La Cámara de Diputados federal aprobó un exhorto a las autoridades judiciales federales y de Oaxaca para que esclarezcan el asesinato de Teresa Bautista Merino y Felícitas Martínez, locutoras del programa de radio La voz que rompe el silencio, que se transmite en la comunidad de San Juan Copala.
El pasado 7 de abril fueron asesinadas las dos conductoras y por ello la Cámara Baja, aún con la ausencia del Frente Amplio Progresista (FAP), pidió una investigación seria, aunque no condenó los hechos.
Incluso, sólo tomó la palabra la diputada del PRI por Oaxaca, Patricia Villanueva Abraján, quien presentó a los legisladores un tipo de reporte forense en el que describió con frialdad la muerte de las mujeres, dejando entrever que los asesinatos respondieron más bien a asuntos de disputa y de violencia en la región.
El detonador de la violencia
“La instalación de ese municipio autónomo fue el detonador para que la violencia se hiciera presente en un grado mayor en la región; en la zona trique del estado de Oaxaca, se siente en la piel y se palpa con las manos y se quema en los pies la pobreza y la violencia.
“Es necesario, es urgente erradicar la violencia, pero este logro sólo se podrá conseguir si se extermina la pobreza. Es tiempo de soluciones. Todos debemos ser partícipes para que tanto la zona triqui y los municipios más pobres del país puedan superar el rezago”, dijo.
Así, hasta la Cámara de Diputados llegó un punto de acuerdo que va de la mano con la versión de las autoridades de Oaxaca sobre que es consecuencia de diferencia étnicas.
Tipificar la desaparición
En contraste, el diputado Jesús de León Tello, del PAN, presentó una iniciativa en la que propone tipificar como delito grave la desaparición de periodistas, lo que significaría que las autoridades estatales comuniquen y dejen en manos de las federales las investigaciones, pues hasta la fecha no se ha resuelto ninguno de los centenares de agresiones y muertes de los representantes de los medios de comunicación.
Falta voluntad
El presidente de la comisión especial de seguimiento a las agresiones a periodistas, el panista Gerardo Priego, se reunió con Lolita de la Vega, ante quien reconoció que no hay voluntad política en los gobiernos municipales, estatales y hasta el federal para resolver los delitos cometidos contra los comunicadores.
El pasado 7 de abril fueron asesinadas las dos conductoras y por ello la Cámara Baja, aún con la ausencia del Frente Amplio Progresista (FAP), pidió una investigación seria, aunque no condenó los hechos.
Incluso, sólo tomó la palabra la diputada del PRI por Oaxaca, Patricia Villanueva Abraján, quien presentó a los legisladores un tipo de reporte forense en el que describió con frialdad la muerte de las mujeres, dejando entrever que los asesinatos respondieron más bien a asuntos de disputa y de violencia en la región.
El detonador de la violencia
“La instalación de ese municipio autónomo fue el detonador para que la violencia se hiciera presente en un grado mayor en la región; en la zona trique del estado de Oaxaca, se siente en la piel y se palpa con las manos y se quema en los pies la pobreza y la violencia.
“Es necesario, es urgente erradicar la violencia, pero este logro sólo se podrá conseguir si se extermina la pobreza. Es tiempo de soluciones. Todos debemos ser partícipes para que tanto la zona triqui y los municipios más pobres del país puedan superar el rezago”, dijo.
Así, hasta la Cámara de Diputados llegó un punto de acuerdo que va de la mano con la versión de las autoridades de Oaxaca sobre que es consecuencia de diferencia étnicas.
Tipificar la desaparición
En contraste, el diputado Jesús de León Tello, del PAN, presentó una iniciativa en la que propone tipificar como delito grave la desaparición de periodistas, lo que significaría que las autoridades estatales comuniquen y dejen en manos de las federales las investigaciones, pues hasta la fecha no se ha resuelto ninguno de los centenares de agresiones y muertes de los representantes de los medios de comunicación.
Falta voluntad
El presidente de la comisión especial de seguimiento a las agresiones a periodistas, el panista Gerardo Priego, se reunió con Lolita de la Vega, ante quien reconoció que no hay voluntad política en los gobiernos municipales, estatales y hasta el federal para resolver los delitos cometidos contra los comunicadores.
Nota de Andrea Merlos y Ricardo Gómez, El Universal, 23 de abril.
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