Aumentan agresiones a radios comunitarias

La Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc) alertó sobre el incremento de las agresiones en contra de las radios comunitarias, así como de la crudeza con la que se cometen las mismas, sobre todo en el estado de Oaxaca.

Destacó que el asesinato de las locutoras de la emisora La voz que rompe el silencio, no es el primer ataque en la entidad, pues otras dos radios también han sufrido ataques.

El 24 de agosto de 2006, las instalaciones de Radio Nandía, emisora de Mazatlán Villa de Flores, fueron “violentamente desalojadas” por simpatizantes del PRI y por autoridades del bachillerato donde se ubica la emisora. La señal tuvo que ser interrumpida.

Ese mismo año, trabajadores de Radio Calenda, ubicada en San Antonio de Castillo Velasco, Oaxaca, fueron baleados por personal del ayuntamiento, con el argumento de que los integrantes de la emisora tenían abiertas averiguaciones en su contra.

Aleida Calleja, directora de la oficina de Amarc en México, informó que en aquella ocasión, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos solicitó al Estado mexicano que aplicara medidas de protección a favor de los trabajadores de la emisora Radio Calenda, pero hasta la fecha, indicó, no se han hecho efectivas.

Señaló en entrevista con EL UNIVERSAL, que las agresiones contra los miembros de las radios comunitarias que operan en regiones indígenas, obedecen a que estos medios suelen ejercer su libertad de expresión mediante críticas en el actuar de las autoridades y de otros grupos de poder.

“Esta situación —agregó— ha generado descontento y pone en evidencia la intolerancia hacia la crítica”.

Añadió que las agresiones contra las radios comunitarias ocurren en un contexto donde la prensa mexicana en general enfrenta cada vez más amenazas en el ejercicio de su labor.

Explicó que otra agresión reciente documentada por Amarc, es la que sufrieron los trabajadores de Radio Bemba y Sonora Ciudadana, cuando en marzo pasado fueron atacados por policías municipales mientras cubrían una protesta ciudadana en contra del proyecto arquitectónico Música, Arte y Exposiciones, en Hermosillo, Sonora.
Nota de Liliana Alcántara, El Universal, 18 de abril.

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