RELEVOS EN EL GABINETE PRESIDENCIAL. 4. BEATRIZ ZAVALA.

Los 34 comentarios que presentamos a continuación, 6.45% de los 527 sistematizados, dan cuenta de la salida de Beatriz Zavala de la Sedesol, para incorporarse a actividades partidistas en Acción Nacional y para retomar su escaño en el Senado. Como podrá observarse, existen diversas opiniones sobre las razones de su salida y sobre su desempeño al frente de la Secretaría de Desarrollo Social.

Hasta hace una semana, la ahora exsecretaria de Desarrollo Social, Beatriz Zavala Peniche, había aguantado la presión que desde diversos puntos del poder se había ejercido en su contra.
La presión se hizo más evidente y fuerte desde octubre pasado, cuando en la víspera del primer aniversario del gobierno de Felipe Calderón se le colocó como uno de los miembros del gabinete sujetos a remoción.
La última andanada ocurrió hace unos días; justo en ese intervalo, Zavala había hablado con Calderón para preguntar si tenía el respaldo presidencial.
La respuesta fue que sí... pero el apoyo le duró apenas una semana.
Adrián Trejo, “Engrane”, El Economista, 15 de enero.

Renunció Beatriz Zavala a la Secretaría de Desarrollo Social.
Y Max Cortázar, vocero de Los Pinos, que debe saber lo que dice, advirtió:
“Por el momento sólo es Beatriz Zavala”.
Lo que alienta a quienes miran a Sagarpa, Pemex y Gobernación. Zavala se va al equipo de Germán Martínez, presidente del PAN.
¿El sustituto? Dicen que Juan Molinar Horcasitas, y no descartan a Ernesto Cordero.
Pepe Grillo, Crónica, 15 de enero.

Zavala se entrevistó el domingo pasado con Calderón para presentarle su renuncia; la exfuncionaria le había dicho a su equipo, el jueves anterior, que lo haría y que se preparara todo para la entrega de la Secretaría.
Ayer, durante la pausa que hizo Calderón en su visita a Guatemala para regresar a Chiapas, se comunicaron y entonces el jefe del Ejecutivo le dio las gracias por los servicios prestados.
La explicación oficial -poco creíble- es que Zavala "aceptó una invitación" de Germán Martínez Cázares para incorporarse al Comité Nacional del PAN como secretaria de Relaciones Gubernamentales.
Quién sabe qué atractivo mayor pueda tener este cargo partidista para dejar una Secretaría de Estado.
Adrián Trejo, “Engrane”, El Economista, 15 de enero.

Nos cuentan que Beatriz Zavala se reunió el pasado domingo con Felipe. Allí se enteró de la decisión del Presidente de relevarla. Los motivos reales de su salida se mantienen en absoluto hermetismo. Lo usual en estos casos es que se disfracen las causas reales
En Arsenal les podemos asegurar que el cambio tomó por sorpresa a la todavía secretaria Zavala. No hace mucho tuvimos el gusto de comer con ella y hablamos de su posible salida. Se mostró convencida de que Felipe estaba contento con su trabajo. “Aunque, claro matizó—, el Presidente siempre tiene la última palabra”.
Nos dimos a la tarea de preguntar los motivos de la salida. “Tiene que ver con evaluación de resultados; en eso el jefe es implacable”, confió una fuente cercana a Los Pinos. Otra fuente aseguró que había quejas de los gobernadores, sobre todo los del PRI, por el manejo “partidario” que la secretaria hacía de los programas sociales.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 15 de enero.

Lo cierto es que Zavala, en el tiempo que estuvo al frente de Sedesol, cumplió con las metas fijadas, incluso el propio Calderón tuvo palabras de reconocimiento a su trabajo hace unas semanas, en la crisis originada por las inundaciones en Tabasco y Chiapas.
Pero también es cierto que la exfuncionaria tenía varios frentes abiertos, sobre todo con gobernadores que le demandaron anular a los delegados estatales de la dependencia, con el argumento de que sólo servían para hacer proselitismo político con los programas asistenciales.
Esta demanda la hizo suya y magnificó el presidente de la Mesa Directiva del Senado, el priísta Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien justo el último día de trabajo del pasado periodo ordinario de sesiones adelantó que su bancada impulsaría la desaparición de la Sedesol y desde luego la anulación del cargo de delegado de la Secretaría.
Adrián Trejo, “Engrane”, El Economista, 15 de enero.

En varias evaluaciones que se hicieron en la casa presidencial en los últimos meses, según me cuentan pajarracos, la ex titular de Sedesol siempre salía en los peores lugares. La señora intentó imitar a su antecesora Josefina Vázquez Mota, incluso adoptó su tono de voz y hasta trataba de emular la imagen mediática que se construyó la hoy secretaria de Educación.
Ayer Beatriz fue presentada como la nueva gran adquisición del CEN del PAN. Germán Martínez, el hombre de Calderón, la nombró secretaria de Relaciones Exteriores de la dirigencia nacional del blanquiazul, en un juego de enroques y salidas con tufo del viejo priísmo. Sería interesante saber, pajaritos, si la idea de invitar a Zavala al PAN fue de Germán o si la “sugerencia” le llegó de Los Pinos al líder panista para darle una salida política y elegante a la primer secretaria que es removida de su cargo en el gabinete
El Duende Preguntón, “¿Sabe o no sabe?”. El Gráfico, 15 de enero.

¿Estrategia o necesidad apremiante? Juzguen ustedes pajaritos. En momentos en que acecha la turbulencia social por las protestas campesinas, justo cuando hay nubarrones de tormenta económica y la gente empieza a quejarse de incrementos de precios en el arranque del año, el presidente Felipe Calderón decide hacer los primeros ajustes a su gabinete. Anoche se anunció la salida de la secretaria de Desarrollo Social, Beatriz Zavala, y entre hoy y mañana podría haber dos cambios más en el equipo presidencial.
Se trata, pajarracos, de una medida política del Presidente, que intenta dar la percepción de un gobierno que se prepara para enfrentar una coyuntura difícil. En el caso de la Sedesol, la decisión tiene que ver con el bajo perfil que siempre mantuvo la yucateca Zavala. Con todo y diseño de imagen y entrenamientos que le dieron, la verdad doña Beatriz no pudo dar el ancho para una posición políticamente estratégica
El Duende Preguntón, “¿Sabe o no sabe?”. El Gráfico, 15 de enero.

La salida de Beatriz Zavala de la Secretaría de Desarrollo Social reduce a tres el número de mujeres en el gabinete. Quedarán sólo Josefina Vázquez Mota, Educación; Patricia Espinosa, Relaciones Exteriores; y Georgina Kessel, Energía.
La yucateca se reincorpora a su escaño en el Senado, que ocupará en forma simultánea con una cartera en el CEN del PAN, y su salida reabre el debate sobre las cuotas de género en el gobierno. Es compromiso de campaña de Felipe tener más mujeres que Vicente Fox en su gabinete. Ese fue el motivo por el cual Zavala se incorporó de último momento a la Sedesol. El guanajuatense llegó a tener tres mujeres en su equipo de gobierno. Faltaría una. ¿Habrá otros movimientos para equilibrar? Es pregunta.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 15 de enero.

POR CIERTO, la ahora ex titular de Sedesol, Beatriz Zavala, estuvo ausente en el brindis del viernes pasado, aunque sí fue convocada a Los Pinos... a deshoras.
AHÍ LE CONFIRMARON lo que ya era un secreto a voces dentro del gabinete: su salida de la dependencia.
QUIENES CONOCEN el teje y maneje de la casa presidencial comentan que la remoción obedece a que Felipe Calderón puso como prioridad para este año el tema del desarrollo social. Y QUE el papel desempeñado por Zavala nomás no daba para aventarse el paquete de hacerse cargo de la principal tarea política del gobierno.
SIN EMBARGO, hay quienes dicen que el movimiento en el equipo presidencial persigue fines más pragmáticos: recuperar el control de la ayuda federal en los estados, para no dejarle todo el pastel a los gobernadores.
FALTA VER a quién nombra Calderón al frente de la poderosa y rica Sedesol, por lo pronto hay quienes dicen que el subsecretario de Egresos, Ernesto Cordero, le ganó por una nariz a Juan Molinar Horcasitas, que ya se veía despachando ahí.
F. Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 15 de enero.

El ‘modus operandi’ se mantiene incólume: cautela, simulación y secretismo. Como ocurría en el antiguo régimen, el segundo gobierno panista ha preferido guardar las formas del ritual y actuar con la discrecionalidad que reclaman los viejos usos del poder. La sociedad no conocerá las razones del Ejecutivo para “aceptar la renuncia” —eufemismo risible pero necesario— de Beatriz Zavala a la Secretaría de Desarrollo Social.
No habrá, por supuesto, un examen crítico ni el mínimo ejercicio de rendición de cuentas como encargada de una entidad clave del gobierno federal. Muy por el contrario, el desempeño de la senadora con licencia será “reconocido” con un cargo de primer nivel en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN: titular de Relaciones Gubernamentales. Una salida elegante que, sin embargo, abre una paradoja difícil de explicar: o se trata de un relevo por incompetencia —lo que supone trasladar la ineptitud al CEN panista— o en el enroque se sacrificó a una funcionaria que debía permanecer en el equipo de gobierno
Alfonso Zárate, “Usos del poder”, El Universal, 16 de enero.

Y acaso tenga razón el Presidente, en este caso Felipe Calderón, ya que la Constitución lo faculta para designar y despedir a sus colaboradores, secretarios de Estado, sin dar explicación alguna. Pero eso que llaman “el arte de la política” supone el reconocimiento de que los cargos de elección popular —como el de Presidente— se deben a los mandantes: ciudadanos convertidos en electores. En el caso mexicano, el Presidente es el primer mandatario y Felipe Calderón podría ser el primer Presidente que muestre la sensibilidad básica para explicar por qué ordena cambios como el relevo de Beatriz Zavala. ¡Claro, si es cierto que le importa lo que piensan y creen los ciudadanos, que son los mandantes!
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 16 de enero.

La sustitución de Beatriz Zavala por Ernesto Cordero en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) puede ser interpretada de varias maneras.
Al modo priista, y valido de que la designación y remoción de miembros del gabinete es una prerrogativa presidencial de la que no debe dar cuenta a nadie (ni siquiera a sus electores), Felipe Calderón no ha explicado su decisión, por lo que es preciso y posible conjeturar sobre lo acontecido.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 16 de enero.

Beatriz Zavala, quien hasta hace apenas unas horas era una distinguida integrante del gabinete presidencial, ha seguido fidelísima una de las tradiciones de su tierra y como trovadora en fiesta de vaquería, entornó los ojos como hubiera hecho Alma Reed y se dispuso a cumplir su destino de abandono y olvido por no prevenirse contra la inicua costumbre de su tierra: el cultivo.
La señora Zavala, quien tiene en lo personal un trato elegante e inteligente, cometió un error cuya naturaleza es por otra parte una virtud: serle fiel a quienes le habían sido fieles.
Por esa razón llenó la Secretaría de Desarrollo Social con puros compañeros y coterráneos, hasta convertir el Paseo de la Reforma en una sucursal del Paseo Montejo. El resultado fue un desastre. No le sabían ni siquiera llevar una agenda puntual.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 16 de enero.

Ineficacia es la razón por la que Beatriz Zavala deja la Secretaría de Desarrollo Social. El propio Calderón lo dijo al dar posesión al nuevo titular del ramo, Ernesto Cordero: “... lo instruyo a impulsar una nueva política social que permita avanzar más rápidamente en el objetivo de reducir la desigualdad y la pobreza del país... a redoblar esfuerzos... a trabajar con esmero…”
Raúl Rodríguez Cortés, “Gran angular”, El Gráfico, 16 de enero.

Forzados a elegir entre hipótesis excluyentes, y sin más información que la registrada durante el primer año de la administración, optamos por la primera. Beatriz Zavala rebasó, muy pronto, su nivel de competencia. Sin preparación para el cargo ni experiencia política que paliara sus carencias profesionales, no estuvo a la altura de las exigencias de una dependencia estratégica. No resistió el contraste con su antecesora en el cargo (Josefina Vázquez Mota, estrella del gabinete foxista) ni fue capaz de renovar la estrategia de combate a la pobreza y actualizar los criterios de la política social. Como el resto del gabinete, apostó por la inercia, pero la dinámica social desbordó todas las previsiones.
Es muy probable, como afirman ahora sus colaboradores, que Zavala haya operado con una desventaja de origen: no pudo formar equipo propio pues los subsecretarios habrían sido designados por Camilo Mouriño, jefe de la Oficina de la Presidencia. Pero este sería, en todo caso, un ingrediente más de una gestión deficitaria en todos los órdenes. ¿Justificación del bajo rendimiento y la mediocridad?
Alfonso Zárate, “Usos del poder”, El Universal, 16 de enero.

La renuncia de la secretaria le habría sido demandada por un desempeño por debajo del necesario y aun del previsto. A pesar de que Sedesol es un ministerio dadivoso, o por ello mismo, su operación genera multitud de problemas, que no habrían sido bien encarados. La vulgaridad con que el gobernador Humberto Moreira se refirió a ella en septiembre pasado (cuando calificó de estúpidas algunas declaraciones) reflejaría su dificultad para tender puentes con los gobiernos locales. Ello se añadiría a la lentitud con que se mueve la pesada maquinaria de una Secretaría que ha de cumplir decenas de programas.
Puede ser también que la inclusión de la ya ex secretaria en el gabinete federal se originara sólo en la necesidad de cubrir una cuota de género y por ello al paso del tiempo se tornara prescindible, pues importa ahora menos que en diciembre de 2006 generar el efecto demostración. Calderón quería subrayar la presencia femenina en su gobierno, superando al de su antecesor y a los priistas, demasiado parcos al nombrar secretarias de Estado. Fox designó a dos y una de ellas la sustituyó con un varón. Calderón empezó con cuatro y ahora se quedará con tres, con lo cual la cuota sigue siendo mayor que las anteriores.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 16 de enero.

¿Qué pasó en el caso de la yucateca? ¿Quién se equivocó? ¿No fue un error del Presidente nombrarla? ¿O es que alguien puede evaluar en sólo 12 meses una gestión en un puesto de altísima complejidad como la Sedesol? ¿No será que se trató de una salida política forzada por el PRI? ¿O será cierta la versión de que “la reventaron” desde el grupo compacto de Los Pinos? Y, en efecto, salvo ese grupo compacto, nadie sabe bien a bien lo que pasó. Pero en tanto se tejen toda clase de especulaciones, la ex secretaria Beatriz Zavala “cayó parada”; regresará como si nada a su escaño en el Senado y alcanzó un alto cargo en el CEN del Partido Acción Nacional. ¿Es un premio de consolación o un salvavidas para pagar lealtades?
No, presidente Calderón, ni vivimos en los tiempos de la hegemonía del viejo PRI —cuando nadie explicaba las razones de fondo que movían los cambios en el gabinete— ni en los tiempos de la naciente democracia los ciudadanos merecemos la misma receta del viejo partido: decisiones arbitrarias, sin explicación, despidos que parecen premios y caídas para arriba. La cultura del gato en la política, por las nueve vidas. Pero como el Presidente es infalible, nadie en el PAN cuestiona la forma en que fue removida Beatriz Zavala y menos la manera en que regresa a la política, como si nada hubiera pasado —a pesar de que los azules eran los más severos críticos del PRI cuando el tricolor hacía lo mismo—, lo que muestra que a nadie, en el partido en el poder, le interesan los ciudadanos
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 16 de enero.

La opción preferencial por lo íntimo ha escamoteado también a los mexicanos las razones por las cuales la señora Zavala (es decir, Beatriz) dejó de ser secretaria de Desarrollo Social. Se habla de fallas profundas en el cumplimiento de programas asistenciales y de evaluaciones realizadas por el virrey Mouriño en las que la defenestrada yucateca habría quedado en primer lugar de irresponsabilidad. Pero la administración del Calderón Social no informa oficialmente de nada: como en las mafias, los ajustes de cuentas se apuntan en libros secretos. Se va Beatriz, a quien ni siquiera habían afectado los datos ciertos del beneficio económico y las relaciones de copropiedad de empresas que su esposo, Javier de Jesús Romero Osorio, tuvo con el famoso priísta Cabal Peniche en Banco Unión y en Eastbrook de México. Zavala Peniche regresa al Senado y seguirá cobrando la jubilación que a los 37 años consiguió en la Universidad Autónoma de Yucatán, donde un tío era funcionario influyente. Después de todo, a pesar de todo, la familia panista gobernante sigue más o menos feliz
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 16 de enero.

Nos cuentan desde el equipo saliente de Beatriz Zavala que a su jefa se la acabaron en Los Pinos y no fue porque en las inundaciones de Chiapas se negaba a meter sus zapatos al lodo, mientras que el presidente Calderón se puso a palear arena. Tenían interés en la Secretaría de Desarrollo Social para “meter a uno del equipo y le pusieron todo tipo de trampas”.
Fueron trece meses de presiones para Beatriz y decían sus adversarios que los problemas no los resolvía porque le quedaban grandes. Se fue a vivir a Tabasco, pero al parecer los subsecretarios boicotearon su trabajo y no enviaron al personal suficiente, por lo que le empezaron a llover quejas a la funcionaria. Además, aceptan que actuaba más como legisladora que como secretaria de Estado. Pero ya tendrá tiempo para reflexionar desde el escaño del Senado de la República.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 16 de enero.

Sin embargo en la política no hay derrotas totales. No cuando se ha llegado a la hoy retirada posición gracias al auxilio partidario ofrecido a Felipe Calderón en momentos decisivos, pues fue Yucatán uno de los lugares de importancia para lograr la nominación panista sin la cual no hubiera habido presidencia republicana.
Esos servicios los pagó Calderón de manera sobrada con darle la oportunidad de manejar una cartera importantísima en el gabinete, pues de ella depende la fidelidad de la clientela electoral del PAN fuera de sus tradicionales e insuficientes apoyos en las clases medias, aun cuando la secretaría misma, como ya ha dicho Manlio Fabio Beltrones, sea una especie de elefante blanco alimentado en el costoso pajar de la propaganda oficial.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 16 de enero.

Todos saben que eso de que la secretaria Beatriz Zavala renunció al cargo es lo más parecido a una formalidad que ofende a los ciudadanos, los mandantes, porque todos saben que la decisión vino del Presidente. El problema es ese, que el Presidente crea que los ciudadanos son, somos tontos, para no preguntar por lo que pasó. Pero aun sin esa respuesta, la ofensa es mayor, cuando la nueva dirigencia del PAN nos anuncia que ya tiene un lugar para Beatriz Zavala… sí, un cargo que existía pero que a nadie le importaba. ¿De qué se trata, de un premio de consolación? Si fue retirada del cargo por ineficaz, ¿por qué premiarla? Si fue retirada por razones políticas, ¿por qué no decirlo? ¿Cuáles son esas razones? ¿Son internas o externas? ¿O es que no se quieren dar señales de debilidad en Los Pinos? Como si los millones de mexicanos tuviéramos los ojos cerrados.
En el PRI dicen que la cabeza de Beatriz Zavala les fue entregada, entre cercanos a Los Pinos aseguran que se preparó su salida, y entre grupos de mujeres panistas el enojo es mayor. Dicen que se hizo secretaria de Estado a Beatriz Zavala sólo para cumplir con la cuota de género, y que esa posición la necesita el Presidente para 2009. ¿Quién tiene razón? Es posible que sea un poco de todo eso, y de mucho más. Lo cierto es que el segundo gobierno del Partido Acción Nacional, ahora en manos de los llamados doctrinarios, actúa igual que el viejo Partido Revolucionario Institucional. El poder, dice un clásico, los hace iguales
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 16 de enero.

Lo que es un hecho, es que Zavala tuvo problemas desde que llegó a la Sedesol con su Oficial Mayor, quien había sido nombrado por Juan Camilo Mouriño, jefe de la Oficina de la Presidencia de la República. De hecho fue también Mouriño quien nombró a los Subsecretarios de la Sedesol, lo que evidentemente también constituyó una dificultad en la gestión de Zavala, quien ahora aportará su experiencia política al CEN panista.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 16 de enero.

A los pocos días del comienzo del gobierno tuve oportunidad de charlar con la señora Zavala. Se estaba extinguiendo el escándalo por el “tortillazo” inaugural y me contó mil y un preocupaciones por desarrollar acciones en favor del abasto popular.
“Un gobierno con el 0.56 por ciento de ventaja electoral no aguanta dos tortillazos”, le dije. Quizá asintió sin conceder, pero asintió.
Mas posiblemente por la coincidencia de propósitos con la Secretaría de Economía o los estorbos propios de todo trabajo en equipo donde se trata de conquistar las glorias de Los Pinos y después dar resultados, pero en esas condiciones se llegó a las inundaciones y el “gasolinazo” sin verla avanzar en la carrera, sin definir un rumbo, sin conocer un destino.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 16 de enero.

Por lo pronto, Beatriz Zavala, ex secretaria de Desarrollo Social, dice que cambia de trinchera. “Soy una mujer de lucha. Fue una etapa difícil. Hay satisfacción, pero hubo un peso en cuanto a la difusión del trabajo realizado”, expone. Ella no sabía que sería relevada del cargo. Lo supo el viernes y no le dio tiempo de cancelar un viaje de trabajo a Estados Unidos, que arrancaría el martes 15 de enero, nos informan
“Bajo reserva”, El Universal, 16 de enero.

Sea como fuere, la salida de Beatriz Zavala del gabinete era previsible. Su lugar será ocupado por uno de los hombres más cercanos al presidente Calderón: Ernesto Cordero, hasta ayer subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda y uno de los responsables del plan de gobierno. Actuario y doctor en Economía por la Universidad de Pensilvania, este panista de 39 años salta a las ligas mayores para ocupar una de las posiciones más importantes del equipo de gobierno: ahí donde el despliegue de políticas públicas suele traducirse en votos y la aplicación de recursos millonarios produce el milagro de la multiplicación de las clientelas.
A nadie escapa, asimismo, que la Secretaría de Desarrollo Social es una formidable plataforma para formar figuras de enorme peso político, influencia e interlocución obligada con prácticamente todos los actores políticos, sociales y productivos. Es decir: una posición ideal para construir una candidatura presidencial (remember Luis Donaldo Colosio)
Alfonso Zárate, “Usos del poder”, El Universal, 16 de enero.

Con Yucatán está relacionada otra hipótesis sobre el desplazamiento de la hasta anteayer titular de Sedesol. Acción Nacional no sólo perdió la gubernatura y la mayoría legislativa en la elección de mayo pasado, sino que la renuncia-denuncia de Ana Rosa Payán, aunque no haya tenido notorios efectos electorales sí los causó en el tejido del panismo peninsular, que ha tendido a ser espacio de disputas y aun de riñas. Aliviada de sus responsabilidades formales como colaboradora del Ejecutivo, y recuperada su curul en el Senado, Beatriz Zavala ganaría libertad para contribuir a la sanación de su partido, aunque no pueda ignorarse que ella ha sido parte en algunos enfrentamientos interiores.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 16 de enero.

Por cierto que la caída de Beatriz Zavala puso en tensión a todo el gabinete y en más de una secretaría había pánico. Que si éste, que si aquél, que si el de más allá. Todos estaban en la mira. Y es que si Beatriz Zavala se fue por incapaz, la lista de potenciales despedidos debe ser larga
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 16 de enero.

Ya se dio la primera salida —del año— en el gabinete del presidente Felipe Calderón.
Se trata Beatriz Zavala —por cierto, prima de Carlos Cabal Peniche—, hoy ex secretaria de Desarrollo Social. Que “renunció” para irse al PAN y trabajar con Germán Martínez y regresar a su escaño de senadora, sí-cómo-no.
Se va en un momento interesante: luego de las inundaciones en Tabasco y Chiapas, rumores de mal manejo de recursos y no implementación adecuada de programas sociales cuando la prioridad de Calderón este año es… esa secretaría.
No por nada llegó a su relevo Ernesto Cordero. No es, para variar, especialista en el tema, pero tiene toda la confianza del Presidente.
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 16 de enero.

Es verdad que la de Desarrollo Social no lució en este año: no es que no haya cumplido su tarea, pero a la dependencia y a su titular, Beatriz Zavala, no se les vio, no generaron el peso político que se esperaba de esa dependencia. La pregunta es si Zavala no pudo con esa tarea o la idea era que la suya fuera una gestión de transición. Y por encima de sus aciertos e insuficiencias, todo indica que se trató más de lo segundo que de lo primero
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 16 de enero.

En lo que constituye la segunda renuncia dentro del gabinete de Felipe Calderón Hinojosa, tras la salida de Germán Martínez de la Secretaría de la Función Pública para asumir la presidencia del Partido Acción Nacional, Beatriz Zavala Peniche dimitió el lunes a su cargo como titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), para formar parte del nuevo Comité Ejecutivo Nacional del partido gobernante. Su relevo, Ernesto Cordero, quien hasta ayer se desempeñaba como subsecretario de Egresos de Hacienda y Crédito Público y carece de experiencia en el sector social, ofreció dar continuidad a las políticas emprendidas por Zavala, “afianzar sus logros”, y privilegiar “las acciones que procuren el bienestar de los más necesitados”.
Editorial, La Jornada, 16 de enero.

Atendamos, en fin, a la posibilidad de que el tránsito de la secretaria al Comité Nacional panista responda llanamente, como se ha dicho, a que Germán Martínez la necesita en su gabinete, aunque después de su despido la función que se le ha encargado (Relaciones Gubernamentales) podría parecer una broma cruel a los ojos de los creyentes en su insuficiente capacidad para vincularse con los niveles de gobierno que debía atender. La renuncia del propio Martínez a una Secretaría de Estado significaría que él y Calderón atribuyen semejante importancia a participar en el gobierno que en el partido.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 16 de enero.

Cambios en los que hay que anotar el pedimento de renuncia a doña Beatriz Zavala, quien nunca se manchó sus zapatitos azules con el fango de la tragedia en Tabasco y quien ahora es sustituida por Ernesto Cordero, economista afamado, quien tendrá que demostrar que tiene la sensibilidad suficiente para enlodarse las botas en esos caminos de miseria por todo el país
Ricardo Rocha, “Detrás de la noticia”, El Universal, 17 de enero.

La primera despedida, Beatriz Zavala, no pudo abatir la pobreza, bandera presidencial que Calderón le arrebató, junto con la Presidencia, a Andrés Manuel López Obrador. El actual mandatario ondea con fuerza esa bandera, que hasta ahora ha sido más una estrategia de mercado que una acción ejecutiva con resultados observables y definidos. Precisamente la inacción (o la acción inefectiva) fue sustituida por Calderón con la acción cesadora de la secretaria Zavala.
Felipe Díaz Garza, Reforma, 19 de enero.

Se va Beatriz Zavala a su muelle sillón senatorial y a prolongar sus empeños partidarios al lado de Germán Martínez, quien ya había dejado el buque ejecutivo con la orden de transformar la chalupa panista en un acorazado con municiones suficientes para el 2009 y el 2012 cuya lejanía se apresuran a soslayar los jilgueros del calderonismo exultante.
Ni a Zavala ni a Martínez les importaron los desafíos contra la pobreza o la corrupción como para tomarlos en serio. Quizá por no ser serios ni siquiera para el gobierno. Apenas herramientas en la operación del aparato público. Tan falsos fueron sus compromisos como para dejarlos por la política partidaria antes del tercer canto del gallo.
En un año ya se han cambiado tres secretarios. Por una razón o por otra, pero en la sexta parte del tiempo se han cambiado la sexta parte de las carteras.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 20 de enero.

Que hablando del gabinete y del PRD, el partido del sol azteca no pretende cederle la presidencia de la Comisión de Desarrollo Social en el Senado a Beatriz Zavala, la ex secretaria de Desarrollo Social, quien se reintegrará en breve a las tareas legislativas.
Así es que Beatriz sólo podría aspirar a presidir las comisiones de Desarrollo Regional, Educación y Salud, pero se ve muy difícil que eso ocurra, sobre todo porque los perredistas, cuyo voto es necesario para que pueda ser elegida, abrirán el próximo periodo pidiendo la desaparición de la Secretaría de Desarrollo Social y sus delegaciones estatales.
“Trascendió”, Milenio, 20 de enero.

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