Venezuela “negocia” apropiarse del 60% de Cemex; Zambrano, dispuesto al diálogo

O lo toman o lo dejan. Ésta es la propuesta que trasladó la parte venezolana, en nombre del presidente Hugo Chávez, a los ejecutivos de Cemex, quienes ayer conocieron de primera mano que el gobierno de esa nación sudamericana tiene la intención de hacerse con el control mayoritario de los activos del gigante mexicano, así como el de las otras dos empresas extranjeras que allí operan, la suiza Holcim y la francesa Lafarge.

Chávez quiere una “respuesta positiva a corto plazo” de estas tres compañías extranjeras —que entre las tres controlan el 90 por ciento del mercado venezolano— para que el Estado se quede con al menos el 60 por ciento de sus respectivos paquetes accionariales, anunció su ministro de Energía e Industria, Rafael Ramírez.

Esto implica, en otras palabras, nacionalizar Cemex-Venezuela mediante la toma del control mayoritario de la cementera, a la que, eso sí, le deja de premio de consolación un paquete minoritario que podría ser el restante 40 por ciento.

Los venezolanos quieren de esta manera repetir el proceso nacionalizador que tan buen resultado le dio con las compañías petroleras extranjeras —excepto con la estadunidense Exxon Mobil, con la que anda en litigio—, a las que arrebató el control mayoritario de sus operaciones en el país, que pasó a ejercerlo la estatal PDVSA.

“Se abre la posibilidad de llegar a acuerdos para ir a un esquema de control como el que aplicamos en la industria petrolera, es decir, con una participación accionaria del Estado, por medio de sus empresas, de al menos el 60 por ciento”, dijo el ministro Ramírez.

Proceso “esta misma semana”. El funcionario, que aseguró que los ejecutivos de Cemex, Holcim y Lafarge, acogieron favorablemente la propuesta y que el encuentro fue “cordial”, explicó que se establecerá un cronograma de trabajo “en el transcurso de esta semana” cuando las casas matriz de las empresas de cemento designen a sus delegados en las negociaciones con el gobierno venezolano.

El presidente Chávez, quien justificó esta nacionalización al considerar que se trata de “un sector estratégico”, aseguró que se pagará “hasta el último centavo” por las acciones que pasen a control público.

Cálculos empresariales señalan que Cemex produce alrededor de la mitad de las doce millones de toneladas anuales registradas en Venezuela y su valor sería de entre mil 200 y mil 400 millones de dólares, que es lo que debería pagar el gobierno chavista si se quedara con todos sus activos.

Confusión. El gobierno venezolano creo desconcierto y confusión con la noticia, ya que un funcionario anunció ayer por la mañana que el proceso sólo afectaría a las empresas que fueron privatizadas y que fueron “casi regaladas a grandes cementeras”, lo que excluiría a Cemex, ya que la empresa que compró —Vencemos— nunca perteneció al Estado venezolano.

Nota de agencias en Caracas, Crónica, 8 de abril.