Washington fue marginado en la crisis andina, afirman analistas estadunidenses

Nueva York, 15 de marzo. Las maniobras de Washington para calificar a Venezuela como promotor o patrocinador del “terrorismo” enfrentan un panorama político latinoamericano que, con pocas excepciones, no está interesado en participar como pieza de ajedrez en el tablero de George W. Bush.

Al estallar la crisis entre Colombia y Ecuador, analistas estadunidenses comentaron respecto de cómo Washington fue marginado en la negociación de una solución inicial en el conflicto.

Los diplomáticos estadunidenses “saben que tienen muy poca credibilidad como negociadores en este asunto”, dijo Michael Shifter, experto de Diálogo Interamericano, a la agencia Ips. De hecho, varios señalaron que Estados Unidos es percibido como cómplice de Colombia en el conflicto, y por tanto no es un actor confiable.

Tanto en Washington como en la región, hay esfuerzos para tratar de cambiar el tablero de inmediato para evitar una jugada de la Casa Blanca. Así, comunicaciones telefónicas entre Hugo Chávez y Álvaro Uribe en las últimas horas, y mensajes enviados por otros gobiernos, indican el deseo de tratar de resolver la crisis lo más posible dentro de la región y limitar la presencia del gobierno de Bush.

Por otro lado, el embajador venezolano en Washington, Bernardo Álvarez Herrera, redactó y circuló una carta al Congreso y a la clase política estadunidense rechazando las acusaciones contra su gobierno y aclarando algunos puntos del conflicto que ha generado esta nueva tensión bilateral.

Subrayó que tanto en los medios como en el debate político aquí se ha hecho casi nula mención de los avances y logros alcanzados en la cumbre del Grupo de Río, donde Chávez jugó un “papel clave en resolver las diferencias” entre los presidentes de Ecuador y Colombia, y tampoco de que el 10 de marzo Venezuela anunció el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales plenas con Colombia.

A la vez, en la misiva, se afirma que Caracas ha declarado que es falso que se estuviera otorgando millones de dólares a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y que los documentos en las computadoras jamás mencionan por su nombre a Chávez ni la cifra de 300 millones.

Insiste en que Venezuela está promoviendo un esfuerzo humanitario internacional para lograr la liberación de los rehenes de las FARC (siete hasta la fecha), y busca una solución no militar al conflicto colombiano, obstaculizado por la denominación de “terrorismo” para una de las partes.

Fuentes diplomáticas latinoamericanas informaron aquí a La Jornada que varios países buscan que el asunto sea controlado por la región, no por Washington, en particular en el Grupo de Río. La idea es legitimar ese mecanismo regional y proceder hacia la creación de nuevas entidades hemisféricas que no incluyan a Washington.

Vale recordar que cuando estalló la crisis por la incursión colombiana, el canciller brasileño Celso Amorim dijo que “lo más que podamos mantener esto dentro de la esfera latinoamericana, mejor será la oportunidad de una solución y evitar una polarización en la región”, reportó Ips.

Esto, en parte, estará en juego en la reunión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos programada para el próximo lunes en Washington, donde el ente panamericano presentará un informe sobre su labor de verificación de los hechos en el conflicto entre Ecuador y Colombia.

Nota de David Brooks, corresponsal, La Jornada, 16 de marzo.


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