Critican a EU por ratificar el bloqueo a Cuba, pese a los cambios en La Habana

El embajador Jorge Eduardo Navarrete dijo ayer que sólo la terquedad empecinada explica que la primera reacción de Estados Unidos ante la perspectiva de cambio abierta por la sucesión en Cuba, haya sido la reafirmación del bloqueo, medida que ha demostrado ser anacrónica, un fracaso y contraproducente, desde el punto de vista de los objetivos de quienes lo sostienen desde hace medio siglo.

Al participar en la presentación del libro Vecinos en conflicto; la historia de las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica desde Franklin Delano Roosevelt hasta nuestros días, del Henry Raymont, el diplomático resaltó que una de las hipótesis medulares del texto es que muchos de los problemas que han afectado los vínculos hemisféricos podrían haber sido evitados o por lo menos minimizados con mayor atención y sensibilidad.

En apoyo de este planteamiento, puntualizó que el autor retoma tesis de la historiadora Bárbara Tuckman, quien refiere que la terquedad, fuente del autoengaño, es un factor que juega un extraordinario papel en cómo se gobierna. Consiste en evaluar una situación en términos de ideas fijas y preconcebidas, mientras se desdeña o rechaza cualquier indicio que las contradiga.

Jorge Eduardo Navarrete señaló que hay muestras de que ese factor continúa rigiendo la forma de gobernar en Estados Unidos. La más reciente es el posicionamiento que tomó la administración Bush sobre la llegada de Raúl Castro a la presidencia de Cuba, mencionó.

En el Palacio de Minería, donde se presento el libro, destacó que el análisis histórico de Raymond y sus hipótesis explicativas arrojan luz sobre los acontecimientos del momento. Por ejemplo, subrayó que la revisión del autor sobre la Operación Éxito, la frase en clave de la conjura encubierta para derribar al gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala, en 1954, muestra con claridad cómo se inició un patrón de conducta todavía vigente medio siglo más tarde, ahora con el nombre genérico de cambio de régimen.

Se examina en este caso cada una de las piezas del modelo: la afectación de los intereses monopólicos de la United Fruit Company y el pecado capital de la expropiación de parte de sus propiedades; la búsqueda de amparo en los altos niveles del gobierno estadunidense de los ejecutivos de la empresa; la campaña propagandística montada por la compañía con el apoyo de la Casa Blanca para presentar a la administración de Guatemala como una cabeza de playa de la temida penetración comunista; la cooptación de grupos de presión prestigiosos, como medios informativos influyentes, para enarbolar la bandera de la defensa de la democracia supuestamente amenazada; la reunión de los amigos de la intervención en Guatemala y, finalmente, la operación diplomática realizada en la OEA.

Expuso que dicho patrón se utilizó en operaciones sucesivas, que incluyeron, según la enumeración de Raymont, Bahía de Cochinos, el golpe de Estado contra Salvador Allende y la guerra encubierta contra Nicaragua y Panamá, entre otras. Elementos de dicho paradigma están presentes en forma menos primitiva y con diversos grados de intensidad, centrados hasta ahora en la fase propagandística, en los casos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Uruguay, concluyó el actual investigador de la UNAM.

Nota de Georgina Saldierna, La Jornada, 3 de marzo.


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