BOGOTÁ.- Para la justicia colombiana parece no haber intocables, así se trate de los más cercanos allegados al Presidente Álvaro Uribe, el más popular del continente.
De acuerdo con la consultora mexicana Mitofsky, el colombiano es el Mandatario con mayor aceptación entre sus gobernados: 84 por ciento, seguido por el Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, con 62 por ciento.
Esta popularidad muestra a un Mandatario poderoso, tras seis años de haber llegado a la Presidencia, aunque la reciente detención de su primo y más cercano colaborador político, el ex senador Mario Uribe, podría causarle una baja en el índice de simpatía que mantiene.
Luego que la Fiscalía colombiana arrestara al ex senador el martes pasado, el escándalo de la llamada "parapolítica" (casos de políticos relacionados con paramilitares que se han conocido por investigaciones judiciales), alcanzó uno de sus puntos más altos y llevó al Congreso colombiano a ocupar titulares poco honrosos en la prensa internacional.
Las investigaciones de la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía afectan ya a más de 60 congresistas colombianos, en su mayoría oficialistas, de los cuales 32 están detenidos, incluido el ex senador Uribe.
Las dimensiones del escándalo amenazan la legitimidad misma del Congreso, coinciden expertos, quienes no obstante, reconocen, como presume el Gobierno, que la justicia está funcionando al margen de compadrazgos políticos, lo que no impide que afloren suspicacias entre el Ejecutivo y el aparato judicial.
"Por fortuna, en una situación muy difícil y creciente de cooptación política por parte de la mafia y el paramilitarismo, ha valido la independencia y autonomía de la rama judicial, que ha actuado con celeridad, objetividad y razonamiento jurídico", declaró a REFORMA la politóloga Claudia López.
"La percepción de que la justicia en Colombia está funcionando es cierta y parece que la misma ciudadanía lo percibe así", secundó Elisabeth Ungar, directora del Programa Congreso Visible, de la Universidad de los Andes.
Ungar recordó que en la encuesta más reciente de Gallup, la popularidad de Uribe alcanzó 84 por ciento, y que la segunda institución más popular en Colombia resultó ser la Corte Suprema de Justicia.
"La medida de aseguramiento contra el senador Mario Uribe me duele. Asumo este dolor con patriotismo, sin mengua en el cumplimiento de mis responsabilidades, con el interés único de proteger las instituciones, protección que además depende de los titulares de las otras ramas del poder público", afirmó el Mandatario tras el arresto de su primo.
El Ejecutivo, recordaron los expertos, no ha dejado pasar la oportunidad de pedir prudencia y objetividad a la justicia para evitar inestabilidad institucional, intentando poner en duda sus fallos o insinuando parcialidad en los dictámenes.
"Mi llamado es a no abrirle puertas a las tentaciones de inestabilidad institucional", declaró Uribe a su regreso de una reciente visita oficial a México.
"Y tiene que contribuir la justicia con objetividad total en sus investigaciones y en sus fallos", agregó.
El Mandatario hizo el pronunciamiento tras conocer que la actual presidenta del Congreso, una de sus principales aliadas políticas, también es investigada por recibir en 2006 presunto apoyo electoral por parte de paramilitares.
Pero la tirante relación entre el Presidente y la Corte Suprema no es un secreto: interpuso una demanda contra un ex presidente del alto tribunal. Y el domingo anterior anunció la creación de una Comisión de Reajuste Institucional que estudie temas relacionados con reformas a la justicia.
"Tenemos reservas sobre los elementos con que se han abierto investigaciones o se ha privado de la libertad a personas. En algunos casos se ha actuado con criterios ligeros para privar de la libertad", ha dicho el Ministro del Interior, Carlos Holguín.
Para los analistas, lo peor que podría hacer Uribe es interferir en la aplicación de justicia y enfrentarse a una institución tan popular como la Corte Suprema.
"Cualquier ataque frontal a la Corte sería de pésimo recibo entre la opinión pública. El Presidente debe saber que coartar la libertad del tribunal para seguir investigando puede resultar en una crisis institucional muy seria", advirtió Ungar.
Los presidentes de las altas cortes cerraron filas y respaldaron las actuaciones de la Corte Suprema en el terreno de la "parapolítica".
Incluso, el diario El Tiempo, el más importante de Colombia, advirtió de riesgos de desestabilización y mala imagen para el país en caso de continuar este choque de poderes.
De acuerdo con la consultora mexicana Mitofsky, el colombiano es el Mandatario con mayor aceptación entre sus gobernados: 84 por ciento, seguido por el Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, con 62 por ciento.
Esta popularidad muestra a un Mandatario poderoso, tras seis años de haber llegado a la Presidencia, aunque la reciente detención de su primo y más cercano colaborador político, el ex senador Mario Uribe, podría causarle una baja en el índice de simpatía que mantiene.
Luego que la Fiscalía colombiana arrestara al ex senador el martes pasado, el escándalo de la llamada "parapolítica" (casos de políticos relacionados con paramilitares que se han conocido por investigaciones judiciales), alcanzó uno de sus puntos más altos y llevó al Congreso colombiano a ocupar titulares poco honrosos en la prensa internacional.
Las investigaciones de la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía afectan ya a más de 60 congresistas colombianos, en su mayoría oficialistas, de los cuales 32 están detenidos, incluido el ex senador Uribe.
Las dimensiones del escándalo amenazan la legitimidad misma del Congreso, coinciden expertos, quienes no obstante, reconocen, como presume el Gobierno, que la justicia está funcionando al margen de compadrazgos políticos, lo que no impide que afloren suspicacias entre el Ejecutivo y el aparato judicial.
"Por fortuna, en una situación muy difícil y creciente de cooptación política por parte de la mafia y el paramilitarismo, ha valido la independencia y autonomía de la rama judicial, que ha actuado con celeridad, objetividad y razonamiento jurídico", declaró a REFORMA la politóloga Claudia López.
"La percepción de que la justicia en Colombia está funcionando es cierta y parece que la misma ciudadanía lo percibe así", secundó Elisabeth Ungar, directora del Programa Congreso Visible, de la Universidad de los Andes.
Ungar recordó que en la encuesta más reciente de Gallup, la popularidad de Uribe alcanzó 84 por ciento, y que la segunda institución más popular en Colombia resultó ser la Corte Suprema de Justicia.
"La medida de aseguramiento contra el senador Mario Uribe me duele. Asumo este dolor con patriotismo, sin mengua en el cumplimiento de mis responsabilidades, con el interés único de proteger las instituciones, protección que además depende de los titulares de las otras ramas del poder público", afirmó el Mandatario tras el arresto de su primo.
El Ejecutivo, recordaron los expertos, no ha dejado pasar la oportunidad de pedir prudencia y objetividad a la justicia para evitar inestabilidad institucional, intentando poner en duda sus fallos o insinuando parcialidad en los dictámenes.
"Mi llamado es a no abrirle puertas a las tentaciones de inestabilidad institucional", declaró Uribe a su regreso de una reciente visita oficial a México.
"Y tiene que contribuir la justicia con objetividad total en sus investigaciones y en sus fallos", agregó.
El Mandatario hizo el pronunciamiento tras conocer que la actual presidenta del Congreso, una de sus principales aliadas políticas, también es investigada por recibir en 2006 presunto apoyo electoral por parte de paramilitares.
Pero la tirante relación entre el Presidente y la Corte Suprema no es un secreto: interpuso una demanda contra un ex presidente del alto tribunal. Y el domingo anterior anunció la creación de una Comisión de Reajuste Institucional que estudie temas relacionados con reformas a la justicia.
"Tenemos reservas sobre los elementos con que se han abierto investigaciones o se ha privado de la libertad a personas. En algunos casos se ha actuado con criterios ligeros para privar de la libertad", ha dicho el Ministro del Interior, Carlos Holguín.
Para los analistas, lo peor que podría hacer Uribe es interferir en la aplicación de justicia y enfrentarse a una institución tan popular como la Corte Suprema.
"Cualquier ataque frontal a la Corte sería de pésimo recibo entre la opinión pública. El Presidente debe saber que coartar la libertad del tribunal para seguir investigando puede resultar en una crisis institucional muy seria", advirtió Ungar.
Los presidentes de las altas cortes cerraron filas y respaldaron las actuaciones de la Corte Suprema en el terreno de la "parapolítica".
Incluso, el diario El Tiempo, el más importante de Colombia, advirtió de riesgos de desestabilización y mala imagen para el país en caso de continuar este choque de poderes.
Nota de Octavio Pineda, corresponsal, Reforma, 27 de abril.
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