Políticamente viable, la reforma energética

Fluvio Ruiz Alarcón, especialista en materia energética, calificó de “políticamente viable” que se apruebe una reforma energética siempre y cuando ésta no toque la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y que se “centre en las leyes reglamentarias y vaya en el sentido de fortalecer a Pemex”.

Considero, dijo, que en la Cámara de Diputados hay consensos básicos como trabajar en la autonomía presupuestaria de Pemex, para que la paraestatal ya no esté sujeta al “corsete” de la secretaría de Hacienda en la Ley de Ingresos, deje de pagar tantos impuestos y tenga capacidad de gestión “el consenso en las fuerzas políticas es que a Pemex se le debe sacar de las cuentas nacionales y tenga autonomía presupuestal”.

En cuanto a la autonomía de gestión, indicó, ésta dependerá de la forma como se plantee, aunque adelantó que si se presenta una propuesta de autonomía “acotada y con controles creo que sería consenso con muchas posibilidades”, así como una eventual propuesta en la que se contemple la reunificación de algunas de las subsidiarias de Pemex, a través de un Consejo de Administración que tuviera la facultad de organizar a la empresa de la mejor manera.

En cuanto a la participación de consejeros independientes sería aceptable, siempre que el perfil no sean empresarios que tuvieran un conflicto de intereses, como ocurrió en el 2005 cuando el ex presidente Vicente Fox publicó el “decálogo energético” que costó a Pemex 35 mil millones de pesos, porque se otorgaron una serie de medidas a favor de los empresarios.

Con un cuerpo de académicos, técnicos, conocedores del sector, al interior del Consejo de Administración, estimó el también asesor de la fracción del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados, “pudiera ser una bocanada de aire fresco para Pemex”, porque en la actualidad ese consejo de administración está dominado por el gobierno que siempre tiene la tentación instrumentalista de utilizar a la empresa como mejor le convenga.

Respecto a la participación de la iniciativa privada en ductos, Ruiz Alarcón previó que tal propuesta no sería aprobada “creo que habría una fuerte oposición a cualquier tipo de incremento en la participación privada en el sector, aunque ya se da en petroquímica secundaria, aspectos de mantenimiento en instalaciones, pero veo muy difícil favorecer o legalizar la participación privada en áreas en donde hoy no tiene participación”.

“La pelota está en el lado del gobierno y si hay un genuino interés de fortalecer a Pemex como empresa pública me parece que deberá tener en cuenta lo que se pueden o no se puede hacer y en ese sentido, esperaría que se deje de lado el hacer negocios.

Si pudiera haber una reforma importante, no parches, sino cambios importantes que permitiera cambiar la política industrial, a través de nuevos sistemas de operar en los niveles de Pemex: arquitectura institucional, organización de la empresa y orientación de las políticas de la empresa, se pudiera relanzar a Pemex como una gran empresa petrolera.
Nota de Cecilia Higuera, Crónica, 18 de marzo.

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