En radio y televisión ya no habrá tomas violentas

En lo que pareció ser una abierta alusión al chiquihuitazo, como se conoció el despojo de CNI Canal 40 por parte de TvAzteca, el presidente Felipe Calderón se comprometió a que nunca más habrá una toma violenta de una estación de radio o de televisión o de un negocio lícito en el país.

Ante los empresarios de la radio y la televisión, ofreció además privilegiar la libre expresión de las ideas, pero también apeló a la responsabilidad de los medios de comunicación para que se asuman como concesionarios y permisionarios de un servicio de interés público y de carácter social.

Al advertir que su gobierno se regirá bajo la premisa de la legalidad, el Presidente anunció que ya clausuró una docena de estaciones ilegales y hará lo mismo con otras decenas.

En dos ocasiones remitió a los integrantes de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) con Luis Téllez, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (no mencionó a la Comisión Federal de Telecomunicaciones), para que les dé garantías en el proceso de transición digital y en establecer reglas claras para las concesiones. En este último punto les dijo que “no deben preocuparse”.

Después de la aprobación de la reforma electoral, que provocó el enojo de los magnates de la comunicación porque dejarán de cobrar por la propaganda política, la 49 Semana Nacional de Radio y Televisión fue ocasión para que Calderón sostuviera su primer encuentro público con los empresarios del sector.

Estuvieron ausentes los dueños del duopolio televisivo, Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego. Por parte de Televisa acudió Javier Tejado Dondé, el cabildero de la llamada ley Televisa y vicepresidente de la CIRT, y por TvAzteca, Ernesto Vidal, también hombre de confianza y ex colaborador de Marta Sahagún de Fox. En el presidium figuraba el senador Jorge Mendoza, ex directivo de la empresa del Ajusco.

Contrario a años anteriores, los medios de comunicación no tuvieron acceso a la comida que se realizó en un hotel de Polanco, donde se redoblaron las medidas de seguridad por la presencia de un grupo de manifestantes. En el banquete, que estuvo amenizado por la cantante Alicia Villarreal y la Arrolladora Banda Limón, Calderón Hinojosa estuvo acompañado por su esposa, Margarita Zavala; el jefe de la Oficina de la Presidencia, Juan Camilo Mouriño, y el coordinador de Comunicación Social de Los Pinos, Maximiliano Cortázar.

Al dar la bienvenida al mandatario, el presidente de la CIRT, Enrique Pereda, resaltó que los medios de comunicación están unidos y gozan de “gran fuerza y credibilidad”. Pidió el respaldo del Presidente para “apresurar el paso” a fin de que las estaciones que transmiten sólo en amplitud modulada, con tecnología del siglo pasado, puedan hacerlo también en frecuencia modulada.

De igual forma, anunció que colaborarán con el Senado para modificar el marco normativo de la radiodifusión mexicana, y que México no quede exento de las tendencias mundiales.

Calderón respondió que ya dio instrucciones a Téllez para que presente una propuesta que permita definir de una buena vez los parámetros y las políticas públicas para lograr la transición digital; sin embargo, no aclaró si eso implica acceder a la petición de la CIRT de crear combos, o sea, más estaciones de radio.

En este punto afirmó que es hora de ingresar a una nueva etapa de desarrollo de la radiodifusión y las telecomunicaciones que permita superar el rezago tecnológico respetando los derechos de cada uno. Reconoció así que los empresarios tienen una “legítima preocupación” por la incertidumbre y la zozobra que genera el vencimiento de sus concesiones, por lo que anunció que Téllez tiene la instrucción de definir un marco de ley con procedimientos claros y asequibles.

El recuerdo del “¿y yo por qué?”
A diferencia de Vicente Fox, que hace tres años respondió “¿y yo por qué?” cuando se le pidió intervenir en el conflicto entre TvAzteca y la empresa de Javier Moreno Valle (Canal 40), Calderón advirtió que está comprometido con la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir la ley. “Por ello no hemos permitido, ni permitiremos que por la fuerza se tomen instalaciones de radio o televisión por parte de personas o de grupos, nunca más una toma violenta de una estación o de un negocio lícito en el país”, expresó.

Aunque pareció ser una abierta alusión al llamado chiquihuitazo, al final del acto algunos integrantes de la CIRT comentaban que el destinatario era la APPO, que tomó estaciones de radio durante el conflicto en Oaxaca. Lo cierto es que este discurso se da unos días después de que la televisora del Ajusco fue severamente cuestionada por haber difundido un espot con ataques al Senado, lo que fue visto como un desquite por la reforma electoral.

Sin hablar abiertamente de la mencionada reforma, el michoacano sí aludió a la libertad de expresión, argumento que los concesionarios esgrimieron para impugnar los cambios impulsados por el Congreso de la Unión.

Incluso, Pereda Gómez se refirió al tema cuando resaltó que el éxito de los contenidos mexicanos de radio y televisión en el país se debe en buena medida a que el Estado mexicano ha permitido que se desarrollen éstos sin mayor intervención.

En ese contexto señaló la “aportación invaluable” de los medios de comunicación, porque a lo largo del territorio nacional ofrecen infinidad de programas de entretenimiento, información y cultura sin ningún costo para quienes los sintonizan.

En su respuesta, Calderón declaró ser un creyente de la libertad de expresión, aunque les advirtió que ésta debe estar asociada íntimamente al respeto a los demás y a la responsabilidad con México, así como al derecho a la información que hay en los tres órdenes de gobierno y los tres poderes de la Unión.

Por eso les hizo un llamado “respetuoso” para que asuman su papel, lo que va más allá del entretenimiento o las notas de alto impacto, porque implica fomentar la cultura cívica, los valores y la generación de una conciencia colectiva que lleve más rápidamente a los mexicanos a mejores estándares de desarrollo, responsabilidad, democracia y bienestar. Además de que su colaboración será clave en la batalla para recuperar el orden y la seguridad en el país.

Al final se mostró confiado en que los industriales de la radio y la televisión sabrán estar a la altura de los tiempos y aportarán mucho para fortalecer una cultura de apego a la legalidad, consolidar la armonía entre los mexicanos, afianzar la unidad nacional y los valores de la democracia, de la justicia y del respeto a los demás.
Nota de Claudia Herrera Beltrán, La Jornada, 11 de octubre.

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