'Está acabado, le duele el corazón'

El pasado lunes, José Pérez Pérez salió del penal El Amate, en Chiapas, junto con otros 136 indígenas presos. Después de 10 años de estar en prisión acusado por el delito de homicidio y de pasar 35 días en huelga de hambre, le dijeron que saldría libre, pero se equivocaron.

Flaco, casi esqueleto, según recuerda su esposa Roselia López quien lo vio apenas un día antes, iba en una camioneta cuando las autoridades del penal lo bajaron para regresarlo a la cárcel.

Él no saldría libre, se habían equivocado de nombre.

Por teléfono, desde el plantón instalado en Tuxtla Gutiérrez, frente al Palacio de Gobierno estatal para apoyar a sus familiares y denunciar la violación a sus derechos, Roselia López de 44 años habla de la pena que viven ella, sus dos hijos, y su esposo.

"Lo vi ya está muy acabado, ya estaba doliendo su corazón, a veces siente mal, empieza a llorar y se deshace. Cuando empieza a llorar me da lástima también, cómo él, cómo yo estamos sufriendo. Creo que por eso siempre está llorando, porque sufrimos".

José Pérez sufre constantes desmayos y sangrados de la nariz. Desde que inició la huelga de hambre lo único que consume es agua y miel. Según Roselia, dice que es para aguantar más la lucha por su libertad.

Él es uno de los 17 indígenas que continúan presos en huelga de hambre o en ayuno en protesta al sistema de justicia estatal, al que acusan de haberles sacado declaraciones con violencia, de haber violado su derecho al debido proceso y al traductor.

Por su condición de pobreza lleva un abogado de oficio que trata de revertir las sentencias de dos expedientes que lo hacen cumplir una condena de 33 años y otra de 8 años.

Él era un campesino miembro de la Central Independiente de Organizaciones Indígenas y Campesinas por lo cual ha sido reclamado por organizaciones sociales y de derechos humanos como un preso político.

Treinta de los 137 indígenas liberados el lunes se han unido al plantón instalado por familiares de los presos y organizaciones civiles y advierten que mantendrán su huelga de hambre hasta que se libere a sus compañeros.

Ahí, junto a Roselia López, leyeron un comunicado: "Somos presos políticos y de conciencia porque el gobierno con sus leyes injustas nos ha fabricado diferentes delitos porque somos personas que nos organizamos para luchar por las necesidades justas de nuestros pueblos".
Nota de Daniela Rea, Reforma, 2 de abril.

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