La modernización, posible, sin tocar la Constitución

La modernización de Pemex y la transición ordenada y racional hacia el nuevo esquema energético puede ser realizada sin modificaciones constitucionales ni a las leyes reglamentarias, y sin necesidad de desmantelar al organismo y enajenar el patrimonio de las futuras generaciones, aseguró el ex director de la paraestatal, Francisco Rojas Gutiérrez.

El ahora presidente de la Fundación Colosio del PRI reconoció que el país se tiene que preparar para la transición energética, y advirtió que los cambios en ese sector se darán en el campo, la industria y la tecnología de la energía renovable.

“No debemos dejar al país fuera del futuro que se avecina, porque hay generaciones venideras que nos lo demandarían”, destacó en el ensayo “La reforma energética factible”, que se publicó en la revista Forma, editada por el organismo priista que encabeza.

Propuso dotar a Pemex de autonomía de gestión administrativa y financiera, y darle flexibilidad operativa para la procura y contratación de obras y servicios. Además, añadió, debe permitírsele establecer la organización y procedimientos internos que convengan y realizar las negociaciones laborales necesarias para que no existan recursos humanos o físicos sin aprovecharse eficazmente.

Todo lo anterior, puntualizó el ex director de la paraestatal, requiere mecanismos de auditoría y control eficientes.

También planteó otorgarle a Pemex independencia del Presupuesto de Egresos de la Federación, ya que sin ello se invalidarían los propósitos anteriores.

Rojas Gutiérrez propuso la creación de un ente regulador que coadyuve a la modernización de la paraestatal, el cual debe de ser ajeno a los vaivenes políticos, integrado por consejeros independientes de reconocida experiencia y valía, y que no tengan relación o intereses cruzados con el gobierno y los poderes fácticos.

Esos personajes del ente regulador de Pemex, destacó el presidente de la Fundación Colosio, deberán ser electos por el Senado en forma escalonada. Participarían en ese organismo los titulares de Energía, Hacienda, Economía y Medio Ambiente.

“La creación del ente regulador es necesaria, además, por el insatisfactorio estado de derecho e insuficiente regulación existentes en México, que posibilitó casos como el de telecomunicaciones y el de la banca”, apuntó.

Más adelante, el priista señaló que el organismo debe ser gobernado por un consejo de administración integrado por representantes del ente regulador, gobierno, sindicato y consejeros independientes, uno de los cuales lo presidiría.

El director de la empresa, así como sus principales directivos, asistirían a las reuniones del consejo, con voz, pero sin voto.

Las funciones del órgano de gobierno serían determinadas en la Ley Orgánica de Pemex; tendría plena responsabilidad de sus actos y respondería de los mismos ante el ente regulador y el Congreso de la Unión.

Contaría para su adecuado funcionamiento con diversos comités como los de auditoría, nominación y compensación; adquisiciones, obras y servicios; finanzas y planeación. Esos comités responderían únicamente al presidente del consejo y a la Auditoría Superior de la Federación.
Nota de Mauricio Juárez, Milenio, 2 de marzo.

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