Anhelan cubanos autos

LA HABANA.- Entre las restricciones eliminadas recientemente por el Gobierno de Raúl Castro se encuentra aquella que prohibía a la mayoría de los cubanos alquilar un coche; sin embargo, los isleños anhelan que las reformas en el sector automotriz vayan más allá.

Tan fanáticos de la mecánica y los motores como del beisbol, muchos cubanos confían en una próxima apertura del mercado de de vehículos, que acabe con el veto para comprar libremente el automóvil que cada quien quiera y pueda pagar.

Esta semana en las calles de La Habana ha crecido el rumor de que las autoridades están por aprobar la comercialización de Ladas, un coche ruso con motor de cuatro cilindros, sin aire acondicionado, y un diseño similar al Fiat 1600 de moda en Europa en la década de los 70.

Ese automóvil sigue siendo muy popular en Cuba, donde se vende por 9 mil dólares en las tiendas estatales.

Pero el Gobierno no permite que cualquier ciudadano compre ese, ni otros modelos nuevos de marcas asiáticas y europeas, ni siquiera si lo paga un familiar en el extranjero.

Pese a que miles de habaneros durante la semana mostraron su interés por adquirir un vehículo, el encargado de una tienda en el centro comercial Galerías Paseo, ha bajado de las nubes a todo el que pregunta.

"En 10 días han pasado por aquí más de 2 mil personas interesadas en comprarse un Lada. Tú debes ser la 2 mil 20 que entra a pedirme la misma información", aseguró el vendedor a REFORMA.

"Nadie nos ha dicho que hayan cambiado las normas. Seguimos sin poder vender a cubanos", abundó.

Ser propietario de un vehículo nuevo es un deseo casi inalcanzable para la mayoría de los isleños, que necesitan mucho más que dinero para tener un vehículo a su nombre.




Trámite tortuoso


Conseguir un modelo no ya del año, sino del siglo, y de segunda o tercera mano, requiere tal cantidad de trámites, permisos y paciencia que desalienta a cualquiera.

Hasta ahora, sólo los marinos, constructores, artistas, deportistas y médicos que regresan al país tras cumplir prestaciones en el extranjero o una misión internacional, pueden adquirir un vehículo nuevo, demostrando que han ahorrado el dinero de sus ingresos.

Luego, el interesado debe conseguir la aprobación firmada por el ministro del sector laboral al que pertenece y también el visto bueno del Secretario Ejecutivo del consejo de Ministros, Carlos Lage.

El trámite tarda su tiempo. En algunos casos son varias semanas y en otros demora un año o más.

El siguiente paso es ir a una agencia estatal que venda vehículos usados donde podrá elegir entre los que haya en ese momento.

"Mi esposo fue marinero y navegó desde el año 70. A partir del 93 ganó en divisa contratado por compañías extranjeras, a través de una estatal cubana. Así hemos ahorrado para comprarnos un auto ya jubilados los dos", señaló a REFORMA una maestra de 60 años.

Cuando ella y su esposo aún trabajan, explicó ella, la aprobación ministerial requería 4 mil dólares, que no habían logrado ahorrar.

"En la última década conseguí ganar en divisa dando clases particulares, pero desde hace tres años el cubano que no devengue hasta 8 mil cucs (la divisa local equiparable a 1.08 dólares), no puede pedir la carta", insiste molesta.

Su marido solicitó el permiso correspondiente en 2006 y se lo dieron en febrero de 2007, según cuenta, pero el documento está vigente sólo por 12 meses, y el año pasado apenas se importaron automóviles, con lo cual el mercado de segunda manos de redujo a mínimos y la carta se venció.

"Tuvimos que hacer una solicitud de prórroga a través de la empresa, que la pasa al Ministerio de Transporte, después al de Finanzas y Precios, cuya Ministra es quien debe firmar la prórroga. Después, la cartica vuelve al Ministerio de Transporte que la entrega al comprador, si aún vive", ironiza la docente.

La misma fuente explica que desde el 19 de febrero ha habido cierta apertura en la venta de vehículos usados en las agencias de estatales.

En la de la calle 20 del barrio Miramar sólo venden los miércoles, pero hay mucho para elegir, afirmó.

El auto que quiere este matrimonio es un modesto Yundai Ato de gasolina, con unos 70 mil kilómetros recorridos.

"Somos el 16 mil 124 de la lista de clientes cubanos a la espera, pero parece que ya estamos llegando y podremos tener nuestro carrito. Con suerte nos sale bueno", señala.

"Andar andan, pero pueden tener más de 80 mil kilómetros, no te dan garantía alguna, lo tienes que pagar al contado y nunca lo puedes vender. ¿Cómo no voy a estar impaciente porque cambien leyes así?", cuestiona ofendida.

Acostumbrados a saltar leyes y normas, algunos cubanos consiguen esquivar la cantidad de prohibiciones que se mantienen vigentes 50 años después del triunfo de la Revolución.



Camino alternos


Acostumbrados a saltar leyes y normas, algunos cubanos consiguen esquivar la cantidad de prohibiciones que se mantienen vigentes 50 años después de la Revolución.

"Pactó con una amiga extranjera que vivía acá. Se casó con ella y compró el auto a nombre de su esposa. Luego se divorciaron y en el reparto de bienes se quedó con el Audi. Ella regresó a su país después de traspasar la propiedad y mira qué clase de carro le quedó a él", explica un taxista vecino del flamante propietario de un Audi A4 en la capital.

Al volante, un artesano del cuero que produce y vende zapatos, bolsos y cinturones en cucs.

Con ayuda de su familia en Miami y 10 años de trabajo por cuenta propia, el artesano ahorró el dinero suficiente para adquirir el coche que quería.

En la Isla al ciudadano común sólo se le permite la compra de autos americanos de la década de los 50.

Revalorizados por la ley de la oferta y la demanda y por el capricho de los coleccionistas foráneos, últimamente el precio de estos vehículos es elevadísimo.

Un Chevrolet 1955 de gasolina, en buen estado, ya sin las piezas originales pero que luzca y funcione bien se vende por 8 mil o 10 mil cucs.

Y el mismo con un motor de petróleo (diesel) adaptado y en buenas condiciones puede valer hasta 20 mil o más, informó un reputado mecánico habanero.

También pueden ser modelos europeos sobrevivientes a décadas de uso, como los Sinca italianos o un Ford inglés del 52, que con su mecánica original no baja de los 5 o 6 mil cucs, según dijo este experto.

"El parque de este país se mueve porque los mecánicos cubanos hacemos milagros. Es uno de los más viejos del mundo. Confío en que pronto podamos ir a una tienda y comprar un carro sin un proceso tan kafkiano", abundó el especialista, graduado en Ingeniería en la antigua Unión Soviética, y quien cree que Raúl Castro permitirá pronto la compra de autos con sólo 10 años de uso.




Sufren calvario

Los pocos cubanos que pueden comprar coches se enfrentan a la burocracia.


· El interesado debe demostrar que ha ahorrado el dinero de su sueldo.

· Debe conseguir una aprobación firmada por el ministro del sector laboral al que pertenece.

· Requiere el visto bueno del Secretario Ejecutivo del Consejo de Ministros, Carlos Lage.

· Necesita inscribirse en la lista de espera de las agencias de automóviles; en algunas de éstas hay decenas de miles de interesados.
Nota de Yolanda Martínez, corresponsal, Reforma, 20 de abril.

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