IMAGEN PÚBLICA: Vicente Fox… 9. Francisco Ramírez Acuña.

Diez días después de que comenzó a circular la información sobre el tema, el secretario Francisco Ramírez Acuña hizo su primera declaración al respecto: él mete las manos al fuego por el ex presidente… Días más tarde emitió otra controvertida declaración: “el que se va se calla”. Ambas provocaron diversas reacciones y posiciones; una parte se presenta en los 37 comentarios, 5.95% de 621, que se enlistan a continuación.

Ayer fue el titular de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña:
—¿Usted mete las manos al fuego por Vicente Fox?
—Sí, meto las manos por Vicente Fox.
—¿Y mete las manos al fuego por Marta Sahagún?
—Meto las manos por Vicente Fox. Muchos lo decían cuando la pareja vivía en Los Pinos.
Pepe Grillo, Crónica, 27 de septiembre.

En cambio Ramírez Acuña, el premoderno secretario de Gobernación, declaró que él sí metería las manos al fuego por don Vicente, porque es un ejemplo de bonhomía, cuyo trabajo se refleja en el bienestar que se respira en México donde no hay pobres que parezcan modelos anoréxicos de Oliviero Toscani.
Jairo Calixto Albarrán, “Política cero”, Milenio, 27 de septiembre.

Mientras Francisco Ramírez Acuña aseguraba que metería las manos por Vicente Fox, porque es un hombre honesto, un par de senadores comentaban que mejor no lo haga porque va a salir quemado. Los reporteros le insistían al secretario de Gobernación sobre las imputaciones al ex presidente, y sólo comentaba que "trabajamos juntos, yo como gobernador y él como Presidente y sé que es honrado".
Al funcionario le fue impedido caminar, tomar la calle, salir del edificio del Senado, porque una veintena de reporteros, fotógrafos y camarógrafos lo impedían y tuvo que responder sobre las acusaciones al ex presidente. Señalaba que una cosa es el valor de un predio —dice Fox que vale 300 mil pesos, pero especialistas en desarrollos inmobiliarios le ponen un valor de 26 millones de pesos— y otro el valor comercial. Seguramente que paga impuestos si es que le cobran algo por la primera cifra.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 27 de septiembre.

El presidente avalado por Pancho Ramírez Acuña (ayer dijo: "yo meto las manos al fuego por el presidente (sic) Fox" sigue dando de qué hablar.
En esta ocasión fue Marthita Sahagún (es que como son uno mismo)...
Marthita volvió a hacer uso de sus dotes de (ba)voz-cera, e hizo revivir el caso Montiel, como para echarle tierra al asunto del ranchito de Fox y su fortuna, que una revista del corazón tuvo a bien exhibir (por idea de la Dulcinea de San Cristóbal, claro).
Pero ahora Marthita no quiere dejarse, y trata de cubrirse con el caso del pobrecito de Arturito Montiel, que si lo van a investigar, que su fortuna es tal, etcétera... que ha sido vilipendiado, esquilmado y explotado por la Versini... (¡vean el mal que puede hazer una mala mujer, ha de decir Marthita...!)
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 27 de septiembre.

Por cierto que ayer que el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, defendió la gestión del Chente Fox y dijo que "metería las manos al fuego" por el exmandatario (a quien se refirió como "el presidente Fox", especificó al preguntarle si también metería las manos al fuego por Marta Sahagún.
"Metería las manos por el presidente Fox".
...¿Y por la señora Martha? -se le insistió.
...Por el presidente Fox...
Quedó muy, muy claro...
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 27 de septiembre.

Otro que entró al debate fue el secretario de Gobernación quien, para variar, dijo algo que puede terminar costándole políticamente caro a su jefe, el presidente Felipe Calderón. Ramírez Acuña afirmó que él “mete las manos al fuego por Fox”. Nuevamente, el funcionario se procura atribuciones propias de otro poder, que no del Ejecutivo al que pertenece en su calidad de secretario de Estado, para opinar sobre asuntos los cuales deberán ser investigados por otras instancias. Además, a estas alturas del partido, no es ninguna buena idea que el secretario encargado de la política interior del país continúe mandando a la oposición señales con tan poco tacto político, cuando el presidente Felipe Calderón lo que necesita es generar consensos y mayorías legislativas para sacar adelante las otras reformas que le urgen al país. Hasta el momento sólo se ha podido aprobar un lamentable remedo de reforma electoral y una reforma fiscal que deberá esperar hasta enero para comenzar a rendir sus frutos (por cierto, mañana le entramos al tema de por qué Calderón decidió ponerle “pérame tantito” al rubro del aumento a las gasolinas).
Pero, bueno, estábamos en el tema Fox y las constantes regadas de Ramírez Acuña. Y aunque el personaje que despacha en Burcareli está a punto de competirle al ex presichente en ocurrencias, todavía no le gana. Pero está a nada, y el secretario de Gobernación debería mejor preocuparse de que nadie parece dispuesto a meter, por Ramírez Acuña, ni una uña (ya no diga las manos) al fuego…
Yuriria Sierra, “Nudo Gordiano”, Excélsior, 27 de septiembre

El mismo día en que formalizó el milagro de promover dos golpes a la economía popular mediante una tregua impositiva envenenada, el comisionado de la Familia Fox para atender el rancho de Los Pinos hizo saber a la peonada, mediante el subcapataz jalisciense Pancho Ramírez, que se tiene en tan alta estima al patrón Chente, y a sus inocultables éxitos económicos con lago, que la administración del gasolinazo está dispuesta a meter las manos al fuego por la honorabilidad del hacendado copresidente aunque, bueno, para distraer un tanto la atención del público, se podría montar una falsa pista judicial alterna con la esposa Martita S.A.(hagún) como abnegada estrella de telenovela que podría ser sacrificada (nomás tantito) por sus hijos
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 27 de septiembre.

Llama la atención el hecho de que desde hace un par de meses, cuando arreciaron los rumores de que iban a despedir a don Paco, funcionarios de Los Pinos giraron instrucciones a los comunicadores del gobierno para "que lo acuerparan", lo que fue interpretado por los sospechosistas como una obsesión del presidente por "pagarle el levantón de mano", el destape, pues. Por ello también resulta sorpresivo y desconcertante para muchos que si en Los Pinos están arropándolo, protegiéndolo, "cuidándolo" o como quiera llamarle, Ramírez Acuña salga con declaraciones políticas torpes, como la de "meter las manos al fuego" por Vicente Fox.
¿Acaso no se ha dado cuenta Ramírez Acuña de que Fox, con sus torpezas, estulticias y hasta amenazas veladas -como piensan algunos analistas- al presidente de la República, se ha convertido en el principal enemigo de Felipe Calderón? ¿Por qué entonces defender a aquél? Sólo él y el presidente lo saben.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 28 de septiembre.

Nadie sabe de dónde sacó el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, los arrestos para defender con tanta pasión al ex presidente Fox, con aquello de que “meto las manos al fuego” por el guanajuatense.
Nos cuentan que en los días de la campaña electoral de 2000, el ex mandatario no quería tener tratos con don Francisco, quien en ese entonces buscaba ganar las elecciones al gobierno de Jalisco. En una gira por Guadalajara, el ex mandatario aceptó a regañadientes que Ramírez Acuña subiera al vehículo, pero no le dirigió la palabra, nos dicen
“Bajo reserva”, El Universal, 28 de septiembre.

Posiblemente soy uno de los periodistas más críticos de don Bizente, la señora Marta y sus hijos. No tiene caso repetir las opiniones que he expresado desde que era aspirante a candidato del PAN a la Presidencia de la República. Coinciden con el resultado que arrojó una encuesta que hice recientemente en el Foro México: Fox es el personaje más nefasto en la historia de México, más que Salinas de Gortari, Santa Anna, Díaz Ordaz y El Mocharejas, con quienes compitió en el sondeo. Pues bien: estoy dispuesto a retractarme de todas las opiniones que he vertido hasta hoy, y también a hacer el compromiso público de jamás volverlo a criticar, si el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, de acuerdo con lo que ofreció, mete efectivamente las manos al fuego por la honestidad de Fox. Bastará con que las mantenga cinco minutos sobre la lumbre para que me dé por satisfecho. El fogón está listo, señor secretario
Enrique Galván Ochoa, “Dinero”, La Jornada, 28 de septiembre.

¿Y qué con México? Que aquí fue el voto popular el que desplazó al régimen autoritario y que ya no hay ni con quién ni por qué negociar amnistías. Esta democracia imperfecta que hoy tenemos es nuestra; no se la debemos a nadie más que a nuestras propias luchas y para preservarla, para consolidarla, para cumplir con aquellos que dieron la vida para conquistarla, es preciso no olvidar a quienes la han traicionado. Por eso, otra vez pongo el dedo en la llaga: Vamos por Fox. Ni perdón, ni olvido. Allá Ramírez Acuña si él mete las manos al fuego por ese hombre.
Epigmenio Ibarra, Milenio, 28 de septiembre.

Si alguien pensó que el presidente Felipe Calderón asumiría de verdad su condición de líder máximo del país para tratar de forjar “un México distinto del que se queda quieto, callado, resignado”, y que en ese empeño empezaría por atender el clamor popular que exige investigar la fortuna de Vicente Fox exhibida de manera no sólo voluntaria y torpe sino aun presuntuosa, ya tiene indicios de sobra para convencerse de que se equivocó de punta a cabo.
Por voz de Francisco Ramírez Acuña el gobierno federal salió en abierta defensa de la cuestionada probidad del ex Mandatario, mediante una frase trillada pero elocuente, que de paso develó el conflicto de lealtades en que se debate el responsable de la política interior al reconocer la existencia de un doble mando en el más alto cargo de la República. “Yo metería las manos al fuego por el Presidente Fox”, dijo, sin titubeos.
La exoneración formulada por el jalisciense equivalió a enmendarle la plana al ahora ex secretario de la Función Pública, Germán Martínez Cázares, quien apenas dos días antes había emitido un comunicado con el ofrecimiento —así fuese mera impostura— de colaborar con el Legislativo en la tarea promovida por la oposición para investigar el origen de los caudales del imprudente y verboso ex Jefe del Ejecutivo.
Incapaz de tomarle atinadamente el pulso a la realidad, el titular de Gobernación repitió con el caso Fox su lance de julio pasado, cuando también con una sola frase —“resulta ocioso hablar de este asunto”— dio por cerrado para el gobierno el escándalo derivado del descomunal hallazgo de 205 millones de dólares en efectivo en la casa de Zhenli Ye Gon, una película que para la opinión pública apenas comenzaba.
Aurelio Ramos Méndez, “Contraluz”, Crónica, 29 de septiembre.

Por su parte, el siempre oportuno, sensible y brillante secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, dijo que metía las manos al fuego por Vicente Fox, pero cuando le preguntaron si también por Marta Sahagún, su respuesta no pudo ser más clara: “Meto las manos al fuego por Vicente Fox”.
Vianney Esquinca, “La inmaculada percepción”, Excélsior, 30 de septiembre.

Francisco Ramírez Acuña (Gobernación), encabeza a los defensores del ex presidente Vicente Fox, y lo pintan como un carmelita descalzo y genio de las finanzas personales. Ante la exclusión de Felipe Calderón en este asunto, la voz de Bucareli es la suya: el Ejecutivo sólo apoya a Fox…
Juan Arvizu, “Vitral Político”, El Gráfico, 1º de octubre.

El problema es que Francisco Ramírez Acuña, por pura corazonada, antes de cualquier investigación, se atrevió a decir que metería las manos al fuego por la honestidad de Vicente Fox, justo en el momento en que comienzan a acumularse indicios de que la ex pareja presidencial se valió de mil triquiñuelas para dejar atrás los tiempos de estrechez. Ante el surgimiento de evidencias sobre diversos delitos, ¿qué podrá hacer Felipe Calderón con un secretario de Gobernación con las manos quemadas? La respuesta es mandarlo de regreso a Jalisco, por tiempo indefinido, a curarse las heridas.
Juan Manuel Asai, “Códice”, Crónica, 4 de octubre.

Hace unos días, durante una visita que realizó al Senado, Francisco Ramírez Acuña, aceptaba que podría, “meter las manos al fuego por Vicente Fox”, pero no por Marta Sahagún, pero algo sucedió en los siguientes días, porque el secretario de Gobernación le envió un recadito al ex presidente, para que guardara silencio. Actúa con exceso el guanajuatense, así como su pareja sentimental.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 11 de octubre.

Dijo ayer el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, ante el activismo político del expresidente Chente Fox:
"Todos los políticos debemos entender que el que se va, se calla..., los políticos debemos enseñarnos a callar una vez que se concluye nuestra función"...
¡Órale!, dicen, otro que podría ser considerado "examigo de Fox", van a tener que formar el Tucochen (Todos Unidos contra Chente, desde ya podemos inscribirnos).
¿Pues no que don Paco "metía las manos al fuego por Vicente Fox"?, ¿ya se hartó de quemárselas?, le preguntan..., podemos entenderlo...
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 11 de octubre.

Tímido, si se quiere, pero el mensaje que ayer mandó el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, a Vicente Fox, al advertirle que “el que se va, se calla”, significaría la primera advertencia oficial que el gobierno calderonista le hace al ex presidente, ante las imprudencias y deslices que sigue haciendo y diciendo, tanto en el país como en el extranjero.
Fox está cometiendo hoy el mismo error en el que cayó antes y después de las pasadas elecciones presidenciales: asumir una actitud provocadora, despectiva y hasta ofensiva hacia algunos factores de poder —Ejecutivo y Legislativo—, y para con millones de mexicanos.
En su libro Revolución de la esperanza, Fox minimiza el desempeño político que Felipe Calderón y su equipo realizaron durante la campaña presidencial, al calificarlos llanamente como yuppies innovadores, sin concederles mayores méritos políticos ni reconocerles el esfuerzo que hicieron por llegar a Los Pinos, si bien dentro de una elección plagada de irregularidades.
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 11 de octubre.

Que dice el secretario de desgobernación que dice su papá (político) que siempre sí sería mejor que se callara la chachalaca ex presidente. El mismo declarante que días atrás juraba meter las manos al fuego por la honestidad personal de Vicente Fox, y que todavía ayer desdeñaba el impacto político que podría tener el tour mediático estadunidense del desbocado esposo de la señora Yip Rojo, ahora ha salido con aires de filósofo político amateur: “… el que se va, se calla”. Pedagógico, el profesor jalisciense pomposamente peinado ha dicho que los políticos deben entender esa variante calderonista del comes y te vas y, reglita en mano, con un aire supuestamente conminativo, estableció: “Debemos enseñarnos a callar”. Lo malo del licenciado Paco Ramacú es que no enseña con el ejemplo, pues justamente él es un prototipo del mandatario que al dejar el poder no se conforma con el silencio político sino que se convierte en metiche permanente en los asuntos que corresponden al sucesor: hoy, Jalisco vive una guerra política entre el grupo que obedece a Ramírez Acuña –quien no pierde oportunidad de pasarse días allá, en detrimento de su función federal– y el que obedece al gobernador actual, Emilio González Márquez, quien podría aprovechar la coyuntura para pedirle a su chachalaca local que también guarde compostura
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 11 de octubre.

“Los políticos debemos entender que el que se va se calla. Debemos enseñarnos a callar”, dijo el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, en relación a la continua presencia en medios del ex presidente Vicente Fox.
Son los vientos de la política nacional. Apenas la semana anterior el también ex gobernador de Jalisco aseguró que pondría las manos al fuego como prueba de confianza en el ex mandatario (no así por su esposa Marta).
Miguel Ángel Rivera, “Clase Política”, La Jornada, 11 de octubre.

¿Ese es el cambio? Las autoridades panistas de Boca del Río inaugurarán el próximo domingo una estatua de Vicente Fox en la avenida que lleva su nombre
Miguel Ángel Rivera, “Clase Política”, La Jornada, 11 de octubre.

En radio, Ciro Gómez Leyva estableció una inmejorable analogía para el absurdo coscorrón que Francisco Ramírez Acuña le propinó a Vicente Fox por su exitosa aparición en televisoras gringas. Por supuesto, el intolerante ¡Cállate chachalaca! es lo que plagió el secretario de Gobernación al decretar: “El que se va se calla”.
El priato inventó “la regla no escrita” de que los ex presidentes “deben guardar silencio”, pero eso no ha sucedido a partir (cuando menos) de los años 80. Se trata de una fórmula represiva y además, en el caso de Fox, particularmente injusta, porque nada de lo que les dijo a Larry King, a Jon Stewart y al racista Patrick O’Riley debiera preocupar al calderonismo.
Uno le preguntó, por ejemplo, si aceptaría el muro fronterizo en caso de que “la parte bonita estuviera viendo hacia México”, a lo que Fox disparó: “¿Que tal si construimos un muro en México y no dejamos entrar productos que vienen de EU y que valen 200 mil millones de dólares…?”.
¡Déjenlo hablar!
Carlos Marín, “El asalto a la razón”, Milenio, 11 de octubre.

La coherencia no parece ser el fuerte del secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña. Ayer, recomendó al ex presidente Fox guardar silencio porque su responsabilidad como funcionario ya terminó. Lo curioso es que un día antes restó importancia al tour mediático de Fox y, 13 días antes, el 26 de septiembre, había declarado que metía las manos al fuego por el ex mandatario
“Binoculares”, El Gráfico, 11 de octubre.

Mire si está en lo cierto el titular de Gobernación en eso de que “el que se va, se calla”. De entrada, el ex mandatario desacreditó a la comisión que el pleno en San Lázaro aprobó ayer para examinar su patrimonio, misma que estará encabezada por el priista Víctor Valencia. “Dejen que investiguen, que hagan sus tonterías”, dijo Fox del grupo que también conforman los panistas Juan de Dios Castro y Alma Alcaraz, Juan N. Guerra (PRD) y Xavier López (PVEM).
Frentes Políticos, Excélsior, 12 de octubre.

Santiago Creel y Gustavo Madero dicen que Francisco Ramírez Acuña, no puede callar al ex presidente, no es función del secretario de Gobernación hacer ese papel. Vicente Fox puede decir lo que quiera, aunque esté equivocado. El secretario de Gobernación se extralimitó en sus funciones.
El senador Madero, sonriendo, afirma que lo que sucede es que Fox quiere presencia y anhela el sistema norteamericano, en donde a los mandatarios que ya terminaron su gestión les siguen llamando presidente. Al guanajuatense le encanta ese proyecto y por eso construye su centro de estudios presidencial y actúa con ese desparpajo.
Aunque haga el ridículo Vicente, hay que dejarlo hablar, si no se quiere callar que no lo haga, porque no le hace mal a nadie. La democracia no requiere que unos se callen para que otros hablen. Pero alguien recuerda aquella frase que le mandó José López Portillo a su antecesor. “Tú también, Luis”…
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 12 de octubre.

Desde la Secretaría de Gobernación lindo fue el mensaje que le mandó Francisco Ramírez Acuña (ajá, el mismo que hace días dijo que metía las manos al fuego por el ex presidente):
—Todos los políticos debemos entender que el que se va se calla.
Ándele pues. Cállate chachalaca reloaded… ¡y de un panista!
Grupos diferentes, opiniones diferentes. Si en febrero pasado, Manuel Espino defendió su derecho a decir lo que quiera, ahora el secretario de Gobernación de Felipe Calderón opina distinto.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 12 de octubre.

El presidente del Senado y ex secretario de Gobernación, Santiago Creel, defendió a su ex jefe Vicente Fox al rechazar que se le quiera callar o amordazar. El senador panista dijo no estar de acuerdo con ningún tipo de censura. Creo que el gobierno actual no sabe qué hacer con el ex presidente Vicente Fox, y que no hay peor sordo que el que no quiera oír, comentó por su parte el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, al recordar que no es la primera vez que invitan al ex mandatario a actuar con prudencia y que deje gobernar a Felipe Calderón
Miguel ángel Rivera, “Clase Política”, La Jornada, 12 de octubre.

Ahora, en esta reedición de la guerra de las chachalacas, el senador Creel le cobra al secretario Ramírez Acuña aquella llevada y el reciente señalamiento de haber desmantelado al Cisen.
Es tiempo de que el presidente Calderón intervenga para apagar el choque de esos pajarracos, las chachalacas, claro, y poner orden en el ejercicio de la política, al menos en sus filas, en las que, cuando no es él, es Espino o Creel.
Y no se trata de callar a nadie, Fox tiene derecho a defenderse, sino de hacer sentir la conducción de la política.
Por lo demás, estamos viendo, con el pretexto de Fox, un ajuste de cuentas entre Creel y Ramírez Acuña que, si bien aún no mella a Calderón, su escalada podría comenzar a tener algunos impactos en su quehacer político.
Y será, posiblemente, cuando se haga sentir.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 12 de octubre.

Los sueños de recomposición se enfrentan ahora a un ex presidente que se hace llamar presidente, que anda de gira internacional declarativa y que acusa al secretario panista del gobierno federal de comportarse como priísta por quererlo callar. Cual pleito de infantes, el ex gobernador de Jalisco se atraviesa en el camino del Grandote de San Cristóbal Ranch para evitar que la confrontación se dé directamente con el actual ocupante de la casa presidencial, que no es de la talla adecuada. Y el peleonero de las botas insiste en retar a quien se le ponga enfrente: no me callo, le manda decir al vocero bucarelino de Los Pinos
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 12 de octubre.

Francisco Ramírez Acuña cumplió el encargo de criticar a Vicente Fox porque, entre dichos precipitados y movimientos sin cautela, se ha metido en varios líos; sin embargo, el presidente del Senado, Santiago Creel, le corrigió la plana a su sucesor en la Secretaría de Gobernación: si el ex mandatario yerra por deslenguado, él y sólo él pagará las consecuencias. Al jalisciense le ganó su afición al manotazo; en una democracia, ¿por qué ordenar que alguien se calle? A todo esto, en su tierra, en Michoacán, Cuauhtémoc Cárdenas dribló grabadoras y micrófonos que buscaban registrar su comentario. “No opino de líos de familia”, les soltó
“Frentes Políticos”, Excélsior, 13 de octubre.

Como trabajadora de los medios de comunicación, tiemblo de miedo de saber que el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, no tiene el menor pudor para imponer su gris frase a un ex mandatario. ¿Qué dirá de los periodistas incómodos? ¿A la horca? Es una pena que el Presidente, lector de poesía, literatura y pensamiento político, no comparta una biblioteca mínima con sus colaboradores. Les hace mucha falta. Es obvio que no leen. Tienen una retórica aburrida y con olor a naftalina. Tampoco Fox leía. Es cierto. Lo tarjeteaban. Pero sabía, por esa intuición que lo caracteriza, que más vale ser dicharachero que autoritario. Y una vez que perdió las elecciones intermedias de 2003, decidió que la crítica en la prensa no se traduciría en una derrota de las urnas. Y que su tarea era volver obsoleto el manual de los tricolores, acelerar la caducidad del priista que todos llevamos dentro.
Ivonne Melgar, “Retrovisor”, Excélsior, 13 de octubre.

Es evidente que más allá de los votos ganados por su partido, apenas 0.6% de ventaja, Fox fracasó en su intento por enterrar el manual priista. Como hace 24, 18 y 12 años atrás, la cultura de viva el rey, muera el rey, regresa. Y peor, porque esta vez sólo Ramírez Acuña cree que es posible callar las críticas. Fracasó, porque los priistas le están ganando terreno a los calderonistas. Lo hacen cuando logran vengarse de Fox con una comisión investigadora. Lo hacen porque de esa manera los del PRI buscan atar de manos al PAN y ganarle en 2009. Lo hacen cuando el responsable de la política interna del gobierno panista habla como ellos lo hacen. Fox está en problemas. Muy serios. Mantiene a su favor, sin embargo, esa intuición y capacidad de comunicar, sin enredos, letal. Puede todavía, con su lengua, convertir en víctimas a sus adversarios. Es el caso de quien lo mandó a callar. Fox le ha dicho “priista” a Ramírez Acuña. Su respuesta llevaba cicuta. Y el veneno mata.
Ivonne Melgar, “Retrovisor”, Excélsior, 13 de octubre.

No puedo estar de acuerdo con el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, cuando exige a Vicente Fox que “el que se va, se calla”. Atenta contra las libertades esenciales de cualquier ciudadano. Evidentemente, el encargado de la política interior (al menos en el organigrama) alude a una de las viejas reglas no escritas del régimen priista: los ex presidentes deben ser prudentes, discretos, borrarse del mapa político dentro de lo posible. Fue una regla derivada de la confrontación que tuvieron en su momento Lázaro Cárdenas y Plutarco E. Calles, cuando el primero decidió dar fin al famoso Maximato y recobrar la autonomía para el Presidente en turno. Se trataba de una regla no escrita, contraria a la Constitución, pero aceptada por los ex presidentes priistas para darle continuidad al régimen político. Sin embargo, como toda regla, tuvo sus infracciones de vez en vez. Gustavo Díaz Ordaz fue nombrado embajador en España, pero duró muy poco en el cargo. A Luis Echeverría (otro vocinglero irredento) se le envió un tiempo a Oceanía en “misión diplomática”, es decir, lo más lejos posible para evitar sus inoportunas declaraciones. José López Portillo tuvo que salir un tiempo del país debido a la ola de indignación que levantó la corrupción durante su sexenio. Y Carlos Salinas de Gortari, al sentir que la justicia lo rondaba (cuando su hermano Raúl fue apresado), hasta una huelga de hambre hizo antes de pactar con Ernesto Zedillo su exilio de varios años. Pero aun desde extranjero dio mucho de qué hablar, con entrevistas y declaraciones. Fue Salinas quien terminó por completo con la famosa regla del silencio pospresidencial
José Antonio Crespo, “Horizonte Político”, Excélsior, 15 de octubre.

Y es ahí donde pueden venir diversas interpretaciones sobre la declaración de Ramírez Acuña. Lo que ha llamado la atención son las oscilaciones del titular de Gobernación. Primero “mete las manos al fuego” por Fox. Después resta importancia a las excentricidades del ex Presidente, diciendo que una gira de presentación de un libro no debe ser motivo de alarma. Y al día siguiente le exige guardar silencio, de manera no muy amable que digamos. O bien el secretario sufre de desdoblamiento de personalidad o su declaración de que “el que se va, se calla” es un mensaje que proviene de Felipe Calderón que, como es de suponer, no enviaría por voz propia. Es por eso que muchos han interpretado la declaración del secretario de Gobernación como una advertencia, ahora pública, de Los Pinos al ranchero “de parabrisas” (de Jeeps y Hummers sin dueño). Y no porque constitucionalmente no tenga derecho Fox a decir lo que quiera, sino porque probablemente, en la medida en que lo siga haciendo, pone al gobierno actual en una situación difícil. Mientras Fox más se ubica a sí mismo en el ojo del huracán, crecen las presiones de la opinión pública con el fin de que se le llame a cuentas de su gestión. Y en tanto eso no ocurra, se incrementa también el costo político para Calderón. El patrimonio de la familia Fox-Sahagún pone a prueba esos ángulos de la democracia que tienen menos que ver con la forma en que se llega al poder, que con la manera en que éste se ejerce
José Antonio Crespo, “Horizonte Político”, Excélsior, 15 de octubre.

Lo que estimula el descontento no es sólo el irritable desplante de exhibir el gran rancho o perpetuar el destilamiento de ignorancia en entrevistas en el extranjero (Fox no puede hablar en México), sino lo que configuró su sexenio.
Por ello, la desafortunadísima advertencia de Francisco Ramírez Acuña de que Fox debe guardar silencio no tiene medida. Un "cállese, chachalaca" versión cavernaria como si Ramírez Acuña como ex gobernador predicara con el ejemplo. (Pide a los que se fueron que se callen mientras él -que ya se fue del gobierno estatal- mantiene injerencia en los asuntos públicos y de gobierno de Jalisco).
Fox-Sahagún han decidido torpedear a los poderes instituidos. Provocan y retan. El Congreso, según la pareja, hace tonterías y el Poder Ejecutivo permanece en manos panistas gracias a sus dones maravillosos que impidieron el arribo de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia.
Roberto Zamarripa, “Tolvanera”, Reforma, 15 de octubre.

Que el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, se arrepintió. Que no quiso decir lo que dijo y que, claro, los malintencionados malinterpretaron sus palabras, de ahí que ofreciera una disculpa a Vicente Fox por aquello de “el que se va, se calla”. Al menos eso es lo que cuenta muy quitado de la pena Manuel Espino, el todavía dirigente nacional del PAN
“Frentes Políticos”, Excélsior, 17 de octubre.

Si bien la frase del secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, dirigida a Fox —“el que se va, se calla”— fue autoritaria, también significa, en la praxis política, un jalón de orejas inicial para el ex Presidente. Antidemocrática y todo, pero constituyó un aviso severo para el guanajuatense. Fox insiste en su lógica de que Calderón es Presidente gracias a él y de ahí no lo van a sacar
Martín Moreno, “Archivos del poder”, Excélsior, 18 de octubre.

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