Ratifican despenalizar la inmigración ilegal

El pleno de la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad la despenalización de la inmigración indocumentada, sustituyendo el castigo de hasta diez años de cárcel con multas de entre 20 y 100 días de salario mínimo a quienes ingresen sin autorización al territorio nacional.

El ingreso al país sin documentos migratorios dejará de ser un delito, para ser considerado sólo una falta administrativa.

Con 393 votos a favor, los diputados de las ocho fracciones parlamentarias en San Lázaro ratificaron el proyecto de reformas a la Ley General de Población aprobado la víspera por el Senado.

Con ello, indicó el legislador panista José Nicolás Morales, presidente de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios, el Congreso de la Unión salda una deuda pendiente con la protección de los migrantes desde hace 20 años.

El diputado jalisciense detalló que la enmienda legal no sólo despenaliza la migración indocumentada y suprime la pena de cárcel, sino que además abre los canales para la regularización migratoria y contribuye al respeto de los derechos humanos de los migrantes.

Por el PRD, José Jacques sostuvo que las reformas ponen fin al vergonzoso hecho de ser “candil de la calle y oscuridad de la casa”, al protestar contra el trato inhumano contra los migrantes mexicanos en Estados Unidos.

En su turno, el priista Edmundo Ramírez celebró la despenalización de la migración indocumentada, como primer paso para defender a los connacionales en la Unión Americana.
Nota de Mauricio Juárez y Fernando Damián, Milenio, 30 de abril.

1 comentarios:

Santiago Chiva, Granada responded on 1 de mayo de 2008, 11:22 #

Hola.
La inmigración tiene una cara humana; me ha gustado la movilización que -por encima de ideologías y creencias religiosas- han hecho en el Reino Unido el grupo “Strangers into Citizens”. Austen Ivereigh, su principal promotor ha explicado en Granada el pasado fin de semana cómo han logrado que los tres principales candidatos para la alcaldía de Londres de las municipales que se celebran –el conservador, el laborista y el liberal- apoyaran su propuesta, que la Cámara de los Comunes la haya discutido y que el partido liberal la haya hecho suya.
Su planteamiento no es solidaridad ingenua sino puro pragmatismo británico: sacar del limbo legal en que se encuentran cientos de miles de personas que nunca podrán ser repatriadas por el inmenso coste que supondría. No es una tarea popular: la objeción que se le pone -el posible efecto llamada de una medida como ésta- es seria. Sin embargo la propuesta humanitaria es compatible con la fortaleza del Estado en el control de fronteras y contra la delincuencia. Un ejemplo de movilización ciudadana desinteresada del que los españoles podemos aprender mucho…

Santiago
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