HACIA LA NUEVA DIRIGENCIA DEL PAN. 7. EL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL.

68 comentarios, 20.92% de 325, dan cuenta de los escenarios visualizados para el Partido Acción Nacional, tanto a propósito del cambio de dirigencia como a partir de su situación actual. En menor medida, estos comentarios también se refieren a lo sucedido en la reunión del Consejo Nacional del PAN, celebrada el sábado 6 y el domingo 7 de octubre, con énfasis en la discusión de grupos como “El Yunque”.

Germán Martínez destaca no sólo por su juventud sino también por su experiencia como diputado federal, secretario de Estudios del partido y, sumamente importante: representante del PAN ante el Consejo General del IFE en los procesos electorales de 2000 y 2006. Tiene labia, carisma y, sí, pantalones hasta para enfrentarse a la actual cúpula panista. Como secretario de la Función Pública: casos como el de la inhabilitación del ex director de Pemex, Muñoz Leos; el inicio de las investigación por irregularidades en Enciclomedia, tan sólo por mencionar dos casos. Tema que, dentro del PAN, abrió nuevas heridas entre el actual dirigente nacional del partido, Manuel Espino, quien ha dicho que irá por la reelección si hay línea de la Presidencia y de Felipe Calderón, pero más allá de eso lo que está en juego es la posibilidad de generar alianzas y equilibrios en la búsqueda de un relevo generacional que pueda ser el puente entre el panismo tradicional y un panismo joven con miras a fortalecer la institución rumbo a los próximos procesos electorales. Aunque, claro, Germán ya se salvó de ser el secretario que investigue la gestión de Vicente Fox, lo cual reclaman el PRI y el PRD
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 29 de septiembre.

Pero ni Calderón ni Martínez Cázares la tienen fácil. En efecto, Calderón le arrebató a la extrema derecha la candidatura presidencial y el gobierno, a pesar de Fox y de la propia estructura ultraderechista del PAN en el poder. Y es que nadie puede negar que desde 1988 resultó fundamental la contribución de la extrema derecha para convertir al PAN en un partido ganador y símbolo de poder. Desde los tiempos de Manuel J. Clouthier, José Ángel Conchello, Francisco Barrio, Ernesto Ruffo y de muchos otros, el PAN fue capturado por la extrema derecha que, más que un proyecto político-ideológico, vieron en esa formación política un instrumento para compartir el poder con el PRI.
Bajo esa premisa nació la candidatura presidencial de Vicente Fox. No fue un salto ideológico o doctrinario para el recambio del poder, sino una competencia de grupos de poder que disputaban el poder por el poder, desde una franquicia distinta al PRI, pero con los mismos objetivos que el viejo partido. El de Fox, en el fondo, no fue más que un nuevo acuerdo de poder, frente a un sector del PAN que reclamaba origen y destino. Al parecer, Felipe Calderón se propone rescatar el origen de su partido y proyectarlo más allá de la lucha tradicional del poder. Y esa tarea le será encomendada a un panista de tercera generación, a otro de los productos del “establo” de Carlos Castillo Peraza: a Germán Martínez Cázares
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 30 de septiembre.

Es por ello, quizá, que en el orden del día de la reunión de instalación del nuevo Consejo Nacional blanquiazul elegido en junio, en León, tras el inducido abucheo a Espino—, a celebrarse el próximo fin de semana, han sido incluidas mesas de reflexión y debate sobre temas trascendentales para la vida futura del partido como, por ejemplo: Relación Partido-Gobierno, Procesos de Sanción e Impunidad Interna, Candidaturas Externas o Grupos Secretos en el PAN.
Sin bien es el último de ellos, “Grupos Secretos en el PAN”, el que más atrae la atención de medios y analistas por lo que de “espectacular” pudiera revelarse sobre el actuar, en el interior del blanquiazul, de grupos o personas vinculadas a El Yunque, Los Tecos, los Legionarios, la Comisión Trilateral, la masonería o ex priistas líderes, por encargo, con miras a dar forma al llamado “neo-neopanismo”…—, la verdad es que no será el de mayor relevancia.
Enrique Aranda Pedroza, “De naturaleza política”, Excélsior, 30 de septiembre.

Y a los primeros que se enfrentará el ex secretario de la Función Pública será precisamente a los “meones de agua bendita”, a los pupilos de Manuel Espino, que lo mismo se encuentran en gobiernos estatales, municipales, en secretarías de Estado, que entre poderosos grupos empresariales y no menos poderosos jefes mediáticos. Calderón abrió un flanco de disputa nada fácil cuando decidió dar su visto bueno a la reforma electoral, que significó un choque frontal con poderosos intereses vinculados con la extrema derecha, que además está representada por fuertes intereses de medios de comunicación.
Por eso, además de las tareas partidistas, el nuevo dirigente del PAN, que con mucha seguridad puede ser Germán Martínez Cázares, deberá buscar un punto de conciliación con esos grupos de poder, y hasta deberá abrir espacios para sus pretensiones personales, que, a querer o no, tienen un punto de llegada en la candidatura presidencial de 2012.
Martínez Cázares ya no peleará por la dirigencia del partido doctrinario que por más de seis décadas buscaba un lugar como fuerza opositora. No sólo pretenderá jefaturar al partido “apóstol” de la democracia, sino que deberá pelear por un centro real de poder que ha decidido declarar no sólo la guerra a los poderes fácticos, sino impulsar un cambio fundamental en la vida política nacional, en la clase política y, sobre todo, por el nacimiento de nuevos liderazgos políticos acordes a los nuevos tiempos.
Y como la lucha será por un poder real, por el verdadero poder, la extrema derecha no cederá fácilmente la plaza. La lucha a la que se enfrentará Germán Martínez Cázares será por el futuro político de su partido, del gobierno de Felipe Calderón, y por el futuro de la política mexicana en general. ¿Tendrá los arrestos para esa batalla? ¿Está capacitado para esa lucha? ¿Tendrá la capacidad de convertirse en el potencial candidato presidencial del PAN para 2012? La respuesta la tiene el tiempo.
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 30 de septiembre.

Y no lo será, resulta importante destacar, porque el debate que hoy ocupa, e incluso divide a los herederos de Manuel Gómez Morín, no es sino el relativo a la relación partido-gobierno que, de sobra se sabe, es el mismo que ha generado las más recientes y ruidosas confrontaciones entre el jefe del partido, Espino, y el mismísmo Felipe Calderón y quienes se agrupan en su entorno.
A la luz de lo que de evidente tiene la renuncia de Martínez Cázares al encargo recibido por el jefe del Ejecutivo, cobra actualidad el cuestionamiento que de manera personal y colectiva se hacen hoy miles de militantes y, sobre todo, los más conscientes entre los 362 miembros del nuevo Consejo quienes en última instancia elegirán al presidente sobre el tipo de partido que desean ser a futuro: un “panismo tricolor” o el partido que soñaron sus fundadores…
Enrique Aranda Pedroza, “De naturaleza política”, Excélsior, 30 de septiembre.

En el PAN se sigue dando una lucha intensa por la dirigencia nacional, entre Germán Martínez Cázares y Manuel Espino. Por lo pronto Federico Döring dice que durante dicha contienda se debe revisar el tipo de alianzas que en lo futuro quiera entablar Acción Nacional con otras fuerzas políticas. Las alianzas son preocupantes, dice el legislador.
Por lo pronto, define que los consejeros deben tomar en cuenta y valorar el regreso a los principios de doctrina, que esté más orientada a cuidar la ideología y el otro la relación de su partido con el gobierno.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 1º de octubre.

Esa relación entre Los Pinos y los farones está más dañada que la que hay entre calderonistas y yunquistas en la lucha por el PAN. Entre los trogloditas de Espino y la tribu nerd de Mouriño y Germán Martínez sólo regirá la Ley del Monte, donde sólo las pencas y magueyes hablan.
Jairo Calixto Albarrán, “Política Cero”, Milenio, 1º de octubre.

El ex secretario de la Función Pública, Germán Martínez Cázares, reconoce que su renuncia y posterior postulación para la presidencia nacional del PAN la tomaron de común acuerdo varios personajes del panismo, no fue una decisión unilateral. Durante muchas semanas se especuló que César Nava sería el enviado presidencial, pero al final se impuso la experiencia del ex representante de Acción Nacional ante el IFE.
El aspirante a dirigir al panismo reconoce que su partido ha estado cerrado a la militancia de ciudadanos, que ha sido complicado el lograr matricularse, pero que él aspira a revertir esa política para que sea un partido de ciudadanos y acepta que en todo momento tendrá cercanía con el presidente Felipe Calderón.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Excélsior, 2 de octubre.

Sin ambages dice que el PAN es el partido del gobierno, cosa que los priistas, en su momento, siempre negaron, aunque todo mundo sabía que el Presidente en turno era el líder de esa aplanadora. Pero no todo está definido porque el mismo domingo, en los Ángeles, California, Manuel Espino llevó a Vicente Fox a un acto para entregar nombramientos. El duranguense irá por la reelección, a menos que lo pongan en su lugar, pues bastante daño ha hecho a la política del actual jefe del Ejecutivo.
Y Martínez Cázares nos dice en forma directa que él está en contra de reciclar a políticos de otros partidos que llegan a ocupar las posiciones que deben encabezar los líderes regionales, aquellos que no tienen miedo a llamarse panistas, como en su momento lo hizo Manuel Clouthier. Está en contra de aquellos ex priistas que hoy son diputados o senadores federales.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Excélsior, 2 de octubre.

El presidente del partido en el gobierno debe acompañar al Presidente y su administración. ¿Quién lo duda? Pero apoyar al gobierno no puede, no debe, traducirse en una subordinación acrítica, largamente rechazada por nosotros en la simbiosis inmoral e ilegal que representó la indivisibilidad del PRI-gobierno. Germán no debe mentir en su relación de amistad y lealtad hacia el Presidente; es más, deslindarse de él sería un acto preocupante de simulación, lo que debe explicar y exponer con toda claridad es la manera en que hará valer al partido frente al gobierno, y la corresponsabilidad que entraña para el PAN esa gestión
Javier Corral, El Universal, 2 de octubre.

Ya en el proceso de sucesión, una buena parte de los panistas cercanos al presidente Felipe Calderón arropará a Germán Martínez Cázares, ex secretario de la Función Pública, en una reunión programada para el próximo viernes en un hotel cercano al World Trade Center. Acudirá una batería grande de consejeros nacionales, nos cuentan.
Los simpatizantes de la causa de don Germán auguran la presencia de diputados federales, senadores y dirigentes estatales. Los panistas llaman a este evento el lanzamiento a nivel nacional de la precampaña del aspirante a la dirigencia nacional, hombre cercano a Calderón
“Bajo reserva”, El Universal, 2 de octubre.

Paradójicamente, en los anteriores 12 años que el panismo histórico mantuvo el control del partido —con Luis H. Álvarez, Carlos Castillo y Felipe Calderón— fue cuando el PAN alcanzó sus mayores triunfos electorales, pero también cuando vivió sus mayores desviaciones ideológicas a causa de que ya era un importante centro de poder en municipios, estados y en el Congreso.
Vale la pena recordar que en 1988 la mancuerna que formaron Luis H. Álvarez y Carlos Castillo impulsó la candidatura presidencial de Manuel J. Clouthier —fallecido precisamente hace 18 años—, quien “metió” al PAN a una buena cantidad de empresarios, dirigentes de sindicatos empresariales e ideólogos de empresa. Entre los más destacados se encuentran nada menos que Vicente Fox y Luis Felipe Bravo Mena. El primero de cuestionable paso por Los Pinos y el segundo presidente del PAN durante seis años. Todo indica que la eventual llegada de Germán Martínez Cázares al CEN del PAN significará el fin temporal de la ultraderecha en la dirigencia de los azules, el regreso de los doctrinarios —y el regreso al origen del partido—, así como un corrimiento al “centro-derecha”, lo que acercará al PAN con el PRI, pero también podría acercarlo con el nuevo PRD. ¿Por qué con este último? Porque en el partido amarillo también se renovará la dirigencia en marzo de 2008, y de igual manera podrían ser desplazados del aparato partidista los grupos de extrema izquierda. Como ocurrió en el PAN, en el PRD el grupo de Los Chuchos tiene el control territorial y de su consejo nacional
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 2 de octubre.

Desde luego que el favorito y hombre del Presidente es Germán Martínez Cázares, quien al frente de los intereses del PAN ante el IFE en el último proceso electoral verdaderamente trabajó para su partido pese a la torpeza de Espino. Así que de llegar a la presidencia del PAN, seguramente el presidente Calderón por primera vez será realmente apoyado por su partido y al más puro estilo de las estrategias priistas se sentirá la mano del poder en el partido, al PRI siempre le dio buenos resultados, claro, hasta que llegó Zedillo.
Yazmín Alessandrini, “Circo Político”, Crónica, 3 de octubre.

Germán Martínez y Carlos Abascal representan las dos tendencias que ya comenzaron la disputa por el control del PAN. El ex secretario de la Función Pública es lo que menos se parece a un yunque. Discípulo de Carlos Castillo Peraza, uno de los ideólogos más importantes de Acción Nacional, es lo que el desaparecido yucateco calificaría de pecador standard.
Al segundo los propios panistas lo llaman monseñor Abascal. Va a misa los domingos, es devoto de la Virgen de Guadalupe, amigo de cardenales y obispos, y le enfada que su hija lea a Carlos Fuentes. Cae en lo que el propio Germán, parafraseando a Adolfo Christlieb Ibarrola, llamó “los meones de agua bendita”.
Los dos aparecieron fotografiados en los periódicos, tan cerca uno del otro que confundieron a la militancia. “Me desconcierta. Yo pensaba que iba a pintar su raya, pero ya habla de pluralidad y de unión. Quiere gustarle a los que alguna vez llamó meones de agua bendita”, nos dijo un histórico del PAN.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 3 de octubre.

Que hablando de legisladores del PAN, unos 30 senadores le darán el viernes un espaldarazo a Germán Martínez, en su aspiración de presidir el partido. Dos de ellos, el zacatecano José Isabel Trejo y el coahuilense Guillermo Anaya portaban incluso desde ayer pulseritas de algodón con el nombre del ex secretario de la Función Pública.
“Trascendió”, Milenio, 3 de octubre.

Con 68 años de existencia, siete en el ejercicio del poder presidencial y colocado frente al desafío de recrearse como partido mayoritario dominante en el contexto de la pluralidad democrática nacional en situación y perspectiva particularmente complejas, el PAN busca a su mejor conductor. Germán Martínez Cázares es el hombre.
Con apenas 40 años de edad, pero con una larga y sólida formación académica, partidista, legislativa, electoral y administrativa, el hasta hace unos días secretario de la Función Pública está listo para encabezar el avance y la consolidación definitivos que necesita su partido.
Para alcanzar ese objetivo, que sólo se puede reflejar en la obtención de la victoria electoral en cuanta lisa postule candidatos, ha trazado claramente la línea a seguir:
Por un lado, buscará consejo y opinión; crítica y sugerencia propositivas de los consejeros nacionales, entre los que, según adelanta, sembrará la unidad y la concordia; por otro, procurará el diálogo permanente con los demás partidos, las autoridades legalmente constituidas, y muy estrechamente con la sociedad.
Oscar Mario Beteta, “En petit comité”, Milenio, 4 de octubre.

Mejor estrategia para generar consenso entre la población con el fin de reproducirse con base en el despliegue de una enorme capacidad estatal y partidista debidamente integrada y organizada, no hay. Es lo que permitió al PRI 71 años de supremacía.
Con esa arma y esa estrategia, capaces de dar a la gente las respuestas que nunca tendrá de la izquierda, secuestrada por Andrés Manuel López Obrador, el PAN tiene todo para empezar a escribir prácticamente solo las siguientes páginas de la historia de este país.
Felipe Calderón, Martínez Cázares, Nava y Mouriño son autores y actores del verdadero cambio, marcado por el relevo generacional irreversible que ahora mismo protagonizan.
Oscar Mario Beteta, “En petit comité”, Milenio, 4 de octubre.

¿PUES qué no se supone que, según los panistas, El Yunque no existe y es sólo una leyenda urbana?
AL PARECER ya no es tan mito, pues dentro de las filas blanquiazules se ha convertido en un auténtico problema de control partidista, al grado de que Manuel Espino va a tener que entrarle al yunque por los cuernos.
ESTO SE DEBE a que, según cuentan, en varias reuniones ha salido a colación la queja de las dirigencias locales panistas, en el sentido de que grupos como El Yunque operan de manera paralela a la estructura partidista.
TAN ES ASÍ que la propia dirigencia nacional ya está haciendo una especie de censo para saber quiénes son y cuántos son.
PERO, CLARO, no todo es pura bondad pues dicen que a Espino le urge comenzar a ventilar el tema del yunquismo, para quitarle esa bandera a Germán Martínez en la pelea por la dirigencia nacional.
Y ES QUE el muchacho de los ojos tristes tiene una apuesta muy clara para ganar la presidencia albiazul: exhibir a los yunquistas, y presentarse como la opción del panismo auténtico. ¡Ay, qué fácil la platica!
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 4 de octubre.

En enero de 2005, cuando Germán Martínez Cázares se descartó de la lucha para dirigir el PAN, apuntó a lo que consideraba el principal problema de su partido: el avance de las posiciones más conservadoras.
Adicionalmente, reprochó que el blanquiazul no se preocupara por defender a los sectores más desfavorecidos de la población.
En sus palabras, el PAN se estaba “derechizando”, con lo que aludía a la defensa de luchas contra el control de la natalidad, el matrimonio entre personas del mismo sexo y otras demandas tradicionales de la Iglesia católica que el partido abanderó con mayor empeño en el sexenio de Vicente Fox.
Una vez que su contendiente, Manuel Espino, se impuso, Germán, michoacano como el presidente Calderón, y principal defensor jurídico de su apretado triunfo en las urnas en las elecciones del 2006, lanzó un duro juicio contra el dirigente del panismo.
“Tiene un rostro de intolerancia, exclusión, represión y revanchismo antes que un proyecto de partido y de país. Su triunfo confirma la derechización del partido y el triunfo de la anécdota burocrática sobre la esencia de pensamiento”.
Martínez, quien se considera heredero de los fundadores de la organización, abogados lectores de filosofía y cercanos al humanismo, no ha dudado en burlarse de los conservadores como Espino, llamándoles “meones de agua bendita”, retomando la frase de uno de los fundadores de Acción Nacional, Adolfo Christlieb.
Hace unos días el áspero polemista anunció que dejaba su cargo en la administración e iba por el partido. Martínez va en busca de la revancha y con él, va al presidente Calderón.
Jorge Cisneros Morales, “El personaje de la semana”, El Gráfico, 5 de octubre.

Este sábado será clave para el futuro de la sucesión en la dirigencia panista. El lunes, Germán Martínez dejó su cargo en la Secretaría de la Función Pública, para convertirse en precandidato a la dirigencia blanquiazul con la mira puesta en llegar en esa condición al Consejo Nacional. Como Germán ha dicho, su precandidatura fue una decisión que se tomaría y se tomó, en un grupo político, el grupo, nos había comentado semanas atrás en el programa México Confidencial, “que ganó las elecciones”, o sea, en el corazón del calderonismo. La otra opción que se había manejado era el secretario particular del presidente Calderón, César Nava, otro hombre de absoluta confianza del jefe del Ejecutivo. La diferencia estuvo en las consultas que se hicieron entre los consejeros panistas que definirán la elección y también en los perfiles de cara al futuro: Germán, siendo un político joven, tiene mayor experiencia política y parlamentaria que César y eso será muy importante
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 5 de octubre.

Una vez que Germán Martínez Cázares se destapó como aspirante a la dirigencia nacional del PAN, el senador Federico Döring se frota las manos.
Döring tiene interés en que Santiago Creel sea destituido como coordinador de la bancada y que él sea nombrado en su lugar.
El presidente del CEN del PAN tiene la facultad exclusiva de nombrar a los coordinadores parlamentarios.
Y en la lógica de Döring, Martínez Cázares destituiría a Creel para poner en la coordinación a un cercano suyo.
Habrá que esperar a marzo.
Pepe Grillo, Crónica, 6 de octubre.

Los “grupos secretos” (léase El Yunque) están en la agenda de discusiones del Consejo Nacional del PAN, que se inicia este sábado en el “edificio inteligente” que el Comité Ejecutivo Nacional tiene en Avenida Coyoacán. La sola inclusión del tema provoca hilaridad en los panistas.
“Se me hace una verdadera mamada”, nos dijo, en forma por demás coloquial, el diputado defeño Obdulio Ávila, ubicado en el grupo de los que siguen a Felipe Calderón. El senador Felipe González, ex gobernador de Aguascalientes, amigo de Creel, jura y perjura que él no es yunque. Ni siquiera sabe qué es esa organización. “Nunca en mi vida he conocido a uno”, asegura.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 6 de octubre.

Hay mucha expectación sobre lo que ocurrirá durante las sesiones que el Consejo Nacional del PAN realizará sábado y domingo.
Durante la XX Asamblea Nacional, el dirigente del partido, Manuel Espino, recibió tremenda rechifla de parte de un buen número de delegados.
Ahora, con el destape de Germán Martínez Cázares, y la cargada a su favor, las cosas parecen no pintar bien para el líder partidista.
El Consejo Nacional será un termómetro de lo que ocurrirá en el proceso interno de marzo.
Pepe Grillo, Crónica, 6 de octubre.

La víspera del Consejo Nacional tuvo lugar un evento que constituyó el arranque de la precampaña de Germán Martínez, delfín de Felipe para la jefatura nacional del PAN. El ex secretario de la Función Pública se reunió por primera vez, en un Hotel de la Colonia Nápoles, con los consejeros que votarán en la elección del presidente nacional. Fue una demostración de fuerza. Ahí estaban Juan Camilo Mouriño, César Nava, secretarios de Estado y muchísimo consejeros.
En el grupo de Germán nos dicen que Santiago Creel y Héctor Larios, coordinadores parlamentarios en las cámaras de senadores y diputados, respectivamente, nada tienen que temer si gana el gallo de Felipe en la elección interna. “La tradición es ratificarlos en sus cargos”, subrayan.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 6 de octubre.

Haber incluido el tema en la agenda del Consejo, que termina el domingo, parece ocioso. Nadie que pertenezca a una organización o grupo secreto va a aceptarlo y mucho menos a discutirlo públicamente. “Si eres del Yunque, si es que existe, no lo puedes decir, así de simple”, explicó Ávila.
En la convocatoria hay temas más difíciles. La relación partido-gobierno es uno de ellos. A nadie escapa la pésima relación que el CEN del PAN, que encabeza Manuel Espino, ha mantenido con el gobierno de Felipe Calderón. Los desencuentros han sido numerosos y han dado lugar a lo que el diputado federal Gerardo Priego Tapia, uno de los aspirantes a la jefatura nacional, califica de “onda grupera”: Calderón, Mouriño, Germán, Nava y Max, por un lado; Espino, Abascal, Derbez, Ramón Muñoz, por el otro.
La selección de candidatos a cargos de elección popular y las candidaturas externas son temas que también dividen a los panistas, los cuales estarán este fin de semana en la mesa de las discusiones. Hay que estar atentos.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 6 de octubre.

Que los grupos “secretos” del PAN son un mito. Lo garantiza Carlos Abascal, secretario general adjunto del partido, por más que desde el corazón del panismo, Guanajuato, Jorge Dávila (dirigente municipal) y Fernando Torres (líder estatal) propusieron “poner un hasta aquí”, por la suspicacia y la crítica que generan, a El Yunque, la Vela Perpetua o los Caballeros de Colón. ¡Ja! Que los grupos “secretos” del PAN son un mito. Lo garantiza Carlos Abascal, secretario general adjunto del partido, por más que desde el corazón del panismo, Guanajuato, Jorge Dávila (dirigente municipal) y Fernando Torres (líder estatal) propusieron “poner un hasta aquí”, por la suspicacia y la crítica que generan, a El Yunque, la Vela Perpetua o los Caballeros de Colón. ¡Ja!
“Frentes Políticos”, Excélsior, 7 de octubre.

Que los panistas no se tomaron en serio la propuesta de discutir abiertamente la existencia y presencia de El Yunque en el partido blanquiazul.
En la mesa donde se discutió el tema, llamada Grupos Secretos en el PAN, apenas participaron 15 de los 378 integrantes del Consejo Nacional.
“Trascendió”, Milenio, 7 de octubre.

De las brujas se dice que no hay que creer en ellas; pero de que existen, existen. Eso mismo puede afirmarse de El Yunque.
El Consejo panista tenía el encargo de debatir el tema de los grupos secretos dentro del blanquiazul, pero a la hora de la verdad le sacó la vuelta al asunto.
¿Que si existen? “Eso es secreto, no lo podemos decir”, comentó Manuel Espino.
Pero luego rectificó: “tanto se habla de ellos, que han de existir”.
O en todo caso hay que formar uno, añadió, tratando de restarle importancia al tema.
Pepe Grillo, Crónica, 8 de octubre.

Y una señal clara en esa dirección la dieron los “calderonistas” en el Consejo Nacional que hoy terminará, y en donde se instaló una mesa de trabajo —sólo deliberativa—, para discutir el papel de las “organizaciones secretas” en el Partido Acción Nacional. El mensaje era para la ultraderecha panista que se escuda en la organización de corte fascista conocida como El Yunque y de la que es parte Manuel Espino Barrientos, según la voz popular entre el panismo.
Al final de cuentas —y una vez que movió de manera equivocada sus piezas en el ajedrez de la sucesión en Acción Nacional—, cuando el señor Manuel Espino propone adelantar el cambio de dirigente nacional en el PAN, no es porque tenga posibilidad alguna de triunfo —aun si decide buscar la reelección, lo cual es casi un hecho—, sino que busca rescatar el capital político que le permitiría forzar la elección por la ruta de un acuerdo de sucesión compartida. Es decir, pretende impedir una derrota aplastante que dejaría totalmente fuera de la nueva dirigencia a los grupos de extrema derecha. Lo que no sabe es que en la dirigencia de Germán Martínez no habrá “purgas”, sino que se acotará a la extrema derecha. Al tiempo
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 8 de octubre.

Otro de los acuerdos alcanzados ayer fue la integración de las diversas comisiones del Consejo Político. Mire lo que son las cosas: en la comisión permanente quedaron dos de los hombres cercanísimos a Felipe Calderón: Juan Camilo Mouriño y César Nava, jefe de la Oficina de la Presidencia… los mismos dos personajes que, según la tradición panista, “presentaron” a Germán Martínez…
En la Comisión de Doctrina, por citar sólo un caso, está Carlos Abascal Carranza.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 8 de octubre.

Encomiablemente, el PAN ha reconocido en su aquelarre de fin de semana fenómenos de corrupción y de ineficiencia hacia el interior de su organismo, especialmente a la hora de ejercer el poder. Buenos candidatos que resultan malos gobernantes, desacato al código de ética, afiliaciones de montón y burocratizadas, por ejemplo. Desde luego que no estaban descubriendo el hilo negro o el agua tibia, pero después del incidente Bejarano —por citar un ejemplo más reciente—, uno no está acostumbrado a que los partidos políticos se bajen los calzones y reconozcan su desnudez.
Germán Martínez y Gerardo Priego dieron en el PAN el madruguete buscando la pronta sucesión. Manuel Espino reculó y dijo —como en el pasado priista de todos desdeñado— que no eran los tiempos. Ahora se lanza al ruedo.
Félix Cortés Camarillo, “Cancionero”, Milenio, 8 de octubre.

El centro del espectro político es el punto que tiende, en general, a congregar más electores. Derechizar el partido, como es el proyecto de Espino, solo acarrearía la pérdida de más votantes. Es por ello que Calderón, por la vía de Germán Martínez, intentará arrebatarle el poder a Espino y lo que éste significa. Es un proyecto importante, pues es inadmisible que, en estos tiempos, se pretenda impregnar de dogma, incienso y religión a la incipiente democracia mexicana. En los próximos meses presenciaremos una disputa por el poder dentro de las filas de Acción Nacional. Tendrá consecuencias para el país todo.
José Luis Reyna, Milenio, 8 de octubre.

La anticipada renuncia de Martínez Cázares y su inédita cargada organizada por Los Pinos la tarde del viernes pasado en un hotel de la capital terminaron por ponerle los estupendos puntitos a las íes. La señal era clarísima. Algo así como compañeros, llegó la hora para aplastar a Manuel y darle su última rociada de flit. Germán y César Nava —en total sintonía con Felipe— tenían todo listo y con su listón. Hasta playeras pintadas con la leyenda del primero como presidente 2008-2011 y la contraseña ideal para que al día siguiente en la reunión del Consejo, todos los traviesos se pusieran, literalmente, la camiseta de Germán y, rodeados de un espléndido coro, exigieran la renuncia del actual líder.
El escenario perfecto para aceitar esa maquinaria con los mastines de Los Pinos que harían leña azul del árbol caído. Algo así como para que aprendan a respetar.
Y de esas cenizas germinaría Martínez, cual ave azul oficiosa.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 8 de octubre.

El laboratorio de Guanajuato donde el sembrado abucheo hizo las primeras planas nacionales fue un extraordinario ensayo. Sólo había que, digamos, refinarlo.
Y como en el destape oficial del viernes pusieron mesas cuidadosamente seleccionadas para distinguir a los consejeros devotos de Germán, a los VIP y a los que había que presionar, perdón, convencer, y donde la presencia de Juan Camilo y César tripulando, perdón de nuevo (es lunes), arropando a Germán rodeado de funcionarios terminó por consolidar el cimiento de la percepción (que el PAN ya clonó al PRI) de una indiscutible victoria, asumieron que la sesión del sábado era sólo mero trámite.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 8 de octubre.

HAY AUSENCIAS que triunfan y la de Felipe Calderón en el Consejo Nacional del PAN también triunfó.
POR MÁS QUE Manuel Espino quiso mostrarse sonriente, la realidad es que no le fue muy bien este fin de semana.
Y ES QUE en los dos días que duró la reunión del máximo órgano panista, su dirigente nacional salió por todos lados espinao.
CALDERÓN optó por poner tierra de por medio yéndose precisamente este fin de semana a su tierra, Michoacán, como una manera simbólica de decir que no intervendría en las decisiones internas de su partido.
PERO no hay que confundirse: Calderón no estuvo presente pero sí su equipo -encabezado por César Nava-, que ganó varias batallas a los espinistas en el Consejo Nacional.
DE ENTRADA Espino vio reducirse su mandato, con todo y que formalmente él fue quien propuso adelantar las elecciones panistas.
ADEMÁS el líder de los panistas también terminó cediendo para que se proscribiera dentro del partido la existencia de grupos secretos, en clara referencia al Yunque de su corazón.
Y, POR SI FUERA POCO, Espino también tuvo que ceder a la presión interna y terminó perdiendo espacios de control a manos de los calderonistas.
CUENTAN que ambos equipos estuvieron negociando hasta bien entrada la madrugada del domingo las comisiones del Consejo Nacional, en las que al final los calderonistas lograron importantes espacios.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 8 de octubre.

Pero para llegar a esa mayoría absoluta, que ningún Presidente ha tenido desde 1996, será necesario un PAN que logre un avance importante en las urnas en el 2009. Hasta ahora, a pesar del triunfo de Calderón en las elecciones presidenciales del 2006 -que fue más consecuencia de los errores de Andrés Manuel López Obrador que de los aciertos de los panistas-, las cosas no han pintado bien para el partido. Las únicas elecciones ganadas por el PAN desde el 2 de julio del 2006 fueron las de Baja California; pero en ellas, como en las presidenciales, la victoria fue más producto de los errores del principal candidato rival, el priista Jorge Hank Rhon, que de las fortalezas del PAN.
Es difícil saber si Martínez Cázares llevaría al PAN a obtener un mayor número de victorias y a conseguir el ansiado triunfo en los comicios federales del 2009. De lo que no cabe duda es de que el presidente Calderón ya no quiere seguir cargando con el lastre de tener en la dirigencia nacional de su propio partido a un político con el que tiene diferencias tan importantes como Espino.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 8 de octubre.

La transparencia en el PAN es una botina palabra para discursos.
En los hechos, los dirigentes tienen una acendrada vocación por la secrecía.
Son muy yunquistas, pues. No se explica de otro modo que esos líderes primero invitaron a los medios a darle cobertura a su Consejo Nacional y luego los expulsaron de su sede partidista.
Se registra para cuando se hagan lenguas hablando de libertad de expresión.
Pepe Grillo, Crónica, 8 de octubre.

¿Cuáles son las “circunstancias” de Manuel Espino? Está claro que Cronos no trabaja a favor del líder formal de Acción Nacional; que seis meses son tiempo suficiente para que su principal adversario, el “felipista” Germán Martínez, visite al panismo de todo el país y consiga una victoria aplastante sobre el propio Manuel Espino Barrientos, o sobre su “plan B”, Gerardo Priego, un candidato de “sombra” que muy pocas o ninguna posibilidad real tiene de alcanzar la dirigencia nacional de los azules.
Político pragmático, que gusta de la intriga palaciega y del “golpe de timón”, el señor Manuel Espino respondió de esa manera —con la propuesta de adelantar la sucesión en la dirigencia del PAN—, al movimiento estratégico mandado desde Los Pinos al impulsar la candidatura prematura de Germán Martínez, cuyo “destape” desencadenó una veloz “cargada” a su favor y en apoyo a las decisiones presidenciales sobre los destinos del partido azul
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 8 de octubre.

Y vea qué bien perfilaron las comisiones los consejeros: en la permanente, los guerreros del mandatario Felipe Calderón Hinojosa: Juan Camilo Mouriño, titular de la Oficina de la Presidencia de la República, y César Nava, secretario particular del jefe del Ejecutivo. Al otro lado de la balanza se encuentran los líderes de la fracción albiazul en las cámaras, Santiago Creel y Héctor Larios. ¿Quién mejor que Carlos Abascal en la comisión de doctrina?
“Frentes Políticos”, Excélsior, 8 de octubre.

La clave es encontrar un equilibrio para que el partido que ganó la elección acompañe al gobierno que emanó de sus filas, pero sin perder su propia dinámica, ni cerrar el paso a las corrientes que no se plieguen al interés personal del Presidente de la República. Felipe está poniendo a los consejeros panistas ante la disyuntiva: están conmigo, es decir con el Sr. Martínez, o contra mí, es decir con Manuel Espino. No hay medias tintas.
La respuesta a la pregunta inicial es que el gobierno de Felipe Calderón se fortalece, pero el partido paga la factura.
Juan Manuel Asai, “Códice”, Crónica, 9 de octubre.

Nos dicen que de Guanajuato lograron colarse a las comisiones más importantes del Consejo Nacional, entre otros, el gobernador Juan Manuel Oliva, Gerardo de los Cobos Silva, Ricardo Torres Origen, Elia Hernández y Fernando Torres. Todos ellos son foxistas. Esta lista, nos dicen, fue palomeada por César Nava y Manuel Espino.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 9 de octubre.

Más que la competencia entre dos panistas, la elección del nuevo presidente nacional del PAN será entre dos modelos de partido: el de Estado como el PRI que impulsa Felipe Calderón y el de la autonomía política que define Manuel Espino.
A pesar de venir de un partido que nació en 1939 para oponerse al concepto de partido de Estado que había inventado Calles en 1928-1929, ahora el PAN está siendo empujado por Felipe Calderón al papel de partido del gobierno y por tanto del Estado, convirtiendo al presidente de la República en el jefe máximo del partido en el poder y otorgándole al presidente de la República la facultad metaconstitucional del control del partido.
Carlos Ramírez, “Indicador Político”, EL Financiero, 9 de octubre.

La cargada azul está lista. El senador panista Ulises Ramírez adelanta que este jueves se reunirá una batería de legisladores con el ex secretario de la Función Pública, Germán Martínez, para trazar la estrategia de campaña y ganar la presidencia del PAN. Pero habrá otros temas en la palestra. Nos cuentan que la elección anticipada de la dirección de Acción Nacional tiene que ver también con los reclamos que hay en torno a los resultados y estrategias electorales. “Un hecho que no podemos soslayar es que el domingo, durante el Consejo Nacional, todos estábamos aquí y nadie en Oaxaca ni en Chiapas (donde hubo elecciones)”, dice don Ulises. Ese tipo de sucesos, como los electorales, se revisarán por parte de la nueva dirigencia… si es que llega don Germán
“Bajo reserva”, El Universal, 10 de octubre.

Se equivocan, entre ellos la gente de Espino, quienes ven en el caso de Germán Martínez la posibilidad de que se repita la historia de Carlos Medina Plascencia cuando perdió en 2005 la dirigencia partidaria precisamente ante Espino. Toda la estrategia construida en torno al ex gobernador de Guanajuato estuvo marcada por equívocos y defecciones de última hora. El candidato de Calderón en ese entonces era Germán Martínez, quien decidió, a regañadientes, resignar sus aspiraciones para llegar a una candidatura de unidad en torno a Medina Plascencia, en la que coincidieran quienes eran entonces los precandidatos a la presidencia: Calderón, Francisco Barrio y Alberto Cárdenas. Pero Santiago Creel rompió el acuerdo y, con el apoyo de Los Pinos y la operación directa de Marta Sahagún y Ramón Muñoz, se logró lanzar a Manuel Espino, quien ganó sin mayoría calificada la primera ronda, en buena medida porque Medina no trabajó con los consejeros y Espino los visitó a todos, uno por uno. En ese contexto, Medina Plascencia, sin consultar con quienes lo habían impulsado, decidió no continuar e incluso anunció su retiro de la política, que resulto efímero, pero con ello quebró alianzas internas y permitió la elección de Espino
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 10 de octubre.

La ignorancia política de los estatutos dejó al presidente Calderón metido en un problema de maniobrabilidad política: Germán Martínez estaba apuntado como el operador calderonista del proceso de sucesión presidencial de 2012 porque dirigiría el PAN durante dos periodos de tres años. Sin embargo, la habilidad de Espino sólo le permitiría un corto periodo de tres meses y un segundo periodo de reelección de tres años. Por tanto, a Martínez no le tocaría manejar la designación del candidato porque sus periodos legales terminarían a principios de 2010.
Por tanto, Espino colocó a Calderón en la posición incómoda de haber quemado una carta por la ignorancia de los estatutos. Peor aún: si Martínez es el tapado presidencial de Calderón, se quedaría desprotegido en la etapa más difícil del proceso de designación del candidato: de mediados de 2010 a mediados de 2012.
La disputa por el PAN ha revelado un enfrentamiento sin posibilidades de conciliación entre el presidente del comité ejecutivo del partido y el presidente de la República. El presidente Calderón decidió desplazar a cualquier costo a Manuel Espino para someter al partido a un control estricto desde la presidencia de la República, regresando a los tiempos priistas del partido de Estado y partido del gobierno. Inclusive, Calderón tiene dos posiciones importantes en el consejo nacional para orientar la votación: su esposa Margarita Zavala y su secretario particular, César Nava.
Carlos Ramírez, “Indicador Político”, El Financiero, 11 de octubre.

El PAN necesita asumirse, sin avergonzarse ni titubear, como el partido en el gobierno. Esta situación supone la necesaria cercanía y defensa de los intereses de todos los ciudadanos. El PAN debe afirmar su capacidad para generar cuadros capaces de gobernar y, por ello, debe tejer redes ciudadanas que lo acerquen efectivamente a todas las personas. Al conocer las demandas, las necesidades, las preocupaciones y los temores de la gente, el partido se puede convertir en el medio más eficaz para que su voz sea escuchada por el gobierno, sin clientelismos ni manipulaciones ni nuevos corporativismos
El PAN se debe concebir como un partido de ciudadanos en el gobierno. Históricamente, Acción Nacional se ha opuesto a la hegemonía del PRI como partido de Estado y como partido sumiso e incondicional del presidente, así que no debe olvidar que lo que le ha dado razón de ser son los ciudadanos: los militantes, los adherentes y los simpatizantes, por lo que tiene la obligación política y moral de construir un partido cercano a las personas, en el cual no debe haber sectores, corrientes hegemónicas ni tribus que hacen sonar sus tambores de guerra cada vez que hay elección de la dirigencia
Manuel Gómez Granados, Crónica, 14 de octubre.

El partido y sus nuevos dirigentes tendrán en sus manos la definición del rumbo que deberá seguir la organización política respecto del gobierno. Es pues, una decisión que impactará el desarrollo mismo del país por lo que no podemos reducirlo a una simple lucha interna por el control de ese partido. No se trata de ver vencedores ni vencidos, sino de alcanzar la unidad sin imponer una uniformidad. Se trata de construir una coordinación entre el partido y el gobierno, cada uno con independencia del otro, pero en diálogo y ambos con un mismo interés: los ciudadanos. La política mexicana puede evolucionar a mejores formas que las conocidas hasta ahora. Es hora de diferenciar los dos tiempos políticos simultáneos por los que corre el PAN: la aspiración al poder y la responsabilidad del gobierno.
Manuel Gómez Granados, Crónica, 14 de octubre.

El eventual arribo de Germán Martínez a la dirección nacional del PAN no es la mejor de las señales. Nuevamente, un extremo —el de Manuel Espino– conduce a otro, el del partido al servicio del Presidente. La conducción del gobierno requiere un sentido de innovación con moderación, no el regreso al pasado.
Federico Berrueto, Milenio, 14 de octubre.

Salvo contadas excepciones, el PAN en todo el país está hecho pedazos, en buena medida gracias a la confrontación que provocó la imposición de Manuel Espino por parte de la “pareja presidencial”. Y es que en Acción Nacional se llegó al ridículo de tener a un candidato presidencial que era antagónico al dirigente nacional de su partido, al gobierno federal emanado de su partido y que a final de cuentas ganó gracias, en buena medida, al voto del PRI, no del panismo.
Frente a ese galimatías, frente a un partido azul que “tocó fondo” —y de cuya crisis en realidad Sinaloa no es más que un eslabón más—, salta la pregunta obligada: ¿tendrá algo que hacer el señor Manuel Espino en sus afanes por reelegirse al frente del PAN? La verdad es que Manuel Espino no tiene nada que hacer, y acaso por eso intenta una salida decorosa. Pero siguen las interrogantes. ¿Frente al tamaño de la crisis que vive el PAN, Germán Martínez es el hombre adecuado?
Está claro que nadie lo sabe, pero lo que es cierto es que las elecciones federales intermedias —para renovar la Cámara de Diputados federal— están a la vuelta de la esquina y si el panismo se atiene a los resultados de los más recientes 14 meses, sus posibilidades de acrecentar su bandada en San Lázaro son muy reducidas. Más bien todo indica que asistimos al regreso del PRI, partido cuyos dirigentes se han propuesto tener la mayor bancada en 2009 y en dar la pelea para 2012. Ese es el tamaño del reto de Germán Martínez. Y es que el PAN tiene el poder, pero perdió al partido
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 16 de octubre.

La elección de nuevo presidente del PAN entró ya en la zona de la ruptura. El presidente saliente, Manuel Espino Barrientos, reveló ayer presiones de la presidencia de la República para comprar votos y lealtades y dijo que el panismo en el poder está reeditando el modelo autoritario y de corrupción del PRI.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 17 de octubre.

El PAN lanzó la convocatoria para elegir nuevo Comité Ejecutivo Nacional. Su Consejo Nacional sesionará los días 8 y 9 de diciembre para elegir nueva dirigencia. Hasta ahora el único aspirante en campaña es Germán Martínez Cázares y no se descarta que el actual presidente, Manuel Espino, busque la relección…
Miguel Ángel Rivera, “Clase Política”, La Jornada, 17 de octubre.

Ya hay fecha elegir al sucesor de Manuel Espino. Será el próximo 8 y 9 de diciembre cuando los consejeros nacionales del PAN elijan al nuevo presidente de su partido. El registro de los wannabes inicia el 24 de octubre y cierra el 23 de noviembre. Hasta el momento sólo Germán Martínez Cázares y Gerardo Priego están apuntados. Espino sigue pensando: voy… no voy…
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 17 de octubre.

El comité nacional espinista-foxista, por su parte, emitió ayer la convocatoria para elegir de manera adelantada a un nuevo presidente nacional. El forcejeo con el calderonismo, que pretende imponer a Germán Martínez como sustituto, será 8 y 9 de diciembre próximos. El proceso interno tiene, sin embargo, una semilla envenenada pues, en una maniobra jurídica que podría ser impugnada ante el tribunal electoral federal, los miembros del comité nacional blanquiazul renunciarán el 8 del último mes del año, ante los consejeros nacionales reunidos. Con esas renuncias se dará paso a la elección de un dirigente que no será interino (para cubrir el lapso que va de esa renuncia a marzo de 2008, cuando oficialmente terminaría el encargo para el que formalmente fueron elegidos los miembros de ese comité) sino definitivo para un nuevo periodo de tres años. Espino pretende dejar a Martínez con el sambenito de una elección manoseada y oscura
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 17 de octubre.

Las tempestades, mi estimado, hacen que los árboles tengan las raíces más profundas. Finalmente surgió el humo azul de las instalaciones del PAN y la convocatoria para la elección de su próximo líder, que se llevará a cabo el 8 de diciembre para que después, el 9, se lleve a cabo la de los nuevos miembros del Comité Ejecutivo Nacional. El traje a la medida, de tres años de duración, quedó diseñado para que Germán Martínez, el candidato de Felipe Calderón —quien con este distintivo dedazo inaugurará el regreso formal de las viejas prácticas priistas a Los Pinos–, se entronice en la presidencia de Acción Nacional. El retorno oficial de las maniobras antidemocráticas tricolores, my friend, vuelve, como signo de este régimen, por la puerta de atrás.
Por la puerta trasera desde donde decidieron mandar al diablo a la institución y violar los estatutos del PAN. Y por delante, Calderón Hinojosa llenándose la boca afirmando su irrestricto respeto a la ley mientras en su propia casa, su partido, quebranta sus cimientos, infringe sus reglas, profana su doctrina.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 17 de octubre.

Peor aún se presenta el panorama futuro para ese partido y, en menor medida, para el PAN. Este puede revertir todas las derrotas del año si gana Michoacán el próximo 11 de noviembre. Su candidato, Salvador López Orduña, dista de ser carismático y el adelantamiento de la fecha de la elección interna para la dirigencia del blanquiazul ha obligado a que Germán Martínez, también michoacano como Felipe Calderón, no pueda dedicarse, como lo tenía contemplado, de tiempo completo a ese proceso, pero de todas formas las distancias entre López Orduña y el candidato perredista, Leonel Godoy, son mínimas, mientras que el número de indecisos aún es alto. El panismo, con todos sus errores organizativos, ha puesto en el debate el mantener una buena relación en su estado con el gobierno federal o apostar a la polarización que plantearía Leonel Godoy, un hombre que en su momento decidió distanciarse de los Cárdenas y que ahora está urgido de ese apoyo que no será incondicional. Michoacán es una moneda al vuelo y paradójicamente mucho dependerá de un priismo que no tiene posibilidades y que en la elección de gobernador muy probablemente se decidirá por el voto útil. Y parece serle más útil el voto por el PAN que por el PRD
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 17 de octubre.

A pocos les escapa que en el último número de la revista Vértigo, el candidato del aparato blanquiazul, Germán Martínez, manifestó su deseo de ser un “candidato de unidad” en las elecciones internas de ese partido. Los inconformes con la situación —incluidos los que no salen del closet—saben perfectamente que el sello de fábrica de las “candidaturas de unidad” es tricolor, y que en los tiempos del viejo priato fue valioso instrumento para validar el dedazo en turno y aplastar cualquier intento de elección democrática interna. Ello, sin contar las “alianzas perversas” que los nuevos dueños del PAN mantienen con enemigos de antaño.
“Estamos haciendo lo que tanto criticamos”, reconoció, con candor, Mauricio Duck, coordinador de la bancada panista por Veracruz, en su charla con Priego. Duck está preocupado por la abierta cargada que al interior del PAN se ha dado en favor del amigo de Felipe.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 17 de octubre.

Juan José Rodríguez Prats dice, al conocer la convocatoria para renovar la dirección nacional del PAN, que existe un riesgo inminente de que Acción Nacional se convierta en el partido del Presidente, si es que se insiste en que desde Los Pinos se intente imponer a Germán Martínez como presidente del organismo.
Sería tanto como emular las prácticas del priismo, esa actitud es demasiado atractiva para el actual gobierno, pero muy costosa para los panistas. Pretenden desde Los Pinos, que Manuel Espino no participe en su reelección y que salga un “candidato de unidad” y eso sería un peligro de involución. Ayer por la tarde se dio a conocer la convocatoria y empieza la lucha que será muy intensa.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 17 de octubre.

Con respecto a la dirigencia nacional del PAN, Calderón actúa con rudeza innecesaria. En lugar de respaldar la llegada al Comité Ejecutivo de un panista de alto nivel con posibilidades de unir a los grupos, para conformar un frente único para el 2009, montó una cargada de búfalos al más puro estilo priista para imponer al Sr. Martínez y no dejar lugar a dudas que él, Calderón, será el gran jefe del partido.
Juan Manuel Asai, “Códice”, Crónica, 18 de octubre.

El PAN no se encuentra lejos de ese diagnóstico. Si el presidente Calderón ha tenido que enfrentar las críticas a su triunfo electoral, quienes le han hecho la tarea más penosa han sido, paradójicamente, sus compañeros de partido. Si Manuel Espino ya había puesto suficientes piedras, ha sido Fox quien más daño le ha hecho a su gobierno. Si se tratara sólo de su hiperactividad, no sería tan grave, pero sobre Fox pesa ahora una sospecha de corrupción que afecta a todo el panismo y pone en duda sus compromisos democráticos. Con acciones de este tipo, no es de extrañar que el electorado cambie de preferencias y busque, dentro de las limitaciones del sistema de partidos, al que le parezca menos malo
Rogelio Hernández Rodríguez, El Universal, 24 de octubre.

Los gobernadores panistas Marco Antonio Adame y Eugenio Elorduy, de Morelos y Baja California, respectivamente, coincidieron en que ninguno de ellos, ni por asomo, ha recibido línea y muchísimo menos algún tipo de insinuación para mover los hilos entre los consejeros que tendrán derecho a elegir al nuevo dirigente nacional del albiazul. ¿Dados cargados a favor de Germán Martínez? No, para nada
“Frentes Políticos”, Excélsior, 20 de octubre.

El miércoles se abrirá la inscripción de los candidatos a dirigir al PAN y aún se desconoce si le saldrán competidores al apuntadísimo Germán Martínez. El diputado federal panista Gerardo Priego, crítico de las desviaciones del albiazul, no esconde que podría no registrarse y el senador Humberto Aguilar, a quien los creelistas promueven como la tercera vía, sigue indeciso. En cambio, el señor de las pistolas, el ex gobernador de Aguascalientes, Felipe González, jura que le va a entrar. Y, a todo esto, ¿qué hará Espino?
“Frentes Políticos”, Excélsior, 22 de octubre.

Hasta el momento, el “hombre” del presidente Felipe Calderón para la dirigencia nacional del PAN, el ex secretario de la Función Pública Germán Martínez Cázares, parece tener el camino abierto, pero pronto el panorama podría cambiar.
El actual presidente de Acción Nacional, Manuel Espino Barrientos, encabeza un grupo decidido a impedir la llegada de Martínez Cázares y para ello busca un candidato con posibilidades de atraer el voto de los consejeros del blanquiazul. De no aparecer ese personaje providencial, el propio Espino podría asumir la responsabilidad y optar por la relección, a la cual tiene derecho estatutario.
Miguel Ángel Rivera, “Clase Política”, La Jornada, 22 de octubre.

Las apariencias indican que la próxima elección del presidente del PAN puede ser un paseo dominical; sin embargo, hay indicios de una tormenta interna. ¿Cómo será la elección del próximo dirigente del PAN?
La elección del líder panista empezó a ser de interés público a medida que ese partido dejó de ser la “oposición fiel” y se convirtió en el nuevo partido gobernante. Lo que ya se sabe ahora es que hay al menos dos tendencias, grupos o proyectos, que se disputan la presidencia del PAN.
Hasta la fecha se conocen dos precandidatos que han expresado abiertamente que quieren el puesto: Germán Martínez Cázares, ex secretario de la Función Pública y gente muy cercana a Felipe Calderón, es la carta oficial del grupo en el poder presidencial. Del otro lado, hasta la fecha, se ha lanzado Gerardo Priego Tapia, diputado originario de Tabasco, actual secretario de vinculación del Comité Ejecutivo Nacional y ubicado como un hombre cercano a Manuel Espino, actual líder panista. De pronto, puede surgir una tercera opción
Alberto Aziz Nassif, El Universal, 23 de octubre.

Los consejeros nacionales, los grandes electores, suelen dar sorpresas porque, bien a bien, muchas veces resulta complicado conocer los consensos y preferencias mayoritarios, lo cual implica que los candidatos fuertes en la opinión pública no necesariamente son los que obtienen la mayoría de los votos, como sucedió con en la última sucesión, cuando Carlos Medina Plascencia se veía como el candidato más fuerte, apoyado por la élite del panismo, pero perdió frente a un personaje oscuro, un operador interno que se llevó la mayoría de los votos hace ya casi tres años.
En 2005 la derrota del ex gobernador de Guanajuato se leyó como la pérdida del grupo doctrinario más tradicional frente a los grupos más derechistas asociados con el famoso Yunque. Esa derrota de Medina Placencia, que era apoyado por tres precandidatos a la candidatura presidencial (Barrio, Cárdenas y Calderón), se leyó como una victoria de los grupos que apoyaban a Santiago Creel, que contaba con el apoyo de Vicente Fox, el hoy ex presidente en desgracia por asuntos de corrupción
Alberto Aziz Nassif, El Universal, 23 de octubre.

Mañana 24 de octubre se abre el registro de candidatos, proceso que se cierra hasta un mes después, el 23 de noviembre, lo cual abre un espacio para que se modifiquen las dos ofertas iniciales, Martínez contra Priego. Esta renovación del panismo puede generar fuertes tensiones internas, que sólo serán moderadas mediante el respeto a las reglas y, sobre todo, una actitud más o menos incluyente del ganador. A estas alturas ninguna de las dos están garantizadas, incluso ya han empezado los reclamos por el apoyo del gobierno de Calderón a su candidato.
La sucesión panista anuncia tormentas, porque se trata de una lucha abierta por el poder entre dos proyectos de partido que se han polarizado en el curso de los últimos años y meses. Pero, independientemente del resultado, el panismo seguirá en la experimentación, hasta ahora desafortunada, de ser un partido gobernante que no ha encontrado su nueva identidad. El PAN al frente del gobierno federal ha extraviado sus viejos impulsos para consolidar la democratización del país y se ha sumergido en un pragmatismo de derecha poco democrático y muy intolerante
Alberto Aziz Nassif, El Universal, 23 de octubre.

¿Cómo debe comportarse la estructura partidista de los azules frente a un presidente como Calderón, salido de sus filas? Los panistas no saben aún lo que quieren en esa materia, pero sí saben lo que no quieren; no quieren un partido sometido como fue el caso del gobierno de Fox; no quieren gobiernos estatales en donde el mandatario manipula al partido y se comporte igual o peor que los gobernadores salidos del PRI.
En suma, parece que la dirigencia del PAN en manos de Germán Martínez —si es que finalmente logra ganar la jefatura del partido— entrará a un proceso que busca recuperar las reglas básicas del partido, en sus vertientes doctrinaria y programática, para que todos los políticos, gobernantes, legisladores y militantes se sometan a esas reglas, a la vida institucional del partido. ¿Será capaz de ese formidable reto el señor Germán Martínez? Nadie lo sabe. Pero lo que sí saben en el PAN es que si continúan con la crisis de identidad que fomentó la ultraderecha en la última década, los azules perderán una buena porción de votos para las elecciones intermedias de 2009, y le abrirán grandes espacios a la posibilidad de que regrese al poder el PRI. Al tiempo
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 24 de octubre.

En la disputa por la dirigencia de Acción Nacional, un enfrentamiento entre supermochos contra mochos (los primeros nostálgicos del siglo XVI, antes de la ruptura luterana; y los segundos que aceptan a regañadientes el Estado laico pero que lo debilitan a la menor oportunidad a su alcance), han salido a relucir argumentos ideológicos, políticos, morales y teológicos. Entre estos últimos, la corriente menos oscurantista, en voz de Germán Martínez Cázares, señaló que en el PAN se han enquistado “meones de agua bendita”. No especificó nombres, pero los analistas y conocedores de los grupos ideológicos en el interior del panismo, pronto señalaron como destinatarios de la frase a los militantes de El Yunque, y, sobre todo a Carlos Abascal (secretario general adjunto del PAN) y Manuel Espino (presidente del Comité Ejecutivo Nacional). Como no soy inspector de las micciones de nadie, me atengo a que Germán Martínez algunas evidencias tendrá para aseverar lo que con tanta seguridad dijo sobre la actual dirigencia de su partido
Carlos Martínez García, La Jornada, 24 de octubre.

Que tal parece que el Comité Ejecutivo Nacional del PAN ya apagó la luz. Desde el lunes, cuando el presidente blanquiazul, Manuel Espino, decidió no buscar la reelección, las oficinas del partido se convirtieron en zona de fantasmas. La ausencia más notable es la del propio Espino. Y eso que hay cuatro elecciones a la vuelta de la esquina.
“Trascendió”, Milenio, 25 de octubre.

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