Adiós al CD

Soplan aires digitales en el Mercado Internacional del Disco y de la Edición Musical (MIDEM), que se celebra en Cannes, Francia, con una apuesta clara por el mercado de la música por internet y la telefonía móvil.

El futuro de la industria musical, preocupada por la fuerte caída de las ventas de discos-compactos en los últimos años, pasa inevitablemente por la revolución digital, según han afirmado la mayoría de los participantes en el MIDEM -que se abrió el domingo y cierra sus puestas el jueves-, y el foro MIDEMNet, que le precedió.

El consenso es también unánime al subrayar que el sector musical se encuentra en un momento de transición y tiene ante sí una oportunidad histórica para hacerse con las riendas del negocio en internet y la telefonía móvil, con la creación de nuevos modelos económicos de los que se beneficien todos.

La vanguardia en el mercado la marcó Apple con su sitio iTunes, en el que se puede descargar música a cambio de una tarifa.

Un modelo que ha funcionado hasta ahora, pero que podría verse superado en breve por otras fórmulas de las que han hablado estos días Chad Hurley, uno de los gestores y fundadores de You Tube; Janus Friss, co-fundador de KaZaA, Skype y Joost; Joanna Shields, presidenta de la red social Bebo; Jean-Bernard Lévy, presidente de Vivendi; y Tero Ojanpera, vicepresidente y jefe de Tecnología de Nokia, entre otros conferenciantes o participantes en debates.

Se trata, por ejemplo, de sistemas de abonos o financiados por la publicidad que han emergido en los últimos meses.

El objetivo es “detener la hemorragia de las obras musicales y culturales en general en internet”, apuntó, por su parte, la ministra francesa de Cultura, Christine Albanel, presente en el MIDEM, la feria musical más importante a nivel mundial.

Intercambio con ganacias

Como ejemplo de esas nuevas formulas, la ministra puso la lanzada en Francia por el suministrador de acceso a Internet Neuf Cegetel, que permite al consumidor bajarse música de forma ilimitada de un catálogo del grupo Universal -uno de los cuatro grandes sellos del mundo- de forma gratuita en unos casos, en los que se financia con la publicidad, o bien con un abono mensual de 5 euros.

Otra alternativa es el streaming, es decir, escuchar música de forma gratuita, pero sin posibilidad de descargarla, como sucede en el sitio Deezer, gracias al acuerdo alcanzado con otro de los grandes del sector musical, Sony-BMG, a cambio de una remuneración obtenida de los ingresos publicitarios.

Financiado también por la publicidad, QTRAX, cuyo relanzamiento se ha presentado en el MIDEM, es un servicio de descarga “peer to peer” con el que pretende revolucionar el negocio de la música al ofrecer descargas ilimitadas y gratuitas de canciones compatibles con los dispositivos iPod y con la aprobación de las principales firmas fonográficas.

“Nuestro desafío es demostrar que el P2P con publicidad (con la que paga las licencias) puede dar suficiente dinero para que todo el mundo quede contento”, dijo el presidente de QTRAX, Allan Klepfisz, en el acto de presentación en el que estuvo el cantante británico James Blunt, entre otros.

Con estas y otras ofertas, los productores esperan que el mercado se dinamice por la vía digital y compense la pérdida de terreno que en los últimos años se ha observado en el soporte físico.

Para ello los suministradores de acceso a internet tienen que jugar limpio y contribuir a la lucha contra la piratería y las descargas ilegales, que tanto daño han hecho a la industria musical.

Se trata de erradicar del subconsciente colectivo, especialmente entre la población juvenil, la idea de que internet es una especie de libre servicio de la cultura, en el que se puede tener gratuitamente música, películas o libros, dijo la ministra Albanel.

En Francia, Albanel va a presentar esta primavera un proyecto de ley para luchar contra la piratería en internet y que espera que se apruebe antes del verano, el cual contempla la instalación de radares automáticos que vigilen las autopistas de la información.

Los internautas sorprendidos con las manos en la masa recibirán primero una advertencia mediante un correo electrónico y luego por carta certificada, en caso de que reincidan. Si persisten, se les cortará su conexión a internet durante 10 días en un principio y durante varios meses después.

Albanel pretende someter a este mismo modelo a sus colegas comunitarios, aprovechando la presidencia francesa de la Unión Europea (UE) en el segundo semestre del año.

El problema es que los genios de la informática ya se han puesto manos a la obra para poder bajarse música de internet sin ser detectados por los radares, como el caso del sueco The Pirate Bay, que ya ha anunciado que tendrá listo su sistema en unos pocos meses

Nota de El Economista, 29 de enero.


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