Llega el libre mercado al campo cubano

Sin anuncios oficiales previos, la estatificada economía cubana parece adentrarse en una fase de cambios, que ayer registró nuevos indicios: los productores privados y cooperativas podrán comprar “libremente sus insumos” por primera vez desde los años 60.

La medida, que comprende la creación de empresas por provincias para la venta de implementos agrícolas, fertilizantes y otros productos, “complementa una serie de iniciativas en curso con vista a elevar la productividad en el sector agropecuario”, comentaron especialistas vinculados al tema.

La semana anterior, directrices internas de organismos estatales daban cuenta de otros cambios, al parecer inminentes, sobre la venta libre en divisas de equipos electrónicos y electrodomésticos —desde computadoras hasta tostadoras de pan—, aunque hasta el domingo esa comercialización no se había hecho efectiva en las tiendas.

El aumento de tales informes parciales ocurren un mes después de que el presidente Raúl Castro anunciara la derogación de prohibiciones que no identificó, pero que hacen más compleja la vida de los cubanos.

También remarcó que está en estudio “la progresiva, gradual y prudente reevaluación del peso” nacional, en el que cobra la mayoría de los isleños y vale 24 veces menos que el peso convertible, la divisa que circula en el país.

Consultado el viernes, el presidente del Banco Nacional, Francisco Soberón, no quiso responder a la prensa extranjera en La Habana sobre anuncios en España de una “revaluación” del peso cubano, que estaría prevista para el 9 de abril próximo.

El titular del Banco Nacional de Comercio Exterior de México, Mario Laborín, anunció ese mismo día la apertura de una línea de crédito por 25 millones de dólares para impulsar las ventas de ese país a la isla.

La comercialización libre de insumos, que trascendió ayer, está circunscrita al ámbito agropecuario y si bien es común en otros países, “resulta sui géneris en 40 años de socialismo en Cuba”, precisaron las fuentes consultadas.

En función de esa iniciativa se estarían adquiriendo en varios países los productos a comercializar entre dueños de fincas privadas y cooperativistas, que se “independizarán de un plan central de suministros, que es como una especie de libreta de racionamiento”, agregaron.

Añadieron que “hasta ahora (por ese plan centralizado), el campesino puede recibir, por ejemplo, un tipo de fertilizantes que no es el que necesita para sus cultivos, pero es del que dispone el Estado y, entonces, en la práctica, no hay resultados productivos”.

Los economistas cubanos apuntaron que los “cambios estructurales” anunciado por Raúl Castro “ya han comenzado por el sector agropecuario, concretamente por los productores de leche que están vendiendo directamente a las bodegas”.

“Es un proceso que llevará tiempo y puede implicar hasta inversiones extranjeras en áreas puntuales”, dijeron.
Nota de Manuel Somoza en La Habana, Milenio, 18 de marzo.

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