Acepta AMLO inversión de la IP en Pemex

Andrés Manuel López Obrador está a favor de la participación de la iniciativa privada en el sector energético, siempre y cuando los inversores sean nacionales y las reglas de intervención sean transparentes.

“El petróleo debe seguir siendo un buen negocio en beneficio de los mexicanos; claro está que bien administrado y explotado con racionalidad. Pero tampoco deberíamos descartar que inversionistas nacionales, mediante mecanismos transparentes de asociación entre el sector público y el privado, participen en la expansión y la modernización del sector energético o actividades relacionadas, siempre y cuando lo permitan las normas constitucionales”, establece el ex candidato presidencial perredista en su libro Un proyecto alternativo de nación, editado en 2004 por Grijalbo.

El documento, publicado de forma paralela al proceso de desafuero del que fue objeto, y dos años antes de que se iniciara su candidatura presidencial, define un plan de gobierno “acorde con los intereses del pueblo”.

El PRD se debate entre dos propuestas en materia energética —la de Cuauhtémoc Cárdenas y la de Andrés Manuel López Obrador— que comparten más coincidencias que diferencias; éstas, además, son más bien de matices.

Un análisis de los dos planteamientos arroja que ambos líderes perredistas coinciden en puntos nodales como la autonomía de gestión de Pemex y la necesidad de que una reforma energética no implique cambios a la Constitución, es decir, que el Estado mantenga la rectoría en los rubros de exploración, producción y refinación. Pero ambos también coinciden en la posibilidad de la inversión privada en la paraestatal.

En la conferencia que dictó el 21 de febrero en el Palacio Legislativo de San Lázaro, el fundador del PRD se manifestó por permitir la inversión privada —tanto nacional como extranjera—, en áreas donde la ley lo permite.

López Obrador, en tanto, también está a favor de la participación de inversionistas, pero el matiz frente a la propuesta de Cárdenas radica en que éstos “sean nacionales”.

Ambos líderes políticos concuerdan en que esa participación debe sujetarse a las disposiciones constitucionales.

Mario di Costanzo, secretario de la Hacienda Pública del gobierno legítimo, precisa a MILENIO que, para López Obrador, la participación de la iniciativa privada nacional en el sector energético se limita a la construcción de infraestructura y siempre con la supervisión del Estado, sin que los inversores usufructúen los bienes producidos, mientras que el fundador del PRD se inclina por un esquema mixto, en el que el capital privado comparta las ganancias, añadió.

Autonomía de gestión

Respecto de la autonomía de gestión, Cárdenas considera que es necesaria, es decir, no considerar a Pemex dentro del presupuesto federal ni sujetarlo a las disposiciones de la Ley de Obra Pública y de la Ley de Adquisiciones que rigen a las dependencias federales, y que el Estado asuma la deuda que se ha impuesto a la paraestatal.

“El Estado debiera asumir como deuda pública la que se ha impuesto a Pemex en este esquema de deuda diferida o de doble contabilidad, como se ha llamado a los Pidiregas”, sugirió.

En ese sentido, el tabasqueño estipula en su libro Un proyecto alternativo de nación: “Es necesario hacer a un lado la doble contabilidad y el reconocimiento a los Pidiregas y otros instrumentos de financiamiento como deuda pública”; también propone definir una renta fija en el pago de impuestos y derechos de Pemex.

Los Pidiregas son instrumentos mediante los cuales la iniciativa privada participa como intermediaria en la construcción de infraestructura. Una vez concluida ésta, los inversores privados usufructúan los bienes; por ejemplo, las cuotas de peaje, en el caso de una carretera.

Este esquema, explica Di Costanzo, eleva el costo de la infraestructura, pues la iniciativa privada debe pedir préstamos al banco, que los otorga a una tasa más alta que las ofrecidas al Estado.

Tanto Cárdenas como López Obrador concuerdan en que México genera los recursos suficientes para la inversión y su desarrollo, pero tienen distintas visiones de la generación de recursos: el primero considera que liberando recursos a Pemex y dándole el tratamiento fiscal que tiene cualquier otra empresa productiva del país. El segundo opta por una mejor administración y erradicar por completo la corrupción en empresas del sector energético, “la propuesta es destinar los ahorros por eficiencia, austeridad y combate a la corrupción”.

Carlos Elizondo Mayer-Serra, académico del Centro de Investigación y Desarrollo Económicos, expresa que en materia de energía es necesario salir de la discusión ideológica. “Esto no es una cuestión de respetar el legado de nuestros padres históricos, debemos ser capaces de ver qué están haciendo otros países, qué se puede hacer como forma óptima para concentrarse en el tema central, cómo explotamos de la forma más económica, más rápida, que genere mayores recursos para el Estado mexicano, las aguas profundas del Golfo de México, que sustituir la caída de la producción en Cantarell por una mucho más complicada”.

Dejó en claro que ningún país tiene la infraestructura para ser autónomo y que, entre los dos proyectos presentados por el PRD, considera más flexible el expuesto por Cárdenas, aunque “incluye algunas cosas que necesita el paquete de la reforma, pero no todo”.

Al evaluar las propuestas de los perredistas, dijo que la de Andrés Manuel López “es simplemente aventémosle dinero a Pemex. Ya le estamos aventando mucho y podemos acrecentarle a más cosas; meterle dinero a Pemex con una rentabilidad baja me parece una muy mala idea”.

Respecto de la importancia de la Constitución que destacan ambos líderes perredistas, el investigador opinó: “Creen que es un texto sagrado como la Biblia, cuando es para explotarlo de la mejor forma”.

Nota de Elizabeth Morales, Milenio, 2 de marzo.