RELEVOS EN EL GABINETE PRESIDENCIAL. 8. EL PARTIDO.

En este contexto, se prevé que los cambios en el gabinete presidencial repercutirán en el Partido Acción Nacional. De ello dan cuenta los siguientes 16 comentarios, 3.03% de los 527 sistematizados.

Los panistas aprietan las tuercas. Mañana se realizará la primera reunión del año del Comité Ejecutivo Nacional, para moverle las piezas. Germán Martínez Cázares, el nuevo dirigente nacional, pretende instalar una comisión política que sea árbitro y bombero de los temas neurálgicos. Y es ahí donde se encuentra el objeto de los arrebatos
“Frentes Políticos”, Excélsior, 13 de enero.

Los únicos que ya están seguros en sus nuevas posiciones son Guillermo Anaya, Mariela López y César Jáuregui. Si no hay sustos, Luis Ernesto Derbez va a repetir en asuntos internacionales. Los que ya se formaron para ver si quedan son Alejandro Villalobos, en Elecciones, y Javier Rodarte, en Fortalecimiento Interno; Jorge Manzanera quiere cobrar caras las suelas que gastó en la campaña de Felipe Calderón, con el cargo de secretario general adjunto
“Frentes Políticos”, Excélsior, 13 de enero.

HOY REGRESA LUIS ERNESTO DERBEZ AL ESCENARIO POLÍTICO. LO NOMBRARÁN SECRETARIO DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL CEN DEL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 14 de enero.

En su primera aparición pública, el presidente del PAN, Germán Martínez Cázares, anunció al dream team que lo acompañará en la tarea de recuperar los espacios que su partido ha perdido a granel en los últimos meses.
Además de Beatriz Zavala Peniche, destacan los nombres de Luis Ernesto Derbez, quien se confirma en el cargo de Secretario de Relaciones Internacionales y de Carlos Abascal Carranza, quien será el secretario de Formación y Capacitación, los dos únicos miembros del anterior Comité identificado con Fox.
El resto del equipo es el siguiente: Secretaría General Adjunta, Jorge Manzanera Quintana; Secretaría de Elecciones, Alejandro Villalobos Bayón; Secretaría de Relaciones Gubernamentales, Beatriz Zavala Peniche; Secretaría de Fortalecimiento Interno, Javier Rodarte de la Rosa; Secretaría de Vinculación con la Sociedad, Adriana Dávila Fernández; Secretaría de Relaciones Internacionales, Luis Ernesto Derbez Bautista.
A ver cómo le va al exsecertario de la Función Pública con este equipo.
Adrián Trejo, “Engrane”, El Economista, 15 de enero.

Y con la salida de Zavala, los programas sociales ¿se mudan al PAN en la antesala del 2009...?
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 15 de enero.

Calderón tomó las riendas totalmente del partido que lo llevó al poder y los hombres que quedaron en la estructura partidista de ese organismo representativo de la derecha mexicana; le da una amplia consolidación del liderazgo de Germán Martínez, quien negoció con las fuerzas reales de su partido y por ende ahí se colocaron Luis Ernesto Derbez y Carlos Abascal, entre otros. La política se hace con negociación con las fuerzas reales, no con fantasmas.
Víctor Sánchez Baños, Crónica, 16 de enero.

Pero todos esos asuntos no pesan cuando se trata de levantar a los heridos del campo de batalla.
Para eso —no faltaba más— está “El” partido, como una cartera más en la lista en los ministerios (o secretarías) del gobierno federal, pues con este desplazamiento del gabinete quedan muy en claro dos cosas: el PAN es tan ordenado y generoso como la patria a cuya construcción con esas características nos convoca desde su fundación.
Y la segunda: es el lugar donde cabe hasta el jarrón chino cuyo sitio en la casa nadie halla.
—¿Qué hacemos con Germán? Mándalo al PAN
—¿Qué hacemos con Beatriz? Mándala al PAN. No importa si uno se va precedido por una auto promovida fama de eficacia y la otra camina con el aura de la ineptitud. Al fin la sede panista, por algo será; está enfrente de la vieja embotelladora de los refrescos “Jarritos”.
Como a los del dicho, todo les cabe, sabiéndolo acomodar.
Rafael Cardona, “El cristalazo”, Crónica, 16 de enero.

Los movimientos que se realizaron en el equipo presidencial y en la dirigencia nacional del panismo marcan la preparación de ese partido y del gobierno para la nueva etapa política, que será de mucha mayor confrontación entre los diferentes actores, una etapa que exige del gobierno y su partido más presencia y operación. Pero también se inscribe la lógica que ha marcado a la administración de Calderón desde sus inicios: la concentración de responsabilidades en el equipo más cercano, el de mayor confianza y lealtad, dos términos que son clave para comprender la forma de ejercer el poder de Felipe Calderón. Una lógica que se ratificará hoy con la salida de Francisco Ramírez Acuña de la Secretaría de Gobernación
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior 16 de enero.

Pero existe una vertiente que pocos han visto y que también podría ser parte del juego político que se mueve en torno al Presidente. Nos referimos a las inevitables peleas intramuros, una vez que cada potencial presidenciable y su respectivo grupo delimite sus estrategias y objetivos. Y es que nadie podrá negar que conforme pase el tiempo del gobierno de Calderón, la prioridad de los presidenciables panistas dejará de ser la prioridad de su jefe y promotor, para convertirse en la prioridad de la aspiración sucesoria de cada secretario de Estado.
Y esto supone una guerra nada convencional y cargada de fuego amigo, de peleas internas y hasta de golpes bajos. El PAN es el partido en el poder, por segunda ocasión logró la hegemonía presidencial y el magnífico poder que dimana del control del Ejecutivo y de una buena porción del Legislativo, es fuente de todo tipo de disputas que conoce bien el presidente Calderón y a las que debió enfrentarse para ser candidato presidencial del PAN primero, y luego resultar ganador en la elección federal. ¿Cómo reaccionará el presidente Calderón, cuando alguno de sus secretarios de Estado muestre que está trabajando para su muy personal causa sucesoria? ¿Acaso reaccionará Calderón como Vicente Fox, que sancionó y persiguió al grupo político del propio Felipe Calderón? ¿Cómo va a impedir el Presidente las luchas intramuros de los secretarios de Estado y de otros potenciales panistas que pretendan ser parte del proceso sucesorio? El asunto no es menor
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 20 de enero.

Tal y como se había anticipado, Ernesto Cordero, exsubsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, tomó ayer posesión como nuevo Secretario de Desarrollo Social en sustitución de Beatriz Zavala, quien tuvo problemas en la evaluación que hizo el presidente Felipe Calderón en la aplicación de los programas para reducir la pobreza.
Como no se dio a conocer ninguna razón oficial sobre la salida de Zavala, quien se incorporó al equipo de Germán Martínez en el CEN del PAN, han surgido todo tipo de rumores, como enfrentamientos con gobernadores del PRI.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 16 de enero.

Los oportunistas políticos dentro del PRD aprovecharon la ocasión para darle un llegue a Zavala, diciendo que no tiene vocación social y algunas otras afirmaciones como decir que la castigaron por los malos resultados electorales (haciendo suponer que se usaran los programas sociales para ganar contiendas), que realmente no tienen ningún fondo y que se irán muriendo en los próximos días.
Aquí lo importante son las razones del enroque. En esta columna hemos señalado una y otra vez que la estrategia de Felipe Calderón ha consistido en consolidarse primero en el gobierno y terminar asumiendo todas las riendas del país después de las elecciones de 2009, y a partir de ahí lanzar una gran batería de reformas nacionales
Para lograr este objetivo es necesario no solamente una buena coordinación con el PAN, encabezado por Germán Martínez, sino además tener un mayor músculo en el Congreso de la Unión. Así las cosas, el mandatario ha dejado claro que los cuadros del partido trabajen de tiempo completo ahí y que los funcionarios públicos se dediquen a servir al país.
David Páramo, “Personajes de renombre”, Excélsior, 16 de enero.

En respuesta a las anteriores interrogantes, debemos decir que la primera decisión de Felipe Calderón como Presidente fue precisamente lograr el control total de su partido —en manos de Manuel Espino, el más acabado representante de la ultraderecha y quien fue llevado a la dirigencia de los azules para impulsar la candidatura de Santiago Creel; aspiración que, como todos saben, al final de cuentas fue ganada por Calderón—, echar a la extrema derecha y mantener el control a través de uno de sus leales: Germán Martínez. La embestida del Presidente al PAN parece haber sido excesiva, al grado de que ningún candidato se atrevió a competir contra Martínez Cázares, el señalado por el Presidente para ocupar la presidencia de los azules.
Esa maniobra anuló los anticuerpos naturales del PAN, partido que quedó convertido en una nueva secretaría de Estado, al servicio del Presidente y jefaturada por uno de los hombres más cercanos a Felipe Calderón, Germán Martínez. En este caso —y más allá de la cercanía con el presidente Calderón—, el jefe nacional del PAN sí es un panista de tradición y prosapia, con una trayectoria que lo ha llevado incluso a una secretaría de Estado, a la jefatura del partido, al Congreso en más de una ocasión, a la representación partidista frente al IFE y a muchas otras posiciones que lo acercan a la trayectoria del propio Felipe Calderón. Pero además, Martínez Cázares es uno de los herederos de la memoria de Carlos Castillo Peraza
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 20 de enero.

2007 fue mal año para Calderón, peor para su partido. 2008 puede ser la revancha; la pinza partido oficial.
Secretaría de Gobernación se presentan como los recursos del Presidente en el afán de revertir lo adverso. En la perspectiva del poder, se requiere una relación más favorable con el Congreso y, de ser posible, influir en la definición de candidatos y ganar elecciones. La reunión del viernes del Presidente es reveladora: Gobernación, partido y coordinadores parlamentarios.
Extraña que el comunicado de Los Pinos haya regresado a César Nava a la condición de secretario particular. Es evidente que Calderón ha decidido que no se repita con Mouriño lo que éste hizo con Ramírez Acuña desde la casa presidencial, que las negociaciones políticas ahora sí tengan lugar en Bucareli, para ello es menester que la Oficina de la Presidencia tenga el perfil más bajo posible.
Federico Berrueto, Milenio, 20 de enero.

Para decirlo rápido, y en respuesta a quienes quieren ver en Mouriño a un potencial “delfín” de Calderón, se puede decir que no existe punto de comparación entre Mouriño y Germán Martínez; ya no se diga entre el dirigente del PAN y el actual secretario de Desarrollo Social. ¿Qué va a pasar entre esos tres panistas, ya desde ahora, una vez que desde la propia casa presidencial se ha estimulado la especie de que vivimos una sucesión muy adelantada? ¿Quién va contener el fuego amigo, los golpes bajos? Según algunos estrategas de los azules, esa es precisamente la idea de Calderón, dejar que el juego natural de la política depure los territorios —en un juego dizque limpio—, del que saldrá un ganador. Pero estamos muy lejos de esa posibilidad. Por lo pronto, Calderón pone el acento en los resultados. Y aquel encargado de despacho que no dé resultados, simplemente se va
Ricardo Alemán, “Itinerario Político”, El Universal, 20 de enero.

Una dificultad para Mouriño es que la Secretaría de Gobernación no es lo que aparenta; sin brazos ni dientes sólo le queda un muy disminuido poder de persuasión, tarea que se complica por su condición de precandidato oficial. Como sucedió con Creel, sus interlocutores dentro y fuera obstruirían los buenos resultados. La alternativa es que desde Bucareli se influya sobre los egresos federales, de allí el arribo de un subordinado de Mouriño a la dependencia, y/o que la Sedesol, también con nuevo titular y afín al grupo, se someta a la instrucción del responsable de la política interior
Nada para preocupar si se tratara de darle eficacia al gobierno; pero grave si el tema es electoral. Al Presidente le ha resultado fácil imponerse a su partido. Ha ocurrido lo que ni en los peores tiempos del presidencialismo autoritario, dos amigos próximos al mandatario lo dirigen, uno de ellos bajo fuego en la política local, expuesto por su polémico desempeño como alcalde y en la mira de un documentado Congreso estatal, dominado por sus adversarios.
Federico Berrueto, Milenio, 20 de enero.

La otra parte de la estrategia tiene como objetivo principal las elecciones de 2009. Se movieron las piezas para recuperar el manejo del partido y lograr sinergia con la acción de gobierno, para lo cual se ubicó a Germán Martínez al frente del partido. Sin duda, la principal preocupación de la nueva dirigencia panista es la elección de la Legislatura 61 (2009-2012). Durante 2008 habrá seis elecciones locales, pero el PAN no tendrá mucho que ganar, porque la principal competencia será entre PRI y PRD.
Las elecciones intermedias pueden ser una nueva plataforma del sexenio o, por el contrario, como le sucedió a Vicente Fox en 2003, pueden ser un final anticipado en múltiples sentidos: desde el manejo presupuestal hasta la condición de fortaleza o debilidad en la que se arribe a la sucesión presidencial. Sin dejar de lado que una derrota panista en 2009 correspondería a una mala evaluación del gobierno calderonista
Alberto Aziz Nassif, El Universal, 22 de enero.

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