BUENOS AIRES.- Tras su incursión militar en territorio ecuatoriano, el Presidente colombiano Álvaro Uribe sumergió a su país en un aislamiento regional sin precedentes y reordenó el tablero geopolítico suramericano.
Así lo demuestran, entre otros, los pronunciamientos de Gobiernos y partidos políticos (oficialistas y opositores) de la región, además de las posturas adoptadas por las Cancillerías en la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) y las observaciones de los analistas suramericanos.
"Uribe ha quedado extremadamente aislado, incluso por algunos Gobiernos (como el de Perú) que parecían más cercanos a las alianzas de Colombia y Washington", declaró a REFORMA el analista chileno Esteban Silva.
Su aislamiento quedó en evidencia por las posturas de las Cancillerías americanas luego de que los militares colombianos invadieran territorio ecuatoriano, y ratificada el martes por los discursos pronunciados en la reunión de la OEA.
"Ni aun con la presión de Estados Unidos, los aliados o cercanos de Bogotá han tenido posibilidad de ubicarse con otra posición que no sea la condena, ante la violación de la soberanía ecuatoriana", añadió Silva, quien además es director para América Latina del Partido Socialista chileno.
Otro partido de Gobierno, el Frente Amplio (FA) de Uruguay, llamó a la comunidad internacional, a los Gobiernos latinoamericanos y a las organizaciones de la sociedad civil a rechazar la política del Mandatario colombiano y a hacer votos por un entendimiento político que evite las consecuencias de la violencia a la sociedad colombiana.
Por unanimidad, la dirección nacional del FA aprobó ayer un pronunciamiento que acusa al Presidente Uribe de haber roto "el clima de paz creado por la liberación de los parlamentarios, con vistas al canje humanitario", según un comunicado enviado a REFORMA.
La grave crisis regional se desató el fin de semana, luego que tropas colombianas ingresaron a territorio ecuatoriano para atacar un campamento de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y asesinar al número dos de ese grupo rebelde, "Raúl Reyes", a cargo de negociar la liberación de rehenes en poder de los insurgentes.
Esa virtual invasión militar, que Uribe explicó primero en términos de persecución, y luego como un ataque preventivo, sacudió el tablero geopolítico y puso en tensión todo el sistema de alianzas regional, según la visión del analista peruano Ricardo Soberón.
"Se abre un nuevo escenario, y cambia la geopolítica regional porque el eje ya no es el conflicto armado colombiano, sino un nuevo tablero diseñado a partir de la regionalización de la guerra civil", observó Soberón.
Con él coincidió también el analista chileno Esteban Silva.
"Hay una nueva situación en curso, y es que definitivamente estalló la externalización del conflicto colombiano, que tiene ribetes muy complejos como el Plan Colombia, la cooperación militar norteamericana, y la lucha contra el narcotráfico, entre muchas otras", indicó.
Para el especialista argentino en Política Internacional Carlos Raimundi, el nuevo escenario también evidencia una renovada incursión militar estadounidense en América del Sur que buscó acabar con la negociación humanitaria en Colombia.
"El proceso (de negociación humanitaria impulsado por países suramericanos) fue brutalmente interrumpido por la operación militar de Estados Unidos perpetrada a través del Ejército colombiano; es allí donde se encuentra el origen de las recientes amenazas a la paz en América Latina", consideró Raimundi.
El analista, también diputado por el partido ARI de la ex aspirante presidencial Elisa Carrió (de quien es opositor interno) opinó además que el clima de tensión y la movilización de tropas puede contribuir a una espiral de irracionalidad y violencia, totalmente funcionales a los objetivos de los núcleos de poder que acompañan al Presidente George W. Bush.
"Nadie esperaba un desenvolvimiento semejante de Colombia, en el entendimiento de que sabía de los esfuerzos que se realizaban en la región por el canje humanitario", subrayó Soberón, para quien el ataque colombiano dejó en claro la función que cumple la base militar estadounidense que se localiza en la ecuatoriana localidad de Manta.
Así lo demuestran, entre otros, los pronunciamientos de Gobiernos y partidos políticos (oficialistas y opositores) de la región, además de las posturas adoptadas por las Cancillerías en la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) y las observaciones de los analistas suramericanos.
"Uribe ha quedado extremadamente aislado, incluso por algunos Gobiernos (como el de Perú) que parecían más cercanos a las alianzas de Colombia y Washington", declaró a REFORMA el analista chileno Esteban Silva.
Su aislamiento quedó en evidencia por las posturas de las Cancillerías americanas luego de que los militares colombianos invadieran territorio ecuatoriano, y ratificada el martes por los discursos pronunciados en la reunión de la OEA.
"Ni aun con la presión de Estados Unidos, los aliados o cercanos de Bogotá han tenido posibilidad de ubicarse con otra posición que no sea la condena, ante la violación de la soberanía ecuatoriana", añadió Silva, quien además es director para América Latina del Partido Socialista chileno.
Otro partido de Gobierno, el Frente Amplio (FA) de Uruguay, llamó a la comunidad internacional, a los Gobiernos latinoamericanos y a las organizaciones de la sociedad civil a rechazar la política del Mandatario colombiano y a hacer votos por un entendimiento político que evite las consecuencias de la violencia a la sociedad colombiana.
Por unanimidad, la dirección nacional del FA aprobó ayer un pronunciamiento que acusa al Presidente Uribe de haber roto "el clima de paz creado por la liberación de los parlamentarios, con vistas al canje humanitario", según un comunicado enviado a REFORMA.
La grave crisis regional se desató el fin de semana, luego que tropas colombianas ingresaron a territorio ecuatoriano para atacar un campamento de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y asesinar al número dos de ese grupo rebelde, "Raúl Reyes", a cargo de negociar la liberación de rehenes en poder de los insurgentes.
Esa virtual invasión militar, que Uribe explicó primero en términos de persecución, y luego como un ataque preventivo, sacudió el tablero geopolítico y puso en tensión todo el sistema de alianzas regional, según la visión del analista peruano Ricardo Soberón.
"Se abre un nuevo escenario, y cambia la geopolítica regional porque el eje ya no es el conflicto armado colombiano, sino un nuevo tablero diseñado a partir de la regionalización de la guerra civil", observó Soberón.
Con él coincidió también el analista chileno Esteban Silva.
"Hay una nueva situación en curso, y es que definitivamente estalló la externalización del conflicto colombiano, que tiene ribetes muy complejos como el Plan Colombia, la cooperación militar norteamericana, y la lucha contra el narcotráfico, entre muchas otras", indicó.
Para el especialista argentino en Política Internacional Carlos Raimundi, el nuevo escenario también evidencia una renovada incursión militar estadounidense en América del Sur que buscó acabar con la negociación humanitaria en Colombia.
"El proceso (de negociación humanitaria impulsado por países suramericanos) fue brutalmente interrumpido por la operación militar de Estados Unidos perpetrada a través del Ejército colombiano; es allí donde se encuentra el origen de las recientes amenazas a la paz en América Latina", consideró Raimundi.
El analista, también diputado por el partido ARI de la ex aspirante presidencial Elisa Carrió (de quien es opositor interno) opinó además que el clima de tensión y la movilización de tropas puede contribuir a una espiral de irracionalidad y violencia, totalmente funcionales a los objetivos de los núcleos de poder que acompañan al Presidente George W. Bush.
"Nadie esperaba un desenvolvimiento semejante de Colombia, en el entendimiento de que sabía de los esfuerzos que se realizaban en la región por el canje humanitario", subrayó Soberón, para quien el ataque colombiano dejó en claro la función que cumple la base militar estadounidense que se localiza en la ecuatoriana localidad de Manta.
Nota de Alejandro Pairone, corresponsal, Reforma, 6 de marzo.
0 Responses to "Transforma Uribe geopolítica regional"
Publicar un comentario