Y ahora con ustedes... el ejército blanco

De pronto ya no era tan importante que en menos de una semana el movimiento por la defensa del petróleo atiborrara, otra vez la tarde de ayer, medio Zócalo de la capital del país; tampoco era ya tan destacable que el segundo personaje más saludado y vitoreado al entrar a la plaza, dos pasos atrás del presidente legítimo, fuera Alejandro Encinas; igual perdieron notoriedad las nuevas consignas, coros, monigotes y cartelones con epítetos refrescados contra Felipe Calderón.

Lo que ganó la relevancia mayor fue la presentación que hizo Andrés Manuel López Obrador de la nueva estructura de 280 brigadas de cinco personas, coordinadas en 56 columnas con quinientas personas cada una y que, a partir de ayer, comenzaron a operar, la mayoría con mujeres y con vestimentas blancas. Nueva estructura —siguió su anuncio— que tendrá un coordinador por brigada (280), arriba cincuenta y seis coordinadores generales y más arriba dos líderes-voceros nacionales: Claudia Sheinbaum y Ricardo Ruiz. Eso para empezar, porque el líder anunció también que suspenderá sus visitas a los municipios para encabezar la construcción de coordinaciones estatales y la formación de otros cientos de brigadas... “Esto va en serio”, reiteró una y otra vez.

Entonces, ya pudo explicarse porque lo más novedoso ayer fue ese enrejado metálico a una cuarta parte de la plancha del Zócalo, con 10 mil sillas dentro (20 columnas de 500 sillas) y que allí se hubieran acomodado mujeres de todas las edades y posiciones sociales, la inmensa mayoría vestidas de blanco. Y también que afuera de la cerca llegaran más mujeres bien distinguidas con mantas o estandartes que presentaban allá, brigada Las Adelitas de Azcapotzalco, más allá brigada femenil Lázaro Cárdenas del Río, acá la de universitarias, la de mujeres de Neza y así.

Por eso tuvo sentido la expresión compartida, como de haber logrado dar un salto cualitativo al movimiento, Sheinbaum —la mujer que propuso crear esa estructura con mujeres en la base—; López Obrador —que dedicó la mayor parte de su discurso a explicar la nueva organización y demandar sacrificio y disciplina—; Encinas y de todas las mujeres que abandonaron el sillerío para casi saltar las rejas del pasillo especial y tratar de alcanzar a ambos cuando ingresaron al Zócalo.

Así fue que se entendió porque mucha gente (sobrepasaban los 40 mil, la que estaba en la plataforma, en 20 de Noviembre hasta dos cuadras, la que ya no pudo entrar por Pino Suárez y la que hacía imposible caminar frente al edificio del gobierno de la Ciudad) no mostró asombro cuando su líder ungió, como una especie de coronelas, a veinte mujeres y coroneles a 36 varones al mencionar sus nombres y que en adelante coordinarán las columnas de brigadas: Claudia, Alejandra Barrales, Laura Itzel Castillo, Jesusa Rodríguez, Martha Pérez Bejarano, Liliana Almazán, Carmen Quiroga, Lenia Batres. Patricia Ruiz Anchondo, Virginia Jaramillo y Araceli Vázquez, entre otras. De hombres, resaltarán Eduardo Cervantes, Froylán Yescas, Benito Bahena, Agustín Guerrero, Carlos Reyes Gamis, David Cervantes Peredo, Adrián Bejarano, Miguel Sosa Kan, Raúl Correa y Arturo Chávez, entre otros.

Lo que sí arrancó aplausos, casi espontáneos, fue cuando López Obrador informó que ya se había integrado un comité —no dijo brigada— de diez intelectuales en defensa del petróleo: Sergio Pitol, José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Fernando del Paso, Margo Glantz, Enrique González Pedrero, José María Pérez Gay, Lorenzo Meyer y Arnaldo Córdova. Varios de ellos también confirmaban el azoro de ver levantarse esa nuestra estructura de 28 mil personas en brigadas, que para defender el petróleo vestirán de blanco.
Crónica de Rogelio Hernández López, Milenio, 26 de marzo.

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