Francisco Rojas, exdirector de la paraestatal, propuso ante legisladores una reforma energética con visión de largo plazo, por lo menos de 30 años, que permita aumentar la producción petrolera en aguas someras y en tierra, así como eliminar las importaciones de combustibles.
"Pemex se ha sometido a restricciones operativas mediante leyes y reglamentos inaplicables a una empresa petrolera, y anula su autonomía de gestión y técnicas mediante decisiones ajenas de gabinete", por lo que de no hacer nada sería un gran error.
El planteamiento de Rojas contempla, a su vez, una política sectorial que preserve para el país la soberanía energética.
Esto implica aumentar la producción de hidrocarburos en zonas ya conocidas, pues, al final del día, los recursos prospectivos en aguas profundas solo son hipótesis o conjeturas; además de construir nuevas refinerías sin que se ceda el control a la iniciativa privada.
Uno de ellos es que la paraestatal sea gobernada por "un consejo de administración en donde el director de la empresa y sus principales directivos tengan voz pero sin voto".
Este consejo de administración debe ser integrado por representes del ente regulador, del gobierno, del sindicato y de consejeros independientes sin conflicto de intereses.
El segundo aspecto importante que mencionó fue la necesidad de contar con un órgano de gobierno cuyas funciones sean determinadas en la Ley Orgánica de Pemex y será responsable de sus actos que rinda cuentas ante un ente regulador y del Congreso de la Unión.
Como tercer punto, el proceso de modernización, misma que debe ser "gradual" para preparar a la paraestatal y a las finanzas a la transición, incluye otorgar a Pemex independencia del presupuesto.
Finalmente propuso, la creación de un Fondo Nacional para la transición energética con un capital de alrededor de 30,000 millones de dólares para financiar proyectos de energías alternativas.
Por separado, Francisco Labastida (PRI), presidente de la Comisión de Energía del Senado, consideró que se debe estudiar cuidadosamente el tema de las asociaciones estratégicas con Pemex, para que no entren en lo que se denomina contratos de riesgo.
"Hemos dicho que no estamos a favor de los contratos de riesgo. Esto implicaría que hay que estudiar muy cuidadosamente con los abogados, para que desde luego no entremos en lo que se llama contratos de riesgo. No se pagaría con petróleo (a las empresas con las que, en su caso, se asociaría la paraestatal)", añadió.
Una aproximación a Francisco Rojas.
Fue director de Pemex de 1987 a 1994.
Su relación con el sindicato petrolero lo llevó a impulsar el crecimiento de la empresa.
En el periodo de referencia incrementó la producción petrolera de 2.541 millones de barriles en diarios a 2.685 millones de barriles.
Las exportaciones de crudo se ubicaron entre 1.345 y 1.69 millones de barriles diarios.
La producción de gas natural pasó de 3,498 millones de pies cúbicos diarios en 1987 a un volumen de 3,625 millones de pies cúbicos diarios en 1994.
Fuente: Pemex
"Pemex se ha sometido a restricciones operativas mediante leyes y reglamentos inaplicables a una empresa petrolera, y anula su autonomía de gestión y técnicas mediante decisiones ajenas de gabinete", por lo que de no hacer nada sería un gran error.
El planteamiento de Rojas contempla, a su vez, una política sectorial que preserve para el país la soberanía energética.
Esto implica aumentar la producción de hidrocarburos en zonas ya conocidas, pues, al final del día, los recursos prospectivos en aguas profundas solo son hipótesis o conjeturas; además de construir nuevas refinerías sin que se ceda el control a la iniciativa privada.
Uno de ellos es que la paraestatal sea gobernada por "un consejo de administración en donde el director de la empresa y sus principales directivos tengan voz pero sin voto".
Este consejo de administración debe ser integrado por representes del ente regulador, del gobierno, del sindicato y de consejeros independientes sin conflicto de intereses.
El segundo aspecto importante que mencionó fue la necesidad de contar con un órgano de gobierno cuyas funciones sean determinadas en la Ley Orgánica de Pemex y será responsable de sus actos que rinda cuentas ante un ente regulador y del Congreso de la Unión.
Como tercer punto, el proceso de modernización, misma que debe ser "gradual" para preparar a la paraestatal y a las finanzas a la transición, incluye otorgar a Pemex independencia del presupuesto.
Finalmente propuso, la creación de un Fondo Nacional para la transición energética con un capital de alrededor de 30,000 millones de dólares para financiar proyectos de energías alternativas.
Por separado, Francisco Labastida (PRI), presidente de la Comisión de Energía del Senado, consideró que se debe estudiar cuidadosamente el tema de las asociaciones estratégicas con Pemex, para que no entren en lo que se denomina contratos de riesgo.
"Hemos dicho que no estamos a favor de los contratos de riesgo. Esto implicaría que hay que estudiar muy cuidadosamente con los abogados, para que desde luego no entremos en lo que se llama contratos de riesgo. No se pagaría con petróleo (a las empresas con las que, en su caso, se asociaría la paraestatal)", añadió.
Una aproximación a Francisco Rojas.
Fue director de Pemex de 1987 a 1994.
Su relación con el sindicato petrolero lo llevó a impulsar el crecimiento de la empresa.
En el periodo de referencia incrementó la producción petrolera de 2.541 millones de barriles en diarios a 2.685 millones de barriles.
Las exportaciones de crudo se ubicaron entre 1.345 y 1.69 millones de barriles diarios.
La producción de gas natural pasó de 3,498 millones de pies cúbicos diarios en 1987 a un volumen de 3,625 millones de pies cúbicos diarios en 1994.
Fuente: Pemex
Nota de Margarita Palma Gutiérrez y Mauricio Rubí, El Economista, 7 de marzo.
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