El impacto de nacionalización de Cemex, sin determinar

El impacto final que tendrá la nacionalización de las operaciones de Cementos Mexicanos en Venezuela estará en función del monto de indemnización que el gobierno del país sudamericano otorgue por los activos de la firma mexicana, aseguró Rodrigo Heredia, analista de Ixe Casa de Bolsa.

"Seria difícil conocer los recursos que Cemex podría recibir por la venta de sus activos en Venezuela y el impacto que esto tendría", manifestó el especialista.

De acuerdo con un análisis de Ixe Casa de Bolsa, el valor de mercado proporcional de las operaciones de la firma en la nación sudamericana asciende a 400 millones de dólares, mientras que el valor de libros es de 606 millones.

"El grado del impacto de la estatización de Cemex estará en función del monto que se obtenga, si se tiene una cantidad muy de la mano del valor del mercado el impacto será negativo para los números de la compañía no para las operaciones de la empresa, ya que ésta podrá seguir trabajando con o sin Venezuela", explicó.

Sin embargo, enfatizó en entrevista con El Economista, si el monto es mayor y parecido al de libros el impacto sería moderadamente negativo y a medida que vaya subiendo el efecto sería un poco mejor.

"Si va a ser bueno o va a ser malo depende de cuánto será el monto que puede obtener Cemex en este tema", abundó.

Hereria puntualizó que, apesar de que la compañía no ha hecho ninguna declaración al respecto, el flujo obtenido o la mayoría de éste sería destinado para el pago de deuda de la cementera.


Exportaciones a EU, sin mayor impacto.

Venezuela como país estratega para las exportaciones de Cemex a Estados Unidos no tiene mayor relevancia en la estatización de las operaciones de la firma mexicana, expuso Heredia.

"Hoy por hoy, el tema de comercio no es un factor que uno pueda tomar como negativo, ya que las exportaciones de la compañía de Venezuela a Estados Unidos realmente representan una parte muy pequeña de sus ventas", aseguró.

Además, agregó, la cementera posee otras instalaciones en Centroamérica -República Dominicana, Puerto Rico, Nicaragua, Costa Rica y Panamá- que pudieran sustituir el lugar exportador.

Nota de Fernando Franco, El Economista, 18 de abril.