Viven calvario desde que salen de su tierra, acusan

ARRIAGA, Chis.— Secuestro, asalto, extorsión, violaciones sexuales, humillaciones, maltrato físico y verbal es el Vía Crucis de los migrantes centroamericanos durante su paso por territorio nacional, denunció la Iglesia católica.

Los “sin papeles” también enfrentan la discriminación, xenofobia y rechazo por parte de la sociedad que los ve como si fueran delincuentes, dijo el director de la casa del migrante Hogar de la Misericordia, Heyman Vázquez Medina.

“Desde que entran a México son víctimas de robo, asalto, secuestro, extorsión, violaciones sexuales, humillaciones y maltrato físico y verbal por parte de policías y la delincuencia organizada, ante la indiferencia de las autoridades”, aseveró el sacerdote.

Enfatizó que México es un camino peligroso para los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, donde muchos de ellos han perdido la vida.

Aunado a esos abusos, los indocumentados también tienen que aguantar hambre, sed, enfermedades y enfrentar las condiciones climatológicas durante el viaje.

“Ellos no tienen derecho ni siquiera a la justicia que nos da la Constitución mexicana a todas las personas desde el momento en que entran a México; porque si quieren denunciar, las autoridades los amenazan con deportarlos”, enfatizó el director del albergue que se ubica a unos 265 kilómetros de la ciudad de Tapachula.

“Vil mercancía”

Para el coordinador de la Pastoral de la Movilidad Humana Expresión Migrantes del Pacífico Sur y Golfo de México, Alejandro Solalinde Guerra, en la frontera sur de México los migrantes son vistos como vil mercancía, que aun después de muertos, su cadáver es un cheque en blanco a cobrarse en dólares, por agencias de inhumaciones, ministerios públicos y otros más.

El también director de la casa del migrante en Ixtepec, Oaxaca, ubicado a unos 170 kilómetros de esta demarcación, enfatizó que quienes lucran con la vida de mujeres, hombres, niños y familias, ven mercancía, en vez de seres humanos; genitales, no corazones; fuerza de trabajo, no personas; almacén de órganos por encargo. Al igual que se puede aprovechar todo lo de una res, así también para ellos, todo es comerciable, vendible, agregó.

Rostro de Cristo

Vázquez Medina invitó a las autoridades y a la sociedad a que se acerquen a los migrantes, que dialoguen con ellos, que los conozcan, que se den cuenta que no son malvivientes y que vean en ellos el rostro de Cristo.

“Se tiene que pensar dos veces en hacerle daño a los migrantes y quien lo haga Jesús nos habla de un juicio final”, advirtió el sacerdote.

Nota de María de Jesús Peters, corresponsal, El Universal, 20 de marzo.


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