el empresariado y el perredismo la descalificaran hasta obligar ajustes que le hicieron perder parte de su sentido. Si ya de por sí tenía un carácter light, de ser finalmente aprobada la reforma tendrá un carácter semilight, pero parte de su importancia derivará de la capacidad de construir acuerdos políticos.
Al PRI le preocupa quedarse con el costo político del impuesto que eventualmente se aplicará a los combustibles, pero ahí se equivoca: la ganancia no está en evitar aparecer como el autor o el coautor del gravamen, sino en la capacidad de aparecer como una fuerza política con capacidad de encontrar coincidencias en favor del país y con capacidad de reivindicar a la política como una herramienta de trabajo.
René Delgado, “Sobreaviso”, Reforma, 25 de agosto.

En la semana que va del 1 al 7 de septiembre próximo se definirán los asuntos cruciales de la reforma hacendaria, se definirá un nuevo régimen fiscal para Pemex, se avanzará en cuestiones sustanciales del presupuesto público para el próximo año e, incluso, podrían sentarse bases para la reforma electoral, cuya negociación también está atada al paquete económico que es prioridad para el gobierno de Felipe Calderón.
Más aún, en esta maraña de negociaciones hacendarias en las que ya existen acuerdos básicos —aunque no todo está dicho— entre priístas y gobierno, también está intentando colarse la espinosa negociación sobre las leyes de medios y de radio y televisión que hoy por hoy negocian legisladores y en la que los perredistas han asumido una actitud protagónica.
No se exagera al decir que en estos próximos días descansará en buena medida el éxito o fracaso de la gestión de Felipe Calderón a partir de la suerte de las reformas fiscales. También es una semana crucial para las posiciones futuras del PRI y sus sueños de regresar a la contienda electoral; y para un PRD maltrecho y dividido después de su convención en donde López Obrador intenta llamar la atención como puede y Marcelo Ebrard abre espacios para mover sus piezas con mayor independencia.
Samuel García, “El Observador”, Milenio, 28 de agosto.

Luego de que los legisladores crearon una crisis sobre la entrega del primer Informe de gobierno de Felipe Calderón, la realidad es que nada ha cambiado dentro del Congreso de la Unión y decir que, ahora sí, ya va a salir la reforma hacendaria es un acto de fe… por decir lo menos. / Los partidos políticos han encontrado cualquier cantidad de pretextos para no llegar a esta negociación. Los priistas hicieron un acto vergonzoso cuando, según ellos, ya tenían una posición sobre la reforma hacendaria y luego se perdieron en un debate en torno a la paternidad de un IEPS a las gasolinas. Hoy no se sabe bien a bien cuál es la posición de ese partido con respecto a este gravamen.
José Yuste, “Activo Empresarial”, Excélsior, 3 de septiembre.

Dicen, los que saben, que la Reforma Fiscal la sacarán en fast track a más tardar este seis de septiembre, tal parece que ya tienen todo concertado para que la Iniciativa de Ley del Presupuesto de Egresos entre sin problema.
Georgina Howard, Crónica, 10 de septiembre.

Amarrado el tripartidismo, para lo que sí les interesa, diputados y senadores volvieron a dividirse. Divididos aprobaron en lo fiscal, el IETU, que la IP cargará al consumidor, y el gasolinazo, que nos pega a todos. También aprobaron el impuesto del 2 por ciento a los depósitos mensuales de más de 25 mil pesos. Lo que no dicen los señores, es si el mismo impuesto se cobrará a los dueños del dinero y demás, cuando hagan depósitos millonarios
Pepe Grillo, Crónica, 14 de septiembre.

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