“Irresponsabilidad”, posponer la reforma petrolera: Calderón

Acapulco, Gro., 3 de abril. El presidente Felipe Calderón advirtió ante los banqueros que sería una “irresponsabilidad” enterrar la cabeza en la arena y posponer la reforma petrolera argumentando que a este gobierno no le estallará el problema, pero sí “al que venga atrás que arreé”.

En respuesta a priístas y perredistas, rechazó que el diagnóstico gubernamental sobre el petróleo sea de catástrofe, pero dijo que sí lo sería ignorar estos datos por temor, por interés político o intereses de grupo.

Por otra parte, a diferencia de sus discursos anteriores, fue más directo ante ministros de Energía de América Latina, el Caribe y África reunidos en Cancún, Quintana Roo, y ahí planteó que el “nuevo marco regulatorio” para Petróleos Mexicanos (Pemex) deberá dar a la paraestatal la posibilidad de expandir rápidamente su capacidad de refinación con inversión propia y complementaria”.

Riesgos y costos

Después, en Acapulco, durante la 71 Convención de la Asociación de Bancos de México (ABM), el michoacano se envalentonó y afirmó que está asumiendo todos los riesgos, los costos necesarios en esta materia, y dio “plena seguridad” de que si ha destrozado mitos con reformas que parecían imposibles de aprobar, continuará con las transformaciones pendientes.

En su nueva argumentación en favor de la reforma energética, declaró que si su gobierno no hace nada, probablemente enfrente algunos problemas hacia el final del sexenio, sobre todo si baja el precio del petróleo, pero quizás los sorteará.

Sin embargo, “no podemos simplemente enterrar la cabeza en la arena e ignorar los problemas que tiene el país, porque no podemos escudarnos en el hecho de que a mí por lo menos no me va a estallar el asunto, pero al que venga atrás que arreé, le va a estallar”.

Desde la mañana, con los ministros de Energía llamó a actuar ahora antes de que sea demasiado tarde, porque siempre será mejor enfrentar la realidad que ignorarla, siempre será superior el interés nacional que los intereses parciales.

Al día siguiente de la dura comparecencia de la secretaria de Energía, Georgina Kessel, ante los diputados priístas, Calderón aprovechó para responder a sus críticos sin mencionarlos, aunque por el contenido del discurso era evidente que uno de los destinatario principales era el líder del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, quien ha cuestionado el citado diagnóstico y ha exigido al Ejecutivo que envíe su iniciativa de reforma al Congreso de la Unión.

“Hay quien califica los datos del diagnóstico presentado por la Secretaría de Energía y Petróleos Mexicanos como de catástrofe. La verdad es que los datos simplemente describen una realidad que da motivos de preocupación, pero también da enormes motivos de aliento acerca de las grandes potencialidades de nuestra industria petrolera”, expresó.

En lo que pareció una referencia al movimiento de Andrés Manuel López Obrador contra la privatización del petróleo, se quejó de que este problema genera oportunidad de “abuso y distorsión de la información”.

Y si bien varias veces se manifestó en favor de modificar el marco regulatorio de la paraestatal, reiteró que Pemex no se privatiza y el petróleo seguirá siendo de los mexicanos. E hizo un llamado de unidad porque, reiteró, el momento de hacer algo es hoy.

Como parte de la estrategia de la Presidencia de la República para convencer a la opinión pública de las bondades de la reforma energética, utilizó los datos del diagnóstico presentado el domingo pasado y los tradujo en pérdidas para la paraestatal. La cuestión, explicó, es que cada barril de petróleo sin explotar es un costo de oportunidad para el desarrollo de México.

Aseguró, por ejemplo, que Pemex dejó de producir 300 mil barriles diarios de petróleo y con ello dejó de obtener, a precios actuales, 9 mil millones de dólares anuales equivalentes a tres veces el presupuesto de 3 mil 800 millones de dólares del programa Oportunidades.

A pesar de este escenario, afirmó en cuatro ocasiones que hay una “buena noticia”, porque sí es posible aumentar las reservas probadas, la producción de petróleo y multiplicar la producción de refinados, si los mexicanos tienen el valor de resolver el futuro de la paraestatal.

Valiéndose del argumento del cuestionado espot sobre el “tesoro escondido” en aguas profundas, señaló que esto será posible si México, como en muchos otros países, aprovecha el petróleo localizado en esas aguas, donde se estima puede estar más de la mitad de las reservas probables para el futuro.

A tono con el discurso presidencial, la secretaria de Energía, Georgina Kessel, aseguró que fortalecer a Pemex es un asunto de seguridad nacional y pidió que el debate, el diálogo y la deliberación no impliquen polarizar y confrontar.

Mientras la canciller Patricia Espinosa llegaba unos minutos tarde, y luego en la intervención de Calderón aprovechó para hablar vía celular, Kessel remarcó la importancia de no dejar pasar el tiempo para la reforma energética, porque las actuales y futuras generaciones “estarán desaprovechando las ventajas que implica ser dueños de una enorme riqueza petrolera. Cada día que dejamos pasar, son ingresos que México pierde”.

Declaró que es tiempo de construir acuerdos y dijo que no hay razón por la cual México no pueda seguir el ejemplo de países hermanos que encontraron mecanismos para garantizar su seguridad energética por encima de consideraciones ideológicas o políticas.

Nota de Claudia Herrera, Roberto González, Juan Antonio Zúñiga y Israel Rodríguez, enviados.


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