WASHINGTON.— La recesión económica en Estados Unidos impactará el monto de las remesas que los inmigrantes envían a América Latina, y esto a su vez tendrá un efecto en el repunte de los índices de pobreza de varios países de la región, pronosticaron analistas del Banco Mundial.
“Sólo en México durante enero pasado los envíos de remesas desde Estados Unidos decrecieron 5.6%”, dijo Pablo Fajnzylber, coautor del estudio Remesas y desarrollo; lecciones desde América Latina, presentado ayer en el marco de la Asamblea de Primavera del Banco Mundial.
Expectativa pesimista sobre EU
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó su Informe de perspectivas económicas mundiales con una expectativa pesimista sobre Estados Unidos. Anticipó que ese país entrará en recesión y estimó que su crecimiento económico será de 0.5%.
Para México previó un crecimiento de 2.2% y anticipó que las economías de China e India continuarán creciendo con solidez, con una estimación que ubicó en 9.3 y 7.9%. “Pese a los agresivos recortes de la Reserva Federal y la oportuna implementación de un paquete de estímulos fiscales, una recesión afectará a Estados Unidos”, dijo.
Previó que la caída de inversiones en el mercado inmobiliario continuará; el consumo decrecerá como resultado de los propietarios de casas que se replegarán ante la posibilidad de que los precios de sus propiedades se desplomen y se reduzca el empleo y el crédito.
En materia de remesas, un pánel de especialistas advirtió que es difícil hacer cálculos respecto de cuál será el impacto de la recesión de Estados Unidos en el dinero enviado por los inmigrantes a distintos países de América Latina, pero advirtió que los montos se reducirán más o menos en la misma proporción de la desaceleración económica estadounidense.
“Esperamos una reducción en el monto global de las remesas, y si eso sucede habrá efectos secundarios en los gastos de quienes las reciben”, dijo Fajnzylber y advirtió que los familiares de los inmigrantes tienden a gastar menos en bienes básicos, educación y salud cuando ocurre un periodo de crisis en la economía.
“Cuando las remesas han aumentado hemos visto un incremento en los ahorros de esas familias. Lo que ahora podríamos prever es un impacto en los índices de pobreza de varios de los países receptores”, señaló.
Dijo que sólo 10% de las remesas en América Latina, que en 2006 ascendieron a unos 52 mil millones de dólares, no son enviadas a través de bancos sino de servicios de transferencia de dinero, que realizan más de 80% de las operaciones. Dijo que los gobiernos de los países receptores deberían poner en marcha acciones dirigidas a reducir el costo de las transferencias, sobre todo en periodos de crisis y también sugirió crear incentivos de inversión.
“Lo que no debe ocurrir por ninguna circunstancia es aplicar impuestos a los envíos de remesas”, dijo el especialista.
“Sólo en México durante enero pasado los envíos de remesas desde Estados Unidos decrecieron 5.6%”, dijo Pablo Fajnzylber, coautor del estudio Remesas y desarrollo; lecciones desde América Latina, presentado ayer en el marco de la Asamblea de Primavera del Banco Mundial.
Expectativa pesimista sobre EU
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó su Informe de perspectivas económicas mundiales con una expectativa pesimista sobre Estados Unidos. Anticipó que ese país entrará en recesión y estimó que su crecimiento económico será de 0.5%.
Para México previó un crecimiento de 2.2% y anticipó que las economías de China e India continuarán creciendo con solidez, con una estimación que ubicó en 9.3 y 7.9%. “Pese a los agresivos recortes de la Reserva Federal y la oportuna implementación de un paquete de estímulos fiscales, una recesión afectará a Estados Unidos”, dijo.
Previó que la caída de inversiones en el mercado inmobiliario continuará; el consumo decrecerá como resultado de los propietarios de casas que se replegarán ante la posibilidad de que los precios de sus propiedades se desplomen y se reduzca el empleo y el crédito.
En materia de remesas, un pánel de especialistas advirtió que es difícil hacer cálculos respecto de cuál será el impacto de la recesión de Estados Unidos en el dinero enviado por los inmigrantes a distintos países de América Latina, pero advirtió que los montos se reducirán más o menos en la misma proporción de la desaceleración económica estadounidense.
“Esperamos una reducción en el monto global de las remesas, y si eso sucede habrá efectos secundarios en los gastos de quienes las reciben”, dijo Fajnzylber y advirtió que los familiares de los inmigrantes tienden a gastar menos en bienes básicos, educación y salud cuando ocurre un periodo de crisis en la economía.
“Cuando las remesas han aumentado hemos visto un incremento en los ahorros de esas familias. Lo que ahora podríamos prever es un impacto en los índices de pobreza de varios de los países receptores”, señaló.
Dijo que sólo 10% de las remesas en América Latina, que en 2006 ascendieron a unos 52 mil millones de dólares, no son enviadas a través de bancos sino de servicios de transferencia de dinero, que realizan más de 80% de las operaciones. Dijo que los gobiernos de los países receptores deberían poner en marcha acciones dirigidas a reducir el costo de las transferencias, sobre todo en periodos de crisis y también sugirió crear incentivos de inversión.
“Lo que no debe ocurrir por ninguna circunstancia es aplicar impuestos a los envíos de remesas”, dijo el especialista.
Nota de Wilbert Torre, El Universal, 9 de abril.
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