BOGOTÁ.- Para el grueso de la opinión pública en Colombia, la muerte de "Raúl Reyes" es vista como un éxito de la política de mano dura del Gobierno contra la guerrilla, y opacó el hecho de haberse producido durante una incursión militar a Ecuador, rompiendo una añeja tradición diplomática de respeto a las fronteras de los vecinos, advirtieron ayer analistas.
Aunque la acción militar tuvo como objetivo al número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), consideradas por el Gobierno colombiano una organización terrorista, y el Gobierno de Álvaro Uribe invocó el derecho a la legítima defensa, el hecho sentó un mal precedente para la región, añadieron las fuentes.
"Hay una gran legitimidad de la lucha contra las FARC en Colombia, pero para un sector muy influyente e importante de la opinión pública el haber violado la frontera con Ecuador fue un pecado menor", expuso a REFORMA el internacionalista Juan Carlos Flórez.
El también politólogo advirtió que el respaldo popular en Colombia a la lucha contra las FARC entraña el riesgo de llevar a sus Gobernantes a pensar que algunas normas internacionales se pueden violar en la lucha contra el terrorismo.
"La experiencia de las Torres Gemelas en Nueva York es muy aleccionadora. Estados Unidos violó convenciones internacionales para combatir el terrorismo, pero hoy está viendo que hacerlo fue muy grave", refirió.
"Ahí hay una lección que la mayor parte de nuestra sociedad todavía no percibe, y es que un fin legítimo, luchar contra una organización terrorista que tanto daño nos ha hecho, no puede justificar los medios", abundó.
Otros expertos recordaron que Colombia no sólo se ha adherido a la Carta de Naciones Unidas, cuyo principio de inviolabilidad territorial es pilar del derecho internacional, sino que es miembro fundador de la Organización de Estados Americanos (OEA), creada en 1948 en Bogotá.
A los ojos del internacionalista colombiano Vicente Torrijos, la incursión de las tropas colombianas a Ecuador violó el principio de inviolabilidad territorial de los Estados.
Pero advirtió que, en el otro lado de la balanza, la movilización de tropas a la frontera que ordenaron el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, es una amenaza de uso de fuerza desproporcionada igualmente censurable.
"Colombia realizó una operación contra una organización armada ilegal, no contra el Ejército ecuatoriano. En cambio, Chávez y Correa están movilizando tropas para amenazar al Gobierno legítimamente constituido en Colombia", diferenció Torrijos.
El lunes, y ayer, en el seno de una reunión extraordinaria de la OEA, celebrada en Washington, Colombia pidió disculpas públicas a Ecuador por la incursión militar en su territorio. También reiteró que se abstendrá de movilizar tropas a las fronteras con ese país y con Venezuela.
Los expertos recomiendan no poner a ambos Mandatarios en el mismo costal.
"La opinión pública colombiana no percibe al Presidente Correa como un adversario de Colombia, como sí percibe en su mayoría a Chávez. Es claro que para los más diversos sectores, Chávez es un simpatizante de las FARC que finalmente se quitó la máscara", apuntó Flórez.
"Quienes tratan de conservar la cabeza fría en medio de esta crisis, piensan que es erróneo que el Gobierno de Colombia alinee en el mismo sitio a Chávez con un Presidente como Correa", añadió.
El lunes el Gobierno colombiano expresó su preocupación por supuestos acuerdos entre la guerrilla de las FARC y los Gobiernos de Ecuador y Venezuela, en violación de normas internacionales que prohíben a los países albergar a terroristas.
Aunque la acción militar tuvo como objetivo al número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), consideradas por el Gobierno colombiano una organización terrorista, y el Gobierno de Álvaro Uribe invocó el derecho a la legítima defensa, el hecho sentó un mal precedente para la región, añadieron las fuentes.
"Hay una gran legitimidad de la lucha contra las FARC en Colombia, pero para un sector muy influyente e importante de la opinión pública el haber violado la frontera con Ecuador fue un pecado menor", expuso a REFORMA el internacionalista Juan Carlos Flórez.
El también politólogo advirtió que el respaldo popular en Colombia a la lucha contra las FARC entraña el riesgo de llevar a sus Gobernantes a pensar que algunas normas internacionales se pueden violar en la lucha contra el terrorismo.
"La experiencia de las Torres Gemelas en Nueva York es muy aleccionadora. Estados Unidos violó convenciones internacionales para combatir el terrorismo, pero hoy está viendo que hacerlo fue muy grave", refirió.
"Ahí hay una lección que la mayor parte de nuestra sociedad todavía no percibe, y es que un fin legítimo, luchar contra una organización terrorista que tanto daño nos ha hecho, no puede justificar los medios", abundó.
Otros expertos recordaron que Colombia no sólo se ha adherido a la Carta de Naciones Unidas, cuyo principio de inviolabilidad territorial es pilar del derecho internacional, sino que es miembro fundador de la Organización de Estados Americanos (OEA), creada en 1948 en Bogotá.
A los ojos del internacionalista colombiano Vicente Torrijos, la incursión de las tropas colombianas a Ecuador violó el principio de inviolabilidad territorial de los Estados.
Pero advirtió que, en el otro lado de la balanza, la movilización de tropas a la frontera que ordenaron el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, es una amenaza de uso de fuerza desproporcionada igualmente censurable.
"Colombia realizó una operación contra una organización armada ilegal, no contra el Ejército ecuatoriano. En cambio, Chávez y Correa están movilizando tropas para amenazar al Gobierno legítimamente constituido en Colombia", diferenció Torrijos.
El lunes, y ayer, en el seno de una reunión extraordinaria de la OEA, celebrada en Washington, Colombia pidió disculpas públicas a Ecuador por la incursión militar en su territorio. También reiteró que se abstendrá de movilizar tropas a las fronteras con ese país y con Venezuela.
Los expertos recomiendan no poner a ambos Mandatarios en el mismo costal.
"La opinión pública colombiana no percibe al Presidente Correa como un adversario de Colombia, como sí percibe en su mayoría a Chávez. Es claro que para los más diversos sectores, Chávez es un simpatizante de las FARC que finalmente se quitó la máscara", apuntó Flórez.
"Quienes tratan de conservar la cabeza fría en medio de esta crisis, piensan que es erróneo que el Gobierno de Colombia alinee en el mismo sitio a Chávez con un Presidente como Correa", añadió.
El lunes el Gobierno colombiano expresó su preocupación por supuestos acuerdos entre la guerrilla de las FARC y los Gobiernos de Ecuador y Venezuela, en violación de normas internacionales que prohíben a los países albergar a terroristas.
Nota de Octavio Pineda, corresponsal, Reforma, 5 de marzo.
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