El Grupo de Río resolvió la crisis

El Grupo de Río demostró ayer que es necesario, y por eso Felipe Calderón, el presidente de México, concluyó la 20 Cumbre en Santo Domingo con la afirmación: “Hay Grupo de Río. América Latina aún tiene futuro”. La crispación desatada por el bombardeo colombiano a un campamento de las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano el pasado sábado, en que murió Raúl Reyes, “numero dos” de la guerrilla izquierdista y otros 24 rebeldes, amenazaba con degenerar en una confrontación armada entre varios países y comprometer el futuro de la región.

El Grupo de Río, reunido en la capital de la República Dominicana, revivió en pocas horas su éxito como Grupo de Contadora, alcanzando una solución inesperada a la crisis diplomática entre Colombia y Ecuador. La Cumbre culminó con un apretón de manos entre los mandatarios de Colombia y Ecuador, Álvaro Uribe y Rafael Correa, luego de que el presidente colombiano ofreció disculpas públicas al admitir que irrumpió el espacio aéreo ecuatoriano. “Con eso, como país, quedaría superado este gravísimo incidente que tanto daño nos ha hecho”, dijo Correa en su última intervención en la sesión plenaria, tras aceptar la propuesta del anfitrión, el presidente Leonel Fernández, presidente de la República Dominicana. Fernández pidió a los mandatarios darse un abrazo para avanzar en las relaciones bilaterales, después de que se aprobó una declaración conjunta de once puntos a los cuales se sumó el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien anunció que restablecía su relación con Colombia.

El presidente dominicano se encargó de leer la declaratoria en la que respaldan los acuerdos de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Antes de leer la declaratoria, el colombiano recorrió toda la mesa de la plenaria en busca del saludo de su homólogo de Ecuador que con el rostro adusto estrechó su mano, no hubo abrazos, sólo unas palmadas que recibió del colombiano.

Uribe siguió su recorrido en busca de Hugo Chávez, presidente de Venezuela; luego de Leonel Fernández, Evo Morales y finalmente el nicaragüense, Daniel Ortega. Fuera de los abrazos, saludos y reconciliación quedó el presidente Felipe Calderón, quien asumió la secretaría pro-témpore del organismo. El presidente mexicano se mantuvo como espectador a pesar de que desde el domingo pasado se comunicó vía telefónica con los mandatarios de Colombia y Ecuador y de que por la mañana se reunió en privado por casi una hora con Álvaro Uribe. Reunión de la que la presidencia mexicana no emitió información.

En la prolongada sesión, Uribe admitió que incursionó desde el aire del territorio ecuatoriano, y en lo que fue uno de los momentos más difíciles de la cumbre, se dedicó a desglosar el expediente de Raúl Reyes, considerado como el segundo de las FARC, al enlistar que contaba con 121 procesos, 57 expedientes por homicidio con fines terroristas, 26 por terrorismo, 25 por rebelión, 4 por secuestro y 9 por lesiones personales.

Por su parte Correa negó que su gobierno tenga vínculos con la FARC e insistió en que el ataque de Colombia violó la soberanía de Ecuador. Leonel Fernández leyó la declaración de la cumbre en la que se registró el compromiso del presidente colombiano para que en el futuro no suceda una situación semejante, mientras que Correa recibió la información de Uribe para profundizar en las investigaciones relacionadas con las FARC.

La cumbre mantiene vigente el derecho internacional por el que ningún estado o grupo tiene derecho de intervenir directa o indirectamente en alguna nación, y además acordaron el apoyo a una comisión designada por la OEA para visitar a Colombia y Ecuador. Al asumir como secretario pro-témpore, Felipe Calderón afirmó estar satisfecho por la fortaleza de la Cumbre de Río y de los países latinoamericanos así como de la generosidad de los países en conflicto, en lo que calificó como un gran día para América Latina.

Acusaciones de ida y vuelta

La tensión entre Colombia y Ecuador se caldeó por momentos en medio de las duras acusaciones que se cruzaron los presidentes Correa y Uribe, quienes usaron la plenaria como púlpito para atacarse, presentando pruebas y datos respaldando sus señalamientos. Uribe llegó a decir que su par ecuatoriano tenía nexos con las FARC, a lo que el líder izquierdista respondió llamándolo mentiroso. Correa sonreía y sacudía su cabeza ante las imputaciones que le endosaba muy serio Uribe, el único presidente que no apareció en la foto oficial de la cumbre. “Aquí están estas cartas”, dijo el mandatario colombiano agitando en su mano unos documentos incautados a las FARC, que aseguró respaldarían sus argumentos. Correa contraatacó a Uribe: “Qué difícil es creer a alguien que ha mentido tanto”. Posteriormente, Uribe bajó el tono de sus comentarios y celebró que otros países de la región en sus discursos hicieran un llamado a la paz.

“Ojalá el tono de hoy, con excepción del tono del presidente Correa y del mío al inicio, se conservara”, dijo al concluir. “De mi parte, voy a procurar mantener esto por la dignidad del pueblo colombiano que represento”, agregó.

El entorno

El máximo jefe de la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Nicolás Rodríguez, alias Gabino, fue condenado como reo ausente a una pena de 38 años y cinco meses de prisión por un secuestro masivo cometido en 1999.

El canal Caracol de televisión informó que una camioneta de un organismo de inteligencia de Venezuela cruzó la frontera hacia la localidad colombiana de Paraguachón, hasta que fue detenida por los pobladores que obligaron a los ocupantes a regresar.

El líder cubano Fidel Castro afirmó que George W. Bush pretende llevar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, al Tribunal Penal Internacional.
Nota de Elba Mónica Bravo, enviada y DPA, Milenio 8 de marzo.

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