La travesía hacia NY

NUEVA YORK.— Cuando vi que las deudas ya me estaban comiendo, me decidí: salí del aeropuerto de Puebla hacia Sonora. En Hermosillo ya hay gente esperándote. Ah, soy Carlos Hernández, migrante.

Era noviembre. Lo pensé mucho porque todavía para venirme conseguí los 5 mil pesos para poderme pasar hasta Sonora. De ahí te llevan a Caborca y ahí esperé un día. Te llevan a Altares. Cuando cae la noche te mandan a la línea. Yo me quedé dos días en la línea.

Ellos saben en qué momento salir, puedes esperar un día, dos días, había gente que llegaba y se iba luego, depende el precio. Si tú vas a caminar tres días no te esperas.

Nosotros íbamos a caminar menos. Caminas desierto, no sé si el de Altar, pero llegas a la carretera de Arizona.

Es la base de contactos. En Arizona llegamos igual a una casa. Y ahí depende a dónde vayas. Hay quienes van a Nueva York, a California, a Carolina, ya de ahí de Arizona se desplaza uno en carretera.

Por ejemplo, de Arizona para acá son dos días. Yo, la verdad, llegué con 100 pesos. Si me hubieran regresado no sé que hubiera hecho. En el camino te paras una vez al día. El chofer se baja a comprar pollo o pizza, pero solamente comes en la mañana y en la noche. Así los dos días, quien sabe por dónde pasamos.

Llegando a Nueva York te dejan en una casa y ahí llaman a tus amigos para que te recojan. Consigues trabajo rápido, ese ya no es problema.
Crónica de Luis Guillermo Hernández, El Universal, 11 de abril.

0 Responses to "La travesía hacia NY"