HACIA LA NUEVA DIRIGENCIA DEL PAN. 5. MANUEL ESPINO.

La mayoría de los 88 comentarios, 25.23% de 325, se organizan en torno a tres ejes temáticos. El primero, las especulaciones sobre si el actual presidente del PAN buscaría o no la reelección. El segundo, a propósito de un artículo que publicó en el periódico El Universal el martes 16 de octubre. El tercero, la decisión de no reelegirse.

Parte de esa lucha la vive en carne propia el presidente de la República, pues enfrenta la animosidad de la dirigencia de su partido, el PAN, cuyo líder, Manuel Espino, se resiste "a revivir" el viejo modelo priista de partido-gobierno, el cual no parece disgustarle nada a Calderón.
Igualmente, en las filas panistas en el Congreso parece haber una declaración de independencia del Ejecutivo, al sumarse a la llamada partidocracia, donde sin duda alguna el PRI, o mejor dicho Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, marcan la pauta.
Alejandro Ramos Esquivel, “Redes de poder”, El Financiero, 24 de septiembre.

Y justo en ese agitado entorno se encuentra la figura del líder blanquiazul, Manuel Espino Barrientos. Los demonios azules se desencadenan y se preparan para el mismísimo infierno: la batalla por el PAN.
Un partido, partido y sometido a inéditos embates por parte del Gymboree y su jefecito en Los Pinos. El botoncito de la reforma fiscal y su peligroso gasolinazo que dividió a los legisladores azules quienes estuvieron en curiosita rebeldía hasta que, uno a uno, recibieron puntuales presiones, perdón, instrucciones telefónicas por parte de César Nava y Juan Camilo Mouriño muestra las formas para someter, doblegar y dominar en asuntos que terminarán golpeando la línea de flotación panista.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 24 de septiembre.

A Manuel Espino se le viene otra embestida. Los amigos de Felipe Calderón, hartos de que el jefe nacional del PAN se comporte más como adversario que como aliado del Presidente de la República, lo quieren fuera del edificio de avenida Coyoacán, sede del Comité Ejecutivo Nacional, antes de que termine su periodo.
"Intentaremos precipitar su salida durante el próximo Consejo Nacional", nos reveló, hace muy poco, un importante personaje del partido fundado por Manuel Gómez Morín. El Consejo Nacional está convocado para el próximo 6 de octubre, y Espino culmina su mandato hasta el mes de marzo de 2008.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 25 de septiembre.

Como si el PAN no tuviera problemas de fuego amigo entre la cúpula partidista y Los Pinos, y el asunto de la súbita prosperidad del ex presidente Vicente Fox, se abre otro espacio de confrontación. Ahora viene la disputa por la presidencia del panismo, que estará acompañada de petardos entre los seguidores de Manuel Espino Barrientos, actual dirigente, y los consejeros cercanos al mandatario Felipe Calderón, nos comentan.
“Bajo reserva”, El Universal, 26 de septiembre.

Personajes de Acción Nacional leales a la casa presidencial preparan una declaración para solicitarle a don Manuel que renuncie a su cargo como presidente nacional, en caso de que busque la reelección a la que tiene derecho. La idea es que el duranguense no se convierta en juez y parte durante la próxima renovación programada para marzo de 2008. De acuerdo con panistas consultados, será antes del consejo nacional del 6 de octubre cuando los militantes afines al Presidente de la República lancen a su candidato: las cartas siguen firmes para los funcionarios federales Germán Martínez o César Nava
“Bajo reserva”, El Universal, 26 de septiembre.

Porque su ineptitud, mi estimado, no parece ser la causa de fondo. Es por demás relevante que la torpeza es requisito fundamental para ser parte de este curiosito gabinete de civiles. No, no, un parteaguas que usted conoce bien, fue su rol de testigo ante los tubazos entre Juan Camilo Mouriño y Manuel Espino en aquellos días de agitada bomba yucateca que desencadenaron la hormona presidencial dando como resultado la sembrada rechifla de Guanajuato. El original acercamiento entre Espino y Ramírez Acuña quienes tenían historias distantes (y distintas) detonó los focos rojos de Los Pinos donde hoy bajo ninguna circunstancia whatsoever uno puede discernir, opinar o... crecer mediáticamente. ¿Estamos, verdad?
Un insigne botón es el rebañito de legisladores azules que soportan las espléndidas presiones del Gymboree para acatar sin chistar la línea. La misma con la que tanto se flagelaron en la época dorada tricolor.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 26 de septiembre.

Que a pesar de las críticas a su gestión, Manuel Espino estudia seriamente la posibilidad de buscar la reelección como presidente del PAN. Esta inquietud se le avivó ayer, luego de saber que renunció Germán Martínez Cázares a la SFP para buscar ser el sucesor de Espino. Desde hace meses, el dirigente nacional del PAN había advertido que si el elegido de los felipistas era Martínez, podría buscar la reelección.
“Trascendió”, Milenio, 28 de septiembre.

Esto ocurre a 15 días de que Manuel Espino, actual patrón panista, le aseguró al periodista Jorge Fernández Menéndez que, si el presidente Felipe Calderón enviaba a pelear por la cima del partido a alguno de sus cercanos —César Nava o Martínez—, él se aferraría al timón hasta reelegirse, para no ceder espacios en este enfrentamiento sesgado en que tiene de su parte a los líderes de bancadas en San Lázaro y el Senado. ¿Sí va?
“Frentes Políticos”, Excélsior, 28 de septiembre.

El grupo de Espino considera que la decisión por Germán va a provocar fuertes jaloneos en el seno del partido. “Su estilo agresivo tensa mucho”, aseguró un diputado federal vinculado con el hoy jefe nacional del PAN. El ambiente entre los conservadores contrastaba ayer con la alegría de los calderonistas. Alejandro González Alcocer no cabía en sí de gusto. El ex gobernador de Baja California considera a Germán como vacuna contra la tentación de hacer del PAN un partido confesional. “Si (los yunques) no están satisfechos con sus expectativas, son libres de irse…”, comentó el bajacaliforniano, al enterarse del comentario de Torres Origel. Otro que también festejaba era el mexiquense Ulises Ramírez. “¡Ya está!”, comentó con satisfacción. Y el muy respetado José González Morfín: “¡Qué bueno, me gusta la idea, lo apoyaremos!”, dijo.
A Germán ya le tocaba. Hace tres años, su jefe y amigo, Felipe Calderón, lo bajó de la contienda interna y lo obligó a respaldar a Carlos Medina Plascencia, candidato de los doctrinarios del PAN. Pero la “cargada” falló. La elección interna la ganó el polémico duranguense Manuel Espino Barrientos, quien ha anunciado, una y otra vez, que irá por la reelección si Felipe mete las manos en la elección interna. No hay duda de que ya las metió. Hay que ver si el actual jefe nacional cumple su palabra.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 28 de septiembre.

Especular hoy sobre lo que podría suceder en una justa que, al menos hasta el viernes, se prevé realizar en marzo, parece ocioso. Más cuando de sobra se sabe que, fiel a su decir, el actual jefe nacional, Manuel Espino, debe haber iniciado en tierras chilenas, donde ahora se encuentra el análisis de una eventual reelección y que, de no darse ésta, habrá quien asuma el liderazgo de los que apuestan por un proyecto distinto al de construir un partido, en su manera de actuar ante el poder, “a imagen y semejanza del otrora poderoso PRI”.
Enrique Aranda Pedroza, “De naturaleza política”, Excélsior, 30 de septiembre.

Con razón. dice el presidente del PAN, Manuel Espino, al tomar la protesta al representante general de su partido en los United, Mike González, y a su consejo estatal, en la Plaza México de Lynwood, California, en la cual estuvo presente también el expresidente Vicente Fox Quesada: "el PAN quiere ser el partido de los migrantes"...
Planteó que el blanquiazul desea actualizar su posición frente al fenómeno migratorio, aprender de su experiencia propia, crear propuestas y sobre todo "escuchar" a los migrantes, no como simple acto partidista sino como oportunidad de trabajar por el reconocimiento de la dignidad de los mexicanos que viven fuera de su país.
O sea, cómo, a ver si entendimos: como en este sexenio se va a batir récord de todos los que van a migrar porque aquí no hay empleo, por eso AN es el "partido de los migrantes"... captamos bien, ¿no?
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 2 de octubre.

El evento del PAN en Los Ángeles, California, fue bueno pero no excelente. Unos cuantos panistas inconformes, algunos perredistas y hasta miembros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, la APPO, aguaron la fiesta al dirigente Manuel Espino y al ex presidente Vicente Fox, nos cuenta Antonio Alvarado, secretario de Comunicación de Acción Nacional.
En una labor de control de daños, nos dice que el hombre que se tiró al piso, Ramón Mejía López, vino a descomponer la sesión con los panistas residentes en Estados Unidos.
Pero hubo al menos un infiltrado del PRD que atacó al ex mandatario, con los gritos de “ladrón”, que fueron acallados con el “fuera, fuera” de los panistas, nos explica
“Bajo reserva”, El Universal, 2 de octubre.

En el PAN, como todos saben, desde el gobierno de Felipe Calderón se impulsó la postulación de Germán Martínez Cázares, quien tiene muchas posibilidades de ganar la presidencia del partido, salvo que el actual presidente, Manuel Espino, decida buscar la reelección. Si al final de cuentas Espino decide continuar, se verán reducidas las posibilidades del ex secretario de la Función Pública. Aun así, el control que logró entre los consejeros panistas el grupo de los llamados doctrinarios y, sobre todo, los felipistas, le dan al delfín del Presidente muchas posibilidades de triunfo.
Pero acaso lo más importante en la contienda interna que vivirá Acción Nacional durante los seis meses por venir es que, luego de una década en la que la estructura directiva de ese partido estuvo en manos de la extrema derecha —y especialmente jefaturado por El Yunque—, con la eventual llegada de Germán Martínez Cázares regresará a la dirigencia de los azules una nueva generación del panismo doctrinario, que controló el partido desde febrero de 1987 —con la llegada de Luis H. Álvarez, al que le siguió Carlos Castillo Peraza y luego Felipe Calderón, hasta sumar 12 años de control de la estructura del partido—, y que lo dejó en manos de la extrema derecha con la llegada de Luis Felipe Bravo Mena, en 1999, al que sustituyó Manuel Espino
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 2 de octubre.

Que desde Los Ángeles, California, Manuel Espino salió a ponerles un alto a quienes aseguraban que, presionado por el madruguete de Germán Martínez y César Nava, esta misma semana definiría si buscaría la reelección a la presidencia del PAN. “Nadie me va a obligar a mí a tomar una decisión”, enfatizó Espino. “Yo tomaré mi decisión cuando lo considere prudente. Me parece demasiado, demasiado temprano para andar pensando en si voy a buscar la presidencia del partido o no”. Espino dijo que esperará a que el PAN lance la convocatoria. Pero advirtió que “está muy difícil que alguien me quiera forzar a entrar o a salir del ruedo; a mí nadie me baja y a mí nadie me sube”.
“Trascendió”, Milenio, 2 de octubre.

La verdad nadie sabe qué quiere el Sr. Manuel Espino, suponemos que ya perdió de tal forma la brújula, que ya no sabe ni dónde está su parroquia para ir a confesar sus pecados, que deben ser en gran cantidad.
Sólo hay que ver los últimos resultados electorales, bueno, quitando Baja California Norte, que el PRI les entregó al tener como candidato a Hank. En el resto de las elecciones el PRI los ha avasallado, y desde luego que esto se lo deben a Espino, hoy como nunca le urge al PAN tener elecciones y poder quitar a este señor, que la verdad no es más que un aliado de Fox y la Sra. Marta y que hace todo lo posible por meterle el pie al presidente Calderón, a quien le basta con los problemas que tiene en el país como para tener al enemigo en casa.
Yazmín Alessandrini, “Circo Político”, Crónica, 3 de octubre.

Germán Martínez Cázares le mandó un mensaje al actual líder nacional del PAN, Manuel Espino: que está seguro de que heredará su oficina (con todo y aquello de la reelección que anunció el segundo) y prometió no revolver el gallinero ni conspirar en su contra ahora que impulsa campañas en Michoacán, Chiapas y anexas. Ya hasta equipo tiene: se llevó de portavoz a Homero Niño de Rivera, quien ya desempeñó encomienda similar en la Secretaría de Energía
“Frentes Políticos”, Excélsior, 4 de octubre.

A Manuel Espino cuando no le llueve le relampaguea. Apenas regresaba de Los Ángeles, donde los gritos y protestas contra el ex presidente Fox le echaron a perder su primer evento internacional del PAN, y aquí lo remataron. El fallo del Tribunal Electoral que obliga al CEN panista a reconocer a Juan Carlos Martínez como secretario de Acción Juvenil, es un golpe directo a Espino, que impulsó la anulación de la elección de la que surgió ese dirigente. Mientras don Manuel se sobaba, cuentan que en influyente oficina de Los Pinos se escuchó ayer: “¡Yes!”…
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 4 de octubre.

El TEPJF revocó ayer la resolución del pasado 20 de agosto, relativa a la no ratificación de la elección del calderonista Juan Carlos Martínez Terrazas como secretario nacional de Acción Juvenil del PAN. Ordenó la instalación dentro de las 48 horas siguientes a la notificación del acuerdo.
En la sentencia aprobada por unanimidad se estableció que resultaron sustancialmente fundados los agravios señalados por Martínez Terrazas, en los que indica que el CEN del PAN carece de facultades para ratificar o no el procedimiento y resultado de la elección. Un triunfo más para Juan Camilo y otra derrota para Manuel Espino.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 4 de octubre.

Doble golpe del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a la dirigencia del PAN, encabezada por Manuel Espino, y, en general, a toda la corriente de ese partido que desea marcar distancias respecto a la Presidencia de la República, a pesar de ocuparla un militante del partido albiazul, Felipe Calderón Hinojosa.
Los magistrados del TEPJF concluyeron que el PAN transgredió el principio de confidencialidad de los datos del padrón electoral al utilizarlos en el programa Redes por México, que operó vía Internet para sumar adeptos a su candidato presidencial en 2006. Golpe contundente, pues contribuye a crear más dudas en torno al controvertido triunfo de Felipe Calderón.
Por esta causa, Acción Nacional había sido sancionado por el IFE, pero al revisar el caso, el TEPJF estimó que el castigo debe ser mayor. Más dolorosa para la dirigencia encabezada por Espino tal vez resulte la decisión de la sala superior del TEPJF de confirmar el triunfo de Juan Carlos Martínez Terrazas como secretario nacional de Acción Juvenil del PAN.
La victoria de Martínez Terrazas fue anulada por la dirigencia panista por supuestas irregularidades, pero la razón principal es que ese joven dirigente fue considerado una imposición desde el círculo cercano al presidente Calderón, quien ahora trata de ganar la presidencia del partido con Germán Martínez.
Miguel Ángel Rivera, “Clase Política”, La Jornada, 4 de octubre.

No es cierto que los principios panistas indiquen que el partido debe tener distancia con su gobierno. Por supuesto, el partido en el poder no puede ser una simple sucursal del gobernante en turno, mas es absurdo que el Presidente no pueda apoyarse en su partido, para sacar adelante su programa. El punto es más importante porque, según los estatutos del PAN, el dirigente del partido tiene atribuciones muy amplias, como la selección de los coordinadores parlamentarios, que responden a ese dirigente y no al jefe del Ejecutivo. Y, al controlar al partido, la corriente que encabeza Espino ha conseguido colocar muchas de las dirigencias estatales y a candidatos locales
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 5 de octubre.

A ver cómo le va al PAN este fin de semana.
Por un lado, Manuel Espino —quien sigue consultado con la almohada si busca la reelección— seguramente ya tomó algún té para los corajes. El Tribunal Electoral le dio un revés al pedirle reconocer el triunfo de Juan Carlos Martínez Terrazas como secretario de Acción Juvenil, quien es identificado con Calderón.
Pero más interesante aún: este domingo tendrán una terapia grupal, digo, una sesión del Consejo Nacional del PAN donde intentarán descifrar si existe o no… ¡El Yunque!
No se ría, que es cosa seria.
Primero Dios… digo, si todo sale bien, lo analizarán en la mesa de trabajo Grupos secretos en el PAN.
—El PAN no tiene absolutamente ningún empacho en discutir estos temas y enfrentarlos con madurez— dijo Carlos Abascal, secretario general adjunto.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 5 de octubre.

Manuel Espino ya comenzó su labor de zapa contra quien se percibe como el aspirante a la presidencia en la lucha por la dirigencia del PAN. Cuando le preguntaron qué opinaba de la candidatura de Germán Martínez, el duranguense respondió que todavía no es candidato de nada y que ojalá ahora nada le impida buscar el puesto. Aludía a la contienda del 2005, cuando Martínez se inscribió al proceso, pero luego, a petición de su amigo Felipe Calderón, se retiró para dejarle el camino libre a Carlos Medina Plascencia, quien al final fue barrido por las huestes de la pareja presidencial, que inclinó la balanza a favor de Espino
“Binoculares”, El Gráfico, 5 de octubre.

Después de dos trancazos (Germán Martínez Cázares, el pie derecho del Presidente, en lucha por liderar al PAN y la orden del TEPJF de restituir al calderonista Juan Carlos Martínez Terrazas al frente de las fuerzas básicas del partido), el actual dirigente, Manuel Espino, anunció que, antes de decidir si le entra a los arrancones hacia su reelección, hará una reflexión insólita: serena. No va a renunciar como quieren los cargados al lado de Felipe Calderón ni entrará a una lucha a la que desde ayer le deslizó la etiqueta de inequitativa
“Frentes Políticos”, Excélsior, 5 de octubre.

Manuel Espino llega al Consejo Nacional en minoría; aferrado a El Yunque no ve la grieta en el Muro: promueve el liderazgo internacional de Vicente Fox y condena actitudes vergonzantes que han “generado impunidad” al interior del partido. Germán Martínez Cázares, César Nava y Juan Camilo Mouriño impulsan la cercanía del partido con la Presidencia: “sólo desde la sinrazón se puede afirmar que partido y gobiernos tienen diferente misión”. La cercanía da influencia. Espino se aferra a la “honorabilidad” de Fox, mientras los herederos del sinarquismo se alejan y buscan el amparo del poder que no se comparte. El Congreso ha hecho suya la iniciativa que eludió a Fox y los suyos; deslumbra la fantasía de un régimen “semiparlamentario” atrás del espejo del “sistema métrico sexenal”. Y la reforma del Estado llega al parteaguas del que tanto se habló en el trance de la alternancia
León García Soler, “A la mitad del foro”, La Jornada, 7 de octubre.

Dijo que no cedería a presiones y que lo pensaría serenamente, pero al líder nacional panista, Manuel Espino, de pronto lo carcomió la prisa y ayer, en la sesión del Consejo Nacional, pidió que mañana mismo se emita la convocatoria para renovar la dirigencia del partido. Fue su reacción al calderonismo que llegó con todo en un trío: Juan Camilo Mouriño y César Nava escoltaron a Germán Martínez Cázares, quien trazó un plan de largo aliento: tomar la batuta y llevarse el triunfo en todas las gubernaturas que estén en juego y la mayoría en el Congreso en 2009
“Frentes Políticos”, Excélsior, 7 de octubre.

Que pese a que lo negó el lunes, Manuel Espino terminó dándole la razón a quienes decían que, presionado por el madruguete de Germán Martínez, esta misma semana definiría si buscaría la reelección a la presidencia del PAN.
Espino había dicho que nadie lo obligaría a tomar una decisión y que le parecía demasiado temprano para andar pensando en si iba a participar.
Pero más pronto cae un hablador que un cojo.
Ayer anunció que la elección se debe adelantar tres meses, confirmando, tácitamente, que se pondrá los guantes para fajarse contra el llamado “candidato de Los Pinos”.
“Trascendió”, Milenio, 7 de octubre.

Hoy, en medio del Consejo Nacional del Partido Acción Nacional, Manuel le hace honor a la definición tiránica de Swift de una manera poco menos que burda y vergonzosa. Por un lado, se aventura a proponer la reducción de su actual periodo para que la convocatoria de sucesión se haga el próximo lunes, con lo que busca minar la campaña que apenas ayer arrancó Germán Martínez (quien se perfila como único rival de Espino) al reducirle el campo de acción. Pero, además, jugando a la campaña del miedo, pone al partido en la tablita de la confrontación de tribus (para que no digan que es un privilegio perredista) al dejar al aire la amenaza de la crisis asegurando que Acción Nacional vive en medio de manipulaciones de elecciones internas, compra de votos en convenciones, desobediencia a los órganos del partido y hasta negociaciones secretas con organizaciones opositoras. Y es que mas allá del claro cantinfleo de las declaraciones creelistas (A mí me gustaría ver un candidato que representara la unidad del partido, pero no necesariamente un candidato de unidad), Espino se está jugando todo el día de hoy, porque su pleito casado con Calderón se resuelve en este enfrentamiento de poderes que, de perder, apuntalaría la campaña de Martínez al interior de un PAN que, más que buscar una prueba del espíritu democrático de Calderón y sus muchachos, será la última oportunidad de un dirigente partidista que se ha empeñado en golpear en la dirección equivocada sin darse cuenta de que ser oposición terminaba cuando el partido llegara al poder.
Carlos Dragonné, Milenio, 7 de octubre.

Mas de pronto y por sorpresa, el sábado pasado, en la instalación del nuevo Consejo Nacional partidista, que no le es favorable en su composición, Espino lanzó la propuesta de adelantar la renovación de la dirigencia porque las circunstancias actuales “sugieren, aconsejan, hacen recomendable” que la campaña para elegir un nuevo Comité Ejecutivo Nacional arranque de inmediato.
Quiero creer que Manuel Espino de pronto recibió una señal quizá lumínica, astral o tal vez simplemente terrena y reveladora de la verdad que ha tenido perdida durante tanto tiempo, a partir de su triunfo contra el grupo que se consideraba ya el responsable del futuro panista; pero que en vez de entender ese golpe de fortuna como una responsabilidad, lo fue gastando con los pitos y las flautas de una tonada absurda y peligrosa para su partido.
Quiero también pensar que tras su propuesta haya existido una convicción noble, por vez primera investida de verdadero sentido común, de la institucionalidad que obliga a cualquier dirigente y de la responsabilidad que distingue a todo político real.
Leopoldo Mendívil, “Crónica Confidencial”, Crónica, 8 de octubre.

Quiero, por ello, suponer que la realidad se le presentó a Manuel Espino como el hecho irrefutable ante el cual no tuvo más que obrar con la lógica de lo que debe ser y no de lo que se quiere imponer; y que no haya engañado con adelantar su sucesión para establecer su cacicazgo, personal o por interpósito candidato de sus lealtades…
Todavía el viernes pasado Espino advirtió que el PAN estaba “en la antesala de una crisis” y el sábado, luego de su sorpresiva propuesta, como para frenar tal riesgo subrayó en conferencia de prensa que sólo buscaba el bien del partido, y provocó un mayor número de bocas y ojos abiertos todo lo que podía dar con otra afirmación:
“Es importante que la nueva dirigencia tenga el mayor tiempo posible para acompañar al gobierno federal, ojalá hubiera sido antes”..., cuando lo que antes más había intentado fue, precisamente, alejar lo más posible al gobierno del partido.
Leopoldo Mendívil, “Crónica Confidencial”, Crónica, 8 de octubre.

Le bastó un golpe de timón a Espino para derrumbar una cuidadosa estrategia de hace muchos meses. ¿Quieren azul celeste...? Que les cueste. Y propuso adelantar la fecha para la sucesión interna.
Todo ante las caras de what?!, desconcierto, sorpresa, confusión y desorientación. Fue tal el KO que algunos despistados ya no sabían qué hacer con su simpática playerita. Nava y Martínez se descompusieron, ahora imagínese a Calderón. Cómo rayos no pudo desintegrar a Espino y apoderarse del PAN...
Todavía faltan sobresaltos en este capítulo azul con todo y que Germán y Manuel tuvieron ayer domingo antes del Consejo, a urgente petición del primero una muy, pero muy interesante reunión. Y recuerde que hoy, my friend, se define la ruta... ¿de colisión?
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 8 de octubre.

Espino no ha dicho aún si buscará reelegirse como presidente del partido. En alguna ocasión anterior había señalado que, si Martínez Cázares se postulaba, él buscaría la reelección. Durante la campaña del 2006, Martínez Cázares y César Nava, hoy secretario particular del presidente Calderón, pelearon muchas de las batallas internas contra Espino. Pero el propio Espino debe estar consciente de lo difícil que será impedirle al Presidente, con toda su fuerza, retomar el control del partido a través de Martínez Cázares. Antes que pelear una batalla seguramente condenada al fracaso, quizá le convenga más negociar una salida digna.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 8 de octubre.

De tin marín de do... Héctor Larios, el líder de los diputados federales del PAN, no quiere decir a quién apoya para la presidencia panista, que cambiará de manos en la primera quincena de diciembre, al arranque de las posadas. Por el momento hay dos candidatos: el michoacano Germán Martínez y tabasqueño Gerardo Priego. Manuel Espino todavía “consulta con su almohada” y no ha dado señas públicas de querer buscar la reelección.
Todo mundo sabe que el gallo de Larios es don Manuel, pero no lo quiere decir.
“Bajo reserva”, El Universal, 9 de octubre.

En las cúpulas del PAN se daba anoche como un hecho que Manuel Espino anunciará en las próximas horas su decisión de no buscar la reelección como presidente del PAN. El anuncio de polémico dirigente confirmaría que ya hubo un pacto entre los dos grupos que se disputaban el control del partido gobernante y que, sin competidores de peso enfrente, el camino para que Germán Martínez se convierta en el líder del panismo está despejado.
La versión de la inminente declinación de Espino, dice también que su retiro iría acompañado de una negociación de posiciones en el próximo Comité Ejecutivo Nacional para los grupos de conservadores que él encabeza y que mantendrían cierta presencia en los órganos directivos de Acción Nacional, pero sin detentar ya el control que tuvieron durante el sexenio foxista
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 9 de octubre.

En términos prácticos, lo que está por ocurrir es la rendición y capitulación del político que, desde su propio partido, se volvió el más incómodo opositor del presidente Felipe Calderón. Si después de la Asamblea panista de junio, cuando su grupo fue derrotado y los calderonistas ganaron la mayoría de las posiciones del Consejo Nacional, Espino se había replegado y cambió su actitud pendenciera y conflictiva hacia el Presidente, ahora prácticamente lo que busca él y los grupos conservadores del PAN es un pacto que evite que en la elección interna los terminen de aplastar.
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 9 de octubre.

ACORDE con el ambiente beisbolero de otoño, Manuel Espino se vaaa, se vaaa... ¡se fue!
DE MANERA por demás sorpresiva el dirigente panista se va, a partir de hoy, dos semanas a España para tomar un curso en la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, que encabeza José María Aznar.
HAY QUIENES LEEN este viaje como la capitulación de Espino a buscar la reelección al frente del PAN.
PORQUE nomás no checa que el duranguense decida ausentarse justo ahora que está por lanzarse la convocatoria, a la que ya se apuntaron Germán Martínez y Gerardo Priego.
SI BIEN Espino puede inscribirse en el proceso hasta 10 días antes de los comicios, su regreso está programado para fines de octubre lo que prácticamente lo dejaría sin tiempo para hacer campaña.
LO MÁS RARO de todo es que el propio Espino insista en que no hay que descartarlo.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 9 de octubre.

Mañana, por cierto, y ya que andamos por rumbos panistas, parte a España su jefe nacional, Manuel Espino, quien, en su calidad de presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), clausurará los trabajos de la edición 2007 del Seminario Internacional para Jóvenes de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), la cual encabeza José María Aznar
Enrique Aranda Pedroza, “De naturaleza política”, Excélsior, 21 de octubre.

Muy significativa resultó la ausencia del dirigente nacional del PAN, Manuel Espino, en el almuerzo que ofreció el presidente Felipe Calderón Hinojosa a los integrantes de la Asociación Nacional de Alcaldes del blanquiazul, en la hondonada de la residencia oficial de Los Pinos. Nadie supo dar cuenta del porqué de esta ausencia.
José Espina Von Roehrich, secretario general de Acción Nacional, quien ocupó su lugar en ese acto, apenas y se refirió de manera tibia al presidente del partido: “A nombre de nuestro presidente nacional, licenciado Manuel Espino Barrientos, y de todos los miembros del Comité Ejecutivo Nacional de nuestro partido, reciban por mi conducto un saludo afectuoso”. Fue todo
“Bajo reserva”, El Universal, 21 de octubre.

Y ya que hablamos del actual presidente nacional del PAN, Espino, notoria fue su ausencia en la pasada reunión que el presidente Felipe Calderón tuvo con presidentes municipales de Acción Nacional.
En su representación fue el secretario general de ese partido: José Espina. ¿Cuál fue ahora el motivo que lo obligó a no ir?
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 22 de octubre.

Piense bien lo que desea, mi estimado, porque lo puede obtener. La semanita promete por las señales de definiciones en la divertidísima arena azul donde hoy, hoy, hoy, Manuel Espino Barrientos anunciará que no irá por la reelección como presidente del PAN. Con esto, el líder blanquiazul envía cordiales saludos y le desea suerte al candidato de Felipe Calderón, Germán Martínez, quien el fin de semana declaró una serie de verdades a medias, que no son sino mentiras completas.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 22 de octubre.

Y por supuesto que comenzará, hoy también, otra etapa del hostigamiento oficial mediático contra la figura de Manuel Espino, a quien se ha querido aplastar de todas las maneras posibles. Uno de los varios problemillas que Martínez Cázares enfrentará, my friend, además de sentir el peso del caprichoso dedito retozón de Los Pinos, es qué hacer para tranquilizar las aguas azul profundo. Sobre todo porque la artimaña del desencuentro y división fue orquestada, desarrollada, alimentada y arreglada desde la residencia oficial.
Sobre todo porque Calderón, junto a sus mastines mediáticos han satanizado en los últimos meses a la actual cúpula panista, además de culparlos de todos los males que aquejan a Acción Nacional. Acusarlos del mal ambiente blanquiazul, de dividir y restar, de intransigentes, de su falta total de apoyo a las iniciativas presidenciales, de su ausencia en momentos cruciales, de no arropar la figura de Felipe Calderón, de no haber comprado sin chistar los candidatos designados desde Los Pinos, de no empinarse lo suficiente para beneplácito tricolor, más las que se acumularon durante meses y meses donde la pintada de raya provino de... Los Pinos.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 22 de octubre.

Enhorabuena que Manuel, su intransigente, incómoda y cursi ideología esa de evitar que Acción Nacional involucione en una mala copia del PRI ya no estará jodiendo en medio del camino y que ¡por fin! entre los tres alegres compadres y el creativo Gymboree, mi querido lector, sacarán al gobierno adelante y el mundo azul será, nuevamente, lindo de bonito.
Todo en orden.
Todo como los ideólogos que concibieron Acción Nacional lo hubieran deseado según la hipocresía y el pragmatismo de Felipe, quien ahora se vende y simula ser el gran heredero de Carlos Castillo Peraza.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 22 de octubre.

Consultó a parientes y amigos, dice Manuel Espino y no buscará reelegirse como líder del PAN. ¿Sería porque no tiene más votos para su intento? Porque no preguntó a los 376 consejeros que harán la designación, ni a las cabezas de grupos panistas… ¿Ni al Yunque? El caso es que no participará en el proceso que tiene en Germán Martínez al más seguro ganador.
Pepe Grillo, Crónica, 23 de octubre.

El alejamiento con el equipo de Felipe Calderón, los desfiguros de la ex pareja presidencial la última semana y el activismo político contrario al Ejecutivo, nos dicen que fueron elementos que tomó en cuenta Manuel Espino para retirarse de la contienda panista. Muchos consejeros jugarán con Germán Martínez Cázares o con el ex gobernador de Aguascalientes, Felipe González.
Los mensajes que recibió el abanderado de la corriente de la ultraderecha panista fueron muy elocuentes, sabe que desde los Pinos hay un favorito y que su actuación de confrontación con la política presidencial no le beneficia. Cuando fue electo él, Vicente Fox trabajó a su favor y en contra de Carlos Medina Plascencia y hoy la historia se repite, pero en su contra.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 23 de octubre.

Ayer, el presidente del PAN, Manuel Espino, dijo que no buscará reelegirse en la elección del CEN de ese instituto político a celebrarse en diciembre.
Es una lástima, de veras, dicen, tan divertidas declaraciones que daba..., vamos a extrañarlo...
¡Mejor no decimos eso, qué tal si como Chente, al rato reaparece! Que recuerde que "el que se va, se calla", sin hacer panchos (ramírez)...
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 23 de octubre.

Pero además, después de la elección presidencial, que fue apoyada por muchos sectores, Espino ha dado malos resultados. Perdió elecciones en varias partes del país, entre ellas la gubernatura de Yucatán, y las capitales de Aguascalientes, Zacatecas y Sinaloa, en este último fue derrotado además de Culiacán y Mazatlán, en 14 municipios.
Y por lo que se ve, la cadena de derrotas continuará. Nos comentan que Acción Nacional se va desinflando en la intención del voto en Puebla, a pesar del desprestigio del góber precioso Mario Marín. Hace dos meses al iniciar las campañas con miras a las elecciones del 11 de noviembre, el PAN se perfiló en sondeos de opinión como el “gran triunfador, pues iba adelante en 16 de los 26 distritos y en la capital superaba al PRI por 12 puntos. Pero en ese lapso, nos aseguran que los candidatos del tricolor se han recuperado y van dejando atrás a los panistas.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 23 de octubre.

La batalla de ahora se ubica como parte de la lucha que se ha dado entre el partido y la Presidencia de la República, en la que Manuel Espino y Felipe Calderón han protagonizado varios desencuentros y abiertos enfrentamientos, porque el líder panista actual pertenece a un grupo diferente al que gobierna desde Los Pinos. En esa lógica, la estrategia del calderonismo para recuperar la presidencia del partido movió su ficha principal y ubicó a Germán Martínez en la pelea. La respuesta del otro grupo fue mover a una ficha de menor peso para cubrir el expediente, y al mismo tiempo, adelantar la fecha tres meses para hacer la elección.
Hasta hace unos días la estrategia parecía avanzar sin mayores problemas: Martínez como el candidato de Los Pinos y Priego como una carta para cubrir el expediente. Pero el pasado 16 de octubre Manuel Espino lanzó una especie manifiesto, un artículo en EL UNIVERSAL, y declaró prácticamente la guerra a sus adversarios. Pudo haber sido sólo para calentar el ambiente, para apoyar a su candidato Priego, pero también se leyó como expresión de que Manuel Espino había decidido buscar la reelección. Sin embargo, ayer en la mañana, en un noticiero de televisión, Espino afirmó que no buscará reelegirse, quizá porque calculó su derrota
Alberto Aziz Nassif, El Universal, 23 de octubre.

De todas formas, su artículo del 16 de octubre no tiene desperdicio, es una pieza de retórica política, un discurso político abiertamente maniqueo, que hoy se puede leer como su acta de defunción al frente del PAN. Prácticamente tiene un solo objeto ideológico: ellos contra nosotros, pero abunda en adjetivos para descalificar a sus adversarios. Por si alguien tenía dudas o minimizaba el conflicto entre los grupos panistas y entre el actual jefe del partido y Felipe Calderón, este texto deja en claro que hay una guerra, dos proyectos y dos fuerzas en la búsqueda del control partidista.
En el discurso, Espino construye a sus adversarios como “enmascarados” de una posición de “centro liberal”; la bandera de Martínez es la de regresar al PAN al centro. La descalificación logra hilar hasta cinco adjetivos seguidos: “facciosos, radicales, mezquinos, fanáticos e intolerantes”. Acusa a esos personajes, “funcionarios públicos federales”, de haber traicionado al panismo y reproducir el “viejo estilo PRI”. Usa un lenguaje extremo en su llamado: “apostar la vida en un esfuerzo serio y valiente”.
Alberto Aziz Nassif, El Universal, 23 de octubre.

Si Gómez Morín, la figura liberal del panismo, leyera este texto, probablemente le daría un infarto. También hay confusión en la escritura de Espino, como cuando equipara a sus contrincantes con Martín Lutero, es decir, con rupturistas; o cuando afirma que hay que “retomar la causa más allá del proyecto”. Sin duda, Espino puede citar a Gómez Morín, pero su corazón late con el ritmo y los olores cristeros, a pesar de ser un panista norteño. En el entramado de su lenguaje Espino devela su adscripción ideológica, como un político completamente ubicado en la derecha extrema, esa que no le importa vincularse con los pinochetistas en Chile o los herederos del franquismo en España
Alberto Aziz Nassif, El Universal, 23 de octubre.

Manuel Espino sacó ayer su banderita blanca. Se rindió, sí, pero no porque se le acabaran las ganas de reelegirse al frente del PAN, sino porque sabe que su crédito se agotó desde el día en que Felipe Calderón se impuso como candidato a la Presidencia de la República
“Frentes Políticos”, Excélsior, 23 de octubre.

Es a Manuel Espino, y a nadie más, a quien el panismo le cobra hoy, entre muchos otros errores, la factura de dejar crecer esa fantasía alimentada durante buena parte del sexenio de Vicente Fox: que aquella comedia negra, que sólo Juan Orol se hubiera atrevido a dirigir, haya estado en cartelera durante una larguísima temporada: Marta Sahagún , candidata panista a la Presidencia de la República
“Frentes Políticos”, Excélsior, 23 de octubre.

Charlamos con Manuel Espino después de que anunciara en Primero Noticias, el programa de televisión que conduce Carlos Loret de Mola, que no buscará reelegirse como presidente del PAN. Nos aseguró que en el seno del PAN un grupo estaba preocupado con la posibilidad de que él continuara al frente y siguiera poniendo los puntos sobre las íes. “De todas maneras lo voy a hacer, pero ya sin la responsabilidad de la dirigencia”, advirtió el duranguense.
Manuel precisa que su posible participación en la contienda generaba rechazo en “algunos” —no quiso precisar quiénes— que se sentían inseguros en sus proyectos particulares, pero negó que esa haya sido la causa de su decisión.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 23 de octubre.

-¿Su decisión tampoco tiene qué ver con la fortaleza de Germán Martínez, candidato de Felipe, y el apoyo que tiene de Los Pinos? —le preguntamos—.
-Ciertamente que sí hay apoyos del gobierno a Germán, y eso como que no le cae muy bien a mucha gente. Pero yo no hice cuentas. Me remito a los hechos. Hace tres años le dieron todo el apoyo a Carlos Medina, se armó una cargada en su favor. Los números eran muy desfavorables para mí. Si hubiera hecho cuentas no le entro. “Lo hice con el propósito de dar un testimonio de la necesidad de rescatar la práctica política al estilo del PAN. Eso generó condiciones y al final una victoria. Me siento capaz de convencer a gente de voluntades libres. No le tengo miedo a la competencia. Mi valoración es de otro tipo.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 23 de octubre.

“Es muy triste que la gente le entre a una contienda asumiendo una actitud de cuentavotos. El partido participó muchas veces en elecciones a sabiendas de que no iba a ganar, pero entendía que había que dar testimonio, sabía que su esfuerzo iba a empujar un proyecto de largo plazo. Tenemos que regresar al concepto de ver la causa superior, y no el proyecto particular que se agota en un trienio o en un sexenio.”
Al encaminarse a la puerta de salida del edificio de Coyoacán, Espino lanzó una voz de alerta sobre el “cambio” que se produce en Acción Nacional y que ha llevado a la intromisión del gobierno en asuntos internos, la compra de voluntades con ofrecimiento de cargos, practicas como el dedazo. -¿Si deja el campo libre, esto puede mejorar? —cuestionamos—. -Pues francamente no lo sé, pero como dirigente del partido, al exigir congruencia, respeto a las reglas, a la tradición democrática del partido, se generó una especie de corriente rebelde, contestataria, que tampoco es bueno que se genere.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 23 de octubre.

El duranguense asevera que la crítica que hace al partido es compartida por muchos panistas. “No he tenido un sólo reclamo, puras expresiones de reconocimiento, de felicitación, de darme la razón. A muchos les dije ‘pero no me lo digas a mí, dilo públicamente. Aquí necesitamos voces que se atrevan a decir en voz alta lo que está pasando en el partido’”, remató
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 23 de octubre.

Esta puede ser una gran, enorme noticia, no sólo para Germán Martínez o para Felipe Calderón, sino para la nación entera: Manuel Espino no buscará la reelección en su cargo como dirigente del Partido Acción Nacional.
Desde el pasado Consejo Nacional, el 2 de junio, en León, Guanajuato, de manera anticipada, se hizo creer que el que iba con todas las de ganar para presidir el PAN sería César Nava. Y ¡vaya sorpresa!, resultó que siempre no, que “el bueno” era Germán Martínez. El que había llamado a Espino y compañía los “meones de agua bendita”, era el elegido de Los Pinos para competirle la silla blanquiazul al espinado y espinoso dirigente. Así que Espino intentó utilizar su último as bajo la manga: manipular los tiempos de la elección: fue en la reunión del Consejo Nacional panista, el pasado 6 de octubre, cuando se anunció que se tomaba la decisión de realizar los cambios para adelantar la fecha de renovación de la nueva dirigencia; adelantarlos para noviembre. Propuesta impulsada por Espino, quien en ese momento dijo que los tiempos los marcaban los estatutos, y en una suerte de jugada política de primaria respondió con el destape de Gerardo Priego, actualmente diputado federal y uno de los hombres más leales a la causa de Espino.
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 23 de octubre.

¡Nooooooooooooooooooooooooooooo! Ésta fue la primera expresión que me salió del alma cuando supe la mala nueva de que Manolito Espino, gran luchador de las causas de la democracia, afirmó que no va por la reelección debido a que no hay condiciones de equidad, pues Germán Martínez, The Nerd, es como el Yurem de la Nueva Banda de FelIFE. Digo, aunque es bien sabido que Espino ha sido para Calderón más estorboso que El Peje (a ver, ¿por qué los amalichuchos y el Ingeniebro no exigen también que el representante de la Ley del Yunque reconozca la legitimidad de Jelipillo?), tampoco es como para que lo hagan sentir como Fidel Herrera a la familia Yunes durante la boda del Chiquiyunes, al adornar el World Trade Center, donde se llevó a cabo la pachanga, con su bonita y estética imagen propagada en decenas de pendones. El director del ISSSTE se debió de haber sentido en Zongolica. Eso ha de haber sido más aterrador que ser invitado a comer por el Caníbal de la Guerrero.
Jairo Calixto Albarrán, “Política cero”, Milenio, 23 de octubre.

Desde ahí, una vez adelantados los tiempos de la sucesión, la estrategia de Germán Martínez fue la de fortalecer su candidatura por todo el país, con el respaldo de sus principales operadores políticos: César Nava y Juan Camilo Mouriño. Mientras que Manuel Espino no tuvo el tiempo suficiente para cambiar su estrategia para permanecer en la dirigencia nacional, de manera que supo leer lo que pasaba en el entorno y decidió ayer, y seguramente presionado por las perspectivas de una derrota apabullante, que no buscará reelegirse. Pues, en una entrevista radiofónica, Espino informó que se siente “muy tranquilo, muy contento, de haber tomado ya finalmente esta decisión. Era importante tomarla cuando estuviese ya el proceso de renovación de la dirigencia, no antes”.
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 23 de octubre.

¿Qué circunstancias lo llevaron, realmente, a declinar su aspiración? Seguramente que la señal era más clara que el agua: sabía que tendría mayores posibilidades de ganar Germán Martínez, pero que además, haciéndolo de esta manera, tendría la oportunidad para sentarse a la mesa del diálogo y con ello quizá negociar algunas posiciones dentro del PAN, para así no quedarse fuera de la sucesión. Sobre todo por que se acercan, a menos de un mes, las elecciones en Michoacán, por lo que al PAN y por supuesto a ningún miembro del blanquiazul les convendría llegar divididos a este y a cualquier proceso electoral en el futuro. Bajo esta lógica, parece acertada la decisión de Espino de hacer pública su declinación a la dirigencia nacional, el salir oportunamente sin abrir heridas ni provocar encontronazos adentro. Pues Felipe Calderón necesita de un hombre en quien confiar, no un enemigo dentro de su partido, como lo ha sido, al menos hasta el momento, Manuel Espino.
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 23 de octubre.

Peeeeero (y aquí lo escribimos la semana pasada) las declaraciones hechas por el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, en el sentido de que la actual dirigencia panista tendría lazos con el narcotráfico, terminarían teniendo una influencia, definitiva, sí, en el proceso interno del PAN. Los malpensados intuitivos diríamos que, con su declinación, Manuel Espino estaría dando acuse de recibo... Pero eso ya pertenece a los terrenos de las historias policiacas…
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 23 de octubre.

La buena noticia del día: una bestia menos al frente del micrófono; Manuel Espino no buscará la relección en la presidencia panista; la mala, que allí viene la otra
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 23 de octubre.

Aunque diga que no es un cuentavotos, creo que Manuel Espino decidió por instinto de supervivencia tirar la toalla antes de que sonara la campana.
Si es así, fue una decisión sabia que le permitirá preservar una dignidad que no merecía ser ofendida por la blitzkrieg de Los Pinos rumbo al edificio nacional del PAN. Guste o no al calderonismo, Espino será para la posteridad el presidente del PAN cuando el partido hizo la hazaña de vencer a Andrés Manuel López Obrador y ganó una cifra récord de senadurías y diputaciones federales. Será difícil regatearle el autoelogio que acompañó su anuncio de que no irá por la reelección: “El balance de mi gestión es muy positivo”.
Después del 2 de julio, Espino mostró con descaro sus desarreglos con Felipe Calderón. Nada extraño hay, pues, en que el Presidente de la República haya puesto en marcha una estrategia para tener a un líder del PAN menos rasposo.
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 23 de octubre.

Creo que Espino, buen político, refunfuñará, acusará con cuidado a Germán Martínez de estar haciendo cosas que chocan con las prácticas históricas del PAN, deslizará aún con más tacto que Los Pinos quieren hacer del PAN un viejo PRI, pero le dará vuelta a la página repitiendo que su decisión fue “personalísima” y “para contribuir a crear un ambiente de estabilidad interna”.
Aquí se escribió tres veces que no había conflicto grave en el PAN, que el enredo que tenían lo resolverían sin contusiones. Y que Espino no le aguantaría un round a Calderón. Por eso me quedo con la idea de que, antes de salir volando en el primer intercambio de jabs y cruzados con Germán Martínez, optó por decir: “¡No va más!”
Para salvar cara, dirían los españoles. O los gallegos de Santiago de Compostela, a donde Espino suele ir a rezar.
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 23 de octubre.

Como van las cosas, y si en efecto Manuel Espino queda fuera de la jugada al verse en más desventaja que Everardo Moreno frente a Madrazo, no dudaría que Catémoc Cárdenas, congruentemente, le entrara a la lucha por la presidencia de Acción Nacional.
Aún así, sin el Hannibal Lecter del blanquiazul, oséase Espino, las elecciones panistas van a ser más aburridas que la impugnación de Hank Rhon a los procesos electorales que lo mandaron a la B grande de México.
Jairo Calixto Albarrán, “Política cero”, Milenio, 23 de octubre.

Ahora, en entrevista con EL UNIVERSAL, Espino Barrientos dice que varios funcionarios del gobierno andan de paseo por el Jurassic Park, diría Steven Spielberg:
—Eso contribuye a reinstalar las viejas prácticas del PRI donde desde el gobierno se tripulaba al partido, y yo apuesto por la autonomía del partido frente a cualquier expresión de gobierno, aun aquellas que son emanadas de nuestras filas.
Mmm. Varias preguntas.
¿Apenas se dio cuenta? Qué, ¿nunca sucedió durante su gestión o durante el sexenio de Vicente Fox? A todo esto, ¿no lo encabezó él? ¿No es bien priísta también acusar y señalar sin decir nombres?
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 24 de octubre.

La renuncia a la posibilidad de reelegirse por parte de Manuel Espino, nos dicen, entre los panistas no causó sorpresas, lo que sucede es que contó muy bien con cuántos votos lograría amarrar la victoria o cuando menos competir con Germán Martínez Cázares, y al parecer sus cuentas lo llevaron a decidir no insistir en su reelección, puesto que quizás no pasaría ni el primer corte.
Espino siguió una tradición del panismo, en la que los dirigentes nacionales optan por hacer mutis antes que fracturar a su organización política. En este caso, nos dicen que Felipe González, el “senador pistolas” como lo conocen algunos de sus compañeros, se fue por la libre, sin ninguna posibilidad de éxito.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 24 de octubre.

Nos dicen que Manuel Espino no obtendría los 280 votos para ganar la reelección. La duda que tienen los panistas es si su retiro fue negociado con el mismo presidente Calderón y con el ex secretario de la Función Pública y hoy candidato a sucederlo.
El duranguense rechazó antes la oportunidad de integrarse al servicio exterior, cuando Calderón Hinojosa asumió la Presidencia de la República, y ahora se advierte difícil que puedan ofrecerle el “exilio dorado” como recompensa a su negativa de reelegirse.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 24 de octubre.

Todo esto porque sale Espino a decir que se va del PAN muy preocupado por la intromisión del gobierno en el proceso de renovación de la dirección panista. El presidencialismo latinoamericano, tan abigarrado, está lleno de mecanismo de división de los liderazgos, lo que no siempre resulta eficiente. Aquí en México por un lado están los presidentes de los partidos y por otro las cabezas de las fracciones parlamentarias. A la hora de los acuerdos legislativos los líderes de los partidos apenas si cuentan y permanentemente asoman los conflictos derivados de la bicefalia. Y eso en los partidos que no están en el gobierno.
La declaración de Espino parece más un gruñido de despedido que un reclamo real de salvación partidaria. Es legítimo que el Presidente de la República quiera ganar el liderazgo de su partido. Lo necesita para gobernar y si lo hace en el marco de las reglas estatutarias, a través de su candidato, y sin utilizar recursos públicos de manera ilegal, entonces ampliará su capacidad de maniobra política.
El Presidente de la República no es un ser surpolitique, un ente que flota por encima de las negociaciones políticas. Es, por el contrario, el líder de la política nacional avalado por el voto ciudadano. Algo de ascendiente le debe significar eso en su partido. Que juegue sus cartas es legítimo y benéfico para la claridad del juego.
Jorge Javier Romero, Crónica, 24 de octubre.

Ninguna relación tienen estos hechos entre sí como no sea su provecho para probarnos cómo cambian los vientos de la vida y cómo un hombre capaz en su momento de desafiar y enfrentar al entonces candidato a la Presidencia de la República, Felipe Calderón, al “chaparrito, pelón, de lentes”, se ve hoy abatido y humillado por una simple razón: en política y en todo lo demás de la vida nada es para siempre, ni siquiera el relativo poder de presidir un partido político. Y además, en un choque contra el poder, como contra la gravedad, nadie gana, excepto el primero y la segunda.
Manuel Espino ha dicho en todos los tonos la preocupante (para él) circunstancia de ver al Partido Acción Nacional convertido en un centro político al servicio del poder presidencial cuando sus sueños guajiros le demandan lo contrario: poner al Presidente al servicio del partido y más, ponerlo todo a la orden del ex Presidente de la República.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 24 de octubre.

En estas condiciones, mientras Espino jugó con su cuestionable importancia en el extranjero gracias a los membretes derechistas de la Organización Demócrata Cristiana de América (bajo su presidencia) y la Organización Mundial de Centro, donde incrustó como co-presidente al impresentable Vicente Fox, para presionar a Felipe Calderón y mantener el manto protector sobre los antiguos amos, el gobierno, el calderonismo atestiguaba silencioso y quizá halagado la implacable demolición de las imágenes públicas de Marta Sahagún y su esposo.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 24 de octubre.

Por otra parte, Espino no ha dado buenos resultados en términos electorales. Aparte de la presidencial, el PAN ha perdido elecciones en varios estados: la gubernatura de Yucatán y las capitales de Aguascalientes, Zacatecas y Sinaloa, además de Culiacán y Mazatlán, en 14 municipios.
Y vienen las elecciones en Puebla, y la instalación, en la Cámara de Diputados, de la comisión que investigará a los Fox. Los escándalos, es obvio, continuarán, puesto que la ex pareja presidencial nunca se ha caracterizado por su prudencia. Y está en el aire el asunto de Enciclomedia, ya que parece que varios de los contratistas, muy cercanos a Fox no cumplieron con sus compromisos.
Maite Reyes Retana, Milenio, 24 de octubre.

Y después le dicen: se ha rajado Espino, lo cual es equiparable a una visita al dentista cuando ya nada se puede hacer por el podrido molar. Le han retirado la muela no del juicio, pero sí del perjuicio.
Hoy el duranguense debe estar en abierta revisión no del catecismo panista sino del Atlas pues a cambio de la docilidad real de su salida (con todo y los exabruptos epistolares), le darán muelle sillón en vistosa embajada. Quizá lo veamos pronto escuchando fados y comiendo riñones en Lisboa.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 24 de octubre.

DE MANERA intencional, dirigentes de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) comenzaron a soltar desde hace algunas semanas que su presidente, el panista Manuel Espino, no debería buscar la reelección en la dirección del PAN, por la simple razón de que sin ser líder panista puede seguir al frente de la ODCA, pero esta función quedaría en predicamento si resultara derrotado en una contienda interna. En diversas ocasiones, representantes de la organización impulsaron esta idea, sin que el propio Espino la desmintiera. Casual o no, el mensaje se dio y don Manuel declinó buscar su reelección en la dirigencia del partido.
“Bajo reserva”, El Universal, 24 de octubre.

Pero más allá de las incongruencias y los arranques de humor involuntario que muestra el señor Espino, sus acusaciones y señalamientos no son un asunto menor. Primero hay que decir que golpea fuerte a Calderón, al candidato Germán Martínez y al PAN, para subir el costo de una negociación que ya está en proceso. Germán Martínez, como ya se dijo en este espacio, no hará una purga de la ultraderecha y menos perseguirá a Espino. Pero Espino sí requiere vender cara su derrota. Será, según dijo, la conciencia crítica del partido, algo así como el “presidente legítimo” del PAN, frente a un Germán Martínez que ocupará el lugar de “presidente espurio” de Acción Nacional. ¿No es de risa?
Y, en efecto, nadie puede negar que desde Los Pinos se impulsó la candidatura de Germán Martínez como nuevo jefe de Acción Nacional. Pero lo que no sabe Espino es que a partir de la convicción del panismo calderonista —de que el partido debe ser un aliado del presidente surgido de sus filas—, la primera discusión y definición de la hipotética gestión de Germán Martínez será precisamente la de aclarar la relación del partido frente al gobierno federal, los gobiernos estatales y, sobre todo, los poderes reales, que son su representación en el Congreso de la Unión, los congresos locales y los encargados del gabinete presidencial
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 24 de octubre.

Ahora mal, no piense usted, no se raja de buscar la reelección porque no vea oportunidad de reelegirse (noooo, qué va):
—(A diferencia de hace tres años) Creo que lo importante hoy es que contribuyamos a un ambiente de estabilidad interna en el PAN.
Y lo quiere lograr, pienso, contribuyendo con esas lindas declaraciones en contra de los panistas con tintes priístas. O bien… apoya al presidente Calderón cuando hace años decía que todos tenemos un pequeño priísta dentro. ¡A saber!
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 24 de octubre.

Manuel Espino, aún presidente del PAN, anunció que no buscará reelegirse en el cargo usando el estilo que ha marcado su gestión: tirando golpes a todo lo que se mueva, excepto si se trata de Vicente Fox. Acusó, sin decir nombres, a quienes han replicado las prácticas priístas en el blanquiazul, y a quienes han adelantado los tiempos electorales, a lo que el primer apuntado, Germán Martínez, respondió diciendo que quien apresuró la elección fue el propio Espino
“Binoculares”, El Gráfico, 24 de octubre.

Frente a problemas mayores, lo demás son minucias. Por ejemplo, el que Manuel Espino se haya convertido en un peligro para ciertos panistas michoacanos. A uno de ellos lo describió el año pasado como “chaparrito, pelón y de lentes” (de donde algunos tecleadores atentos formaron el neologismo Chapelén), cuando menos peor necesitaba quedar ese candidato ante los electores; ahora está en camino de etiquetar a otro como pelele, espurio e ilegítimo en caso de que llegue a la presidencia (del PAN, no de la República). Sucede que el dirigente blanquiazul ha dado un paso atrás, al declinar la posibilidad de buscar un nuevo periodo directivo, para dar el tope más fuerte, pues a unas horas de ese retiro táctico ya está acusando al Favorito de Los Pinos, Germán Martínez, de irresponsable por violentar los tiempos de la sucesión panista, a más de que el susodicho Espino desliza una y otra vez señalamientos contra los dados cargados, la falta de equidad y las maniobras cupulares a favor de quien podría quedarse como candidato único para subrayar que es un pelele de la casa presidencial y que su supuesto triunfo sería ilegítimo, espurio (¿la historia se repite, pero en este caso las dos veces son de caricatura?).
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 24 de octubre.

La más acabada réplica a eso de la naturaleza de los líquidos que desalojan Espino y el ala panista que lo apoya, quedó impresa en un artículo publicado por El Universal la semana pasada. En su colaboración “PAN: conciencia contra apariencia”, Manuel Espino recurre para ejemplificar lo malévolo de sus antagonistas que le disputan la dirección de Acción Nacional, a cuya relección declinó participar hace dos días, a una comparación que lo revela de cuerpo entero. En plena línea con la ortodoxia de la Contrarreforma vilipendia y lanza epítetos ofensivos contra Lutero: “La actitud sicopatológica de quienes han traicionado al PAN en nombre de su historia y de su doctrina recuerda el comportamiento acomodaticio de Martín Lutero, que lo llevó a justificar su defección. Ya desviado, su soberbia se hizo diatriba contra el rey Enrique a quien, sin escrúpulo, describió como un cerdo, un imbécil y un mentiroso que merecía, entre otras cosas, estar cubierto de excremento”
Carlos Martínez García, La Jornada, 24 de octubre.

Manuel Espino podrá culpar a quien quiera, pero la verdad es que ¿quién va a querer a un presidente panista identificado con Vicente Fox y Marta Sahagún? El nuevo gobierno necesita un nuevo PAN, no cargar con lastres de un pasado que preferirían enterrar.
Así es la dinámica, y lo mismo que está viviendo hoy Manuel Espino lo vivirá en unos meses Leonel Cota.
Maite Reyes Retana, Milenio, 24 de octubre.

Manuel Espino no presenció el acto de vinculación social amenizado por Alex Lora, no sólo porque es más aficionado al canto gregoriano, sino porque estaba ocupado apagando las veladoras de su oficina, la más grande del inmueble, misma que a partir del próximo mes de diciembre ocupará el señor Martínez, enviado del Ejecutivo Federal para hacer del PAN una oficina al servicio de Los Pinos.
Espino no cargará los peregrinos como líder nacional del blanquiazul. El rudo tiró la toalla. Llegó para él la hora de pagar facturas. Le saldrá caro el desdén con el que siempre ha tratado a Felipe Calderón. Una cosa era tratar con esa indiferencia que denota menosprecio a un aspirante chaparrito, pelón y de lentes, con posibilidades mínimas de obtener la candidatura presidencial del PAN y otra, muy diferente, es aplicarle ese trato al Presidente de la República. Lo hizo de manera sistemática y por eso va de salida. Su sueño de convertirse en el hombre fuerte del PAN, calculando incluso que López Obrador venciera en la elección del 2006, se ha transformado en pesadilla.
La ola calderonista le está dando una arrastrada de pronóstico reservado. No tiene de dónde asirse. No encuentra amigos en ninguna parte. Los medios ya se acomodaron del lado del ganador. Algunos incluso, zalameros hasta la ignominia, ya le detectan a Germán Martínez, que nada hizo al frente de la SFP, tamaños para ser el próximo Presidente de México. Hágame usted el favor.
Juan Manuel Asai, “Códice”, Crónica, 25 de octubre.

¿Qué lo hizo entonces aventar la toalla antes de tirar siquiera el primer golpe? En las cúpulas panistas se maneja una versión que señala que a Espino lo amedrentaron con una serie de mensajes directos sobre “expedientes” en poder del gobierno calderonista que documentan “situaciones muy comprometedoras” para el actual dirigente panista.
Desde negocios poco claros con algunos gobernadores panistas, hasta su participación en la red de tráfico de influencias instrumentada en el gobierno de Vicente Fox, serían parte de los casos documentados que habrían sido utilizados para “persuadir” a Espino de que era momento de hacerse a un lado o que si decidía buscar la reelección y complicarle las cosas al candidato del Presidente, se debía atener a las consecuencias
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 25 de octubre.

En lo que fue su declinación pública, en entrevista con el periodista Carlos Loret, Espino se dio tiempo para mandar mensajes cifrados y abiertos sobre lo que dirá una vez que deje la presidencia del PAN. Sus amenazas de revelar nombres “que en su momento voy a decir” sobre personajes del gobierno que han tenido una injerencia indebida en el partido, llevaban dedicatoria directa para el asesor presidencial Juan Camilo Mouriño, a quien Espino parece ubicar como el operador de la estrategia en su contra.
No falta mucho para que se sepa si los amagos y bravuconadas de Espino son en serio o si sólo ejerce su derecho al pataleo y pretende disminuir el desgaste que significa su capitulación ante el grupo del presidente Calderón. Si hablaba en serio y una vez que abandone la presidencia panista va a despotricar y a lanzar acusaciones, más valdría que don Manuel midiera bien la situación y recordara aquella vieja consigna política que habla de la proporcionalidad inversa entre la lengua y la cola
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 25 de octubre.

Que tras anunciar su declinación a participar en la contienda interna del PAN, Manuel Espino “puso agua de por medio” y desde el martes se encuentra en Madrid, donde asiste a un curso de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales que preside José María Aznar.
“Trascendió”, Milenio, 26 de octubre

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