ARKANSAS. Una inmigrante indocumentada que inicialmente fue arrestada por vender CD piratas pasó cuatro días detenida en una celda en la corte del condado de Washington sin comida, agua ni un baño que usar.
Adriana Torres Flores, de 38 años, dijo luego que tuvo que orinar en el piso y beber su propia orina.
Ella fue olvidada en la celda luego de comparecer ante la corte el jueves, donde se declaró inocente, informó el alguacil Tim Helder. El guardia Jarrod Hankins la puso en la celda para que esperara hasta ser llevada a la cárcel, donde un juez resolvió que debería quedar detenida por ser indocumentada.
En vez de eso, Torres fue olvidada. Debido a la nieve que cayó a fines de la semana pasada, hubo pocos trabajadores en la corte y nadie escuchó sus gritos y golpes pidiendo auxilio el jueves por la noche, viernes y el fin de semana.
La volvieron a ver el lunes en la mañana, cuando el mismo guardia que la dejó en la celda abrió la puerta. Fue llevada a un hospital, donde fue tratada y dada de alta. Luego se le permitió ir a casa.
El alguacil informó que Hankins, quien es guardia desde hace dos meses, simplemente se olvidó de la mujer.
"Está muy apenado ahora'', aseguró Helder. La madre de Hankins dio a conocer que él no podía hablar sobre lo ocurrido porque estaba devastado. Al oficial no le pagarán mientras dure la investigación.
Las horas se convirtieron en días dentro de la celda, que tenía dos bancos, una mesa de metal y una luz que no se apaga. Torres Flores dijo que durmió usando un zapato como almohada.
"Ella sentía que se iba a morir", declaró su hija Adriana. "Mi mamá no había comido el jueves antes de ir a la corte. Ella no tenía agua ni comida consigo.
Tenía frío pese a su suéter".
"Tuvo que orinar en el piso. Ella dice que tenía tanta sed que tuvo que tomar su propia orina", agregó su hija. Ahora Torres enfrenta un proceso de deportación.
Adriana Torres Flores, de 38 años, dijo luego que tuvo que orinar en el piso y beber su propia orina.
Ella fue olvidada en la celda luego de comparecer ante la corte el jueves, donde se declaró inocente, informó el alguacil Tim Helder. El guardia Jarrod Hankins la puso en la celda para que esperara hasta ser llevada a la cárcel, donde un juez resolvió que debería quedar detenida por ser indocumentada.
En vez de eso, Torres fue olvidada. Debido a la nieve que cayó a fines de la semana pasada, hubo pocos trabajadores en la corte y nadie escuchó sus gritos y golpes pidiendo auxilio el jueves por la noche, viernes y el fin de semana.
La volvieron a ver el lunes en la mañana, cuando el mismo guardia que la dejó en la celda abrió la puerta. Fue llevada a un hospital, donde fue tratada y dada de alta. Luego se le permitió ir a casa.
El alguacil informó que Hankins, quien es guardia desde hace dos meses, simplemente se olvidó de la mujer.
"Está muy apenado ahora'', aseguró Helder. La madre de Hankins dio a conocer que él no podía hablar sobre lo ocurrido porque estaba devastado. Al oficial no le pagarán mientras dure la investigación.
Las horas se convirtieron en días dentro de la celda, que tenía dos bancos, una mesa de metal y una luz que no se apaga. Torres Flores dijo que durmió usando un zapato como almohada.
"Ella sentía que se iba a morir", declaró su hija Adriana. "Mi mamá no había comido el jueves antes de ir a la corte. Ella no tenía agua ni comida consigo.
Tenía frío pese a su suéter".
"Tuvo que orinar en el piso. Ella dice que tenía tanta sed que tuvo que tomar su propia orina", agregó su hija. Ahora Torres enfrenta un proceso de deportación.
Nota de El Economista, 12 de marzo.
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