IMAGEN PÚBLICA: Vicente Fox: 18. El Road Show mediático.

Como ya se destacó en la Presentación, el tema generó el mayor número de comentarios: 78, 12.56% de los 621 sistematizados. Incluimos no sólo la gira de entrevistas en la televisión norteamericana a propósito de su libro, que culminó en la errática presentación del ex presidente en el programa “En contexto” conducido por el periodista mexicano Rubén González Luengas. También incluimos los comentarios que sobre diversos temas hizo Fox en su gira por Estados Unidos, así como los vertidos a propósito del tema en publicaciones nacionales, como la revista Proceso. Sin ellos no estaría completo el road show.

Reproduzco una respuesta de la entrevista que Vicente Fox le concedió a Vicente Serrano para su programa En contexto, y que se transmitió el martes en la noche en el canal de Telemundo en Chicago. —¿Qué opina de lo que escribieron Ciro Gómez Leyva y Joaquín López- Dóriga en sus columnas en MILENIO sobre lo que publicó la revista Quién de su rancho en San Cristóbal? —Bueno, hasta lo que no comen, les hace daño. Pero entendemos esta crítica, entendemos que es de oposición, pero algo que prometimos fue la libertad de expresión. En otros tiempos, ni Ciro ni Joaquín se permitían hablar de esto, porque no los dejaban los gobiernos anteriores. Pero ahora que tienen la libertad, pues que vayan hasta donde gusten a decir lo que quieran. Han criticado con mucha falta de información, porque han salido otra vez a criticar que esta casa, que es la casa de todos ustedes en el rancho San Cristóbal, la tengo desde hace 35 años. No necesité estar en política para construir esa casa. La construí con mi trabajo, con el trabajo de todos los días, en Coca-Cola y en los pequeños negocios de la familia. Eso es lo que yo he aprendido en la vida: que quien trabaja tiene éxito. Pero aquellos que viven de gorra, se la pasan criticando, se la van a pasar tratando de trepar a base de criticar a otros. Joaquín López-Dóriga ha estado en la casa tuya, él la conoce y sabe cómo la construí. Yo no me escondo, como se escondió López Portillo en la Colina del Perro, como se escondió Echeverría y como se escondieron los ex presidentes mexicanos. Yo doy la cara, le muestro a la gente lo que tengo y lo que no tengo.
De colección, Señor Presidente. Hasta lo que no comen, les hace daño…
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 20 de septiembre.

Por Ciro Gómez Leyva en MILENIO de ayer se conoce que él y Joaquín López-Dóriga fueron calumniados por Vicente Fox, al afirmar que están entre “aquellos que viven de gorra” y “se la pasan criticando”.
Fox sabe que miente: Ciro y Joaquín se ganan la vida ejerciendo el oficio libérrimo del informar y opinar, y en sus espacios (electrónicos e impresos) informaron que el ex presidente y su esposa exhibieron su faraónica intimidad y opinaron (con otras palabras) que la vida que lleva la pareja ex presidencial ofende a la sociedad, ni se diga cuando dejaron a su suerte a millones de jodidos por los que nada hizo el foxiato.
Lo lenguaraz, que tantos problemas generó en su propio gobierno y los de varios otros (dentro y fuera de México), vuelve a meter a los Fox-Sahagún en un escándalo más.
Ahora que (la neta) por esto mismo a Fox se le extraña: los diputados priistas y perredistas ya condicionan el presupuesto de 2007 a que primero sea investigada su riqueza.
Carlos Marín, “El asalto a la razón”, Milenio, 21 de septiembre.

Esta columna, junto con la de mi amigo y compañero Ciro Gómez Leyva, fue tomada por el conductor del noticiario de Telemundo en Chicago, Vicente Serrano, para su entrevista con Fox, quien contestó con una andanada que el mismo Ciro reprodujo ayer bajo el título “Ciro y Joaquín, trepadores que ahora sí pueden criticar: Fox”.
“Bueno –exclamó Fox– hasta lo que no comen les hace daño. Pero entendemos esa crítica, entendemos que es de oposición. En otros tiempos ni Ciro ni Joaquín se permitían hablar de esto porque no los dejaban los gobiernos anteriores. Han criticado con mucha falta de información (...). Pero aquellos que viven de gorra se la pasan criticando, se la van a pasar tratando de trepar a base de criticar a otros”.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 21 de septiembre.

Que en su encuentro con la comunidad mexicana de Chicago, Vicente Fox ofreció donar las botas y la hebilla con su nombre que utilizó durante su gobierno al Museo “de las Bellas Artes” Mexicanas, que está en el barrio Pilsen.
También fue pródigo en foxiadas: aseguró que uno de sus logros fue conseguir que las mexicanas “ya no estén como las escopetas: cargadas y en el rincón…”.
“Trascendió”, Milenio, 21 de septiembre.

Desde la publicación del reportaje tienen contabilizadas más de 120 menciones a la revista Quién en medios nacionales e internacionales. El interés por las fotografías del nido de la ex pareja presidencial ha traspasado incluso las fronteras. The Miami Herald, el Financial Times, la CNN, la agencia Europa, las quieren comprar. "La cosecha de los Fox nunca se acaba", dice Tavira, parafraseando a una vieja canción que tan popular hizo Mike Laure.
El periodista nos dio un tip. En la dirección electrónica cnnexpansion.com podemos ver fotografías que no se publicaron en la revista. Si hace clic en el vínculo "Foxilandia" no existe, encontrará la audiogalería, donde podrá ver una imagen de Marta Sahagún en su nuevo despacho de Vamos México, ubicado en lo que eran los cuartos del Estado Mayor Presidencial en San Cristóbal. La ex primera dama habla por teléfono. Detrás se observa una imagen de Felipe Calderón con la banda presidencial.
El escándalo va de menos a más. El hecho de que el PRI y el PRD, las dos principales fuerzas de oposición, hayan solicitado a la Junta de Coordinación Política, órgano interno de gobierno, que se constituya una Comisión Investigadora del caso, da una idea de la dimensión política del escándalo. En Acción Nacional están conscientes y preocupados por el costo que el asunto pueda traerles. No encontré un solo panista que defienda a Fox. "Esto nos puede perjudicar. Es una figura representativa nuestra", reconoció el senador Ulises Ramírez.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 21 de septiembre.

Sólo el tiempo dirá si la estrategia seguida por la pareja Vicente Fox-Marta Sahagún para volver a posicionar al ex presidente en los medios resultó un éxito o un fracaso. Hasta el momento ha sido exitosa, Fox ha vuelto a ocupar amplios espacios mediáticos, pero podría volverse lo contrario si el enriquecimiento exhibido por el guanajuatense y su esposa en las páginas de la revista Quién es investigado, resulta ilícito y se sanciona a Fox por ello.
Fernando Mejía Barquera, “Cambio de frecuencia”, Milenio, 22 de septiembre.

En el lapso de una semana el “colmillo” de Marta Sahagún en el manejo de medios puso a Fox nuevamente en la escena pública. Entrevistado por Carlos Loret en XEW, Alberto Tavira, editor de la revista Quién y autor de “Los Fox, su vida después de Los Pinos”, indicó que fue Sahagún quien “negoció” con él —esa palabra utilizó Tavira— la publicación del reportaje, el cual apareció justamente en la víspera de que Fox fuera nombrado “copresidente” de la Internacional Demócrata de Centro, organismo que agrupa a los partidos demócrata cristianos del mundo.
Fernando Mejía Barquera, “Cambio de frecuencia”, Milenio, 22 de septiembre.

O sea que la presencia de Vicente Fox en los medios está garantizada al menos en los próximos meses. En tal sentido, el reportaje sobre la riqueza de la pareja “ex presidencial”, que atrajo nuevamente la atención sobre Fox y su esposa, habría sido un éxito, quizá un riesgo calculado por la “colmilluda” Marta, que tal vez sopesó el costo de las críticas frente a los beneficios mediáticos. Pero también pudo haber sido un error si Marta y Vicente ya perdieron la noción del país en que viven y pensaron que su nueva riqueza, aún no explicada, podría pasar desapercibida sin ofender a la mayoría de los mexicanos, cuyo nivel de vida va en descenso. Y habría sido también un error si supusieron que la “clase política”, en una coyuntura como la actual, dejaría pasar semejante exhibición de lujos sin tratar de sacar provecho. La gran pregunta ahora es si los legisladores y el gobierno de verdad investigarán el origen de la nueva riqueza foxista o administrarán el tema en busca de que el tiempo lo devore, como ha ocurrido con los casos de tantos políticos transformados en millonarios.
Fernando Mejía Barquera, “Cambio de frecuencia”, Milenio, 22 de septiembre.

Que el show internacional de Vicente Fox tendrá una escala de “ensueño” en Houston, Texas.
El lunes 15 de octubre, el ex presidente dará una conferencia titulada “La vida, fe y sueños de un presidente mexicano”, promovida por el World Affairs Council of Houston, dentro del ciclo “La revolución de la esperanza”.
No se informa si el fondo musical correrá por cuenta de Los Violines de Villafontana, ni si habrá beso a Marta Sahagún.
Los precios para escuchar a Fox esa tarde oscilarán entre los dos y los 50 dólares.
“Trascendió”, Milenio, 23 de septiembre.

Los Fox viajaron a Roma la semana pasada. Se condujeron allí como quienes son. El miércoles la corresponsal de El Universal Cynthia J. Rodríguez telefoneó a la habitación de la pareja en el hotel Excélsior, para preguntar sobre la nueva casa y los dichos de Korrodi. Malhumorado, Fox dijo "que no iba a contestar y ante la insistencia guardó silencio. Le tomaron intempestivamente el auricular: 'El presidente no va a dar entrevistas', dijo una destemplada Marta Sahagún, quien tampoco aceptó dar declaraciones y colgó" (El Universal, 20 de septiembre). Al día siguiente, durante la conferencia de prensa de los copresidentes de la IDC (Fox y Pier Ferdinando Casini) la ex primera dama "increpó a los periodistas que cuestionaban a su esposo Vicente Fox sobre el origen de su riqueza. '¿Tú para quién trabajas? ¿A ti quién te ha pedido que preguntes esas cosas? ¿Quién te ha dicho que insistas en esto?', interrogó... a una periodista mexicana... Luego de fotografiarla con su celular, Sahagún... lanzó las mismas preguntas al representante de Reforma. '¿Quién eres? ¿A ti quién te manda?', cuestionó antes de accionar igualmente la cámara de su teléfono móvil" (Reforma, 21 de septiembre). Al día siguiente, recibidos por el Papa los dirigentes democristianos, les habló de valores políticos. O al menos eso supone Fox aunque como no entiende italiano no captó todo, según confesión propia.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública, Reforma, 23 de septiembre.

"¡¡Híjole, híjole, híjole!!", exclamé tres veces, llena de coraje, en tanto hojeaba las primeras páginas de la revista Proceso (de esta semana) cuyo título lo dice todo: "Horizonte sin límites...". Sí, el reportaje se refiere a la primera fotografía, a todo color, tomada a vuelo de pájaro no de un rancho, sino de tres propiedades que componen la enorme extensión de los Fox y cuyo horizonte no tiene límites: "Fueron necesarios dos reporteros por tierra, y un fotógrafo en una avioneta, para poder ofrecer a los lectores un acercamiento al paraíso que comparten el ex presidente y su actual esposa Marta Sahagún". En efecto, las fotos muestran un verdadero Edén, que más que las propiedades de un ex Presidente de un país tan pobre como el nuestro, se diría que el dueño de este lugar tan paradisiaco se trata de un narco; de un narcotraficante que ha hecho su dinero en menos de seis años.
Guadalupe Loaeza, Reforma, 25 de septiembre.

Fox volvió a dar testimonio explícito de su masiva participación en el fraude orquestado contra López Obrador. Con el desparpajo de un personaje que se siente impune declara ante los micrófonos de Telemundo, en la ciudad de Chicago, que para él era necesario e importante detener al entonces candidato de la izquierda: Andrés Manuel López Obrador. Desde la perspectiva reaccionaria que lo caracteriza, Fox justifica cualquier intervención para contrariar el voto ciudadano, para entorpecer la ruta marcada por la voluntad popular. Rellena, le da vigente contenido, a más de un año de la tragedia del 2 de julio de 2006, a la pancarta que sostenía aquel valiente joven oaxaqueño en la que lo acusaba de ser un traidor a la democracia. Grito popular que tanto disgusto le causó al malhadado presidente
Luis Linares Zapata, La Jornada, 26 de septiembre.

La razón argüida por Fox ante los micrófonos de Telemundo es de nulo peso, aun dentro de la ramplona fragilidad con que acostumbra justificar su actuación la facción derechista que él representa: AMLO es un demagogo. Y, con tal adjetivación peyorativa, Fox, y ensamble de pericos que le repiquetean en el oído, sustenta cualquier acción emprendida para liberar a la sociedad de las pretensiones de un personaje con esa terrible característica en su conducta pública. En su torpe y pedestre argumentación, no requiere de más apoyo a sus sinrazones que una improvisada, estúpida comparación con quienes despreciativamente moteja como “Chávez” (el presidente Hugo Chávez de Venezuela) o “Correa” (el presidente de Ecuador, Rafael Correa). En un salto carente de toda autocrítica, Fox se lanza de cabeza al vacío de las conceptualizaciones políticas, al mundo –para él totalmente desconocido– de las ideologías y las pertenencias a un partido político. Fox debía suponer, al menos, que hay suficientes indicios de que buena parte del PAN siempre lo rechazó por advenedizo, mal informado, inculto, de alcances groseros y limitado
Luis Linares Zapata, La Jornada, 26 de septiembre.

La conferencia se titula ‘La Revolución del la Esperanza: vida, fe y sueños de un ex presidente mexicano’. Por supuesto estará a cargo de Vicente Fox.
Será el lunes 15 de octubre, en el Wortham Center Cullen Theater, de Texas. Los precios varían, desde 2 dólares hasta 50.
¿Dirá algo sobre la comisión que crearán para investigarlo?
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 5 de octubre.

El ex presidente Vicente Fox Quesada quiere seguir en el escenario de la política internacional. Para ello, está listo para arrancar, la próxima semana, un road show en algunas cadenas de televisión de Estados Unidos, para promover su libro en inglés Revolution of hope: the life, faith, and dreams of a mexican president, que realizó junto con Rob Allyn, a quien conoce desde que era gobernador en Guanajuato. Mañana lunes, el propietario del famoso jeep rojo estará con Larry King, en CNN, donde también será entrevistado en los espacios de Jon Stewart y Wolf Blitzer
“Bajo reserva”, El Universal, 7 de octubre.

Su antecesor Vicente Fox saturará los mismos hogares con una semana de entrevistas consecutivas en CNN y NBC, en donde lo interrogarán desde el popular entrevistador Larry King (este lunes a las 6 de la tarde hora de México), hasta Wolf Blitzer, el especialista de la CNN para asuntos internacionales.
Fox hablará sobre su libro Revolution of Hope, en inglés porque la edición en español, Revolución de la Esperanza aún no sale a la venta, el cual, según sus editores de Viking Press, “es una historia personal de triunfo y una visión política de futuro”. Si bien esa frase de la revolución de la esperanza la acuñó en una entrevista con el semanario estadounidense Bussiness Week durante su campaña presidencial en 2000, el título, original, original, no es. Una simple búsqueda en Google arrojó 6 millones 550 mil referencias sobre el término. Y que no lo engañe Marta Sahagún, la sanguijuela de la sociedad mexicana, pues casi ninguna de esas referencias se relaciona al libro de su esposo
Raymundo Riva Palacio, “Estrictamente personal”, El Universal, 8 de octubre.

Durante esta semana, los Fox seguirán bajo los reflectores. Sí. Le cuento. Además de que hoy sus nombres sonarán en la Cámara de Diputados porque se decidirá cómo quedará conformada la comisión legislativa que los investigará, estará(n) en el show de… ¡Larry King! Oh sí, en CNN Internacional, además de otros espacios de televisión más.
¿Será que en estos programas sí se aventarán a responder tantas preguntas que quedan en el aire sobre todas, todas sus propiedades? ¿Sobre los diversos medios que han presentado facturas, triangulaciones? ¿Aceptarán preguntas en vivo desde México? ¿Irá Marta a hablar con Oprah? Ahhh, con ese par, todo puede pasar.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 8 de octubre.

El ex presidente Vicente Fox parece decidido a demostrar que por su boca muere el pez.
Llevado por su logorrea ayer dio declaraciones al por mayor en Estados Unidos.
Y entre otras cosas dijo que es víctima de “una venganza sin sustento”, pero no aclaró de quién.
Eso sí, hizo mutis cuando le preguntaron del rancho, el jeep, el jaguar, los viajes a todo lujo, el centro de estudios...
¡Ah, que ganas de desafiar a la justicia y poner en aprietos a quienes le dan impunidad!
Pepe Grillo, Crónica, 9 de octubre.

La poderosa televisora CNN dejó en ascuas a los mexicanos. No transmitió anoche en México la entrevista que hizo Larry King al ex presidente Vicente Fox, que no ha parado de defender su patrimonio y de acusar de patanes a quienes lo señalan por supuestos actos de enriquecimiento inexplicable en el sexenio 2000-2006. La cadena estadounidense programó la charla a las cuatro de la madrugada de este martes. El guanajuatense se encuentra de gira por Estados Unidos para promover su más reciente libro titulado Revolución de la esperanza, que también contiene pasajes muy tiernos de su romance con Marta Sahagún. “En el verano de 2001, desperté una madrugada y me incliné sobre una de mis rodillas. Esa misma mañana le pedí a Marta que se casara conmigo...”, narra conmovido don Vicente
“Bajo reserva”, El Universal, 9 de octubre.

Mientras aquí avanzaba en el Congreso la comisión especial que investigará sus riquezas, Vicente Fox apreció ayer con Larry King, en CNN, para mostrarse tal cual fue en su presidencia: entretenido, pero insustancial; chistoso, pero intrascendente; indiscreto, pero superficial. Todo eso es lo que está plasmado en el texto que pretende ser las memorias de un hombre del poder y terminan siendo un conjunto de anécdotas curiosas, pero sin sustancia… Por cierto que Fox ayer se refirió al senador Ricardo Monreal como un “patán” y cuestionó la denuncia que el perredista hizo en su contra en la PGR. Anoche le preguntamos al zacatecano si pensaba contestarle al ex presidente. “Sí, le voy a contestar, pero con una ampliación de denuncia”…
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 9 de octubre.

Por cierto que por enésima vez, el expresidente Vicente Fox negó que se haya enriquecido ilícitamente durante su gobierno, y advirtió que las acusaciones en su contra se tratan "de una venganza sin sustento alguno, más de un periodicucho, y así le llamo, que es Proceso" (que es revista, por si no sabe).
Um, dicen, ¿será que al rato Chente va a decir que todo es un compló?
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 9 de octubre.

POR SI les faltaba publicidad a Vicente Fox y a Marta Sahagún, su nombre comenzará a sonar en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
LA PERIODISTA Olga Wornat y la editorial Random House presentarán hoy una denuncia en contra del Estado mexicano, por la sentencia en su contra en el juicio que entablaron los hermanitos Bribiesca.
EN POCAS PALABRAS, la autora de "La Jefa" y su editorial pedirán que el organismo internacional revise (y revoque) el fallo.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 9 de octubre.

Por cierto que en Estados Unidos, a donde fue a presentar su libro Revolution of hope —La revolución de la esperanza—, no le ha ido nada bien. Primero nos dicen que se ha devaluado su presencia, pues a principios de año, cobraban para entrar a sus actos entre 350 y 400 dólares, y para la presente semana, el precio por oír al ex presidente apenas si llega a los 40.
Y usó el programa de Larry King en la CNN para arrimar golpes a los presidentes de Bolivia, Evo Morales y Venezuela, Hugo Chávez, y obviamente a su “mejor cliente, López Obrador”, y repitió una vez más, ante las acusaciones de enriquecimiento ilícito, que mienten y culpa a priistas y perredistas de ser los autores de ese complot.
También estuvo con Bill O Reilly, donde Fox se metió a un campo minado, no sabía que el conductor es uno de los mayores críticos de México y de los mexicanos, pero Reilly no estaba enterado de la locuacidad del ex presidente y que se enredaría en acusaciones sin ton ni son.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 11 de octubre.

Lo dijo antes de dejar la Presidencia en una entrevista para Telemundo y lo cumple: que ya se iba y podía decir cualquier cosa. Y así anda. Me refiero a Vicente Fox, quien anda de gira por Estados Unidos.
Por un lado, se lanzó contra George W. Bush. Bueno, para ser sinceros ya había escrito algo sobre él: —Los xenofóbicos, los discriminadores, los que se sienten raza superior… ésos no deben decidir el futuro de esta nación.
Ojo. Se refiere a Estados Unidos.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 10 de octubre.

Dijo que lo publicado en Proceso (se refiere a la revista, no a una decisión adelantada de la comisión legislativa que los vaya a investigar y que mañana se decide cómo queda integrada), sobre sus propiedades, es parte de una venganza.
Luego, en la entrevista con Larry King, defendió sus ranchos. Que los tiene gracias a su trabajó en Coca–Cola y a la herencia que le dejó su abuelo. Que los ataques en su contra provienen del PRI y del PRD.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 10 de octubre.

Por cierto, Fox, cuya entrevista en CNN no se transmitió en vivo a México, declaró que es amigo de George W. Bush, pero eso no es obstáculo para llamarlo “el tipo más presumido que he conocido”, “vaquero de parabrisas” y otras lindezas. También dijo que Bush trató de convencerlo de que apoyara la guerra de Irak, pero él se negó porque no estaba probado que ese país tuviera armas de destrucción masiva. Claro, se olvidó de decir que cuando el Consejo de Seguridad de la ONU votó ese tema, él se sometió a una operación y se desentendió
“Binoculares”, El Gráfico, 10 de octubre.

A un programa estelar de la televisión estadunidense fue cargando Fox con su sólido bagaje intelectual y el cúmulo de experiencias dignas de ser contadas. Larry King, el longevo entrevistador de la CNN con sus tirantes al descubierto, lo presentó en su afamado estudio. Con ello se le abre a Fox, de par en par, la puerta al estrellato. Restan, todavía, otras hazañas mediáticas (Road Show) para terminar de promover lo que llama su libro: La revolución de la esperanza. La categoría de “personalidad” (star sistem) propia de aquellos que han alcanzado el éxito, la tiene al alcance de un micrófono generoso o de una toma adicional de perfil. Y, como para muchos otros, ésa parece ser la meca de sus entresueños. Todo un conferencista consagrado en el circuito del primer mundo. El vendedor de Coca-Cola, que llegó a presidente de México, se reinventa y encuentra una nueva pasión de vida.
Para tal aventura comunicativa todo un tinglado de maquillajes lo respalda, incluido el famoso rancho de triple asiento en San Cristóbal, La Granja y, ahí juntito, en las cabañas de La Estancia con sus cerros sembrados de agave azul. Aunque nada de eso sea suyo porque, entre el goce a perpetuidad y la propiedad declarada, una intrincada serie de fideicomisos y donaciones se interponen hasta imposibilitar cualquier aclaración a fondo. El cómodo y cínico reino de la impunidad. El tradicional escudo protector de los poderosos de este subdesarrollado reino de las apariencias y el rollo distractor.
Luis Linares Zapata, La Jornada, 10 de octubre.

Fox lleva, al mercado estadunidense, lo que se imagina que éste quiere oír: anécdotas de triunfos rotundos, las vitales contribuciones al avance democrático no sólo de México, sino del mundo civilizado. Quedan, como segundo plato a degustar, las condenas instantáneas al paquete de populistas latinoamericanos (Chávez, Correa, Morales), las críticas pedestres a la Cuba de Castro y su victoria final sobre López Obrador en las actas sin contabilizar y alteradas con premura. Pero, además, Fox, ese ranchero rencoroso, agrega a su palabrería grandes dosis de melcocha para su pareja: esa mujer de talla mundial que lo acompaña, su desinteresada seguidora de quien le gustaría ser pararrayos de malfarios e infundios.
La tragedia de su administración queda en la retaguardia de todo este follón de oropel en proceso. La descarnada historia de sus fracasos, errores, delitos y dispendios que espera el detallado rescate para alumbrar lo que, por desgracia, todavía se prolonga hasta estos días como una especie de herencia maldita y desgobierno.
Luis Linares Zapata, La Jornada, 10 de octubre.

Este fin de semana fue pródigo en atenciones para los políticos mexicanos, a los que antes nadie pelaba, aunque Carlos Salinas y especialmente Ernesto Zedillo Ponce de León privilegiaran a los medios de comunicación extranjeros para dar a conocer noticias que les competían justamente a los mexicanos.
Larry King, en uno de los programas más vistos de la televisión de Estados Unidos, que pasa en CNN y lleva el nombre de su conductor, recibió a Vicente Fox en su gira para promover la venta de su libro de memorias, sólo para escuchar las mismas aseveraciones sobre el origen —mi abuelo Joseph— del rancho ahora suntuario y la legitimidad de su fortuna.
Los Pinos, que no tiene tiempo para atender a las televisoras nacionales menos privilegiadas, recibió a la conductora de Good Morning America para una entrevista especial en la que les dijo a los norteamericanos lo que ellos no quieren oír: que la migración es un fenómeno incontenible, que los gringos necesitan la mano de obra que México les entrega barata y que su gobierno es incapaz de proporcionarle trabajos a los braceros.
Félix Cortés Camarillo, “Cancionero”, Milenio, 10 de octubre.

Un estratega experimentado, mi estimado, jamás ataca al adversario en un mismo punto. Vicente Fox está de regreso. El hombre de las botas despliega su desparpajado encanto demostrando que todavía sabe venderse cual producto mercadotécnico. Estrenando gira mediática en divertidos espacios norteamericanos provocando sonrisas, risas, ceños fruncidos y una que otra confundida señal.
Fox es Mr. entertainment. Fox promocionando su Revolution of Hope tour. Fox con Larry King en CNN. Fox en el Daily Show con Jon Stewart. Fox muy pronto con Bill Maher en HBO. Fox, my friend, retando a un debate a Lou Dobbs quien ayer, después de una consulta durante su espacio informativo donde 95 % estuvo de acuerdo con que se bata con el ranchero estrella, aceptó contestándole que donde quiera y cuando quiera. Fox dándole el spin a su agenda.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 10 de octubre.

¿Cómo explicar el comportamiento de los medios? Aquí me cuesta más trabajo. Una posibilidad es que los ataques venden diarios. Pero esto no puede ser todo. Más que Vicente Fox, el blanco de los medios ha sido Martha. En muchos casos, el odio es tan visceral que me lleva a especular que se involucran elementos de carácter emocional, más que racional. En concreto considero que dos prejuicios pueden estar involucrados: machismo y clasismo.
Julio Serrano, “Apuntes Financieros”, Milenio, 10 de octubre.

Fox, que le tira madrazos al punching bag de moda llamado George W. Bush en su territorio causando cierto entusiasmo ciudadano hasta la madre de una guerra en Irak que será epicentro en las elecciones de 2008.
Fox que trae producto. Uno bajo el brazo que es su divertido libro Revolución de la Esperanza (de salirme con la mía) y con una interesante estrategia ha abierto las puertas de par en par. Con un inglés digno de ranchero de Guanajuato y no de un ejecutivo de Coca-Cola. Su historia oscilando entre lo cursi como su relación romántica con Marta Sahagún hasta los tubazos con el inquilino de la Casa Blanca y sus razones esgrimidas de por qué su gobierno se negó a entrarle a la aventura sangrienta contra Sadam Husein.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 10 de octubre.

CONOCIENDO el humor ácido que caracteriza a Jon Stewart, que suele ser burlonamente despiadado con sus entrevistados, había gran expectación por ver la presentación de Vicente Fox en su programa.
PERO al parecer el conductor de The Daily Show no sabía muy bien con quién estaba hablando o fue muy bien cabildeado para recibir al ex Presidente.
EN POCAS PALABRAS, Stewart dejó ir vivo a Fox, quien hasta presumió su "honesty" y se lució ante las cámaras con todo y su inglés con pronunciación que dejó a más de uno con cara de "what?".
PERO, BUENO, la espera no fue en balde pues el propio Fox hizo de las suyas. Una foxada, pues.
AL FINAL de la charla le preguntó a su entrevistador -Jon Stewart, remember?- que si era de ascendencia ¡vasca! porque su nombre era muy común en aquella región española.
Y LA RESPUESTA de Stewart fue: "¿Vasco? No, soy un tremendo judío".
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 10 de octubre.

Nadie soporta ya la incontinencia verbal del ex presidente Vicente Fox.
De plano, ayer el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, pidió al ex mandatario “callarse”.
Y eso que apenas la semana pasada el jalisciense había dicho que metía las manos al fuego por “mi presidente”.
Fox también fue aludido por el presidente Calderón, cuando ante concesionarios de radio y televisión advirtió que no permitirá un nuevo chiquihuitazo, como el que inspiró la frase del guanajuatense ¿Y yo por qué?
Pepe Grillo, Crónica, 11 de octubre.

El lunes pasado, el mismo día que Calderón dio entrevista a Diane Sawyer de la cadena ABC, el ex presidente Vicente Fox apareció en la cadena de noticias CNN, en el programa estelar “Larry King Live”, dedicado a las entrevistas.
Larry King es un personaje central de los medios norteamericanos desde hace 50 años. Cuenta con una excepcional trayectoria y ha realizado más de 40 mil entrevistas. Ha conversado con todos los presidentes de Estados Unidos desde Kennedy y con personalidades como Tony Blair, Marlon Brando, Hillary Clinton, Mikhail Gorbachev, Martin Luther King Jr., Paul McCartney, Al Pacino, Frank Sinatra, Margaret Thatcher y Malcolm X.
El año pasado, King recibió del club de prensa de Los Ángeles el premio presidencial en honor de su influencia e impacto en los medios. Este año fue el primer receptor del premio de excelencia en comunicación que otorga la Universidad de Arizona. El programa está al aire desde junio de 1985 y es el de más alta audiencia de CNN. En conclusión, no es un conductor o entrevistador cualquiera ni el programa convoca a pocos televidentes.
Sergio González Muñoz, Crónica, 11 de octubre.

El pretexto de la entrevista fue el “libro” del ex presidente, cuyo título es un descarado plagio de la obra de Erich Fromm de 1968. Sobre su “obra” Fox reconoció haberla escrito para una audiencia norteamericana y que a través del texto quiere tener un diálogo con la opinión pública estadunidense sobre el tema de la migración. Diálogo debería tener pero con los mexicanos que votaron por él y que ahora se han enterado de su riqueza al parecer descomunal y de origen misterioso.
De lo aprovechable del programa, le regalo las siguientes perlas: que George Bush es un vaquero de parabrisas pues se nota que no es vaquero real, como él; que no esperaba ganar la elección del 2000 y que fue una sorpresa total; que en 2003 Bush discutió el tema de la invasión a Irak con Blair y con Aznar pero no con él, pues sólo le mandó mensajes, precisamente con el británico y el español; que ama a los Estados Unidos y que “soy parte de esa nación”, porque “mi abuelo nació en Ohio y llegó a Guanajuato en caballo y encontró su sueño americano en Mexico”, y “heredé los valores americanos de mi abuelo”; que admira a Calderón y que concuerda con él en la frase del michoacano de que México está donde hay un mexicano, sin importar la ubicación, pero que “hay que poner las botas en el suelo”.
Sergio González Muñoz, Crónica, 11 de octubre.

Que le gustaría una mujer en la presidencia de Estados Unidos, en 2008; que por los casos de Clinton y Carter sabe que hay vida después de la presidencia; que en el libro es agresivo con Chávez, Evo Morales y López Obrador porque están engañando a sus pueblos; y que Chávez, en particular, “se está llevando la riqueza petrolera de los venezolanos al exterior”; que respeta los avances de salud y educación de Cuba pero que en derechos humanos Castro está en el pasado y que espera que después de Fidel, la isla pase a otra era
En una llamada del público, una californiana le reclamó haber autorizado una carísima remodelación de Los Pinos y haber comprado toallas de 400 dólares. En el más puro estilo foxiano, escurrió el bulto y cambió el tema al decir molesto que año con año develó ampliamente sus estados financieros personales “sin estar obligado”, como si la Ley Federal de Responsabilidades se hubiera promulgado ayer. Desvió el golpe (y King se lo permitió) diciendo, con ceño fruncido, que esas eran acusaciones falsas de la oposición. Que provenían de los priistas y de los perredistas que no se reponen, los primeros, de haber perdido la presidencia en 2000 y los segundos, de no haber ganado la presidencia en 2006.
Sergio González Muñoz, Crónica, 11 de octubre.

Posteriormente, aceptó haber fracasado en el combate al narcotráfico, pero alegó que las drogas son un negocio regional y que la lucha es responsabilidad de Estados Unidos y México; se declaró presidente global “de una asociación de 88 partidos de centro democrático ideológico”, como si la democracia cristiana no estuviera en el extremo derecho del espectro político; reconoció, seguramente sin darse cuenta, la existencia del “Plan México” por el apoyo de dos mil millones de dólares que la Unión Americana le dará a México para la lucha contra el narco; amenazó que “no me voy a quedar en casa” y que su Centro Fox se va a asociar con las bibliotecas presidenciales de Carter y Clinton e inclusive con la Rand Corporation, nave insignia de la inteligencia de la derecha norteamericana, “para generar conocimiento”.
Me quedó muy mal sabor de boca. Mientras King está en la cúspide de sus talentos y condujo la entrevista con maestría, sobriedad y precisión, el entrevistado sigue siendo el mismo: ocurrente, locuaz, desinformado, superfluo, vacuo y francamente mendaz. Fox, en su profunda ignorancia política, no entiende la utilidad para el país del diálogo con los adversarios políticos; no puede ser que mientras Calderón está construyendo puentes de gobernabilidad con las oposiciones, el guanajuatense los dinamite en público y en otro país y su partido se lo siga permitiendo.
Sergio González Muñoz, Crónica, 11 de octubre.

Pero, de pronto, Fox volvió a ser el de hace siete años. Le regresó el espíritu bravucón, irónico, atrevido e irreverente que lo hizo el mejor candidato presidencial que ha tenido México, por desafiante. Rompió el cartón y sostuvo un durísimo mano a mano con Bill O’Reilly, el fiero entrevistador que en el canal Fox News levanta polémica por su posición antiinmigrante. Se arrebataron la palabra. Uno golpeó con datos duros y el otro acusó con el dedo índice
“Frentes Políticos”, Excélsior, 11 de octubre.

Hubo más rounds. Drogas: “¡Vienen de México!”, dijo el presentador. “¿Quién las consume?”, provocó Fox. O’Reilly concedió: “Nosotros”. De ahí saltaron a la corrupción: “Su país tiene un gran problema”; “aquí lo hay”, intercambiaron latigazos. “Ok, pero no al nivel de allá, donde trafican drogas”. “¿Y quién se beneficia del dinero de las drogas que aquí consumen?”. En el tema migratorio, O’Reilly le soltó que dejó ir la solución al no apoyar a Estados Unidos contra Irak. “Sí, fue el peor error de Bush; y hoy la opinión pública de su país me da la razón”. O’Reilly recriminó que 50% de los mexicanos vayan a EU porque viven en la pobreza. “Pero ellos sostienen este país”, contraatacó duro Fox. Sí, el Fox de antes
“Frentes Políticos”, Excélsior, 11 de octubre.

Lo peor que pudiera hacer Fox —independientemente de las respuestas insólitas que le dio a Larry King en CNN— es continuar estirando la cuerda, soslayar la paciencia de Calderón, y continuar minimizando el esfuerzo hecho por el michoacano para ganar las elecciones presidenciales, limitando su triunfo a un favor personal: el del propio Fox. El ex presidente no ha entendido que nadie —por poderoso que sea— está por encima de un Estado o de un gobierno, a pesar del evidente acotamiento del poder presidencial, en el caso de México.
Y es que los problemas que le sigue causando Fox a Calderón no paran. Ante el insistente afán del guanajuatense de adjudicarse la paternidad de la Presidencia calderonista. Cuando Fox le llama “patán” a un legislador —como lo hizo con el perredista Ricardo Monreal—, o dice que su libro es para denunciar al PRI y al PRD, a quienes tilda de antidemócratas, enrarece la política interna y le complica los espacios de negociación al gobierno federal con los partidos de oposición.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 11 de octubre.

“Hay quienes no han digerido la derrota del 2000, los del PRI, y la derrota del 2006, los del PRD”, atiza Fox en Nueva York. Por eso no cierra la herida del 2 de julio del año pasado: porque con su lengua de fuego, hiriente, Fox se encarga de enfurecer a la oposición con sus desplantes, sin darse cuenta —o tal vez sí— de que alienta las movilizaciones populares contra todo lo que haga o diga Calderón.
Hoy también queda claro que Fox tampoco midió las consecuencias de haber permitido que la revista Quién publicara el reportaje sobre su opulento rancho. Fue un gravísimo error de cálculo que encendió la indignación de millones de mexicanos, quienes se han vuelto testigos cíclicos de la corrupción sexenal.
—¿De dónde vienen los reclamos por su rancho? —le cuestionó Larry King. —De la oposición. Tú sabes, estoy cabalgando de nuevo… soy presidente de los partidos de ideología de centro del mundo —respondió Fox.
Desproporcionadas son las respuestas del ex presidente. Lamentable su actitud. Deleznable la forma como le está complicando las cosas a Calderón. “Que los ex presidentes guardaran silencio es una vieja regla impuesta por los priistas que yo no voy a seguir”, advierte Fox.
A ver si romper esa regla no le cuesta caro.
Por lo pronto, la primera advertencia ya le llegó.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 11 de octubre.

¡Y dale con que presidente! Cuando en Vicente Fox renacía el espíritu avispado que lo propulsó en 2000, al defenderse y desafiar al presentador de televisión Bill O’Reilly, el brillo se extinguió en CNN, al responder que el candado que Francisco Ramírez Acuña le lanzó por boquiflojo se debe a que “quieren que el Presidente no hable, esa es una vieja práctica priista”. Y aseguró que el jeep rojo que maneja de veras no es suyo
“Frentes Políticos”, Excélsior, 12 de octubre.

Y Fox… ¿se calló su opinión? Ash, claro que no. Desde CNN, en entrevista con Claudia Palacios, dijo:
—Quieren que el Presidente no hable, esa es una vieja práctica priísta.
¡¡Oh my God!! Digo, como está en Estados Unidos, lo puse en inglés. Que no sabe quién le pidió que se callara. Que alguien le diga que fue de su propio partido, el PAN. No todos: el único que defendió su derecho a decir lo que quiera fue Santiago Creel.
Pero volvamos a Fox. Él niega todo, como que la Hummer que usa no es de él, sino del Estado Mayor Presidencial. Pero cuando la reportera le preguntó si él la usaba, esto respondió.
—Claro, como muchos carros uso, la manejo, no la uso (sic).
Mmm. Ya no entendí.
También le preguntaron cómo se hizo del Jeep rojo furia:
—(¿De quién es?) No es mío ese jeep. No es mío. No me lo ha regalado nadie. No es mío… Bueno, deja que investiguen, que hagan su tontería, que investiguen.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 12 de octubre.

Es realmente exagerado el vuelo que se le dio a la presencia en medios norteamericanos de Vicente Fox; después de todo, en nuestros tiempos las casas editoras de libros tomaron la lección de las casas disqueras de antaño que se llamó payola. Mediante una cortesía a los programadores, productores o conductores de programas de radio —solían ser la misma persona— conseguían que la canción o el disco de su interés fuese tocado en las estaciones de radio.
Lo mismo hacen hoy las casas editoras, los partidos políticos y los grupos de interés que se llaman cabilderos. De esa forma, sin tener idea de quién es Vicente Fox Quesada le abrieron espacios en sus cadenas para que dijera las mismas tonterías y mentiras que ha repetido en su patria.
De esta suerte, el “cállate chachalaca” que le mandó a decir el presidente Calderón a través de su secretario de destapación resulta innecesario. Para lo que tiene que decir…
Félix Cortés Camarillo, “Cancionero”, Milenio, 12 de octubre.

Va el diálogo de Vicente Fox, ayer, con una reportera de CNN.
- ¿Se enriqueció ilícitamente?
- No. Es fruto de mi trabajo.
- ¿Qué pasa con la camioneta Hummer que usted usa?
- Fíjate, Claudia, cómo te han engañado también a ti. Esa camioneta es del Estado Mayor Presidencial, no es mía. ¿Qué más?
- ¿Usted la usa?
- Claro, ¿quién me lo prohíbe? No la uso, la manejo.-
¿Ofreció beneficios a personas que le hicieron regalos como el jeep?
- Falso, falso. No es mío ese jeep ni me lo ha regalado nadie.
- ¿De quién es? ¿Por qué lo usa usted?
- Deja que investiguen, que hagan su tontería…
¿Disfrutó usted del diálogo?
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 12 de octubre.

Hay quienes en medio de la tormenta política aún buscan apapachar al ex presidente Vicente Fox. Uno de ellos es Jerry Jones, nada menos que el propietario del popular equipo de futbol americano Vaqueros de Dallas, quien invitó al guanajuatense al juego de este domingo contra los Patriotas de Nueva Inglaterra, en el Texas Stadium
“Bajo reserva”, El Universal, 13 de octubre.

El que pintó su raya fue el panista Juan José Rodríguez Prats, quien no aceptó entrar a la comisión. Hasta comparó a Fox con Madero y Juárez, por el trato que recibieron del Congreso en su tiempo.
Y hay otro factor en contra del ex presidente: la denuncia que presentó Olga Wornat en contra del Estado mexicano, debido a la violación de sus derechos humanos en el juicio que Manuel Bribiesca entabló contra ella, por lo escrito en Crónicas malditas.
La escritora argentina considera que en nuestro país:
Hay procesos judiciales que pueden ser utilizados como mecanismos de censura, a fin de limitar la expresión de opiniones e ideas sobre el comportamiento de ciertos personajes públicos.
Y ya para terminar, este domingo, en Boca del Río, Veracruz, inaugurarán una estatua de Fox y un boulevard. ¿Irá y hablará más?
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 12 de octubre.

Va por el mundo y ya le comienzan a perseguir los fantasmas de su incontinencia verbal y crematística. Como le ladraban a López Portillo a él le restriegan su versión campestre de la Colina del Perro aun cuando en este caso se trate de jagüeyes desmesurados, casas interminables y un centro de estudio propiedad de quien jamás tomó un libro ni para despolvarlo.
Corrupto, le llama por extensión Bill O’Reilly en Fox News y no importan sus desplantes defensivos ni tampoco sus recursos de mentiroso sin provecho: “esa ‘jámer’ no es mía; es del Estado Mayor; no la uso pero la manejo como manejo muchos coches”, le dice en otro canal a la bella Claudia Palacios (CNN), todo lo cual no les quita ni a él ni a su señora la imagen ya impuesta por muchos millones de mexicanos.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 14 de octubre.

La actitud defensiva supuestamente indignada por el honor malamente manchado, no es sino el escudo de un hombre —y una mujer— profundamente deshonestos para quienes ya ni siquiera son necesarias las formas, por eso cuando el gobierno en plena desesperación por no saber dónde acomodarlo urge al marido de la señora Marta a guardar silencio, él saca su viejo recetario de conjuros nacionales: el silencio es cosa del PRI. En ese caso la corrupción también, y él juró terminarla.
Cosa del pasado es también el destierro. Pero este recurso de poner tierra o mares de por medio no está en sus manos sino en las de Felipe Calderón, quien por lo visto, no entrará frontalmente al pleito y envía por eso, a Ramírez Acuña a retirar de las brasas sus manos comprometidas —y ya en sancocho— por la rectitud de Fox.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 14 de octubre.

La serie de entrevistas, conferencias y declaraciones que ha hecho el ex presidente Vicente Fox a lo largo de Estados Unidos, defendiendo su administración y sus propiedades. Diciendo que los ranchos se los debe a su trabajo y a la herencia de su abuelo, hasta que él no “usa” (sic), pero sí maneja el jeep rojo… pero no es de él. Ni la Hummer…
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 14 de octubre.

Y todavía hay quienes expresan admiración por la forma en que Vicente Fox “defiende” a México frente a neoconservadores, o estultos xenófobos como un afamado conductor de la cadena Fox. Por lo visto, hay quienes están dispuestos a ser engañados todo el tiempo. El resonar del Yunque pareciera llamar hoy a la instauración de un minimato foxiano, fincado en el poder mediático y la tentación irresistible de magnificar el vacío de la verborrea: una revolución como la cristera, sin disparar un tiro y con los cardenales decididos a obtener cargos políticos y púlpitos electrónicos. Hay espacio para una réplica del becerro de oro.
León García Soler, “A la mitad del foro”, La Jornada, 14 de octubre.

Ver al ex presichente en CNN regañando a su entrevistadora (y, por consiguiente, al público que para fortuna del humor tiene el canal sintonizado) por su ingenuidad no tiene precio. Pero, en la lógica de la política mediática que mantiene las riendas del país y sus protagonistas, por consecuencia de una profunda falta de tema, resulta de particular interés la media vuelta que Ramírez Acuña ha dado en torno al apoyo —otrora martírico— que le ofrecía a Vicente (porque Marta es demasiado paquete para uno solo) con una exigencia de silencio que tiene un claro mensaje: el hijo desobediente será más desobediente de lo que se creía en un principio, pues el encargado de la política interna ya se desmarca con la preparación del discurso del te lo dije. Usted y yo, mi estimado amigo, sabemos que la creación de la comisión investigadora del presunto enriquecimiento ilícito del Y yo ¿por qué? es más inútil que un llamado al pejecito esquizoide a aceptar la derrota, pero el show debe continuar mientras los políticos se niegan a enfrentar los verdaderos temas que el país exige. A nadie parece importarle que los sindicatos se nieguen, escudados en la autonomía sindical, a abrirse a la transparencia y la rendición de cuentas porque hacerlo sería renunciar a sus cuotas de poder que logran enriquecerlos a costa de quienes se supone han de defender (IMSS, Napito, SNTE y demás larvas mediocres y criminales). A nadie le preocupa el servilismo de un poder que se dice soberano ante un poder ilegítimo y criminal en su utilización de fuerzas y recursos que se pagan con dinero que nadie sabe de dónde sale. A nadie le interesa detener una escalada de legislaciones que apuntan a la pérdida de la libertad de expresión y a la regulación cuasi tiránica y autoritaria sobre los medios de todo el país. Y así, mientras seguimos viendo como caemos, habrá quienes le dediquen semanas a la caída Husseiniana de la estatua de Fox en Veracruz y quienes hasta la comparen, en sus más extravagantes y estúpidas fantasías, con algo así como la guerra que ha emprendido la sociedad en contra de un poder corrupto del pasado. Hagan sus apuestas para saber quién será el primero que explote el ridículo sobre el tema. François de la Rochefoucauld escribió alguna vez Si en los hombres no aparece el lado ridículo, es que no lo hemos buscado bien. Eso fue en el siglo XVII y hoy, en este país, sigue estando vigente.
Carlos Dragonné, Milenio, 14 de octubre.

Por un lado, en Out in the Open de CNN con Rick Sánchez y por la noche en el programa Real Time with Bill Maher, al ex presidente no le fue nada mal en sus amenas entrevistas. Nuestro desparpajado ranchero sigue pegado con su puntual script toreando las dudas sobre su original fortuna, desparramando miel sobre su trascendente rol en la democracia mexicana, madreando sin piedad al PRI y, literalmente, pitorreándose de George W. Bush. Toda la prozaica mezcla junta sin cuidar las formas.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 15 de octubre.

Fox se siente epicentro mexicano del cambio y lo presume sin pudor. Con Maher hasta las lágrimas de la risa se le salieron al mofarse de Bush por su inhabilidad ecuestre. Todo ante las sonoras carcajadas del público que junto a Bill gozan de los tubazos contra el inquilino de la Casa Blanca que va en caída libre. En picada. Fox haciendo leña del árbol caído. El ex presidente de México dispara misiles, sin consecuencias aparentes, mientras aquí se hace medio bolas el engrudo jurídico para un puntilloso estátequieto que, para entonces, llegará tarde en el control de daños doméstico.
Una de las divertidas dudas es hasta cuándo Bush & friends acusarán recibo de la nociva lengua guanajuatense. Hasta cuándo la Casa Blanca tolerará la simpática chacota mediática. Quién lo diría. Fox aplicado en su meticulosa cortina de humo internacional metiendo en aprietos a Felipe Calderón cuando la desventura (y su hormona) lo rebasan... por la derecha.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 15 de octubre.

Lo que llama la atención de los observadores nacionales, es que a pesar del road show internacional que la señora le organizó a su esposo hace una semana y la contratación de algunos "publirrelacionistas mexicas" -uno de los cuales ha prestado sus favorcitos a políticos del PRI, del PRD y seguramente al PAN- para que "le limpiaran la imagen", no han podido convencer a la sociedad, bueno, ni siquiera a los que votaron por el "cambio sin rumbo", de que son unas blancas palomitas. Más bien parecen canguros. ¿Y por qué canguros? Preguntan los bisoños. Pues por lo de "ratas gigantes", responden los perredistas.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 16 de octubre.

El road show de su gira por la Unión Americana lo exhibe de cuerpo entero. El strip tease con Larry King no tiene desperdicio. Se presentó como el primer norteamericano que arribó a la Presidencia de México. “Yo amo a Estados Unidos”. Él se ve a sí mismo como descendiente directo y en línea vertical de la estirpe de Daniel Boone y demás vaqueros que llegaron a colonizar las tierras indias del bárbaro sur. “Soy parte de esta gran nación, porque mi abuelo nació aquí en Cincinnati, Ohio. Tomó un caballo en 1885 y viajó rumbo al sur, a Guanajuato, buscando el sueño americano”. Es decir, en el siglo XIX Joseph Fox inauguró una suerte de emigración al revés, tan inédita que no se ha vuelto a repetir: the mexican way of life, o el camino mexicano a la prosperidad, para lo cual “compró un rancho en cien mil pesos plata” (seguramente cash), mismo que de generación en generación albergó al rancho San Cristóbal, pero pronto emergerá como un auténtico santuario de la democracia y la libertad americanas, el Centro Fox.
Ricardo Monreal, Milenio, 16 de octubre.

Lo que sí es cierto es que, por lo escuchado ayer con José Cárdenas, Fox ya no aguanta algunas entrevistas. En una charla para el canal 52 de Telemundo en Los Ángeles, de plano se lanzó contra el periodista Rubén González Luengas, a quien llamó vulgar, calumniador y mentiroso. La gota que derramó el vaso fue que le hayan presentado los libros Fin de fiesta en Los Pinos y La familia presidencial. El gobierno del cambio bajo sospecha de corrupción, de Anabel Hernández
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 17 de octubre.

Chente se amarró al cuello el lazo de la ira y se tumbó solito en una entrevista con Rubén Luengas para Telemundo, Canal 52, de Los Ángeles. Intolerante, se enojó porque no fue tratado con la superficialidad complaciente que le otorgaron otros espacios televisivos de Estados Unidos y, ante la petición de que respondiera a señalamientos (documentados en libros y reportajes) sobre propiedades y enriquecimientos bajo sospecha, perdió toda compostura y acusó a su anfitrión de mentir y calumniar, exigiéndole que se retractara en público (incluso, sugerente de boicots publicitarios, advirtió del “mal uso” que Luengas estaría haciendo de un espacio, lo que debería preocupar a los anunciantes).
Las descomposturas mentales del presidente de Foxilandia se dispararon frente a cámaras luego de que el entrevistador mencionó al padrastro de los Bribiesca el notabilísimo crecimiento económico de Venezuela (11 trimestres seguidos con un promedio de 12.6 por ciento) frente a los pobres resultados del último año del foxiato. El Manco de Boca del Río ironizó diciendo que al premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, lo habrían comprado con un barril de petróleo para que elogiara los logros económicos (“muy impresionantes en los últimos años”) del régimen de Hugo Chávez. El economista estadunidense, que fue asesor de Bill Clinton en la Casa Blanca, destacó la buena aplicación, para beneficio colectivo, de la bonanza de los precios petroleros.
El punto de quiebre llegó, sin embargo, al hablar de propiedades de la señora Marta y su vocero Vicente (¡ah, el amor, el amor!). El periodista Luengas apenas pudo aludir a datos del Registro Público de la Propiedad cuando ya estaba encima el primer gringo llegado a presidente de México. “Me sentí intimidado por Fox”, dijo el entrevistador de Telemundo, a quien el ex gobernador de Guanajuato acusaba con el índice por delante antes de levantarse de su asiento y retirarse. La significativa rabieta del hombre con rancho y lago adjunto estaba programada para ser exhibida ayer, íntegra, a las once de la noche, en el programa de Rubén Luengas y estaría disponible a partir de hoy en www.telemundo52.com en la sección denominada “En contexto”.
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 17 de octubre.

Todo el discurso de que él inauguró la democracia en México y liberó al país, que estuvo pronunciando durante su gira en Estados Unidos, se cayó cuando Vicente Fox perdió los estribos durante una entrevista. El periodista Rubén González Luengas le preguntó por qué si dice que el rancho La Estancia no es suyo, en el Registro Público de la Propiedad de Guanajuato, él y su esposa aparecen como dueños. Ahí ardió Troya y afloró el Fox clásico: bravucón, arrogante y majadero
Binoculares, El Gráfico, 18 de octubre.

Que aunque el ex presidente Vicente Fox insiste en tener una gran presencia en la prensa internacional, perdió drásticamente en su guerra mediática contra el Caníbal de la Guerrero.
Mientras que sobre las actividades de Fox en Estados Unidos sólo se publicaron notas en el Houston Chronicle y The Dallas Morning News, la información de José Luis Calva Zepeda apareció en: The New York Times, Chicago Tribune, The Dallas Morning News, Houston Chronicle, The San Diego Union Tribune, San Antonio Express News, The Miami Herald, The Globe and Mail, Siglo XXI y La Tercera.
“Trascendió”, Milenio, 17 de octubre.

MUCHOS PENSARON ilusamente que regresaría a su rancho a dedicarse a labores para las que aparentemente tiene más destreza, pero no. Desde que abandonó la Presidencia se pasea por el mundo ofreciendo conferencias que ha tenido que bajar de precio pues la calidad del interlocutor deja mucho qué desear, sobre todo en contraste con otros conferencistas.
En fecha reciente, el ex presidente escribió mediante la ayuda de un ghost writer su libro autobiográfico Revolution of hope (salió primero la versión en inglés) en el que describe desde una peculiar visión su mandato al frente del país. Basta leer algunos de los fragmentos traducidos para sentir pena ajena. Pero si de algo carecen los grandes cínicos que ha dado la Historia es de vergüenza. Como parte de la estrategia para promover su mamotreto, salió al ruedo mediático y tan pronto se topó con un periodista incómodo que lo mantuvo a raya y no le formuló las preguntas a modo que esperaba, enseñó su cobre autoritario. Se trató de una charla breve en Telemundo con el periodista Rubén Luengas, quién irónicamente votó por Fox y festejó en El Ángel el triunfo del “apóstol de la democracia” que pasean por el país del norte los editores de Revolution of hope. Fuera de sí, Fox abandonó el programa cuando el periodista le preguntó a propósito de las propiedades de la familia después del mandato presidencial, y particularmente de las escrituras de La Estancia. Desde “mal entrevistador”, “vulgar”, “mentiroso” y hasta de “pobre imbécil” calificó Fox a Rubén Luengas. Hace quince días Fox se lanzó contra Ciro Gómez Leyva y Joaquín López Dóriga. Lo curioso de todas estas criaturas mediáticas que mantienen una relación de amor-odio con los medios (Fox, AMLO, Chávez), es que en el fondo todos tienen un talante autoritario que los hermana. A propósito del penoso incidente en el que se vio envuelto el conferencista de Foxilandia, Rubén Luengas hizo un comentario que le queda a mucho más de un político latinoamericano: “es un tipo irreflexivo, autista, que sólo quiere escucharse a sí mismo y utilizar al entrevistador como sparring, en lugar de asumir que está en una entrevista periodística.” Y por supuesto que tiene razón.
David Gutiérrez Fuentes, “Perro Mundo”, Crónica, 18 de octubre.

¿Por qué sigue dando entrevistas en Estados Unidos Vicente Fox? ¿Venderá su libro?
Susana Moscatel, “Caras vemos”, El Universal, 18 de octubre.

Por su propio bien, Vicente Fox debería abandonar esta loca aventura de los reflectores y a sus partidarios incondicionales de las estatuas sin sentido, con miras a adoptar la actitud digna de un ex mandatario. Nadie dice que se debe callar para siempre o irse al exilio, pero debe tener prudencia y asumir la dignidad (insisto en el término) del cargo que ocupó y la posición que ahora detenta: no es un ciudadano más, sino un ex Presidente que debería ser recordado como el que terminó con 70 años de gobiernos priistas
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 18 de octubre.

Rubén González es el mismo periodista que hace casi un año violó la regla del off the record al difundir, en su programa Contextos, la casi última célebre frase foxista: “Total, yo ya me voy… ya puedo decir cualquier tontería”, y que tanta polémica generó, no sólo por la declaración en sí, sino por la cuestionable ética periodística de quien utilizó una grabación fuera de cámaras para dar la nota. Y, ahora, Vicente Fox accedió ir a su programa, mas, por lo visto, sólo con el fin de cobrarle a González Luengas la antigua ofensa. Y éste a su vez, un año después, volvió a engolosinarse mediáticamente con Vicente Fox. El ex Presidente se salió de sus casillas, después de una entrevista en la que mencionaron las publicaciones donde se establece que los ranchos están a nombre de él y de su esposa, Marta Sahagún. Lo cual hizo que salieran chispas en el lugar, a tal punto que Fox discutió con su entrevistador, diciéndole que lo retaba a no decir mentiras, que le hiciera bien la pregunta. Para que, finalmente, la siguiente frase cerrara con broche de oro: ¡Eres un vulgar, carajo... y un mal entrevistador! Y es que, como en sus buenos tiempos, con su característico estilo ranchero, se levantó y salió de prisa del estudio de televisión. En su estilo personal de gobernar, Fox siempre supo desviar la atención pública con una nueva declaración tronante. Acaso intente ahora el mismo resultado. Pero se antoja poco probable que las consecuencias sean las mismas
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 18 de octubre.

Y quienes festejaban por adelantado que el roadshow mediático de Fox en Estados Unidos para promocionar su libro era un éxito, hoy comienzan a callar, luego del lamentable berrinche que realizó en vivo durante el programa En Contexto, conducido por el periodista mexicano Rubén González Luengas, quien sacó de sus casillas a Fox y realmente lo hizo ver como un hombre intolerante y ofensivo
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 18 de octubre.

En realidad, González Luengas hizo una pregunta bien sustentada, pues, en Nueva York, Fox había declarado públicamente que no tenía ni propiedades ni ranchos y, ahora, con la copia de un documento oficial publicado en un libro hasta hoy no desmentido por la pareja presidencial, el periodista metió en aprietos a Fox, quien respondió de la peor manera: con insultos y perdiendo la compostura
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 18 de octubre.

En el colmo del oportunismo y la desmemoria, muchos “comunicadores” que todavía unos días atrás defendían la “honradez” de Vicente Fox, y se mostraban “extrañados” ante añejas acusaciones de corrupción, ahora se aprovechan de una entrevista hecha en el extranjero por Rubén Luengas para “descubrir” en el Manco de Boca del Río una conducta grosera, vulgar, clasista y sicótica que, desde luego, “nunca se conoció” en México, porque esos periodistas y entrevistadores nacionales se portaron serviles y obsequiosos en sesiones previamente arregladas y aceitadas en las que todo salió bien, absolutamente bien, para la sonriente y encantadora pareja de Los Pinos. Dentro de seis años, esos mismos encubridores con micrófono y libreta habrán de sorprenderse con las pillerías, la ilegitimidad y las descomposturas mentales que, en estos momentos, de manera acomodaticia festejan y defienden
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 18 de octubre.

Que Vicente Fox no quiere darse respiro.
En su papel de conferencista inagotable, y sin importarle el incidente con Telemundo en Los Ángeles, voló a Toronto, Canadá.
Regresará el viernes a México, pasará a cambiarse de ropa a León y el domingo se va a Brasil.
De ahí cruzará el continente para estar en San José y San Francisco, California.
Luego cruzará Estados Unidos para estar en Atlanta, Charlotte, Nueva York y Washington y, finalmente, cruzará el Atlántico para concluir su road show en Madrid.
¿Quién dice que no se puede?
“Trascendió”, Milenio, 18 de octubre.

Fox debe suponer que, al igual que en la campaña del 2000, puede enderezar el curso de su creciente desprestigio (me remito a las encuestas) con voluntad y mucha exposición en los medios electrónicos. No alcanza a ver que el resultado empieza a ser penoso. Cada que se retuerce porque alguien toca el tema de su resbalosa honorabilidad, se hunde como un explorador en las arenas movedizas. Todavía le vemos el tronco. En breve serán nada más los hombros, los bigotes, las muñecas. Y al final, como Figueroa, desaparecerá en el pantano de la vergüenza.
Es comprensible que se resista a comprender que el mito de Fox el honesto ha entrado en el ocaso, que la creencia aceptada por buena parte de la sociedad de que era tonto, pero honesto, se desmorona a gran velocidad.
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 18 de octubre.

Pero eso no quita que Fox tenga derecho a estar enmuinado. Con tanta grosería y persecución es lógico que se ponga como Salma Hayek o Lucerito frente a los paparazzi. Sobre todo ahora que un irrespetuoso enviado de Telemundo lo quiso agarrar modorro cual Bejarano en el programa de Brozo. Le tumban la estatua, le quitan la Hummer, lo tratan como a Salinas y todavía quieren que se ría.
Jairo Calixto Albarrán, “Política cero”, Milenio, 18 de octubre.

Pero allí andaba Fox hasta que el martes fue a grabar una entrevista para el Canal Telemundo 52 de Los Ángeles, y ante la insistencia de Rubén González Luengas perdió el control y acabó la entrevista tachándolo de “ignorante” y de “pobre imbécil”.
Esta reacción retrata el ánimo del ex presidente y viene a desmentir la reciente declaración, indignante, de quien fue su vocero, Rubén Aguilar, quien ahora nos revela que nos engañaron durante seis años pues, contó, que “las constantes equivocaciones de Fox durante su gobierno fueron intencionales”.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 18 de octubre.

Su confesión de parte, que releva de prueba, es un insulto para los mexicanos y la explicación es más grave: “cada error de Fox le permitía subir de imagen ante el gran electorado del país. Lo que reclamaba el intelectual o el seudointelectual o el seudoperiodista de la estupidez de Fox, la gente lo veía muy bien”.
Es decir, nos tomaron el pelo, nos engañaron durante seis años desde la bandera de la honestidad: las estupideces eran una estrategia en busca de popularidad, que es la mayor estupidez que he escuchado por parte de quien fue vocero de un Presidente y que en su complicidad lleva su parte.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 18 de octubre.

Hay dos cosas ilimitadas, mi estimado: el cosmos y la estupidez. Continúan los vientos huracanados alrededor de la figura de Vicente Fox, quien perdió los estribos durante una simpática entrevista llevada a cabo por Rubén González Luengas de Telemundo en el marco de su agitada gira promocional Revolution of Hope Tour 2007. A Fox le salió ese pequeño intolerante que lleva dentro al comenzar a perder la sonrisa cuando las preguntas, en lugar de centrarse en su original libro, giraron en torno a su divertida fortuna y a las propiedades de su ambiciosa esposa.
La amena paciencia llegó a su límite, my friend, y el ex presidente equivocó estrategia y con eso, cual efecto dominó, derrumbó sus aciertos mediáticos pasados. Si le agrega que el ambiente doméstico no es precisamente de festejo ante su incontinencia verbal, aunque su prozaico proceder ha ayudado como cortina de humo desviando temas fundamentales en la agenda presidencial, Vicente Fox quizá tendrá que sopesar la aplicación de su Plan B ante singulares señales enviadas desde Los Pinos.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 18 de octubre.

Desde aquella histórica ocasión en que Ricardo La Volpe se levantó del escritorio de Carlos Albert en CNI, o bien aquella vergonzosa donde Eduardo Andrade llegó como energúmeno a la redacción de Joaquín López-Dóriga para interrumpir el noticiario de Televisa para imprecar al ‘Teacher’, no habíamos sido testigos de una desazón tan de pena ajena como la vivida en Telemundo en escenificación de Vicente Fox y el periodista Rubén González Luengas. Por supuesto, la radio periodística hizo suya esta nota como la materia divina para explotar en todos los sentidos, pues además de que el ex presidente Vicente Fox se pavoneaba con “su apertura a los medios de comunicación”, esta entrevista incómoda ha sido la base para reflexionar en todos los medios de comunicación respecto al manejo periodístico que en la actualidad vivimos todos. El noticiario Duro y a la cabeza que conduce Claudia Franco para MVS, como noticiario de humor político, se pulió en la presentación de este desliz del ex mandatario mexicano y nos llevó a una seria reflexión relacionada con el monstruo que los políticos y el mismo ex presidente generaron hace seis años, cuando se confundió la libertad de expresión con la sobreconfianza sobre la figura presidencial, y cómo el propio pueblo está viendo caer la imagen de Vicente Fox, de boca propia de Vicente, igualito que como se derrumbó la estatua de Chente en Veracruz. Es obligado hablar de las fallas, no humanas, sino de sentido común que ha cometido Vicente Fox para con el periodista Rubén González Luengas, pues el informador, estrictamente hablando, realizaba su tarea profesional y no alcanzó ni siquiera a proferir una frase calumniosa al ex presidente; sin embargo, Vicente Fox supone que una vez más vendrá un Rubén Aguilar a corregirle la plana, o bien que las máquinas de las televisoras norteamericanas “borrarán” o editarán tan atroz suceso como el vivido el martes por la noche en Los Ángeles, California. Aquí sí cabe decir que los medios de comunicación pueden ser catapultas sociales para los individuos: o te lanzan al estrellato y al reconocimiento mundial, o te estrellan en el lanzamiento de la desvergüenza mundial. ¡Pobre político Fox!
Claudia Segura, “La ventana ciega”, Milenio, 18 de octubre.

El ex presidente Vicente Fox se crea problemas donde no los hay. Las preguntas que le hizo el periodista de Telemundo Rubén González Luengas eran las que había que hacer. Si Fox hubiera respondido con tranquilidad y sin irritarse, la conversación habría quedado como una más de las muchas de la gira de promoción de su libro Revolution of Hope. En lugar de eso perdió la paciencia y la compostura. Y con ello le dio a la entrevista una notoriedad que no habría tenido de otra forma.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 18 de octubre.

Pobre de Fox, porque efectivamente se veía completamente perdido pero muy perdido. Alto como es, sentado en un silloncito de piel café oscuro, el ex Presidente se veía en la imagen totalmente solo y rebasado por el contenido de las preguntas, de las que por cierto se ve que ya está harto. Su semblante también estaba perdido... Con una mirada totalmente perdida trataba de defenderse. Sus ojos se veían particularmente pequeños y su bigote, mal cortado. Todo resultaba patético, de pena ajena. Es evidente que desde que se publicó la revista Quién mostrando su paraíso (¿perdido?) en Guanajuato, últimamente, Fox no se halla. Seguramente duerme mal, tiene la boca seca y está tenso. No, nunca había estado tan perdido como aparece estos días en las entrevistas, ya sea la de CNN o la de Telemundo. Vicente Fox ya no sabe para dónde moverse, ni qué decir, ni cómo desmentir a los periodistas que no dejan de preguntar tantas indiscreciones sobre sus propiedades y su Jeep rojo. Como nunca, Fox se siente atacado, juzgado, acorralado y, lo que es peor, difamado; tiene la impresión de que todo el mundo le ha dado la espalda, especialmente los de su partido. ¡Está solo! ¡Está perdido! No concibe que no lo sigan aplaudiendo, él, que le dio tanto a México, él, el único que pudo sacar a los priistas "corruptos" de Los Pinos y el primer Presidente que hizo pública su declaración patrimonial. Lo que le gustaría a Vicente Fox es que en cada una de las entrevistas dijeran maravillas de su libro, le gustaría que lo felicitaran por su visión sobre la democracia y el libre mercado. Le gustaría que le preguntaran sobre su nieto Vicentillo, sobre sus caballos y cómo le hace para que le crezca tan bonito el brócoli en sus ranchos. Le gustaría que lo felicitaran por su inglés tan fluido y por todas sus conferencias tan interesantes.
Guadalupe Loaeza, Reforma, 18 de octubre.

Para que entendiera mejor Vicente Fox, habría que proponerle que se metiera a la página de YouTube y que escribiera "Presidente Fox", allí encontraría la verdad. Allí se vería decenas de veces, como en un espejo, contestando a los periodistas en inglés y en un español muy coloquial. Se vería con Larry King y con la periodista Claudia Palacios de CNN en español a quien no dejaba hablar y le decía: "Fíjate, Claudia, cómo te están engañando también a ti... La Hummer no la uso, la manejo...". Se vería hecho estatua de bronce (la cual es tan rígida y mal hecha que recuerda al hombre de hoja de lata de la película del Mago de Oz, él tampoco tenía cerebro...) y vería cómo una mujer la jala con una cuerda hasta tirarla por completo al suelo. "This is not Saddam Hussein. It's Vicente Fox", leería con sus ojitos totalmente azorados al pie de la imagen. Hay tanta y tanta información sobre el pobre "Presidente Fox" que pasaría horas viéndose y escuchándose defender de todos los ataques que tan "injustamente" le están haciendo en estas últimas semanas... "¿Quién está detrás de YouTube?", tal vez se preguntaría totalmente fuera de sí al ver tantas "tonterías", como dice que son todas estas denuncias. "¿Quién está pagando todas estas difamaciones?", quizá se pregunte Fox sintiéndose totalmente perdido frente a su compu. A lo mejor termina tan enojado que hasta acabe insultándola y diciéndole cosas como: "Eres una vulgar, computadora ¡estúpida! Pruébame que tengo tantas propiedades. ¡Demuéstramelo!... ¡Mentirosa!...".
Guadalupe Loaeza, Reforma, 18 de octubre.

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