Futuro de Venezuela atraviesa por PDVSA

BUENOS AIRES.— Si en América Latina Venezuela es sinónimo de petróleo, en Venezuela decir petróleo es decir PDVSA. El puntal de la economía venezolana y el mejor termómetro para poder medir cómo se desenvuelve la actualidad política y cuál puede ser el desenlace futuro del país. PDVSA cobró su forma definitiva en plena expansión de lo que se conoció como la Venezuela Saudí, en los años 70, cuando se decide nacionalizar el petróleo, explotado hasta ese entonces por empresas extranjeras con la regulación del Estado a través de la Corporación Venezolana de Petróleos (CVP), fundada en 1960.

Comenzó a operar en 1976 y su organización se consolidó recién en 1979. Desde su creación, con la refundación de la industria petrolera venezolana, y hasta 1990 vivió en franca expansión. En ese lapso aumentó el número de perforaciones, de refinerías y de internacionalización, que la llevó a reafirmar su petróleo (duro en exceso) en Estados Unidos, con la subsidiaria Citgo.

En los años 90 PDVSA producía un promedio de 3.5 millones de barriles diarios, la que la convertía en la empresa petrolera más importante de Latinoamérica. Después de la apertura petrolera decidida por el gobierno en 1994, PDVSA inició la etapa de modernización. El capital privado participaba junto a la empresa estatal con contratos de exploración, de explotación y de refinación. Así Venezuela podía atravesar crisis económicas y políticas, intentos de golpe de Estado, “empechment” presidencial y revueltas sociales pero la industria petrolera se erigía como una especie de iceberg navegando en el océano. Incluso en los primeros años del gobierno de Chávez. Fue 2002; meses después del frustrado golpe de Estado contra el ex coronel paracaidista, cuando la industria petrolera se paralizó en pie de guerra contra el proyecto del presidente de convertir a la empresa en un apéndice del Poder Ejecutivo. Eso según los huelguistas que paralizaron la actividad durante 72 días, hasta febrero de 2003.

Cuando la protesta terminó nada fue igual para PDVSA. Aquella protesta fue una bisagra en la historia petrolera venezolana. La cara petrolera del país vio cómo su planta de personal se reducía casi en 50%. Hoy, si bien no hay cifras oficiales confiables, quienes conocen la empresa aseguran que de los 40 mil empleados en 1999 hoy sólo quedarían 21 mil. En la actualidad la producción de PDVA está en los 2.4 millones de barriles diarios. Pero Luis Giusti, su ex presidente y uno de los expertos latinoamericano más respetados del mercado, sostiene que “entre la nacionalización de la Franja del Orinoco y los convenios cooperativos como el firmado con Cuba y con República Dominicana, por ejemplo, se llevan 1.1 millones; PDVSA produce 1.3 millones de barriles diarios”. Si se considera que 1.1 millones diarios están destinados a Estados Unidos, la ecuación cuando el presidente amenaza con cortar el suministro de crudo a ese país, parece simple: es imposible.

Fue en marzo de 2007, cuando Chávez decidió nacionalizar la Franja del Orinoco, donde reside la mayor parte de los más de 300 mil millones de barriles de reserva que posee Venezuela.

El ex ministro de Energía, Humberto Calderón Bertí, en diálogo con EL UNIVERSAL, observa que “hoy PDVSA no se parece nada a la empresa que los venezolanos creamos y llevamos a convertirla en un modelo en el mundo. No hay mantenimiento y aumento el riesgo a los accidentes. Y eso porque el personal más capacitado de la empresa fue absorbido por petroleras privadas en Canadá, en Inglaterra y hasta en Medio Oriente”.

Nota de José Vales, El Universal, 10 de marzo.



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