El gobierno de Colombia investiga casas y oficinas en las que se reúnen simpatizantes y activistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la ciudad de México, Monterrey, Texcoco y Toluca, informaron fuentes de inteligencia colombianas.
Para determinar el nivel de alianzas y simpatía que existe entre organizaciones de izquierda mexicanas y estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con las FARC, los gobiernos de Colombia y México han investigado, por separado, desde 2007 una lista de direcciones principalmente en la ciudad de México.
El gobierno mexicano hasta el momento no ha hecho pronunciamiento sobre los simpatizantes de las FARC en México; sin embargo, el gobierno de Colombia informó que las FARC mantienen presencia en México, donde además de reactivar su aparato diplomático mediante redes bolivarianas, operan paralelamente a su aparato de narcotráfico.
En México, hasta 2002 operaron una casa que se conoció como “la oficina de las FARC”, considerada la más importante fuera de Colombia.
Tras el cierre de esa oficina el gobierno de Colombia ha sostenido que las FARC tienen otras oficinas y han creado redes, por lo cual inteligencia del gobierno de Colombia ha investigado sitios donde se reúnen simpatizantes y activistas de las FARC en la ciudad de México, Monterrey, Texcoco y Toluca, además del cubículo “Simón Bolivar” de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Destacan tres direcciones: una en Santa María la Ribera y dos empresas ubicadas en la colonia Roma en el DF. En Santa María la Ribera, inteligencia de Colombia afirma que se mantienen reuniones en favor de las FARC.
Sin realizar acusación alguna, el gobierno de Colombia ha tenido interés en una empresa de autos en la colonia Roma como centro operativo de simpatizantes de las FARC y el núcleo bolivariano, seguidores también investigados por México.
Adicionalmente ha investigado la preferencia que simpatizantes de la guerrilla y las redes bolivarianas tienen para utilizar una casa de cambio ubicada en la misma colonia Roma.
En tanto, el cubículo de Filosofía y Letras ha sido constantemente monitoreado junto con los jóvenes que se reúnen en ese espacio bajo el argumento de que ese lugar es la base de los apoyos de los organismos mexicanos a las FARC.
En México por lo menos dos organizaciones han mantenido su apoyo abierto a las FARC: el Núcleo de apoyo a las FARC, y la Coordinadora Continental Bolivariana.
Información de inteligencia de Colombia y México indica que como en Colombia y otros países las FARC integran sus redes urbanas con personas sin vínculos militares, pero que tienen preparación académica. Como línea de investigación trabajan en saber cómo los jóvenes simpatizantes viajan a Colombia o Venezuela para recibir entrenamiento.
Un reporte de información restringida del gobierno de Colombia, cuya copia tiene EL UNIVERSAL, menciona el entrenamiento de la guerrilla e indica que la edad de reclutamiento es de los 16 a los 30 años.
Después de dos años y dependiendo del comportamiento, agrega, pueden ser promovidos a comandante de escuadra, reemplazante de guerrilla, entre otros cargos.
“A estas escuelas asistirían anualmente entre 150 y 200 miembros de las FARC por año, para los cuales se necesitarían uniformes, alimentación y alojamiento”, menciona.
Para determinar el nivel de alianzas y simpatía que existe entre organizaciones de izquierda mexicanas y estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con las FARC, los gobiernos de Colombia y México han investigado, por separado, desde 2007 una lista de direcciones principalmente en la ciudad de México.
El gobierno mexicano hasta el momento no ha hecho pronunciamiento sobre los simpatizantes de las FARC en México; sin embargo, el gobierno de Colombia informó que las FARC mantienen presencia en México, donde además de reactivar su aparato diplomático mediante redes bolivarianas, operan paralelamente a su aparato de narcotráfico.
En México, hasta 2002 operaron una casa que se conoció como “la oficina de las FARC”, considerada la más importante fuera de Colombia.
Tras el cierre de esa oficina el gobierno de Colombia ha sostenido que las FARC tienen otras oficinas y han creado redes, por lo cual inteligencia del gobierno de Colombia ha investigado sitios donde se reúnen simpatizantes y activistas de las FARC en la ciudad de México, Monterrey, Texcoco y Toluca, además del cubículo “Simón Bolivar” de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Destacan tres direcciones: una en Santa María la Ribera y dos empresas ubicadas en la colonia Roma en el DF. En Santa María la Ribera, inteligencia de Colombia afirma que se mantienen reuniones en favor de las FARC.
Sin realizar acusación alguna, el gobierno de Colombia ha tenido interés en una empresa de autos en la colonia Roma como centro operativo de simpatizantes de las FARC y el núcleo bolivariano, seguidores también investigados por México.
Adicionalmente ha investigado la preferencia que simpatizantes de la guerrilla y las redes bolivarianas tienen para utilizar una casa de cambio ubicada en la misma colonia Roma.
En tanto, el cubículo de Filosofía y Letras ha sido constantemente monitoreado junto con los jóvenes que se reúnen en ese espacio bajo el argumento de que ese lugar es la base de los apoyos de los organismos mexicanos a las FARC.
En México por lo menos dos organizaciones han mantenido su apoyo abierto a las FARC: el Núcleo de apoyo a las FARC, y la Coordinadora Continental Bolivariana.
Información de inteligencia de Colombia y México indica que como en Colombia y otros países las FARC integran sus redes urbanas con personas sin vínculos militares, pero que tienen preparación académica. Como línea de investigación trabajan en saber cómo los jóvenes simpatizantes viajan a Colombia o Venezuela para recibir entrenamiento.
Un reporte de información restringida del gobierno de Colombia, cuya copia tiene EL UNIVERSAL, menciona el entrenamiento de la guerrilla e indica que la edad de reclutamiento es de los 16 a los 30 años.
Después de dos años y dependiendo del comportamiento, agrega, pueden ser promovidos a comandante de escuadra, reemplazante de guerrilla, entre otros cargos.
“A estas escuelas asistirían anualmente entre 150 y 200 miembros de las FARC por año, para los cuales se necesitarían uniformes, alimentación y alojamiento”, menciona.
Nota de Doris Gómora, El Universal, 5 de marzo.
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