En minutos se cuenta una historia cotidiana, puede tener imágenes pixeleadas, mal editadas, sin trama, sin buena iluminación, sin protagonistas guapas, con una duración máxima de seis minutos y con cero pesos de presupuesto, pero con una posible audiencia de 100 millones de ‘teleinternautas’ diarios, cifra que en televisión se compara sólo con la de un Super Bowl, aunque éste genere ganancias de 160 millones de dólares.
A ese mundo del ‘videocorto’ se accede con un clic y sin cortes comerciales. YouTube lo tiene todo, incluso hasta videos con contenidos que podrían ser pornográficos para atraer a internautas.
Son 100 millones de videos los que están disponibles las 24 horas del día en este portal que aparece en tercer lugar del ranking de páginas web (www.alexa.com) visitadas por los mexicanos, después de Google y Windows Live.
Los videos son de situaciones cotidianas, producidos por cualquier persona, se pueden generar contenidos y canales propios con programación personalizada. Son gratuitos, sin comerciales y hasta tienen derecho de réplica, pues los internautas pueden opinar sobre lo que ven.
Producir televisión ya no es asunto de grandes productores, como Pedro Torres o Luis de Llano. En esta nueva era cualquier persona que tenga un celular con cámara puede generar audiencias de millones, oferta nada despreciable, sobre todo para los jóvenes como Iván, un capitalino de 23 años que dice que “por fin se producen contenidos que sí le interesan a la gente”.
Eso de ver videos, bajarlos de la red o subirlos no es asunto que esté en el gusto de pocos, pues 84% de los internautas mexicanos reconocen que ven videos por internet, según cifras de 2007 de la Asociación Mexicana de Internet. Aunque también un buen número de personas, 67% han subido videos a internet. La mayoría de los “nuevos productores” tienen entre 13 y 28 años.
Cambiar el control de la tele por el mouse de la computadora es más un asunto de jóvenes y muy jóvenes, como Vanesa que a sus 12 años no recuerda haberse enganchado con un programa de televisión en el último año. Eso sí, por YouTube ve videos de música y de sus amigos de la secundaria preparando bombas que utilizan como cohetes.
En México no hay cifras que puedan contar a Vanesa, pero los números europeos son una pista. En España, por ejemplo, 82% de los jóvenes de entre 16 y 24 años acceden más frecuentemente a internet que a la televisión. El 48% de ellos admiten que ven menos televisión porque dedican este tiempo a la red, según revelan datos de la Asociación Europea de Publicidad Interactiva.
Pablo Martínez, investigador de redes sociales y estudios de internet en la Universidad Iberoamericana, asegura que la televisión tiene una larga vida en un país como México y difícilmente un portal como YouTube podría sustituirla, sin embargo reconoce que “la mayoría de los adolescentes que tienen acceso a internet ven más videos por YouTube que televisión convencional.”
La oferta es de 50 mil nuevos videos diarios en YouTube. Lo que empezó como una página para compartir las películas caseras de una fiesta entre colegas se ha convertido en un fenómeno que reúne en un día cualquiera a 100 millones de usuarios que le ayudan a ser una de las cinco páginas más visitadas del mundo.
Pero ¿qué atrapa al público de YouTube? El investigador de la Universidad Iberoamericana Pablo Martínez, tiene una respuesta: Está lleno de contenidos que retratan situaciones cotidianas y que tienen espacio en un portal como éste. Además no tienen restricciones de horarios ni interrupciones comerciales, son videos compactos y le dan al público la posibilidad de participar en los contenidos.
Aunque la televisión, dice, tiene una penetración a la que uno se acostumbra. También es cómodo sentarte a las ocho de la noche y ver tu programa favorito. No es que vaya desaparecer la difusión televisiva, pero sí va a cambiar la forma de producir tele, pues YouTube marca tendencias.
“Es por eso que los medios convencionales están adaptando estructuras de televisión por internet. Lo hacen invitando a sus televidentes, lectores o radioescuchas a que manden sus notas. Les abren espacios en los medios y hay noticieros que reproducen los videos de YouTube”, dice.
A ese mundo del ‘videocorto’ se accede con un clic y sin cortes comerciales. YouTube lo tiene todo, incluso hasta videos con contenidos que podrían ser pornográficos para atraer a internautas.
Son 100 millones de videos los que están disponibles las 24 horas del día en este portal que aparece en tercer lugar del ranking de páginas web (www.alexa.com) visitadas por los mexicanos, después de Google y Windows Live.
Los videos son de situaciones cotidianas, producidos por cualquier persona, se pueden generar contenidos y canales propios con programación personalizada. Son gratuitos, sin comerciales y hasta tienen derecho de réplica, pues los internautas pueden opinar sobre lo que ven.
Producir televisión ya no es asunto de grandes productores, como Pedro Torres o Luis de Llano. En esta nueva era cualquier persona que tenga un celular con cámara puede generar audiencias de millones, oferta nada despreciable, sobre todo para los jóvenes como Iván, un capitalino de 23 años que dice que “por fin se producen contenidos que sí le interesan a la gente”.
Eso de ver videos, bajarlos de la red o subirlos no es asunto que esté en el gusto de pocos, pues 84% de los internautas mexicanos reconocen que ven videos por internet, según cifras de 2007 de la Asociación Mexicana de Internet. Aunque también un buen número de personas, 67% han subido videos a internet. La mayoría de los “nuevos productores” tienen entre 13 y 28 años.
Cambiar el control de la tele por el mouse de la computadora es más un asunto de jóvenes y muy jóvenes, como Vanesa que a sus 12 años no recuerda haberse enganchado con un programa de televisión en el último año. Eso sí, por YouTube ve videos de música y de sus amigos de la secundaria preparando bombas que utilizan como cohetes.
En México no hay cifras que puedan contar a Vanesa, pero los números europeos son una pista. En España, por ejemplo, 82% de los jóvenes de entre 16 y 24 años acceden más frecuentemente a internet que a la televisión. El 48% de ellos admiten que ven menos televisión porque dedican este tiempo a la red, según revelan datos de la Asociación Europea de Publicidad Interactiva.
Pablo Martínez, investigador de redes sociales y estudios de internet en la Universidad Iberoamericana, asegura que la televisión tiene una larga vida en un país como México y difícilmente un portal como YouTube podría sustituirla, sin embargo reconoce que “la mayoría de los adolescentes que tienen acceso a internet ven más videos por YouTube que televisión convencional.”
La oferta es de 50 mil nuevos videos diarios en YouTube. Lo que empezó como una página para compartir las películas caseras de una fiesta entre colegas se ha convertido en un fenómeno que reúne en un día cualquiera a 100 millones de usuarios que le ayudan a ser una de las cinco páginas más visitadas del mundo.
Pero ¿qué atrapa al público de YouTube? El investigador de la Universidad Iberoamericana Pablo Martínez, tiene una respuesta: Está lleno de contenidos que retratan situaciones cotidianas y que tienen espacio en un portal como éste. Además no tienen restricciones de horarios ni interrupciones comerciales, son videos compactos y le dan al público la posibilidad de participar en los contenidos.
Aunque la televisión, dice, tiene una penetración a la que uno se acostumbra. También es cómodo sentarte a las ocho de la noche y ver tu programa favorito. No es que vaya desaparecer la difusión televisiva, pero sí va a cambiar la forma de producir tele, pues YouTube marca tendencias.
“Es por eso que los medios convencionales están adaptando estructuras de televisión por internet. Lo hacen invitando a sus televidentes, lectores o radioescuchas a que manden sus notas. Les abren espacios en los medios y hay noticieros que reproducen los videos de YouTube”, dice.
Nota de Cinthya Sánchez, El Universal, 22 de abril.
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