IMAGEN PÚBLICA: Vicente Fox… 16. El Partido Acción Nacional.

¿Qué tiene que comentar la dirigencia panista a propósito de los hechos? No mucho, a juzgar por los seis comentarios, 0.96% de 621, que giran en torno al tema.

Con la ostentación de su lujoso rancho, Fox envía también un mensaje al PAN y al conjunto de la derecha política. Podrán existir fisuras y pleitos internos entre yunquistas, panistas ilustrados, de centro, de extrema derecha, en fin; pero a todos ellos Fox les hace saber que es un poder real, tan real y actuante que se atreve a provocar las iras por exhibirse con un diamante en la nariz, perdón, con un rancho remodelado a todo lujo. El poder se exhibe para seguir reproduciéndose. No es que Fox pretenda ser el Plutarco Elías Calles de la posrevolución; tampoco el Salinas de los tiempos neoliberales, pero sí el poder tras bambalinas de la alternancia política. Si la derecha pretende mantenerse en el poder, entonces tendrá que consultar y seguir los consejos del guanajuatense. Sobre todo para consolidar el oficio de la impunidad. Mejor dicho de la neo impunidad. La que se reinauguró con los Amigos de Fox, es decir, de la mano de la alternancia del 2000
Rosa Albina Garavito, El Universal, 29 de septiembre.

No debe sorprender; la ostentosa y grave cercanía de Espino y el Yunque con Vicente Fox y la creciente revelación de sus riquezas, indudablemente ilícitas, revelación que opaca la presunción de que Fox es tonto pero no pillo, pone en peligro el destino de Espino como dirigente, ya sea por sí mismo o por interpósita persona. No se trata aquí de que el presiente Calderón y su pandilla integren una sección progresista del PAN: no hay tal cosa. En este caso ellos tendrían que optar, pragmáticamente, por el mal menor. Lamentablemente, en estos momentos de la lucha por el poder, a los mexicanos no nos queda sino escoger entre lo peor y lo malo.
A los panistas, con estas prisas, les pasa lo mismo.
Félix Cortés Camarillo, “Cancionero”, Milenio, 8 de octubre.

El PAN parece desconcertado ante los excesos y las frivolidades de la ex pareja presidencial, la cual, dice Fox, seguirá moviéndose, porque, si no, “los enemigos te atrapan” (probablemente es a la inversa). El blanquiazul no parece saber cómo manejar este lastre político. En las democracias reales, los partidos prefieren aceptar y reconocer cuando uno de sus miembros, por más prominentes que sean, ha incurrido en abusos, pues de esa manera le pasan la mayor parte del costo a ese personaje (o “personaja”). En cambio, pretender tapar el sol con un dedo sólo provoca que el costo del escándalo lo absorba el propio partido. Al PAN podría ocurrirle lo mismo que al PRI, si no termina por deslindarse de la ex pareja presidencial, lo cual sólo puede ocurrir aceptando —o incluso impulsando— una democrática rendición de cuentas
José Antonio Crespo, “Horizonte Político”, Excélsior, 10 de octubre.

Pero el asunto no termina ahí. La movilidad autónoma de Fox ha irritado a los operadores políticos de Los Pinos y ahí se ha tomado ya la decisión de abrir expedientes judiciales contra Fox, contra la señora Martha y contra los hermanos Bribiesca. En este contexto ubican la frase de Germán Martínez dicha al salir de la SFP: "No quiero ser el que enjuicie al expresidente Fox." Los indicios de una operación política contra Fox comenzaron a aparecer en la Secretaría de Gobernación. Sobre todo porque hay algunas respuestas de Fox de que no va a callarse ni va a dejar de declarar y que ni el presidente de la República podría obligarlo a la austeridad política. Fox ha encontrado en Espino un aliado político en México y dentro del PAN.
En este contexto, la salida de Espino de la presidencia del PAN ya no será fácil. Y la elección de la nueva presidencia tampoco tiene marcha atrás porque ya fue aprobada por el consejo nacional. De ahí la tranquilidad personal de Espino. Y también de ahí el nerviosismo de Germán Martínez porque quería estar seis años en la dirección del PAN y no tres años y tres meses. El error fue menospreciar a Espino.
Carlos Ramírez, “Indicador Político”, El Financiero, 11 de octubre.

El PAN se halla pillado por este lío; por un lado tiene que consentir a regañadientes la instalación de una comisión legislativa que (con fuertes limitaciones legales) indagará las propiedades de Fox. Pero, por otro lado, compara al ex Presidente emanado de sus filas con… ¡Benito Juárez y Francisco Madero! Mientras tanto, el panismo cerril le erige una estatua en Boca del Río (los malosos dicen que debió ser en Bahía de Chachalacas). Efigie que, como era previsible, no quedaría intacta por mucho tiempo. El caso es que, cualquiera que sea el perjuicio económico que el ex Presidente y allegados hubiesen provocado al país (si es que alguna vez lo sabemos), el daño moral lo supera en varias veces al haber defraudado el histórico compromiso blanquiazul con la democracia y quizá con la honestidad. Si al final se prueba que Fox no era tan decente como lo aseguran los pocos defensores que le quedan, el PAN quedará como otro partido encubridor, contrariamente a si exigiera la rendición de cuentas presidencial es decir, la clarificación a fondo, lo cual le correspondería a un partido democrático. Recién ha recordado Juan José Rodríguez Pratts el ensayo 1915, de Manuel Gómez Morín, donde afirma que “es peor el bien mal realizado que el mal mismo”, pues el segundo “por lo menos renueva la rebeldía y la acción”, en tanto que el primero “destruye la posibilidad del bien y mata la esperanza”. Ese fue el pecado de Fox. Pero el PAN no tiene por qué encubrirlo. Puede, en cambio, retomar la ruta de su fundador. La absolución de ese pecado se llama transparencia y rendición de cuentas
José Antonio Crespo, “Horizonte Político”, Excélsior, 15 de octubre.

Fox se ha convertido en un problema para los panistas porque los panistas están operando como priistas. Fox ha logrado sacar, como expresidente, el priista que siempre llevó dentro. Fox no ha hecho en los últimos meses sino copiar los pasos de la expresidencia de Luis Echeverría: llamadas a panistas, creación de su Centro de Estudios (el Ceestem echeverrista), giras internacionales, declaraciones en libros y comportamientos vinculados a la neurosis del poder. Fox, así, aparece como una mala copia de Echeverría.
Pero para molestia de muchos, Fox no hace sino lo mismo que ha hecho siempre: el ejercicio imprudente, personal y enfermizo del poder. El expresidente no entiende razones porque es incapaz de racionalizar la realidad. Ese botón justamente fue el que apretó en su momento la señora Martha Sahagún para convertir a Fox en una persona dependiente.
Carlos Ramírez, “Indicador Político”, El Financiero, 18 de octubre.

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