Uribe se mantiene firme y lanza amenaza

BOGOTÁ (Agencias).— Al tiempo que miles de personas en Colombia y otros países marcharon en contra de la violencia, el presidente Álvaro Uribe garantizó que su nación no repetirá un operativo militar fuera de sus fronteras, si hay compromisos de los gobiernos vecinos de no albergar a rebeldes. En ese sentido, Brasil precisó que no hay campamentos guerrilleros de las FARC en su territorio y que si ese grupo fuera detectado sería reprimido de inmediato por las Fuerzas Armadas.

Una guerra con países vecinos “no pasa por la mente nuestra”, dijo Uribe a directores de medios nacionales e internacionales. “Creo que nuestra causa es justa”, aseguró el mandatario refiriéndose al operativo militar que el sábado dio muerte a Luis Édgar Devia, alias Raúl Reyes, el segundo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano. Al respecto, Uribe señaló que no comentó antes del operativo a su homólgo ecuatoriano, Rafael Correa, porque “estaba seguro de que iba a fracasar” si le hubieran avisado.

Luego de decir que “aceptaríamos hoy no repetir (un operativo como el del sábado), si ellos se comprometen a no albergar (a rebeldes). No repetimos estos operativos si hay garantía que no los albergan”.

Por otra parte, Uribe dijo que este fin de semana llegarán a Colombia cuatro técnicos de Interpol para analizar el contenido de las computadoras halladas en el operativo. Jefes de la policía colombiana informaron del pedido para que peritos de la Organización de los Estados Americanos (OEA) certifiquen la veracidad de esos documentos y correspondencia. Altos oficiales colombianos aseguraron que agentes de EU ayudan a examinar el contenido de las computadoras.

En este marco, el ministro de Justicia brasileño, Tarso Genro, indicó que “puedo garantizar que en territorio brasileño no existe ningún tipo de campamento o presencia de las FARC”, en respuesta a las recientes declaraciones de Correa en el sentido de que así como las FARC tenían bases en Ecuador, también podrían tenerlas en Brasil.

Genro admitió que miembros de las FARC podrían ingresar a Brasil “como civiles, sin uniformes y documentados”, pero indicó que, en ese caso, “esas personas son controladas por las autoridades colombianas y no por las brasileñas”. Según el ministro, si fueran detectadas “bases guerrilleras” en Brasil, “el gobierno actuaría dentro de la legalidad para cohibir la acción” de esos grupos irregulares.

En otros hechos relacionados con la guerrilla, militares ecuatorianos detuvieron a cinco supuestos guerrilleros de las FARC cerca de la frontera con Colombia, informó ayer un oficial del Ejército que no precisó cuándo se hizo la captura. Según la fuente, los militares esperan “disposiciones superiores” sobre qué hacer con ellos.

Estos eventos coinciden con el anuncio del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el segundo grupo guerrillero más importante de Colombia, que manifestó su “solidaridad revolucionaria” con las FARC por el ataque del pasado sábado y comparó el gobierno de Uribe con el de Israel.

En un comunicado divulgado por su sitio en internet, el ELN dijo estar preocupado de que el gobierno de Colombia sea “instrumento de de la política expansionista y guerrerista” del gobierno de EU y calificó la operación militar del fin de semana en Ecuador como una “masacre”.

Ecopetrol paralizó las operaciones de su oleoducto transandino tras al menos nueve ataques de las FARC registrados el miércoles en el sur del país, indicaron funcionarios colombianos. Soldados estaban ya en camino para prestar seguridad a las cuadrillas de Ecopetrol que reparan la tubería.

El mundo, por la paz

Ciudades como París, Madrid, Washington, Londres, Bogotá, Caracas y Quito rindieron ayer tributo a las víctimas “olvidadas” de la violencia paramilitar o de fuerzas estatales en Colombia con la participación de cientos de personas en marchas a favor de la paz en el país sudamericano.

La manifestación más grande tuvo lugar en Bogotá, donde miles exigieron a los ex comandantes paramilitares confesar sus crímenes de guerra. La movilización, en la que hombres mujeres y niños, algunos vestidos de negro y con banderas de Colombia, llevaron en sus manos fotografías de familiares asesinados o desaparecidos por paramilitares de ultraderecha.

Nota de El Universal, 7 de marzo.