Divide reforma energética a la población

Una encuesta realizada por la Consultoría en Mercadotecnia De la Riva arrojó que en las 32 entidades del país, 51% de la población está en favor de que se den cambios en Petróleos Mexicanos, mientras que 27% se opone y 22% dice no saber nada del tema.

En consecuencia, añadió que todo esto está generando en el consumidor síntomas de depresión o frustración. Y añade que la desinformación provoca que el concepto de "privatización" de Pemex esté permeando, con todo y sus connotaciones negativas.

La reforma energética está dividiendo a la población y crea emociones encontradas, por un lado, enojo, desconfianza y pesimismo y, por otra parte, optimismo, esperanza y tranquilidad, dijo Roberto Valdez, vicepresidente técnico De La Riva Investigación Estratégica.

Por lo que recomendó a empresas publicistas que no es momento de lanzar nuevas campañas de marcas o productos, y, en caso de realizarlas, que sean lo más claros y precisos y que muestren una cara de globalización.

Es decir, deben contrarrestar la imagen que se ha creado en la gente de que en México no puede hacer grandes cosas que en otros países sí se pueden realizar y que las empresas comiencen a dar mayor información de sus exportaciones.

La encuesta, realizada del 19 al 23 de abril, se hizo vía telefónica y se aplicó a 609 casos entre hombres y mujeres mayores de 18 años. Uno de sus objetivos fue conocer el impacto que ha tenido la propuesta de reforma energética en la opinión pública, estableciendo el nivel de conocimiento, la percepción, la valoración y la actitud política que genera.

Ante empresarios, Roberto Valdez, experto en mercadotecnia, dijo que la reforma es más aceptada por personas de niveles socioeconómicos más altos, las mujeres, las edades mayores y el norte del país.

Por el contrario, entre los niveles socioeconómicos medios y bajos, las edades más jóvenes, los hombres y el centro del país (área metropolitana de la Ciudad de México y estados colindantes) tiende a percibirse de manera más negativa.

Como parte de este proceso se les preguntó a los entrevistados qué tanta confianza les generan las instituciones, ubicándose en el último lugar la clase política.

El 51% de los entrevistados mencionó que tiene más credibilidad en la UNAM, 43% en el Ejército, 42% en la iglesia y 26% los medios de comunicación.

Al referirse a los cambios legales que se podrían realizar en Pemex, cuatro de cada 10 encuestados vinculan el término reforma energética con privatización y son personas que no están informadas, por lo cual son más vulnerables a que se les impongan imágenes míticas sobre la industria petrolera.

En contraste, las personas más enteradas del tema consideran que la reforma permitirá un mayor desarrollo, más inversiones, generación de empleo, y se muestran preocupadas porque Estados Unidos se pueda robar el petróleo de los mexicanos mediante el denominado "efecto popote".

Más aún los hidrocarburos se han vuelto un tema de discusión a la hora de comer en familia, ya que cuatro de cada 10 han mostrado interés en esta cuestión.

Roberto Valdez, vicepresidente técnico de De La Riva Investigación Estratégica, añade que aun cuando la población está atenta del rumbo que podría tomar el sector petrolero en México, hay 33% que se siente engañada, enojada o incómoda.

La población encuestada que está en desacuerdo percibe la reforma energética beneficiará a las empresas y al gobierno, mientras que una tercera parte considera que los mexicanos resultarán favorecidos con los cambios.

El problema es que solo una minoría está bien informada y por tanto tienen una opinión más objetiva, finalizó.
Nota de Margarita Palma Gutiérrez, El Economista, 30 de abril.

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