El gobierno federal propone realizar cambios al marco legal (aunque no señala el alcance) para permitir que Petróleos Mexicanos (Pemex) pueda celebrar alianzas o asociaciones con multinacionales para la exploración y explotación de petróleo y gas, y para permitir la inversión privada en materia de refinación.
En el diagnóstico sobre el sector de hidrocarburos que la Secretaria de Energía entregó a legisladores, las autoridades gubernamentales “limitan” la participación de terceros sólo a las tareas en las que se requiere apoyar a Pemex, entre ellas la explotación de campos que por su complejidad demandan multiplicar la capacidad de ejecución de la empresa o incorporar nuevas tecnologías.
También la construcción de 5 o 6 refinerías; en el almacenamiento, transporte y distribución de hidrocarburos, en la explotación en un escenario “conservador” de reservas por 7 mil 100 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (petróleo y gas) en Chicontepec, y 9 mil millones en aguas profundas, que representan 30% de los recursos prospectivos de la paraestatal.
A partir de la explotación de esas reservas, explica, se determinaron los niveles de inversión y producción para el lapso 2008-2025.
“Dar flexibilidad a Pemex para realizar alianzas o asociaciones permitiría aumentar la producción de crudo a niveles de 4 millones de barriles diarios hacia el 2020 (hoy se producen 3.1 millones) y elevar las exportaciones a 3.2 millones de barriles hacia 2025 (se embarcan a mercados internacionales 1.6 millones)”.
Esos niveles de producción serían el resultado de inversiones superiores a 250 mil millones de pesos anuales, lo que atraería en adición un promedio anual de 100 mil millones de pesos, más de 1% del Producto Interno Bruto (PIB).
Petróleos Mexicanos estaría en condiciones además de enterar al fisco entre 160 y 200 mil millones de pesos de impuestos adicionales, lo que equivale a 11.2 veces los recursos de Procampo, 6.5 veces el Programa Carretero y 4.8 veces el Programa Oportunidades.
Para la paraestatal significarían ingresos adicionales, tomando en cuenta el régimen fiscal al que está sujeto, de casi 70 mil millones de pesos anuales, en promedio.
Según la Secretaría, de materializarse la transformación de la industria petrolera, el Producto Interno Bruto (PIB) crecería un punto porcentual adicional promedio por año entre 2008 y 2025, al tiempo que se crearían 140 mil fuentes de trabajo adicionales por año, lo que permitiría acumular un total de 4.5 millones de empleos remunerados adicionales hacia 2025.
Señala que en el caso de las alianzas y contratos, se considera la conveniencia de que Pemex participe como operador en las obras que se realicen con apoyo de terceros y establecer contratos en los que la remuneración se pueda establecer en “función del desempeño” y evitar pagos por obras que no se traducen en producción y ganancias netas para la empresa.
En materia de refinación, se mantendría como el único proveedor de petrolíferos y jugador dominante al comercializar las marcas de gasolinas, administrar el precio al público, y conservar la propiedad de activos.
Después del tema de aguas profundas, una de las áreas que demanda atención es el sistema de refinación, dada la limitada capacidad de procesamiento de crudo que obliga a importar petrolíferos en volúmenes crecientes, especialmente de gasolinas, advierte el diagnóstico.
Hoy en día cuatro de cada 10 litros de gasolinas se importan.
En el diagnóstico sobre el sector de hidrocarburos que la Secretaria de Energía entregó a legisladores, las autoridades gubernamentales “limitan” la participación de terceros sólo a las tareas en las que se requiere apoyar a Pemex, entre ellas la explotación de campos que por su complejidad demandan multiplicar la capacidad de ejecución de la empresa o incorporar nuevas tecnologías.
También la construcción de 5 o 6 refinerías; en el almacenamiento, transporte y distribución de hidrocarburos, en la explotación en un escenario “conservador” de reservas por 7 mil 100 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (petróleo y gas) en Chicontepec, y 9 mil millones en aguas profundas, que representan 30% de los recursos prospectivos de la paraestatal.
A partir de la explotación de esas reservas, explica, se determinaron los niveles de inversión y producción para el lapso 2008-2025.
“Dar flexibilidad a Pemex para realizar alianzas o asociaciones permitiría aumentar la producción de crudo a niveles de 4 millones de barriles diarios hacia el 2020 (hoy se producen 3.1 millones) y elevar las exportaciones a 3.2 millones de barriles hacia 2025 (se embarcan a mercados internacionales 1.6 millones)”.
Esos niveles de producción serían el resultado de inversiones superiores a 250 mil millones de pesos anuales, lo que atraería en adición un promedio anual de 100 mil millones de pesos, más de 1% del Producto Interno Bruto (PIB).
Petróleos Mexicanos estaría en condiciones además de enterar al fisco entre 160 y 200 mil millones de pesos de impuestos adicionales, lo que equivale a 11.2 veces los recursos de Procampo, 6.5 veces el Programa Carretero y 4.8 veces el Programa Oportunidades.
Para la paraestatal significarían ingresos adicionales, tomando en cuenta el régimen fiscal al que está sujeto, de casi 70 mil millones de pesos anuales, en promedio.
Según la Secretaría, de materializarse la transformación de la industria petrolera, el Producto Interno Bruto (PIB) crecería un punto porcentual adicional promedio por año entre 2008 y 2025, al tiempo que se crearían 140 mil fuentes de trabajo adicionales por año, lo que permitiría acumular un total de 4.5 millones de empleos remunerados adicionales hacia 2025.
Señala que en el caso de las alianzas y contratos, se considera la conveniencia de que Pemex participe como operador en las obras que se realicen con apoyo de terceros y establecer contratos en los que la remuneración se pueda establecer en “función del desempeño” y evitar pagos por obras que no se traducen en producción y ganancias netas para la empresa.
En materia de refinación, se mantendría como el único proveedor de petrolíferos y jugador dominante al comercializar las marcas de gasolinas, administrar el precio al público, y conservar la propiedad de activos.
Después del tema de aguas profundas, una de las áreas que demanda atención es el sistema de refinación, dada la limitada capacidad de procesamiento de crudo que obliga a importar petrolíferos en volúmenes crecientes, especialmente de gasolinas, advierte el diagnóstico.
Hoy en día cuatro de cada 10 litros de gasolinas se importan.
Nota de Noé Cruz Serrano, El Universal, 18 de marzo.
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