1º DE DICIEMBRE DE 2006: A UN AÑO DE LA TOMA DE PROTESTA DE FELIPE CALDERÓN: 7. LOS ESCENARIOS DE ENTONCES.

Finalizamos esta entrega con los escenarios que entre el 29 de noviembre y el 1º de diciembre de 2006 fueron adelantados por columnistas y articulistas a propósito de la toma de posesión de Felipe Calderón. En este momento, ¿cómo los visualizan sus autores y cómo los visualizan los mexicanos? Quizá haya respuestas parciales a las preguntas con los comentarios que se enlistan a continuación, en estos 18 comentarios, es decir, el 6.92% de los 260 sistematizados.

Los mensajes del gobierno de Calderón están a la vista: mano dura, no firmeza política. En economía continuará la política de estabilización macroeconómica y de control presupuestal de gobiernos estatales, en desarrollo social se mantendrá la línea del gasto asistencialista sin redefinir pactos con organizaciones sociales y en lo político quedó la amenaza del uso de la fuerza para contener protestas. Pero el agotamiento del sistema requería de nuevas instituciones políticas, de otro modelo de desarrollo y de una política social no cautiva.
En este contexto, el presidente Calderón ha demostrado con su gabinete la incomprensión del carácter de la crisis nacional. En todas sus recomendaciones a los tres paquetes de miembros de su gabinete hubo tareas concretas para la funcionalidad de largo plazo, pero ante evidencias inocultables de que el problema central es la ineficacia de la estructura de poder del sistema político, social y económico fundado por el PRI y para servir al PRI, sólo que sin el PRI en el poder presidencial.
Carlos Ramírez, “Indicador Político”, El Financiero, 29 de noviembre de 2006.

Felipe Calderón asume este viernes la Presidencia de México. Pero, a diferencia de todos sus predecesores, ¿asume el poder? Con un 65% del electorado en contra, golpeado por la oposición, minado por el presidente Vicente Fox que no dejó de hacer activismo político en detrimento del electo, con el PAN peleando cada palmo del gabinete y una cada vez más clara incompetencia profesional de su equipo íntimo, Calderón llegará en una situación de extraordinaria debilidad a Los Pinos. Tendrá el poder formal, pero no el real. El desorden con el cual está terminando de integrar su gabinete es apenas una pincelada de esto, como consecuencia de los grupos de interés reclamando pedazos del pastel y arrebatándoselos.
Raymundo Riva Palacio, “Estrictamente personal”, El Universal, 29 de noviembre de 2006.

Acorralado por su discurso de agente del Ministerio Público (que ha sido ampliamente aplaudido por empresarios y derechistas ávidos de que la chusma alzada sea ejemplarmente contenida) y mal asesorado y peor ayudado en la ejecución por el equipo bonsai que lo acompaña ¬el matador hispano Mouriño, un ejemplo destacado de miniaturización del poder¬, el prematuramente solitario Calderón corre el riesgo de que su mandato amplia y apasionadamente impugnado sufra la mella trascendente de que la ceremonia protocolaria de transmisión de poderes deba ser realizada en un escenario distinto al usual (tal vez el Auditorio Nacional, cuyo entorno ha sido tomado desde días atrás por militares), o en el de siempre, el salón de plenos de San Lázaro, pero en un marco de violencia institucional a cargo del Estado Mayor Presidencial. Ambas posibilidades, desde luego, constituirían un estigma perdurable que alentaría las expectativas de sus adversarios en el sentido de que fuese posible acortar el periodo felipista (del "Ya cayó, ya cayó; Ulises ya cayó", de Oaxaca, se ha pasado a la adaptación nacional, con tiempos verbales diferentes ¬"va a caer"¬ y un distinto destinatario).
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 30 de noviembre de 2006.

Llegaron el día y la hora. Inexorablemente, ocurrirá hoy el relevo presidencial. Felipe Calderón asumirá la Presidencia de la República. Y más allá de la coyuntura política, que muestra un rostro enfebrecido en todas las fuerzas partidistas, el nuevo titular del Ejecutivo federal enfrentará retos mayúsculos.
Muchos de ellos de índole política, sin duda, pero muchos más de corte económico. Felipe Calderón asume el poder en el contexto de la efervescencia. Felipe Calderón releva a Vicente Fox, amenazado por los monopolios políticos, sindicales y económicos.
Fox hereda a Calderón una circunstancia sumamente complicada.
Paradójicamente, cuando la economía nacional registra uno de los periodos de mayor estabilidad macroeconómica, y los mercados nacionales e internacionales, como las inversiones locales y foráneas así lo reconocen, México se asoma a un escenario de incertidumbre.
Incertidumbre porque los ánimos en el país, están interesadamente caldeados. Incertidumbre porque se desconoce cómo Felipe Calderón enfrentará los focos de tensión política y presuntamente social que están prendidos en el país.
Marco Antonio Mares, “Ricos y poderosos”, Crónica, 1º de diciembre de 2006.

Aun en circunstancias menos conflictivas que las presentes, Calderón asumiría el poder en situación precaria. Es el Presidente menos votado de toda la historia. Consideremos únicamente las dos elecciones previas a la suya, por tratarse de cifras verosímiles: Ernesto Zedillo obtuvo 17 millones 181 mil 651 votos, el 50.13 por ciento del total; Vicente Fox sumó 15 millones 988 mil 545 sufragios, 42.5 del total; y Calderón ganó 15 millones 284 votos, 35.89 por ciento del total. Es decir, casi dos tercios del electorado (y una proporción mayor del total de ciudadanos con credencial de elector, los abstencionistas) tomaron opciones diferentes a la considerada triunfadora por la autoridad electoral.
La diferencia del número de sus votos con los de su principal adversario fue muy escasa: 240 mil, medio punto por ciento del total. Por si fuera poco, el proceso electoral fue ostensiblemente sesgado a su favor, por la participación presidencial y de la cúpula empresarial como propagandistas no sujetos al escrutinio de la autoridad electoral. Ítem más: las autoridades electorales se condujeron en términos contrarios a la certeza y transparencia de la elección. De todo deriva la impugnación activa, el rechazo al resultado por parte de Andrés Manuel López Obrador, a quien la Convención Nacional Democrática -cientos de miles de personas reunidas en el Zócalo el 16 de septiembre- proclamó Presidente legítimo, en contraste con la calificación de espurio asestada a Calderón y la consecuente consigna de impedir su acceso al gobierno.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, 1º de diciembre de 2006.

El relevo constitucional que se realizará hoy, sea cual sea la sede que reúna al Congreso para que le tome protesta al presidente de la República, Felipe Calderón, subraya la necesidad de establecer una relación institucional fluida con el Legislativo, incluyendo a los que hoy se excluyen.
Difícil tarea, pero Calderón Hinojosa es un estudioso y profesional de la política que sabe y conoce lo que ha ocurrido en México: una depresidencialización del sistema político "a la mexicana" y un Congreso que carece de liderazgos claros como para que pueda concretarse un gobierno de coalición.
Sin embargo, en el sector financiero existe la expectativa de que pudiera lograrse coalición para apoyar propuestas de gobierno que deberán ser sobre todo incluyentes, más cuando 80 por ciento del gabinete cuenta con experiencia en la administración pública, y siete secretarios tienen experiencia legislativa.
Alicia Salgado, “La chequera”, El Financiero, 1º de diciembre de 2006.

Hay inquietud en el ámbito de las telecomunicaciones: telefónicas, móviles y fijas, televisoras y radiodifusoras y cableras.
Hay inquietud en el sector financiera: entre los bancos y entre las afores. Hay incertidumbre, porque son muchos hilos sueltos.
Por si fuera poco, Felipe Calderón tiene ante sí desafíos mayúsculos: abatir la pobreza, aumentar los empleos, e incrementar el crecimiento económico.
El relevo presidencial, como nunca se registra en un ámbito de efervescencia.
Fox, se va y hereda una circunstancia muy complicada.
Calderón llega y enfrenta una madeja de complicados intereses, políticos, sindicales y privados.
Marco Antonio Mares, “Ricos y poderosos”, Crónica, 1º de diciembre de 2006.

En la parte económica el principal reto del nuevo gobierno será conseguir que el crecimiento vaya acompañado de una mejor distribución del ingreso.
A unas horas de que Felipe de Jesús Calderón Hinojosa asuma la Presidencia de la República, se adelanta que en su primer discurso hará referencia al tema social y la pobreza, con mucho uno de los aspectos que marcaron la pasada elección federal.
Y es que ha quedado en la sociedad mexicana que el gobierno de Vicente Fox Quesada abrió más la brecha entre pobres y ricos, algo que habrá que corroborar en las cifras del ingreso-gasto de las familias.
Como es sabido, no existen recetas mágicas para hacer frente a la pobreza, y tampoco es privativo de México que el crecimiento no vaya aparejado de una distribución mejor de la renta.
Rogelio Varela, “Corporativo”, El Financiero, 1º de diciembre de 2006.

El mosaico de iniciativas está dividido en cinco grandes temas generales: respeto al estado de derecho y seguridad pública, economía competitiva y generadora de empleos, igualdad de oportunidades, desarrollo sustentable, democracia efectiva y política exterior responsable, que dibujan un arranque de gobierno con intenciones e intencionalidades solapadas que van a encontrar resistencias, particularmente si como hasta ahora, carece de alianzas políticas con los partidos de oposición. Calderón sí plantea cambios fundamentales. Uno de ellos es la promoción de iniciativas de ley para reformas electorales de segunda generación, entre las cuales sobresalen la reducción del financiamiento a los partidos políticos (que el próximo año recibirán casi 3 mil millones de pesos de los contribuyentes), disminuir el número de diputados y senadores (otra fuente de ingresos legales para actividades políticas extralegislativas), reducir el tiempo de las campañas políticas y reorganizar procesos electorales a fin de llevar las diferentes jornadas a un solo día. Estas reformas, una demanda social de hace años, han sido sistemáticamente bloqueadas por los partidos políticos que no desean perder sus prebendas económicas.
Raymundo Riva Palacio, “Estrictamente personal”, El Universal, 1º de diciembre de 2006.

Más allá de los incidentes que hoy se produzcan al iniciarse el sexenio de Felipe Calderón, lo cierto es que la democracia mexicana logró superar la prueba de fuego de una elección muy cerrada, altamente competida y sujeta a una legislación que deberá ser revisada en el corto plazo. Si en lo económico la urgencia radica en conseguir un mayor crecimiento y la redistribución del ingreso producto de una mayor competitividad, en lo político la clave está en el establecimiento de una reforma que implique un nuevo acuerdo que fije reglas del juego adecuadas a las condiciones actuales. Lo que Fox no quiso o no pudo hacer al iniciar su gestión, es hoy indispensable para arrancar la nueva administración. Se trata de dar señales de que se sabe y se quiere hacer política.
Ezra Shabot, Reforma, 1º de diciembre de 2006.

Este paquete de acciones van en la lógica del abatimiento de sectores protegidos de la economía nacional, bajo cuyo contexto incluye una serie de reformas en telecomunicaciones, como el buscar que a partir del segundo semestre del próximo año, los usuarios de teléfonos puedan cambiar a la compañía que mejor precio y servicio les dé sin perder su número, lo que parece inocuo pero que es un desestimulante de la competencia. Desde un principio, Calderón apostará a la convergencia tecnológica, y tratará de eliminar las barreras regulatorias a fin de permitir a toda la red pública de telecomunicaciones la prestación de televisión, telefonía, internet y transmisión de datos, que ha sido uno de los puntos más polémicos entre el gobierno y los grandes capitales mexicanos en los últimos meses. Parte importante de este capítulo es la apertura, desde el primer semestre de 2007, de nuevos canales de radio y televisión en todo el país, tanto comercial como cultural, educativa, comunitaria y oficial
Raymundo Riva Palacio, “Estrictamente personal”, El Universal, 1º de diciembre de 2006.

¿Qué clase de Presidente será Felipe una vez que logre salvar el escollo de hoy, y que se apacigüe la turbulencia y el ruido que rodearon su ascenso al poder? No hay todavía respuesta clara a esa pregunta.
La única certeza, por ahora, es que será Calderón un Presidente asediado, vigilado, cuestionado, como pocos en sus comienzos. Sometido a fuertes presiones no sólo por sus opositores, sino por muchos sectores que, al percibir cierta debilidad en el gobierno que inicia, intentarán obtener concesiones, mantener privilegios, avanzar posiciones. El crimen organizado, especialmente el narcotráfico, está en la primera línea de los que buscarán aprovechar la incertidumbre que rodea al arranque de la administración de Calderón; ya le mandaron mensajes directos al nuevo mandatario y aprovechan cada vacío, cada hueco, para controlar territorios y crear poderes paralelos al del Estado.
Para enfrentar esos desafíos, Calderón no tiene una mayoría política, aunque sí tiene aliados estratégicos y con mucho poder. En lo político tiene el respaldo del viejo PRI, que hoy lo ayudará a tomar protesta y lo apoyará a lo largo de su sexenio en algunas iniciativas, aunque ese apoyo siempre será condicionado y dosificado en función de los intereses del grupo que finalmente se quede con el control del PRI.
Salvador García Soto, “Serpientes y escaleras”, El Gráfico, 1º de diciembre de 2006.

Pero no hay más iniciativas en ningún campo que las 21 que se refieren a la seguridad pública, donde hay golpes efectistas y medidas profundas. Pretende diseñar una policía metropolitana del valle de México, asumiendo que el gobierno del Distrito Federal, su enemigo, acepte ceder poder. Pero lo más avanzado se encuentra en la iniciativa 3 del plan, “mando único para la policía” que es una estructura en ciernes de la seguridad territorial estadounidense, donde se buscará dar unidad de mando a todas las policías federales, la AFI, y las policías de Migración y de Aduanas. En el esquema de seguridad conecta con la iniciativa en política exterior que se refiere a la institucionalización de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad en América del Norte que suscribió el gobierno foxista el año pasado creando, junto con Estados Unidos y Canadá, un gobierno en la sombra y metalegal, que crea un escudo de seguridad trinacional sin rendir cuentas al Legislativo
Raymundo Riva Palacio, “Estrictamente personal”, El Universal, 1º de diciembre de 2006.

La estabilidad debe consolidarse con una reforma fiscal que le permita depender menos del petróleo y contar con más recursos fiscales. Allí vendrá una de las primeras reformas que Agustín Carstens, nuevo secretario de Hacienda, deberá emprender sin enfrentarse al Congreso de la Unión, sino al contrario: teniéndolo como aliado, buscando consensos, negociando, buscando puntos de acuerdo.
Por estas razones, Carstens va a presentar un Presupuesto 2007 basado en la continuidad del equilibrio presupuestal, de seguir bajando un poco el ISR y de tratar de mantener los ahorros fiscales para abrir espacios al gasto para dar oportunidad a los energéticos y al programa del primer empleo.
Calderón sabe que necesita reactivar el mercado interno con... o sin el apoyo del Congreso. Viene un entorno externo más complicado, con una economía estadunidense desacelerándose y un precio del petróleo a la baja. En ese contexto, y con lo existente, el nuevo gabinete económico deberá dar resultados y hacer gala de su experiencia en la función pública. Al fin y al cabo, pasando este 1 de diciembre, empezará un nuevo partido de seis años, donde no podemos volver a vivir el estancamiento en la toma de decisiones gubernamentales.
José Yuste, “Activo Empresarial”, Excélsior, 1º de diciembre de 2006.

La inseguridad pública, así como la generación de empleos, son los principales retos para el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, indicó la dirigencia nacional del PRI al comentar la designación de los integrantes del gabinete de seguridad…
Miguel Ángel Rivera, “Clase Política”, La Jornada, 1º de diciembre de 2006.

¿Qué podemos esperar? Una pregunta para reflexionar. Sin duda que un mejoramiento de nuestras finanzas no veremos; la simple continuidad que viene desde De la Madrid se percibe en el gabinetazo de Felipe Calderón. Una vez más, los ricos de esta nación serán realmente los beneficiados. Al pueblo le seguirán aumentando la gasolina y a los ricos les aumentarán sus arcas; es una verdadera tristeza que sigamos sumidos en la mediocridad económica. Anticipo tiempos difíciles.
Enrique Galván Ochoa, “Dinero”, La Jornada, 1º de diciembre de 2006.

El señor Calderón ha dividido su futuro gobierno en compartimentos estancos, donde la política social -o la así llamada en otras latitudes- está en manos de los suyos, de los panistas. La económica será administrada por una derecha de tono empresarial, y la propiamente de gobernanza está en manos de todo el mundo, con tal de que sea conservadora. Ésta se antoja de una confusión absoluta, si partimos de un principio supuestamente evidente, que también podemos llamar de invidentes, de que será suya, la del Presidente.
Rafael Segovia, Reforma, 1º de diciembre de 2006.

El presidente Calderón no tendrá problemas para gobernar. Cuenta con el apoyo de las Fuerzas Armadas y de esas instituciones que tanto ha despreciado López Obrador. La duda es si podrá conseguir los apoyos que necesita en el Congreso para hacer reformas de fondo. Pero hay muchos cambios que se pueden hacer directamente desde la Presidencia.
El reto de Calderón no será realmente el de legitimidad, como lo plantea el PRD. Un 85 por ciento de los mexicanos lo acepta como presidente de México. Los problemas que enfrentará son otros, mucho más complejos y mucho más difíciles: el narcotráfico, el crimen organizado, la pérdida de competitividad del país, la escasa generación de empleos. Ahí se definirá o se desdibujará finalmente su Presidencia.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 1º de diciembre de 2006.

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