FCH reconoce que el ciudadano no cree que hay justicia expedita

“En la percepción del ciudadano, en México no hay aún justicia ni pronta ni expedita. Esa es la verdad”, reconoció el presidente Felipe Calderón.
Admitió también que los acusados, los ofendidos y, particularmente las víctimas, hasta ahora no han gozado de la protección y atención debida del Estado.
Al participar en el Congreso “El Sistema de Justicia Penal en México: Retos y Perspectivas”, instó a los restantes congresos locales a aprobar la reforma constitucional en materia de justicia penal cuyo principal objetivo es impedir que la impunidad sea aliada de quienes quebrantan la ley.
En el anfiteatro Simón Bolívar, recinto de la Máxima Casa de Estudios, el presidente Calderón reconoció que el fenómeno delictivo es hoy más complejo, por eso las instituciones encargadas de impartir justicia deben modernizarse y fortalecerse.
“En la percepción de los ciudadanos, en México no hay aún justicia pronta ni expedita, esa es la verdad”, reconoció al tiempo de pronunciarse porque los Tres Poderes de la Unión de los tres órdenes de gobierno trabajen de manera corresponsable y coordinada.
“Debemos actuar bajo una misma visión de Estado para poner en marcha las adecuaciones y adoptar los nuevos procedimientos que esta reforma (de justicia penal) nos obliga”, sostuvo.
Acompañado por el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz Mayagoitia, y el procurador general de la República, Eduardo Medina-Mora, el mandatario subrayó que la reforma de justicia penal requiere con urgencia el diseño y puesta en marcha de un proceso de transición ordenado y coherente.
Dijo que de ser aprobada la reforma en los restantes congresos locales -ya son 12 los que han dado su voto a favor- se permitirá fortalecer a todos los actores del proceso penal; contar con mejores policías, con un nuevo sistema que lo haga posible, con agentes del Ministerio Público mejor preparados para presentar los casos ante los jueces; mejores defensores y jueces.
Y entre otros objetivos, busca agilizar y transparentar los procesos penales y transitar de un sistema de justicia inquisitorial a uno acusatorio con juicios orales y procesos simplificados, desahogados ante la presencia de un juez.
Se podrán reducir espacios a la corrupción e impunidad, porque sentará las bases para que el Ministerio Público y las policías investiguen los delitos de manera más eficaz, expedita y profesional.
Permitirá contar con medios alternativos de solución de controversias para restituir al agraviado en el goce de sus derechos.
Asimismo indicó que se debe avanzar en temas como la capacitación de todos aquellos que serán encargados de operar la reforma y en la consolidación de una nueva cultura, no sólo de procuración e impartición de justicia en el país sino para generar una sólida cultura de legalidad de todos los mexicanos.
En el caso del crimen organizado, dijo que los poderes “tenemos la responsabilidad de garantizar que ministerios públicos, policías y jueces puedan procurar e impartir justicia”.

Nota de Cecilia Téllez, Crónica, 25 de abril.