Mientras que Andrés Manuel López Obrador amaga con impedir a toda costa la reforma energética, el ex candidato a la Presidencia de la República y hoy presidente de la Comisión de Energía en el Senado, Francisco Labastida Ochoa, alerta sobre la “latente” posibilidad de que Estados Unidos y Cuba provoquen la migración de petróleo mexicano hacia sus territorios, a través de “la vía popote”.
Si bien ese fenómeno podría ser considerado un robo, el priista cuida sus palabras, pero no deja de advertir sobre ese peligro y lo hace al asegurar que cuenta con información de las estimaciones y previsiones que han hecho ambas naciones, principalmente autoridades estadunidenses que consideran obtener, a partir de 2010, la producción de 130 mil barriles de petróleo al día, “y buena parte de ese combustible podría ser petróleo mexicano”.
Peor aún. El legislador del PRI advierte que debido a esa migración de petróleo mexicano a Estados Unidos, habrá considerables bajas de presión en los yacimientos mexicanos, lo que significará tener costos mucho más elevados para extraer más petróleo.
Por eso, en entrevista con MILENIO, Labastida sentencia que “lo peor es no hacer nada” en materia de reforma energética y, más allá de convocatorias a la resistencia civil pacífica, de la polémica que suscitó el caso de Juan Camilo Mouriño sobre los contratos que éste firmó con Pemex en favor de empresas familiares y el bombardeo publicitario que ha realizado la paraestatal, el legislador decide colocar el dedo en la llaga.
“Me parece que la reforma energética que está por presentarse en el Congreso de la Unión debe ser consistente con nuestros principios y necesidades del país. El PRI pugna y demanda seguridad energética para el país, que haya una mayor industrialización y un mayor valor agregado del petróleo. Estamos cometiendo un absurdo, como país, al exportar petróleo e importar gasolinas y petroquímicos, entonces queremos ver un plan concreto en ese sentido. Estamos interesados en que haya mayores compras en el país de las inversiones que realiza Pemex, con el propósito de impulsar el empleo y el crecimiento económico, y queremos que esto se dé en un contexto en el que se fortalece la rectoría del Estado, y defensa de los intereses del país y de los mexicanos”, asevera.
Labastida advierte: “Voy a poner un ejemplo, si no hacemos nada, en el caso de los yacimientos transfronterizos, vía popote, el petróleo de México se va a ir a otros países y a manos de empresas privadas. Por eso lo peor es no hacer nada. ¿Cómo encontrar la solución y el equilibrio entre objetivos que estamos buscando? En eso debemos de trabajar”.
—¿Qué es la vía popote?
—Se trata de un yacimiento que se identifica y califica como transfronterizo, compartido, hidráulicamente conectado, o sea que una parte del yacimiento está en las aguas patrimoniales de otro país. Puede ser Estados Unidos, puede ser Cuba y otra parte en aguas patrimoniales mexicanas. Al perforar pozos del lado de otro país y empezar a sacar petróleo abajo del subsuelo, estamos hablando de que hay tirantes de agua de 2 mil 500 metros y luego hay que perforar otros cinco o siete kilómetros para encontrar el petróleo. Ese yacimiento hidráulicamente conectado se le llama efecto popote, porque es como si uno le mete un popote a un vaso y le saca el líquido, pues no sólo sale de un solo lado, migra el petróleo de la parte mexicana hacia la parte de otro país, perdemos presión en los yacimientos, en el mejor de los casos. Incluso hoy día hay sistemas tecnológicamente avanzados: los que se llaman pozos direccionales; eso sería una violación a la ley, pero para comprobarlo está en chino. Estamos hablando de que se está haciendo a siete kilómetros de profundidad, que se puede orientar y meterse en el territorio mexicano.
Y abunda: “sí existe la factibilidad, está latente y están en una zona que se denomina perdido o cinturón plegado o cinturón de plegado perdido, tiene dos traducciones, y están en el Golfo de México. Recordemos que la línea fronteriza marítima de México tiene más de 2 mil 900 kilómetros y de éstos, una parte, la inmensa mayoría con Estados Unidos y otra parte con Cuba, hay presunción, estudios prospectivos, más que presunción, hay zonas o estructuras geológicas que pueden contener petróleo. Particularmente esto está localizado en esa zona que se llama cinturón de plegado perdido, que está, digamos, a varios cientos de kilómetros de la frontera con Estados Unidos, entre Tamaulipas y Texas. Ahí empezaron a perforar, desde el año 2001, cuatro compañías norteamericanas. Como son yacimientos muy complicados, se estima que entrarán en producción en 2010, es decir, que les va a llevar nueve años tomar petróleo porque son yacimientos muy complicados. Pero a partir de 2010 tienen estimaciones y estudios prospectivos que dicen que pueden sacar del orden de 130 mil barriles por día.
—¿Más lo que se pueda obtener por vía popote?
—Por eso insisto, además de esos 130 mil barriles por día, cuando saquen petróleo del lado americano, va a migrar nuestro petróleo, una parte de lo nuestro se va a ir y desde luego la presión de los yacimientos bajará y eso provocará que sea mucho más costoso sacar el petróleo.
Por esa y otras razones, Labastida Ochoa considera que no se puede detener la reforma energética y revela: “En los días más recientes me he visto con la secretaria de Energía. Tuvimos una reunión para empezar a identificar en qué podría consistir la propuesta del gobierno federal, pero son pláticas que no sólo no han culminado, sino que apenas se han iniciado. En esta semana tuvimos conversación con ella los senadores del PRI solamente, en su despacho, en donde también estuvo presente el director de Pemex. Hubo debate de ideas y no sobre textos legislativos, estamos aproximándonos a lo que queremos hacer”.
Si bien ese fenómeno podría ser considerado un robo, el priista cuida sus palabras, pero no deja de advertir sobre ese peligro y lo hace al asegurar que cuenta con información de las estimaciones y previsiones que han hecho ambas naciones, principalmente autoridades estadunidenses que consideran obtener, a partir de 2010, la producción de 130 mil barriles de petróleo al día, “y buena parte de ese combustible podría ser petróleo mexicano”.
Peor aún. El legislador del PRI advierte que debido a esa migración de petróleo mexicano a Estados Unidos, habrá considerables bajas de presión en los yacimientos mexicanos, lo que significará tener costos mucho más elevados para extraer más petróleo.
Por eso, en entrevista con MILENIO, Labastida sentencia que “lo peor es no hacer nada” en materia de reforma energética y, más allá de convocatorias a la resistencia civil pacífica, de la polémica que suscitó el caso de Juan Camilo Mouriño sobre los contratos que éste firmó con Pemex en favor de empresas familiares y el bombardeo publicitario que ha realizado la paraestatal, el legislador decide colocar el dedo en la llaga.
“Me parece que la reforma energética que está por presentarse en el Congreso de la Unión debe ser consistente con nuestros principios y necesidades del país. El PRI pugna y demanda seguridad energética para el país, que haya una mayor industrialización y un mayor valor agregado del petróleo. Estamos cometiendo un absurdo, como país, al exportar petróleo e importar gasolinas y petroquímicos, entonces queremos ver un plan concreto en ese sentido. Estamos interesados en que haya mayores compras en el país de las inversiones que realiza Pemex, con el propósito de impulsar el empleo y el crecimiento económico, y queremos que esto se dé en un contexto en el que se fortalece la rectoría del Estado, y defensa de los intereses del país y de los mexicanos”, asevera.
Labastida advierte: “Voy a poner un ejemplo, si no hacemos nada, en el caso de los yacimientos transfronterizos, vía popote, el petróleo de México se va a ir a otros países y a manos de empresas privadas. Por eso lo peor es no hacer nada. ¿Cómo encontrar la solución y el equilibrio entre objetivos que estamos buscando? En eso debemos de trabajar”.
—¿Qué es la vía popote?
—Se trata de un yacimiento que se identifica y califica como transfronterizo, compartido, hidráulicamente conectado, o sea que una parte del yacimiento está en las aguas patrimoniales de otro país. Puede ser Estados Unidos, puede ser Cuba y otra parte en aguas patrimoniales mexicanas. Al perforar pozos del lado de otro país y empezar a sacar petróleo abajo del subsuelo, estamos hablando de que hay tirantes de agua de 2 mil 500 metros y luego hay que perforar otros cinco o siete kilómetros para encontrar el petróleo. Ese yacimiento hidráulicamente conectado se le llama efecto popote, porque es como si uno le mete un popote a un vaso y le saca el líquido, pues no sólo sale de un solo lado, migra el petróleo de la parte mexicana hacia la parte de otro país, perdemos presión en los yacimientos, en el mejor de los casos. Incluso hoy día hay sistemas tecnológicamente avanzados: los que se llaman pozos direccionales; eso sería una violación a la ley, pero para comprobarlo está en chino. Estamos hablando de que se está haciendo a siete kilómetros de profundidad, que se puede orientar y meterse en el territorio mexicano.
Y abunda: “sí existe la factibilidad, está latente y están en una zona que se denomina perdido o cinturón plegado o cinturón de plegado perdido, tiene dos traducciones, y están en el Golfo de México. Recordemos que la línea fronteriza marítima de México tiene más de 2 mil 900 kilómetros y de éstos, una parte, la inmensa mayoría con Estados Unidos y otra parte con Cuba, hay presunción, estudios prospectivos, más que presunción, hay zonas o estructuras geológicas que pueden contener petróleo. Particularmente esto está localizado en esa zona que se llama cinturón de plegado perdido, que está, digamos, a varios cientos de kilómetros de la frontera con Estados Unidos, entre Tamaulipas y Texas. Ahí empezaron a perforar, desde el año 2001, cuatro compañías norteamericanas. Como son yacimientos muy complicados, se estima que entrarán en producción en 2010, es decir, que les va a llevar nueve años tomar petróleo porque son yacimientos muy complicados. Pero a partir de 2010 tienen estimaciones y estudios prospectivos que dicen que pueden sacar del orden de 130 mil barriles por día.
—¿Más lo que se pueda obtener por vía popote?
—Por eso insisto, además de esos 130 mil barriles por día, cuando saquen petróleo del lado americano, va a migrar nuestro petróleo, una parte de lo nuestro se va a ir y desde luego la presión de los yacimientos bajará y eso provocará que sea mucho más costoso sacar el petróleo.
Por esa y otras razones, Labastida Ochoa considera que no se puede detener la reforma energética y revela: “En los días más recientes me he visto con la secretaria de Energía. Tuvimos una reunión para empezar a identificar en qué podría consistir la propuesta del gobierno federal, pero son pláticas que no sólo no han culminado, sino que apenas se han iniciado. En esta semana tuvimos conversación con ella los senadores del PRI solamente, en su despacho, en donde también estuvo presente el director de Pemex. Hubo debate de ideas y no sobre textos legislativos, estamos aproximándonos a lo que queremos hacer”.
Entrevista de Rodolfo Montes, Milenio, 26 de marzo.
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