Hay que rescatar Pemex de las garras de Hacienda

La tardanza del gobierno federal en presentar la iniciativa de reforma energética dividió al PRI y radicalizó su posición. Ahora, uno de los puntos que más apoyo han ganado dentro de ese partido es “reexpropiar” Pemex, pero de las “garras” de la Secretaría de Hacienda.

Dentro del tricolor conviven varias posiciones , desde aquellos que avalan la inversión privada en áreas como petroquímica y explotación de aguas profundas hasta quienes mantienen un no rotundo al capital empresarial.

De hecho, en el PRI conviven tantas posiciones, algunas tan radicales, que algunas se acercan al PRD y otras al PAN.

En días recientes, el coordinador de la bancada del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, declaró que si el gobierno no presentaba su propuesta el tricolor sí lo haría.

Esta posición parece estar disociada de la visión de los gobernadores priistas, que reclaman mayores recursos de Pemex, y de la propia dirigencia nacional, que avala la propuesta de la Fundación Colosio, es decir, aprovechar los yacimientos que no fueron completamente explotados en el pasado.

Aunque no parezca, también hay coincidencias dento de este partido. La más importante es que los militantes del tricolor rechazan cualquier reforma constitucional en el sector y dicen no a los contratos de riesgo.

La reexpropiación

El senador priista e integrante de la Comisión de Energía, Rogelio Rueda, admite que ante la intransigencia del PRD y la ineficiencia del PAN, el PRI ha tenido que exponer una posición, contenida en los documentos básicos de su partido.

El año pasado, durante la cuarta Asamblea Nacional Extraordinaria, el tricolor planteó “establecer un régimen fiscal (de Pemex) que le asegure contar con recursos suficientes para cumplir sus objetivos”.

También planteaba “reestructurar su situación financiera y que el Estado mexicano reconozca que, por razones y decisiones ajenas a la empresa, se contrató deuda de manera indebida”.

Rueda insiste en que los priistas esbozan una propuesta que pugna por la autonomía de gestión de Pemex y un consejo de administración conformado por especialistas, que sean ratificados por el Senado y no estén expuestos a vaivenes políticos.

También insiste en impulsar normas flexibles para contratar obra pública y libre decisión en la producción de hidrocarburos. Todo esto estaría regulado por un órgano que permita la planeación de largo plazo y garantice la transparencia en sus finanzas.

“Esto es como reexpropiar Pemex, aunque ahora de las manos de la Secretaría de Hacienda, que es la que define los gastos de la paraestatal”, refiere.

Por su parte, el ex director de la paraestatal Francisco Rojas asegura que Pemex tiene una deuda reconocida de 614 mil millones de pesos, además de 42 mil millones de dólares en Pidiregas y un fuerte pasivo laboral.

Por ello, los priistas han planteado que se utilicen los excedentes petroleros para aliviar la situación, aunque sin tocar los ingresos de los estados, pues de lo contrario los 18 gobernadores del tricolor se opondrían y presionarían a los legisladores de sus estados para reventar la propuesta.

Ascensión Orihuela, integrante de la Comisión de Energía, señala que lo importante en este momento es aprovechar los altos precios del crudo. También reafirma la necesidad de analizar el diagnóstico del gobierno sobre Pemex para definir una estrategia institucional.

Los más rebeldes

Pero las diferencias entre priistas están a la orden del día. El caso más significativo es la visión, completamente opuesta, entre los líderes legislativos, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón, con la presidenta nacional, Beatriz Paredes.

Desde finales de enero, en la reunión que sostuvieron los legisladores con el CEN priista, Paredes pidió a diputados y senadores que se mantuvieran al margen de temas polémicos, incluida la reforma energética.

La misma petición fue girada a los gobernadores, a quienes sugirió que antes de hacer propuestas esperaran que el gobierno federal presentará su iniciativa.

Sin embargo, ante la irrupción del debate en los medios y las negociaciones del gobierno con el Congreso, Paredes aceptó como oficial la propuesta de la Fundación Colosio, que antes había presentado Francisco Rojas.

En ese planteamiento, el tricolor señala que la situación crítica de Pemex “obedece a un plan de privatización”y rechaza la llegada de capital privado a la empresa.

Además de esta pugna entre los líderes parlamentarios y la dirigencia nacional, varios legisladores del tricolor han mostrado su inconformidad; algunos han planteado, de forma abierta , su desacuerdo con la reforma energética.

Los senadores María de los Ángeles Moreno y Heladio Ramírez López han confrontado la posición de Francisco Labastida, quien lleva la batuta del tema en la bancada. El ex líder de la CNC publicó incluso un desplegado contra la privatización de Pemex.

En San Lázaro, hasta 20 legisladores se han manifestado contra la reforma, entre ellos José Murat, Beatriz Pagés, Alfredo Ríos Camarena y Jesús Reyna.

En la definición final que adopte el PRI será de vital importancia la negociación con los gobernadores, especialmente de los estados petroleros (Veracruz, Tamaulipas, Tabasco y Campeche), porque ya trabajan en sus respectivas propuestas, que estarían listas el 4 de abril.

Los mandatarios locales empujan para que Pemex pague impuestos relacionados con la producción petrolera, además de que se les permita explotar pozos abandonados o marginales (en asociación con empresas privadas) y fijar un cobro por daños ambientales.

También plantean que el gas que la paraestatal quema en sus pozos se regale a los estados para utilizarlo en la producción de energía eléctrica. Esto permitiría abaratar los costos de la electricidad, además de que las entidades tendrían acceso a los bonos verdes (recursos) del Banco Mundial.
Nota de Georgina Morett, Milenio, 2 de abril.

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