El dirigente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el argelino Chakib Khelil, sostuvo ayer que es el pueblo mexicano el que debe decidir, de manera soberana, qué tipo de reforma conviene a Pemex, en función de su historia y su visión de futuro sobre un sector tan importante.
Cuestionado respecto a lo que más podría convenir a México en esta materia, respondió que cada país ha seguido su propia guía de cómo debe ser el sector petrolero, qué rol corresponde a su compañía nacional y la organización del ramo.
Cada nación –insistió– tiene que escoger el modelo más apropiado, lo que implica analizar problemas de tipo político, económico y social. En ese sentido, el funcionario recalcó que las compañías nacionales juegan un rol muy distinto al de los consorcios petroleros trasnacionales, toda vez que estos últimos están mucho más enfocados a la rentabilidad que a la satisfacción de necesidades de los ciudadanos.
Puso como ejemplo el caso de la firma petrolera de Argelia, a la que se le llama “empresa ciudadana”, porque “para todo lo que hace debe tener siempre en mente a los argelinos. Es decir, tiene que participar en inversiones sociales, en las áreas de medicina, en promoción deportiva para los jóvenes y en la ciencia, entre otras áreas.
Explicó que la compañía petrolera de Argelia tiene convenios con empresas extranjeras para explotar crudo en aguas profundas y que el estado se queda con 90 por ciento de los ingresos obtenidos en este renglón, mientras los socios obtienen el restante 10 por ciento.
El dirigente de la OPEP y ministro de Energía de Argelia fue entrevistado luego de inaugurar una estatua en honor del poeta Emir Abdelkader, que se localiza en el bulevar de los Virreyes. Más tarde asistió a una recepción que se llevó a cabo en la embajada de su país, donde dialogó con Porfirio Muñoz Ledo y el diputado Cuauhtémoc Sandoval, integrantes del Frente Amplio Progresista.
Los dirigente políticos expresaron su oposición a la privatización de la industria petrolera y las razones de tal postura. Muñoz Ledo destacó que detrás de la reforma se encuentra la intención del gobierno calderonista de aumentar la producción de crudo a escala mundial y, de esta manera, reducir el precio del barril, en una acción que beneficiaría a Estados Unidos.
Por otra parte, Chakib Khelil refirió que a la OPEP le interesa mucho que México sea miembro de esa organización, no sólo país observador como ahora, ya que podría tener un rol influyente y positivo.
En relación con los precios del energético, estimó que van a seguir altos, en un rango de entre 80 y 110 dólares el barril, como producto de la recesión económica que se vive en el vecino país de norte, entre otros motivos.
Cuestionado respecto a lo que más podría convenir a México en esta materia, respondió que cada país ha seguido su propia guía de cómo debe ser el sector petrolero, qué rol corresponde a su compañía nacional y la organización del ramo.
Cada nación –insistió– tiene que escoger el modelo más apropiado, lo que implica analizar problemas de tipo político, económico y social. En ese sentido, el funcionario recalcó que las compañías nacionales juegan un rol muy distinto al de los consorcios petroleros trasnacionales, toda vez que estos últimos están mucho más enfocados a la rentabilidad que a la satisfacción de necesidades de los ciudadanos.
Puso como ejemplo el caso de la firma petrolera de Argelia, a la que se le llama “empresa ciudadana”, porque “para todo lo que hace debe tener siempre en mente a los argelinos. Es decir, tiene que participar en inversiones sociales, en las áreas de medicina, en promoción deportiva para los jóvenes y en la ciencia, entre otras áreas.
Explicó que la compañía petrolera de Argelia tiene convenios con empresas extranjeras para explotar crudo en aguas profundas y que el estado se queda con 90 por ciento de los ingresos obtenidos en este renglón, mientras los socios obtienen el restante 10 por ciento.
El dirigente de la OPEP y ministro de Energía de Argelia fue entrevistado luego de inaugurar una estatua en honor del poeta Emir Abdelkader, que se localiza en el bulevar de los Virreyes. Más tarde asistió a una recepción que se llevó a cabo en la embajada de su país, donde dialogó con Porfirio Muñoz Ledo y el diputado Cuauhtémoc Sandoval, integrantes del Frente Amplio Progresista.
Los dirigente políticos expresaron su oposición a la privatización de la industria petrolera y las razones de tal postura. Muñoz Ledo destacó que detrás de la reforma se encuentra la intención del gobierno calderonista de aumentar la producción de crudo a escala mundial y, de esta manera, reducir el precio del barril, en una acción que beneficiaría a Estados Unidos.
Por otra parte, Chakib Khelil refirió que a la OPEP le interesa mucho que México sea miembro de esa organización, no sólo país observador como ahora, ya que podría tener un rol influyente y positivo.
En relación con los precios del energético, estimó que van a seguir altos, en un rango de entre 80 y 110 dólares el barril, como producto de la recesión económica que se vive en el vecino país de norte, entre otros motivos.
Nota de Georgina Saldierna, La Jornada, 5 de abril.
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