Padecen maltrato las etnias

El eterno acompañante de Manuel es su sombrero viejo de palma, y el de su esposa Eugenia, el rebozo roído.

Ambos son mazahuas de 85 años de edad y aunque frecuentemente los llamen despectivamente "indios" prefieren vivir en el DF que en su natal Michoacán.

De acuerdo con diversas organizaciones civiles se estima que en la Ciudad de México existen más 300 mil indígenas distribuidos en las 16 delegaciones, los cuales son discriminados y carecen de una vida digna.

"El trato que se les da no es agradable, hay discriminación, inseguridad, falta de empleo, malas condiciones de vida, alimentación; no les dan trabajo y están desprotegidos en la salud", señaló Edgar Torres, presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas de la Asamblea Legislativa del DF.

En los pasillos de la estación del Metro Portales diariamente Manuel y Eugenia extienden sus manos para pedir unas monedas. Al final de la jornada llegan a obtener hasta 100 pesos.

Tienen su casa en Querétaro y, de vez en cuando, van a su rancho para sembrar. Pero los ingresos en el campo son insuficientes.

Debido a que no hablan español o no tienen documentación oficial, los indígenas se emplean como comerciantes ambulantes, albañiles, cargadores de la Central de Abasto, limpia parabrisas o limosneros.

Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), las comunidades con mayor presencia en la ciudad son la nahua, otomí, mixteca, zapoteca, mazahua, mazateca, totonaca, maya, mixe y purépecha.

Ante la falta de vivienda, los indígenas improvisan campamentos bajo puentes, glorietas, jardines o en predios abandonados que invaden de forma ilegal, según la Comisión.
Nota de Henia Prado, Reforma, 8 de abril.

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