“¡Hay arreglo! ¡Triunfamos!”

El diputado perredista Alejandro Sánchez Camacho está pegado al celular. A las 13:30 horas, segundos después de que el Frente Amplio Progresista anuncia la liberación de la tribuna en el Senado, el rostro se le ilumina.

Es el encargado de transmitir a sus compañeros que la resistencia legislativa llegó a su fin. “¡Compañeros: ya se anunció el acuerdo (en el Senado)!”, dice para que la prensa también se entere.

Sánchez Camacho fue de los diputados más aguerridos en estos 16 días de paro. Se le ve ansioso, pero eufórico. Toma un micrófono e informa lo inevitable: “En estos momentos se acaba de anunciar el acuerdo en el Senado”.

En el Senado, efectivamente, el FAP acababa de aceptar el debate de 71 días sobre la reforma energética.

La noticia corre, porque el grupo de 30 diputados opositores que se encontraba en San Lázaro crece de pronto a 60. Todo es alegría. Los legisladores de PRD, PT y Convergencia toman banderas de México, las ondean y comienza el griterío: “¡Debate sí, albazo no!”, “¡Calderón, entiende, la patria no se vende!”

“Nos vamos”

Minutos después, casi gozosos, los fapistas comienzan a desatar nudos, enredar lazos y envolver mantas. También reacomodan las 200 curules que habilitaron como barricada para evitar la entrada de diputados de PAN y PRI.

En esa labor se afanan Emilio Ulloa, Humberto Zazueta, Valentina Batres, Aleida Alavez, Cuauhtémoc Sandoval y Layda Sansores, entre otros. Dejan para el final la manta gigante que dice “Clausurado en defensa del petróleo y de la patria” y una más, en la que se lee: “Sí al debate nacional”.

A las 14:10 llegan al salón los coordinadores del PRD, Javier González Garza; Convergencia, Alejandro Chanona, y PT, Ricardo Cantú.

“¡Bravo, güero!”, grita la tabasqueña Mónica Fernández, y el perredista saluda la algarabía. “¡Triunfamos!”, repite González Garza desde el centro de la tribuna.

El Güero lee el mismo discurso de Carlos Navarrete en el Senado. Al término lanza vivas a México y se entona el Himno Nacional. Es un triunfo del FAP, dice, y reconoce la labor del panista Santiago Creel y el priista Manlio Fabio Beltrones.

Pasadas las 14 horas llega el momento de desmontar el pastel (Barrales, dixit), es decir, la gran manta de ocho por 16 metros. Los legisladores la enrollan y la sacan del salón como si cargaran un ataúd.

El martes y miércoles (fin del periodo ordinario), los diputados sesionarán en su sede oficial, pues Pablo Arreola, del PT, y Layda Sansores, de Convergencia, retiraron finalmente los candados y cadenas de los accesos al pleno.
Nota de Mauricio Juárez, Milenio, 26 de abril.

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