rEl senador Pablo Gómez expuso a militantes perredistas que la toma de la tribuna en la Cámara alta logró romper el ritmo de negociaciones que llevaban a cabo los grupos parlamentarios del PRI y PAN para aprobar la reforma a Pemex.
"Las negociaciones del PRI y PAN se suspendieron, ya no era cosa de sacar rápido la reforma, habíamos irrumpido y para ellos el asunto del tiempo para aprobar la reforma ya no estaba controlado", dijo.
En una reunión de la corriente Movimiento por la Democracia, a la que pertenece, relató que la propuesta de un debate nacional para desmenuzar la iniciativa del Presidente Felipe Calderón generó primero un rechazo del PAN.
Sostuvo que Santiago Creel recibió presiones de su partido, el PAN, y del gobierno para no avalar ningún debate, porque se decía que entraba al terreno que el PRD quería, pese a lo cual el presidente del Senado continuó con la negociación.
Por otro lado, indicó, la bancada del PRI, coordinada por Manlio Fabio Beltrones, endureció su postura cuando quiso imponer un formato de debate nacional de 50 días, porque prendía dirigir los tiempos en las negociaciones políticas con el gobierno.
El perredista consideró que PAN y PRI quieren llegar a un acuerdo, porque el partido del Presidente Calderón sabe que de otra manera no se aprobaría la reforma, y porque el tricolor busca obtener otras concesiones en temas que no tengan que ver con el petróleo.
"Los priistas quieren definir los tiempos de las negociaciones del acuerdo político con el gobierno y que el resultado no dependa sólo del contenido y tiempo de la reforma", apuntó.
Aseguró que el Frente Amplio Progresista va a ganar el debate en todos los temas y para cuando se termine la discusión y se pretenda dictaminar, el PAN y PRI van a tener que someter la propuesta a un referéndum, pues el FAP va impedir cualquier atropello.
"Las negociaciones del PRI y PAN se suspendieron, ya no era cosa de sacar rápido la reforma, habíamos irrumpido y para ellos el asunto del tiempo para aprobar la reforma ya no estaba controlado", dijo.
En una reunión de la corriente Movimiento por la Democracia, a la que pertenece, relató que la propuesta de un debate nacional para desmenuzar la iniciativa del Presidente Felipe Calderón generó primero un rechazo del PAN.
Sostuvo que Santiago Creel recibió presiones de su partido, el PAN, y del gobierno para no avalar ningún debate, porque se decía que entraba al terreno que el PRD quería, pese a lo cual el presidente del Senado continuó con la negociación.
Por otro lado, indicó, la bancada del PRI, coordinada por Manlio Fabio Beltrones, endureció su postura cuando quiso imponer un formato de debate nacional de 50 días, porque prendía dirigir los tiempos en las negociaciones políticas con el gobierno.
El perredista consideró que PAN y PRI quieren llegar a un acuerdo, porque el partido del Presidente Calderón sabe que de otra manera no se aprobaría la reforma, y porque el tricolor busca obtener otras concesiones en temas que no tengan que ver con el petróleo.
"Los priistas quieren definir los tiempos de las negociaciones del acuerdo político con el gobierno y que el resultado no dependa sólo del contenido y tiempo de la reforma", apuntó.
Aseguró que el Frente Amplio Progresista va a ganar el debate en todos los temas y para cuando se termine la discusión y se pretenda dictaminar, el PAN y PRI van a tener que someter la propuesta a un referéndum, pues el FAP va impedir cualquier atropello.
Nota de Claudia Salazar, Reforma, 27 de abril.
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