La Guardia Nacional de Venezuela empezó a flexibilizar hoy los controles al tránsito de personas y de vehículos particulares y de carga que traspasan la línea fronteriza con Colombia.
Las actividades cotidianas en el límite colombo-venezolano, en forma progresiva, comenzaron a normalizarse este sábado como consecuencia del apretón de manos que se dieron la víspera los presidentes Alvaro Uribe Vélez y Hugo Chávez, en la Cumbre de Grupo de Río.
'La Guardia Venezolana ya aflojó, pero necesitamos que afloje más para poder pasar tranquilamente la mercancía', comentó Javier Gómez, un comerciante colombiano que cruzaba la línea de frontera por el lado de Ureña.
Notimex recorrió este sábado durante tres horas, en un taxi de placas colombianas, los municipios venezolanos de Ureña, Libertad y San Antonio, y comprobó la reducción en los retenes de la Guardia Nacional venezolana.
'Nada de fotos (...) no hay autorización (...) Tome todas las fotos que quiera a los carros, pero no a nosotros', fue la advertencia que hacían los oficiales que revisaban los maleteros de los automóviles que cruzaban la frontera.
Los principales pasos fronterizos como Cúcuta, en el departamento colombiano de Norte de Santander, y los municipios venezolanos de San Antonio y Ureña, empezaron a sentir los efectos del encuentro del viernes entrelos dos jefes de Estado.
En el marco de la XX Cumbre del Grupo de Río, que se realizó la víspera en Santo Domingo, los mandatarios acordaron distender la situación y trabajar por la normalización de las relaciones diplomáticas, económicas y comerciales.
Tras el ataque de tropas colombianas a una base de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador, el pasado 1 de marzo, el gobierno de Quito rompió relaciones con Colombia y envió a sus tropas a la frontera.
En el incidente murieron 23 personas, entre ellas Raúl Reyes, el número dos de la guerrilla de las FARC.
En solidaridad con Ecuador, el presidente venezolano Hugo Chávez movilizó 10 batallones blindados a la frontera con Colombia, y la tensión se apoderó de la zona por donde pasa el 80 por ciento del intercambio comercial bilateral, estimado en más de 5.4 mil millones de dólares al año.
Los dos principales puentes fronterizos en esta región del nororiente de Colombia empezaron a registrar este sábado un aumento del flujo de personas, vehículos de pasajeros y de carga.
Los controles de la Guardia Nacional de Venezuela, que fue movilizada a la frontera por parte del presidente Chávez, desde diciembre pasado, y reforzada esta semana con varios batallones, son menos rigurosos, especialmente con la población colombiana.
La flexibilidad de los controles de la Guardia Nacional también se vio en las riberas del río Táchira, donde los militares miraban desde una pequeña trinchera a jóvenes pasar en sus bicicletas, incluso algunos con mercancía de contrabando.
Los comerciantes del lado colombiano abrieron sus negocios y pusieron música, especialmente de ritmo vallenato a todo volumen, como una forma de expresar su felicidad porque la crisis puede llegar a su fin.
'Ojalá ese apretón de manos logre normalizar rápidamente las relaciones, porque ha estado muy mal. Nosotros esperamos que todo se resuelva de aquí al martes', anotó Zuly Castillo, una vendedora ambulante de zapatos.
Los supermercados en el lado de Venezuela también empezaron a mejorar su abastecimiento, según contó un empleado de una tienda en San Antonio.
'Estamos esperando que hoy nos llegue leche, y se normalice poco a poco esta situación que nos afecta tanto a los colombianos como a nosotros los venezolanos', indicó el hombre, quien se abstuvo de dar su nombre.
El ambiente en las calles de los municipios de San Antonio, Ureña y Libertad, también era de un gran movimiento de personas y vehículos particulares, públicos y de carga.
Pero a diferencia del lado colombiano, en donde no se advierten militares por ningún lado de la ciudad, en Venezuela se nota la presencia en las calles de policías y personal de la Guardia Nacional haciendo sus respectivos patrullajes.
Pero tanto en el lado de Colombia, como en Venezuela, se respira un ambiente de solidaridad entre la gente de la calle, porque la crisis entre los dos gobiernos no logró lesionar las relaciones entre sus habitantes, que en muchos casos son de consanguinidad.
Las actividades cotidianas en el límite colombo-venezolano, en forma progresiva, comenzaron a normalizarse este sábado como consecuencia del apretón de manos que se dieron la víspera los presidentes Alvaro Uribe Vélez y Hugo Chávez, en la Cumbre de Grupo de Río.
'La Guardia Venezolana ya aflojó, pero necesitamos que afloje más para poder pasar tranquilamente la mercancía', comentó Javier Gómez, un comerciante colombiano que cruzaba la línea de frontera por el lado de Ureña.
Notimex recorrió este sábado durante tres horas, en un taxi de placas colombianas, los municipios venezolanos de Ureña, Libertad y San Antonio, y comprobó la reducción en los retenes de la Guardia Nacional venezolana.
'Nada de fotos (...) no hay autorización (...) Tome todas las fotos que quiera a los carros, pero no a nosotros', fue la advertencia que hacían los oficiales que revisaban los maleteros de los automóviles que cruzaban la frontera.
Los principales pasos fronterizos como Cúcuta, en el departamento colombiano de Norte de Santander, y los municipios venezolanos de San Antonio y Ureña, empezaron a sentir los efectos del encuentro del viernes entrelos dos jefes de Estado.
En el marco de la XX Cumbre del Grupo de Río, que se realizó la víspera en Santo Domingo, los mandatarios acordaron distender la situación y trabajar por la normalización de las relaciones diplomáticas, económicas y comerciales.
Tras el ataque de tropas colombianas a una base de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador, el pasado 1 de marzo, el gobierno de Quito rompió relaciones con Colombia y envió a sus tropas a la frontera.
En el incidente murieron 23 personas, entre ellas Raúl Reyes, el número dos de la guerrilla de las FARC.
En solidaridad con Ecuador, el presidente venezolano Hugo Chávez movilizó 10 batallones blindados a la frontera con Colombia, y la tensión se apoderó de la zona por donde pasa el 80 por ciento del intercambio comercial bilateral, estimado en más de 5.4 mil millones de dólares al año.
Los dos principales puentes fronterizos en esta región del nororiente de Colombia empezaron a registrar este sábado un aumento del flujo de personas, vehículos de pasajeros y de carga.
Los controles de la Guardia Nacional de Venezuela, que fue movilizada a la frontera por parte del presidente Chávez, desde diciembre pasado, y reforzada esta semana con varios batallones, son menos rigurosos, especialmente con la población colombiana.
La flexibilidad de los controles de la Guardia Nacional también se vio en las riberas del río Táchira, donde los militares miraban desde una pequeña trinchera a jóvenes pasar en sus bicicletas, incluso algunos con mercancía de contrabando.
Los comerciantes del lado colombiano abrieron sus negocios y pusieron música, especialmente de ritmo vallenato a todo volumen, como una forma de expresar su felicidad porque la crisis puede llegar a su fin.
'Ojalá ese apretón de manos logre normalizar rápidamente las relaciones, porque ha estado muy mal. Nosotros esperamos que todo se resuelva de aquí al martes', anotó Zuly Castillo, una vendedora ambulante de zapatos.
Los supermercados en el lado de Venezuela también empezaron a mejorar su abastecimiento, según contó un empleado de una tienda en San Antonio.
'Estamos esperando que hoy nos llegue leche, y se normalice poco a poco esta situación que nos afecta tanto a los colombianos como a nosotros los venezolanos', indicó el hombre, quien se abstuvo de dar su nombre.
El ambiente en las calles de los municipios de San Antonio, Ureña y Libertad, también era de un gran movimiento de personas y vehículos particulares, públicos y de carga.
Pero a diferencia del lado colombiano, en donde no se advierten militares por ningún lado de la ciudad, en Venezuela se nota la presencia en las calles de policías y personal de la Guardia Nacional haciendo sus respectivos patrullajes.
Pero tanto en el lado de Colombia, como en Venezuela, se respira un ambiente de solidaridad entre la gente de la calle, porque la crisis entre los dos gobiernos no logró lesionar las relaciones entre sus habitantes, que en muchos casos son de consanguinidad.
Nota de Notimex en Cúcuta, Crónica, 8 de marzo.
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