CARMEN ARISTEGUI SALE DE W RADIO. 1. LOS ARGUMENTOS DE LA RADIODIFUSORA.

Como se hizo notar en la Presentación, tras la despedida de Carmen Aristegui de su espacio informativo matutino W Radio subió a su página de Internet un boletín en el que expuso su punto de vista sobre el tema. Esto dio lugar a 26 comentarios, 14.52% de los 179 sistematizados.

Que si no se dio un arreglo de última hora esta misma madrugada, el de hoy será el último programa de Carmen Aristegui en las frecuencias de la W.
Ante el vencimiento de su contrato, la empresa española Prisa le pidió a Aristegui hacer “algunos ajustes en el formato de su programa”, así como respetar los tiempos de los cortes publicitarios y no invadir más el horario del programa de las diez de la mañana, conducido por Javier Poza.
Al no llegar a ningún acuerdo, la empresa le ofreció a Aristegui una prórroga de 30 días para “conciliar las diferencias”, pero la conductora no había aceptado (“No estoy a prueba”, dijo), por lo que hoy podría estarse despidiendo de uno de los espacios con más rating en la radio informativa mexicana.
“Trascendió”, Milenio, 4 de enero.

Mucho se comentó ayer y se seguirá hablando en los próximos días, de la salida de Carmen Aristegui de W Radio.
Ella misma, en su mensaje de despedida afirmó sin matices que se debía a “incompatibilidad editorial”.
La dirección de Televisa-Radio asegura que no fue un problema de libertad de expresión o de censura, sino que no fue posible incorporarla a un nuevo modelo de organización y comunicación.
Quienes saben del asunto comentan que Carmen tuvo diferencias con un funcionario de Prisa —propietaria del 50 por ciento de Televisa-Radio— quien tiene a su cargo... los contenidos. Ora sí que al buen entendedor, pocas palabras.
Pepe Grillo, Crónica, 5 de enero.

Después de las nueve de la mañana de ayer, se confirmó la noticia que le dimos en este diario: Carmen Aristegui deja La W. La periodista se despidió este viernes de la primera emisión Hoy por Hoy, con el argumento de la incompatibilidad editorial, un cambio que trataron de imponer los nuevos directivos de la empresa. Desde luego, ese era uno de los objetivos de uno de los funcionarios contratado en el primer semestre de 2007. El asunto termina con una cauda de daños colaterales, nos comentan.
No deja de ser un factor la cercanía de algunos directivos del español Grupo Prisa y los encargados del área editorial de la radiodifusora con la casa presidencial, nos dicen. Pero en nada ayuda que personajes cercanos al ámbito político metan la pala. La famosísima y educadísima página El Sendero del Peje invita a los cibernautas a quejarse “sin groserías ni amenazas” a los correos electrónicos de Grupo Prisa en España, por la salida de la periodista
“Bajo reserva”, El Universal, 5 de enero.

Ayer se produjo una ruptura más en W Radio. La periodista Carmen Aristegui se despidió del aire, después de seis años ininterrumpidos de transmitir su noticiero en las frecuencias de esa estación.
“Diferencias con la empresa” fue el argumento esgrimido por Aristegui ante sus radioescuchas.
Extraoficialmente se sabe que en las negociaciones contractuales no hubo acuerdo y que la conductora se negó a aceptar una serie de condiciones que tenían que ver con el manejo de su equipo informativo y de colaboradores. El rompimiento, según esas versiones, se produjo el jueves al mediodía.
Sin embargo, otra versión interna asegura que desde noviembre de 2007, directivos de la empresa habían asegurado a fuentes del gobierno federal que “en enero (de 2008) también se va Carmen”.
Es decir, que ya había una decisión tomada, por encima de las diferencias que surgieron en la negociación del contrato entre Aristegui y W.
Salvador García Soto, “Serpientes y escaleras”, El Universal, 5 de enero.

La falta de acuerdos entre W Radio y Carmen Aristegui en las cláusulas del contrato que desde 2003 firmaban para la realización del noticiero Hoy por hoy, es uno de los movimientos que abre el año en el sector de la radiodifusión. Motivada por el vencimiento de convenios laborales y las modificaciones de programación, la fase de enroques de 2008 ya comenzó. La periodista alegó razones de “incompatibilidad editorial” con los directivos de la empresa
“Frentes Políticos”, Excélsior, 6 de enero.

El 1o. de noviembre de 2002, un badulaque impidió a Carmen Aristegui transmitir el noticiario del mediodía, del que ella era responsable en el Grupo Imagen. Culminó así, con la salida de los dos primeros, un litigio en que Carmen y Javier Solórzano, por un lado, y Pedro Ferríz de Con, por el otro, sostuvieron visiones encontradas sobre el trabajo informativo que desarrollaban juntos desde años atrás.
Un motivo semejante, incompatibilidad entre concepciones editoriales, ha sido invocado para explicar por qué la periodista más completa de los medios electrónicos dejó de conducir, a partir de anteayer viernes, la emisión matutina del noticiario Hoy por hoy, que transmite XEW. La empresa que maneja esa emisora pionera en el cuadrante explicó que "no hubo posibilidad de un acuerdo... para incorporar a Carmen Aristegui" a un "nuevo modelo de organización y trabajo que se viene implantando en W radio", "basado en el trabajo en equipo y el derecho a la información plural".
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma 6 de enero.

El viernes pasado, Carmen Aristegui sorprendió al público despidiéndose al aire por diferencias editoriales con su empresa. W Radio lanzó un comunicado señalando, palabras más, palabras menos, que a la periodista no se le renovó su contrato porque no estaba de acuerdo en trabajar dentro de un esquema menos individualista. Obviamente lo primero que cualquier persona puede pensar es que ahí hubo mano negra, ya que en contraste con otros comunicadores que han pasado por situaciones similares, doña Carmen no se fue a triunfar a otro grupo radiofónico. Yo creo que sí y que no. Sí, porque los contenidos que la señora Aristegui manejaba eran un atentado no sólo para el gobierno, sino para los más poderosos anunciantes de los medios electrónicos de este país que han sido constantemente atacados por Andrés Manuel López Obrador y su gente.
Álvaro Cueva, “Ojo por ojo”, Milenio, 6 de enero.

Nadie creerá, sin embargo, que la autora de Uno de dos (un libro que recoge sus entrevistas con Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador) es renuente al "trabajo en equipo" y no ejerce "el derecho a la información plural". Por lo contrario, a lo largo de su carrera ha mostrado su apego a principios profesionales como ésos, que en el último lustro, y especialmente desde que le fue confiado el noticiario matutino se hicieron más perceptibles que nunca y la colocaron en un lugar de privilegio en la información radial mañanera. Y es que, como nadie en los medios electrónicos, Carmen Aristegui encaró con dignidad y acusado profesionalismo los dilemas que ha planteado la crispación social presente en México desde 2005. Para los intereses dominantes en la comunicación y el poder político, la gallarda posición y la radical independencia de la periodista resultaban, ésas sí, incompatibles con su propósito de alinear la información de gran alcance a una visión conformista de lo que ocurre en nuestro país.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma 6 de enero.

La versión de Televisa Radio, quien opera en alianza con la empresa española Prisa, para justificar el evidente golpe a la libertad de expresión que representa la salida de su conductora estelar, Carmen Aristegui, es que ésta no se amoldó al esquema de trabajo con que opera esta última en 10 países de habla hispana. Según ello el molde le ha redituado “liderazgos incontestables” en naciones como Colombia, España, Argentina y EU, bajo un escenario de trabajo en equipo y derecho a la información plural
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 7 de enero.

La comunicadora trabajó en total libertad hasta el último día de su compromiso con W Radio. La dirección de Televisa Radio informó que tras un año de conversaciones no hubo posibilidad de un acuerdo entre ambas partes para incorporar a Carmen Aristegui a su modelo de trabajo basado en el derecho a la información plural. “Hoy viernes hizo su última transmisión desde nuestros micrófonos, completando su presencia en la antena con total libertad hasta el último día de su compromiso con esta emisora”, subraya la firma en un comunicado. Explica Televisa Radio que el nuevo modelo de organización y trabajo que implementa en W Radio es el mismo que funciona en 10 países de habla hispana, donde profesionales de la categoría de Darío Arizmendi y Julio Sánchez Cristo en Colombia, Iñaki Gabilondo y Carles Francino en España, Victor Hugo Morales en Argentina y Max Aub en EU trabajan con absoluta libertad. La firma reconoció la dedicación y profesionalismo demostrado por Carmen Aristegui durante los cuatro años que colaboró con la empresa.
Laura Estrada, “Sin afán de molestar”, Crónica, 7 de enero.

Los dueños y directivos de una estación de radio están en su derecho de contratar o despedir a los comunicadores que conducen sus programas. Esto se extiende a los periodistas que se hacen cargo de los programas noticiosos. Los dueños tienen el control de la concesión y los directivos la responsabilidad de entregarles buenas cuentas. Si una periodista, digamos Carmen Aristegui, no está en sintonía con los intereses comerciales y políticos de los empresarios españoles y mexicanos dueños de la W; lo lógico, como ocurrió, es que no le renueven el contrato y busquen por otro lado.
De manera que la salida de Aristegui es, desde el punto de vista de la relación laboral, irreprochable. Carmen quería hacer las cosas a su manera, los dueños de la empresa deseaban que las hiciera de otra forma. Es su negocio, saben lo que les conviene y Carmen no les convino. La gama de intereses de un grupo empresarial, sobre todo uno que opera en el terreno de la comunicación social, no son únicamente de carácter comercial; también existen, y suelen prevalecer, intereses políticos.
Juan Manuel Asai, “Códice”, Crónica, 8 de enero.

Tan complejo le ha resultado al grupo Prisa explicar la incompatibilidad y hacer públicas sus motivaciones, que en un grotesco menoscabo de ética ha tenido que recurrir a la práctica del cabildeo individual y personal con varios directores de medios, sembrando la confusión y la intriga a partir de ofrecerles “detalles” del desempeño negativo e incumplido de la periodista a la que elogió en su propio boletín apenas el viernes, y no hace todavía un año le entregó el mayor galardón que el grupo español otorga al desempeño profesional en el periodismo iberoamericano, el premio Ondas
Javier Corral, El Universal, 8 de enero.

Carmen Aristegui ha salido de la W, según dijo la empresa, por no ser compatible con el proyecto editorial que los concesionarios le quieren dar a su radiodifusora. Con argumentos parecidos la dirección del IMER nos sacó del aire a quienes hacíamos Café Encuentros. No deja de sonar mal que voces críticas e independientes salgan del aire en nombre de una línea editorial determinada, ya sea por funcionarios gubernamentales o por empresarios privados. Algo me dice que la autonomía de pensamiento resulta molesta para la coalición ganadora en las elecciones pasadas
Jorge Javier Romero, Crónica, 8 de enero.

No se ciñe al nuevo modelo de Prisa en México, que incluye visitas al Senado para defender los intereses de los dueños, y todavía tiene el atrevimiento de abrir los micrófonos de W Radio a los legisladores para que aclaren los verdaderos contenidos de la reforma y desmientan la sarta de falsificaciones y engaños con que Televisa y TV Azteca confundían a sus auditorios. Además, hizo la cobertura informativa más completa de todos los medios electrónicos sobre el debate y resolución con que la Corte echó abajo la ley Televisa. Con cuánta razón dicen que es renuente al “trabajo en equipo”.
Esa es la incompatibilidad del modelo que aluden pero que son incapaces de precisar, definir. Por eso, según nos contó Aristegui en su despedida, ya no le pudieron concretar en propuestas específicas para su contrato el documento de “observaciones y preocupaciones” sobre su conducta editorial. Y no lo pudieron hacer porque es muy difícil que alguien se atreva a estas alturas a escribir en cláusulas contractuales razones de una censura
Javier Corral, El Universal, 8 de enero.

La salida de W Radio de Carmen Aristegui –la mejor comunicadora de México, según mi opinión, en la que no tomo en cuenta el género– es una prueba contundente de que en México ubicamos los derechos derivados de la capitalización realizada sobre un bien público por encima del derecho a la libertad de expresión. El comunicado de prensa de la empresa radiofónica, entre otras cosas, dice: “el nuevo modelo de organización y trabajo que se viene implantando en W Radio es el mismo que funciona en 10 países de habla hispana con éxitos y liderazgos incontestables”; tal argumento es desmentido con la información que Carmen diera en su despedida: “nos vamos justo cuando mejor y más alto marcaban nuestros registros en rating y en audiencia, lo cual sólo es posible con una audiencia como la que usted conforma”.
José Blanco, La Jornada, 8 de enero.

Las preguntas sobre este caso no encuentran respuesta en la información oficial de la empresa radiofónica. W Radio dijo en un escueto y laberíntico comunicado que no pudieron incorporar a Carmen Aristegui por “incompatibilidad editorial”; y más adelante señalan un antagonismo entre Carmen y el “trabajo en equipo y el derecho a la información plural” (EL UNIVERSAL, 5/I/2008). Por supuesto que estas razones son claramente una fachada para justificar una decisión que se tomó por otros motivos.
Sin duda, el programa de Carmen cumplía abiertamente con el trabajo en equipo; el derecho a la información no era una simple política editorial del programa, sino una causa por la que se lucha, junto con muchos otros. Ni qué decir de la pluralidad: por los micrófonos de Hoy por Hoy, hasta el pasado 4 de enero, fecha de la última emisión de Carmen, circularon todas las voces. Para cualquier radioescucha del programa era evidente que diariamente se escuchaban todas las versiones sobre los temas tratados. Pero la molestia de Televisa y su agenda empresarial no toleran este tipo de periodismo; ya se había anunciado desde que suprimieron de Sky la versión televisada del programa de Carmen
Alberto Aziz Nassif, El Universal, 8 de enero.

Los integrantes de la redacción de noticieros de la W fueron convocados ayer a un encuentro con los directivos de la estación. La empresa quería dar su versión sobre la salida de Carmen Aristegui del noticiero Hoy por Hoy. Nos cuentan que los representantes de la empresa explicaron que durante cinco años la emisora ha perdido mucho dinero, algo así como 30 millones de pesos, y esa situación no se podía prolongar. Utilizaron cifras que proyectaron en una pantalla, para demostrar que el espacio de la conductora estrella trabajaba también con números rojos, a pesar de una alta audiencia.
¿La razón? Dicen que Aristegui no respetaba la disciplina comercial ni los cortes ni el manejo del reloj. Manejaba a su libre albedrío las cuatro horas que duraba su espacio, lo que complicaba la contratación de anuncios. “Hacía lo que quería”, sintetizó un directivo.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 9 de enero.

El viernes pasado el consorcio Televisa-Prisa decidió apagarle el micrófono de W Radio a Carmen Aristegui. Al hacerlo, silenció también a múltiples voces que sólo ahí podían expresarse. Y clausuró las bocinas de millones de radioescuchas que día a día ejercían su derecho a una cobertura independiente, plural, crítica e inteligente del acontecer diario en México y el mundo.
El consorcio argumentó “un nuevo modelo editorial”, basado “en trabajo en equipo y el derecho a la información plural que obtiene el liderazgo de audiencia en todos los países”. La explicación es, a todas luces, contradictoria porque se da justo cuando el programa de Aristegui alcanzaba los más altos niveles de audiencia y de prestigio.
Adriana Malvido, “Cambio y fuera”, Milenio, 9 de enero.

En la W explican que, en una estrategia de crecimiento, es imposible tener éxito con números rojos, ni revertir las pérdidas, sin orden en el manejo de los cortes. “No puedes resolver el problema, si en el espacio más importante no tienes el respaldo ni la disciplina comercial que se requiere”, subrayan. Juran que hicieron esfuerzos por llegar a un acuerdo con Aristegui, para que Hoy por Hoy se manejara de manera más ordenada, pero aseguran que la prestigiada conductora no aceptó someterse a la famosa “disciplina comercial”.
En forma tajante niegan que haya habido un plan preconcebido para sacarla del aire por motivos vinculados con los temas incómodos que trataba. “Hasta el final buscamos un arreglo, tan es así que no tenemos un conductor de relevo”, aseveran. Rafael Arce, quien la reemplaza desde el pasado lunes, permanecerá al frente de ese espacio mientras encuentran a la “persona adecuada”.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 9 de enero.

Una cosa es trabajo en equipo, como el de Carmen, con estilo propio que es lo que le daba personalidad a su programa, y otra muy distinta trabajo en rebaño y sometimiento a líneas editoriales ajenas a los criterios periodísticos.
Y es que, en la actual conformación de los megamedios, la idea de “servicio” fue sustituida por la de “negocio”, las líneas editoriales las dictan los anunciantes y la concentración del poder económico va de la mano al del poder político.
Adriana Malvido, “Cambio y fuera”, Milenio, 9 de enero.

En ese contexto, pero antes que nada gracias al talante profesional de sus conductores, los noticieros de XEW tuvieron una apertura que no había existido en dicha emisora. Pero no sólo ellos. Las principales radiodifusoras del país le dieron a las campañas electorales una cobertura equitativa. En el transcurso de aquella crispada y confusa temporada, López Obrador decidió que el de Carmen Aristegui era de los pocos espacios en los que quería confiar. En realidad no era el único noticiero radiofónico interesado en darle voz al para entonces ex candidato presidencial pero él, como parte del proceso de aislamiento que padeció, se negaba a participar en la mayoría de los medios que lo invitaban.
Esa preferencia, así como la búsqueda de enfoques distintos a los convencionales e incluso abiertamente contestatarios en algunos temas, le permitieron a Carmen Aristegui singularizar a su noticiero e interesar a una audiencia creciente y significativa. El éxito que había alcanzado, hace inverosímil la versión de que Hoy por hoy de la mañana fue cancelado debido a problemas financieros. El “modelo editorial” que reivindica Prisa para sus noticieros (“basado en el trabajo en equipo y el derecho a la información plural”) no es distinto del que practicaban esa periodista y sus colaboradores.
Raúl Trejo Delarbre, “Sociedad y poder”, Crónica, 10 de enero.

La Carmen a la que se refiere esta columna no es la de la ópera de Georges Bizet sino la nuestra, Carmen Aristegui. Y, sin embargo, a semejanza del efecto que originalmente produjo la obra del compositor francés -su realismo escandalizó a los conservadores-, la conductora mexicana de noticias también parece destinada a producir un efecto de irritación entre los conservadores.
Radiópolis, la empresa con la que Carmen Aristegui tenía firmado un contrato, decidió no renovarlo porque el "modelo editorial" manejado por la conductora -un modelo exitoso en términos de audiencia y de ética- chocaba con el que busca imponer ahora el consorcio formado por Televisa y el español Grupo Prisa (editorial Santillana, El País, etcétera). Así, la semana pasada, W Radio acabó con el noticiero Hoy por Hoy no obstante que, como lo subrayara su conductora, "Nos vamos cuando nuestros registros de audiencia eran los más altos".
¿Desde cuándo una empresa radiofónica considera incompatibles sus "modelos" con un buen rating? Una respuesta posible: cuando el éxito de una personalidad fuerte en la difusión y análisis de las noticias choca con la naturaleza histórica de uno de los socios de la empresa -Televisa- y con los proyectos económicos mayores del otro socio, proyectos que requieren el visto bueno de un gobierno que, como el actual, se molesta por el tipo de noticias y análisis que caracterizó a Hoy por Hoy.
Lorenzo Meyer, “Agenda ciudadana”, Reforma, 10 de enero.

TAMBIÉN LEÍ QUE TAMPOCO podía hablarse de censura porque Carmen conserva sus espacios en CNN y en Reforma. Esta consideración no parece muy determinante que digamos. Carmen ha sido muy mesurada al esgrimir los motivos de su renuncia y eso me parece que habla de su profesionalismo. En la Plaza Pública que transmite Radio-UNAM la conductora le expresó a Miguel Ángel Granados Chapa, quien tuvo participaciones frecuentes en Hoy por hoy, que ella resumiría su salida de la W en una incompatibilidad entre el modelo editorial que le proponía la empresa y el que ella había venido ejerciendo en su programa. Ahí no hay ninguna clase de “ambigüedad”. Días más tarde un representante de Prisa lo dijo de otro modo: “[Javier Mérida] aseveró que el nuevo objetivo del sistema de noticias de Radiópolis será colocar ‘como eje central’ de sus contenidos a la redacción y a la jefatura de información, con lo que se homologarían los contenidos, ya que con el modelo anterior cada conductor o programa manejaba su propia agenda de temas.” (La Jornada 8/1/08). Bueno pues ahí está la respuesta.
David Gutiérrez Fuentes, “Perro Mundo”, Crónica, 10 de enero.

Prisa y Televisa han decidido que su noticiero “cambie de modelo”, lo que está en el marco de sus facultades administrativas legales. No obstante, ese cambio, al eliminar una opinión informativa, que es de interés nacional, afecta el derecho de los radioescuchas a contar con esa opción noticiosa. Por eso involucra al Estado, no sólo a la empresa. Es posible juzgar la decisión de esas empresas, reconocer que en ellas privan intereses comerciales y que no les importa mantener un espacio informativo plural para sus radioescuchas. Ello, por cierto, revela la naturaleza de su oposición a las reformas a la ley electoral. Pero eso no resuelve el problema fundamental: mantener en el aire una voz relevante.
Existen diferentes soluciones para que se respete el derecho a la información de muchos mexicanos. La inmediata es que el Estado en sus frecuencias nacionales abra un espacio para Aristegui y que, además, se reconozca que esa decisión implica que el Estado acepta la responsabilidad de garantizar la expresión de todas las opiniones. Asumir expresamente esa responsabilidad abre, además, una vía interesante para explorar las condiciones para que se rompa el duopolio televisivo con un canal estatal. Otra vía, que demanda un proceso mayor de maduración, es que un grupo de ciudadanos se organice para crear un espacio radiofónico, y luego, si las cosas marchan bien, uno televisivo.
Orlando Delgado Selley, La Jornada, 10 de enero.

Quienes controlan a W Radio no llegaron a explicar la naturaleza de la incompatibilidad del modelo editorial de Carmen con el que ahora seguirán Televisa y su socio español. Sin embargo, un par de cosas son claras. Primero, "el modelo Aristegui" es muy personal, público y bien conocido por quienes a lo largo de los años le han escuchado. Segundo, a Carmen se le ofreció continuar a condición de "aceptar un modelo donde las decisiones editoriales no estuvieran a mi cargo" (Proceso, 6 de enero, 2008), es decir, a condición de que la conductora aportara sólo la forma y la empresa la sustancia.
Cuando La W designe al sustituto de Carmen se podrá constatar la naturaleza del nuevo "modelo" para la selección y el comentario de la información cotidiana. Sin embargo, la ya larga historia de Televisa permite desde ahora suponer las razones de la inadecuación entre un consorcio que históricamente ha estado al servicio de sí mismo y luego del poder en turno y una periodista cuya biografía está caracterizada por la poco común combinación de excelencia profesional con independencia y, sobre todo, por el apego a la ética del periodismo: respeto por la veracidad, oportunidad y contexto de la noticia.
Tampoco es difícil explicar la incompatibilidad entre la línea editorial del equipo de Aristegui y el consorcio español, interesado en lograr acceso directo al poder político, de otra manera no se explica que el periódico de ese grupo -El País- se haya volcado en críticas a Andrés Manuel López Obrador una vez que éste fue declarado perdedor de la elección del 2006 o que posteriormente contratara al cuñado de Felipe Calderón, Juan Ignacio Zavala, en una maniobra que se asemeja al tráfico o, más bien, a la compra de influencias.
Lorenzo Meyer, “Agenda ciudadana”, Reforma, 10 de enero.

Definitivamente Carmen Aristegui es una extraordinaria periodista. Aunque no coincida con sus puntos de vista e incluso con la tendencia de sus trabajos periodísticos, considero que es singular. Sin embargo, es claro que cada vez que deja un medio de información es por falta de coincidencia ideológica con la línea de la estación de radio o televisión. Cuando salga de CNN entonces ¿también será por motivos políticos? Es claro que el tono político que le quieren dar a la salida de Televisa Radio es para inmolarse muchos de los próceres de la izquierda. Pero si quien maneja Televisa Radio, que es el Grupo Prisa, determinó terminar una relación laboral con Carmen Ariztegui por el motivo que sea, no debería ser motivo de debate nacional ya que no está en riesgo ni la libertad de expresión, ni la permanencia de la periodista en los medios. Flaco favor le hacen a Carmen aquellos que se rasgan las vestidura por la salida de Ariztegui de W Radio, ya que otro concesionario tendría que pensarla 2 o 3 veces para contratarla ya que si termina su contrato se vería obligado a recontratarla bajo la amenaza de ser acusado posteriormente de violador de la libertad de expresión. Carmen pasó varios años en W Radio y que conociéramos nunca se quejó de la falta de libertad de expresión. En fin, más bolas de humo de los políticos para distraer la atención de los problemas de fondo en el país. Quien debe de soltar lágrimas de pejecocodrilo es López Obrador, ya que no tendrá quién le aplauda en la W. Pero estamos seguros que este no fue el motivo de su salida.
Víctor Sánchez Baños, Crónica, 11 de enero.

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